La Epístola

Isidro Fabela # 999

Col. Tres Caminos

CP 50010 Toluca, Edo. Mex.

#157 Septiembre, 2007

Impreso en México

www.epistola.valera1909.com

Calendario

Octubre 3 al 7, Toluca: miércoles a domingo, conferencia de tema libre, con pastor Esteban Rosales.

Noviembre 2 al 4, Irapuato: viernes a sábado, conferencia de exhortación con Adolfo Urbina.

Noviembre 30 a diciembre 2, San Luís Potosí, Selene: viernes a domingo, predicaciones de pastor Lyndell Kincaid y evangelista Guillermo Kincaid.

Diciembre 2 al 9, Querétaro: domingo a domingo, conferencia de evangelismo extranjero con evangelistas Isaac Girón, Manuel Ojeda, Alejandro Alatorre, Adolfo Urbina y Cuco Ruiz.

Diciembre 5 al 9, León, Hidalgo: miércoles a domingo, conferencia de tema libre con pastor Lyndell Kincaid.

Diciembre 10 al 16, Morelia, calzada San Diego: lunes a domingo, conferencia de exhortación, con evangelistas Adolfo Urbina, Cuco Ruiz y Manuel Ojeda.

Diciembre 12 al 16, Guadalajara: miércoles a domingo, conferencia de exhortación con evangelista Marco Chaires.

Diciembre 16 al 23, Aguascalientes, Mitla: domingo a domingo, conferencia de tema libre, con evangelista Guillermo Kincaid.

Enero 11 y , 2008, San Luís Potosí, Jesús García: viernes y sábado, reunión de predicadores.

Mayo 15 al 17, 2008, Acámbaro, balneario El Paraíso: La iglesia de Morelia de la calzada de San Diego está preparando un Campamento Infantil Cristiano, para niños(as) de 7 a 12 años. Se ha invitado a la hermana Ma. Elena Báez de Castillo (Pachuca) para las enseñanzas. Se requiere cooperación de $180 por persona (adulto o niño), cual incluye todas las comidas, acceso a el balneario y el lugar para acampar. Podrán hacer sus depósitos a partir de esta fecha y hasta el 2 de mayo del 2008 en Bancomer al número de cuenta 1496488323, a nombre de Virginia Domínguez Romero. Para cualquier duda comunicarse con la hermana Virginia al tel. 01 (443) 341-6117. Todas las iglesias son invitadas a asistir. Habrá algunas pequeñas reglas:

1. La recepción en Acámbaro será el jueves 15 entre 1:00pm y 2:00 pm, Deberán llevar sus fichas de deposito.

2. Por cada 5 niños que asistan deberá acompañarles una hermana mayor de preferencia que sea maestra de escuela dominical.

3. Las hermanas mayores por favor no llevar bebes, ni tampoco niños menores de 7 años.

4. Podrán asistir hermanos varones que acompañen a las hermanas y a los niños según considere cada iglesia.

5. Cada iglesia deberá llevar sus tiendas de campaña, cobijas, almohadas y cualquier otra cosa que consideren necesaria.

 

No Te Envanezcas

predicado por Alberto Sotelo (Real del Monte, ene. 13, 2007)

1 MAS Satanás se levantó contra Israel, é incitó á David á que contase á Israel.

2 Y dijo David á Joab y á los príncipes del pueblo: Id, contad á Israel desde Beer-seba hasta Dan, y traedme el número de ellos para que yo lo sepa.

3 Y dijo Joab: Añada Jehová á su pueblo cien veces otros tantos. Rey señor mío, ¿no son todos estos siervos de mi señor? ¿para qué procura mi señor esto, que será pernicioso á Israel?

4 Mas el mandamiento del rey pudo más que Joab. Salió por tanto Joab, y fué por todo Israel; y volvió á Jerusalem, y dió la cuenta del número del pueblo á David.

5 Y hallóse en todo Israel que sacaban espada, once veces cien mil; y de Judá cuatrocientos y setenta mil hombres que sacaban espada.

6 Entre estos no fueron contados los Levitas, ni los hijos de Benjamín, porque Joab abominaba el mandamiento del rey.

7 Asimismo desagradó este negocio á los ojos de Dios, é hirió á Israel.

8 Y dijo David á Dios: He pecado gravemente en hacer esto: ruégote que hagas pasar la iniquidad de tu siervo, porque yo he hecho muy locamente. 1 Crónicas 21

A simple vista no es muy claro cual haya sido el pecado de David, y es por eso que hay diferentes opiniones acerca de esto. Algunos comentaristas bíblicos piensan que la falta consistió en no demandar el medio siclo que se pagaba para el servicio del santuario, siempre que se contará al pueblo como rescate de cada persona (Exo. 30:12-16). Otros piensan que la falta consistió en contar también a los menores de veinte años, que tenían la corpulencia y fuerza necesaria para portar las armas, y que esta fue la causa de que el censo fuera malo. Otros que creen que la falta se debía a que este censo fue hecho sin la autorización de Dios. Y habrá mas opiniones. Pero yo creo que el verdadero pecado de David fue su orgullo y vanidad. Al contar al pueblo lo hizo pensando en él, para alimentar su orgullo y soberbia, pensando en su grandeza, en sus logros, y jactarse de sus posesiones.

David se encontró en una situación muy similar a la del rey Nabucodonosor, pues cuando este estaba en el máximo esplendor y gloria de su reino, paseándose por su palacio (pavoneándose), se jactaba diciendo, "¿No es ésta la gran Babilonia, que yo edifiqué para casa del reino, con la fuerza de mi poder, y para gloria de mi grandeza?" (Dan. 4:30). O como ese Ezechîas que después de la gran victoria sobre los Asirios, su fama se extendió, y las gentes le dieron ricos dones y reconocimientos. Después enfermó y oró a Jehová, y él lo sanó, pero Ezechîas no pagó conforme al bien que Dios le había brindado, antes se enalteció su corazón, y la ira vino contra él y el pueblo (2 Cró 32:25). O como el caso del rey Uzzías, que fue puesto por rey a los 16 años. Dios le prosperó y le dio victoria tras victoria, divulgándose su nombre hasta la entrada de Egipto. Y se había hecho altamente poderoso, edificando, sembrando, construyendo maquinas de guerra, organizando escuadrones de guerreros valientes, y muchos proyectos en los cuales Dios le prosperaba. Mas cuando fue fortificado, su corazón se enalteció hasta corromperse, pues entro en el templo para quemar perfume, lo cual no le era lícito. Pero lo hizo en su arrogancia, y a pesar de 80 sacerdotes que se oponían, obstinado en su soberbia, y Dios le castigó con lepra, quedando así el resto de sus días, excluido de su palacio, morando en las sombras del olvido.

Ahora David, Ezechîas y Uzzías eran buenos reyes que hicieron buenas cosas, que se condujeron con temor de Dios, pero que llegaron a cometer mal, simplemente porque se enalteció su corazón. Esto muestra que es muy fácil para el hombre caer en la soberbia, y por lo mismo debemos cuidar nuestro corazón. El orgullo y soberbia puede producirse hasta por las cosas más superfluas e insignificantes. Como por ejemplo, el hombre se jacta de ser más alto, más fuerte, más inteligente, más guapo que otros, ser de tal país, venir de tal familia o de los logros conseguidos. Ahora como ministros también es muy latente caer en la soberbia, y esto puede derivarse de las almas que has ganado, de una iglesia grande, de predicar mejor que los demás, de tener más dones etc. Pero si predicas bien, si has ganado almas, si ministras una iglesia grande, nunca debes olvidar de darle todo el honor y gloria a Cristo, porque si Jehová no edificare la casa en vano trabajan los que la edifican. Y si no fuera por él, y él no estuviera con nosotros, no llevaríamos fruto, porque sin él nada podríamos hacer.

Por eso la soberbia es un pecado absurdo, porque lo que somos, lo que tenemos y hacemos, es por la gracia de Dios. Pues ¿quién era David antes de que Dios lo llamara? Un ordinario pastor de ovejas. O este Uzzías que Dios lo puso por rey de su pueblo a la edad de 16 años ¿a poco Dios lo puso por su gran sabiduría y experiencia para gobernar? Pues a esa edad apenas se están limpiando la leche de los labios. La verdad es que Dios ha escogido lo necio del mundo, lo flaco del mundo, lo vil del mundo, lo menospreciado, lo que era nada y sin valor, para que ninguna carne se jacte en su presencia.

Ahora muchos de los problemas y divisiones dentro de las iglesias y entre ministros se originan por la soberbia. Por un lado no querer ceder ni reconocer nuestros errores y pecados, y por el otro no querer perdonar ni olvidar las ofensas. Y el orgullo prevalece entre nosotros, y estas cosas son odiosas a Dios al grado que trae desgracias y juicio. Este pueblo fue afectado por el orgullo de David, pues murieron 70,000 hombres. Y nosotros podemos afectar a nuestra familia, nuestra iglesia, nuestra relación entre compañeros, y todo por esa actitud de soberbia. Por lo tanto, porque es tan fácil caer en soberbia, debemos estar prevenidos y guardar nuestros corazones, examinarnos sinceramente, porque puede ser que nuestros corazones ya estén contaminados de orgullo y soberbia. Este pasaje nos muestra los síntomas de la soberbia.

I. La Prepotencia (abusar del poder)

El rey mando a Joab a contar al pueblo, pero Joab y sus príncipes no estaban de acuerdo. Les parecía malo e innecesario, pero la palabra de rey pudo más. David estaba determinado y dio la orden para obligarlos hacer el censo. Tal vez su arrogancia se basaba en que era el ungido, en las victorias obtenidas, en que era ya viejo y por lo tanto con más experiencia. Muchos de nosotros llegamos a ser así, nos arrogamos en nuestra "sabiduría," en nuestra "experiencia," en los logros conseguidos, en tener más don que los demás, etc. Llegamos a ser prepotentes por imponer nuestras ideas y opiniones sobre los demás, porque nos hemos creído nuestra propia propaganda, creyéndonos irremplazables. Por eso es que muchos evangelistas y misioneros pasan años en una obra, y no quiere delegar la obra a otros, porque creen que si se van la iglesia no funcionará, que la iglesia no va a caminar. Pero debes entender una cosa, la iglesia no depende de ti, ni de tu inteligencia, ni de tus ideas. La iglesia es del Señor y depende de su poder, porque si dependiera de los hombres ya no existiera. Y si tu estás tan preocupado o tan desconfiado pensando que no va a lograrse, tal vez se deba a que tu allí estás haciendo la obra alrededor de ti, y no estás confiando en Dios, de que él va a obrar, fortalecer y establecer su iglesia.

Pero así somos de arrogantes que nos creemos indispensables, aunque a veces una iglesia no crece porque el ministro quiere tener el control. Llegamos a ser como Diótrefes amando el primado, queriendo el control, hacer que prevalezca nuestra palabra, y esto pasa no solo con nuestros compañeros, pero también con los hermanos cuando vienen a pedirte consejo sobre cuestiones prácticas. Nosotros debemos dar nuestro consejo y punto de vista, pero no debemos forzar a nadie a tomar decisiones. Sin embargo, ministros se molestan con hermanos porque no hicieron lo que se les mandó, y los hermanos llegan a estar más temerosos de ti que de Dios, porque tu lema es el de Diótrefes: Aquí el que manda soy yo, y las cosas se hacen como yo digo, y el que no esté de acuerdo ya se puede estar despidiendo de la iglesia. Y tal vez harán las cosas, pero como Joab, de mala gana, sólo porque tu palabra puede más, y no por convicción, sino por imposición. Pero una cosa debemos saber nosotros como ministros, somos ayudadores de la grey, no debemos enseñorearnos de la fe de los hermanos, ni de las heredades del Señor.

También nuestra arrogancia es tal que decidimos y hacemos cosas para la iglesia, sin haber tomado en cuenta a nuestros compañeros, para ver que piensan ellos. Y curiosamente llegamos a sorprendernos cuando nuestro compañero no está de acuerdo, o está ofendido. Luego nos preguntamos ¿porqué no está de acuerdo el hermano, o porqué se ofendió? ¡Si son buenas mis ideas! Y puede ser que tus ideas sean magníficas, y aún que tengas buenos motivos por querer hacerlas, pero debes aprender a no ser sabio en tu opinión, y no tomar decisiones unilaterales (como lo hizo David), sino apoyarnos unos con otros, buscando la unanimidad, y lo mejor para la iglesia, pues dos cabezas piensan mejor que una. Hay un ejemplo muy bueno de esto, y era Pablo. El era un hombre viejo de mucha experiencia, con muchos dones del Espíritu, un apóstol con la autoridad de Dios, para establecer, ordenar, y decidir. Sin embargo fíjate lo que le dice a Filemón.

8 Por lo cual, aunque tengo mucha resolución en Cristo para mandarte lo que conviene,

9 Ruégote más bien por amor, siendo tal cual soy, Pablo viejo, y aun ahora prisionero de Jesucristo:

10 Ruégote por mi hijo Onésimo, que he engendrado en mis prisiones,

1 El cual en otro tiempo te fué inútil, mas ahora á ti y á mí es útil;

12 El cual te vuelvo á enviar; tu pues, recíbele como á mis entrañas.

13 Yo quisiera detenerle conmigo, para que en lugar de ti me sirviese en las prisiones del evangelio;

14 Mas nada quise hacer sin tu consejo, porque tu beneficio no fuese como de necesidad, sino voluntario. Filemón

Pablo quería enviar a Onésimo a su verdadero amo. Su razón era buena y buenos sus motivos, sin embargo antes de hacerlo, decidió consultar a Filemón, pues no quiso hacer ninguna decisión sin su consentimiento. Pablo no quiso pasar por encima de Filemón. Esta es una lección que tenemos que aprender, que no importa qué posición tienes, o quien eres, siempre debes considerar a tus compañeros, y no ser engreído y creer que todo gira alrededor de ti, sino dejar la soberbia, para que el Señor bendiga su iglesia y a nosotros.

II. No saber escuchar, ni tomar consejo

David hubiera podido evitar la tragedia, el disgusto del Señor, si tan solo hubiera sido humilde para escuchar el consejo de Joab y sus príncipes, pues ellos veían mas problemas que beneficios en este censo. Ellos tenían buenas razones, y aunque trataron de convencerle, David no supo escucharlos. Ahora saber escuchar y tomar consejo es bueno e inteligente, porque dice Proverbios 1:15 "oirá el sabio y aumentara el saber," (pues de otra manera ¿cómo podríamos aprender?). Como ministros debemos estar más abiertos a escuchar y tomar consejo.

Pero hay ministros que en su arrogancia no escuchan. Tienen oídos sordos, porque creen que ya lo saben todo, y llegan a tener una mala actitud. Dicen: ¡él no tiene nada que decirme!, ¡pues yo ya sé lo que tengo que hacer!, o ¡eso cualquiera lo sabe! E incluso ni se puede platicar con ellos porque son demasiado opinados. Lo que tu digas ellos ya lo han vivido, lo que tu acabas de hacer, ellos ya la han hecho cientos de veces. Para todo tienen respuesta, y si no la saben se inventarán una. Estos ministros no avanzan, no crecen, pues están endiosados con su pobre "conocimiento."

La verdad es que debemos reconocer que todo lo que sabemos (al menos en mi caso) lo hemos aprendido de otros, a través de la iglesia, talleres, de las predicaciones, de las pláticas que tenemos entre nosotros. Deja de fingir y de jactarte que tu lo sabes todo. Sé humilde para aceptar que necesitamos a los demás. Los Fariseos son un ejemplo de ministros sabelotodo, pues ellos en su arrogancia no recibieron el consejo de Cristo. Y más que nada por querer cuidar su reputación, pues ¿qué van a decir las demás personas? Se creían sabios, y en su propia astucia se condenaron. Hay ministros que piensan así, que si consultan a alguien, ¿qué van a pensar de mi?, que no sé nada. Pero debemos ser realistas, puesto que no lo sabemos todo, y hay situaciones y problemas que no tenemos idea de qué hacer. No debemos cerrarnos, sino reconocer que necesitamos el consejo de los demás.

Por otro lado Nicodemo cuando tuvo dudas e inquietudes no se cegó como los demás Fariseos, sino que fue a Jesús a pedir consejo y dirección, y por esa actitud su vida fue enriquecida con la verdad de la salvación. Cuando estamos abiertos a escuchar, nuestras vidas se enriquecen, pues dice Proverbios 19:20, "Recibe el consejo para que seas sabio en tu vejez." No importa cuan viejo seas, o si eres ministro, siempre sé dispuesto a escuchar y aprender. En Éxodo tenemos un ejemplo de lo benéfico que es saber escuchar.

13 Y aconteció que otro día se sentó Moisés á juzgar al pueblo; y el pueblo estuvo delante de Moisés desde la mañana hasta la tarde.

14 Y viendo el suegro de Moisés todo lo que él hacía con el pueblo, dijo: ¿Qué es esto que haces tú con el pueblo? ¿por qué te sientas tú solo, y todo el pueblo está delante de ti desde la mañana hasta la tarde?

15 Y Moisés respondió á su suegro: Porque el pueblo viene á mí para consultar á Dios:

16 Cuando tienen negocios, vienen á mí; y yo juzgo entre el uno y el otro, y declaro las ordenanzas de Dios y sus leyes.

17 Entonces el suegro de Moisés le dijo: No haces bien:

18 Desfallecerás del todo, tú, y también este pueblo que está contigo; porque el negocio es demasiado pesado para ti; no podrás hacerlo tú solo.

19 Oye ahora mi voz; yo te aconsejaré, y Dios será contigo. Está tú por el pueblo delante de Dios, y somete tú los negocios á Dios.

20 Y enseña á ellos las ordenanzas y las leyes, y muéstrales el camino por donde anden, y lo que han de hacer.

21 Además inquiere tú de entre todo el pueblo varones de virtud, temerosos de Dios, varones de verdad, que aborrezcan la avaricia; y constituirás á éstos sobre ellos caporales sobre mil, sobre ciento, sobre cincuenta y sobre diez.

22 Los cuales juzgarán al pueblo en todo tiempo; y será que todo negocio grave lo traerán á ti, y ellos juzgarán todo negocio pequeño: alivia así la carga de sobre ti, y llevarla han ellos contigo.

23 Si esto hicieres, y Dios te lo mandare, tú podrás persistir, y todo este pueblo se irá también en paz á su lugar.

24 Y oyó Moisés la voz de su suegro, é hizo todo lo que dijo. Éxodo 18

Dios había escogido a Moisés para sacar al pueblo de Egipto, y él era responsable de guiar y organizar a todo este pueblo. Él está haciendo su mejor esfuerzo, pues desde la mañana hasta la tarde esta atendiendo cada caso, pero la manera de hacerlo no es eficaz ni suficiente, ni era buena para él ni para el pueblo. Su suegro ve lo que está pasando y le aconseja una manera mejor de hacer las cosas. Fíjate en la actitud de Moisés. Él no se molestó, aunque podría tener un buen argumento, y decirle: ¿Tu quién eres para decirme como hacer las cosas? ¿No sabes quién soy yo? Tu no me vas a enseñar, pues Dios ha hablado conmigo, él me ha dicho muchas cosas. Y sin embargo, Moisés con mansedumbre y paciencia se sentó tranquilamente para escuchar, y después hizo todo lo que su suegro le sugirió. Y por tener esa actitud y disposición para aprender todos fueron bendecidos. Él mismo alivianó su propia vida, aligeró la carga de todo el pueblo, y se aceleraron las soluciones para todo el pueblo, e incluso hubo hombres que se capacitaron en esos negocios.

Ahora, si Moisés no se había percatado de la situación, sino tuvo necesidad de que alguien le aconsejara, pues ¿cuánto mas nosotros? Y principalmente a ti, hermano que sientes que Dios te está llamando hacer la obra, que no tienes un reconocimiento todavía, pero que estás siendo capacitado, debes tener un corazón muy dispuesto y sumiso para con tus pastores. Escucha y medita las cosas que te están diciendo, para que aprendas, para que Dios pueda confirmarte en el ministerio de la palabra. Debes primero aprender, pues ¿cómo puede alguien enseñar si no supo aprender? O ¿cómo puede alguien dar consejos si no supo ser aconsejado? Para ser bendición, y que Dios te pueda usar, se requiere sencillez y humildad para decir, "enséñenme."

Ahora no importa de quién viene el consejo, tu debes examinarlo todo y retener lo bueno. Puede ser tu suegro el que te da consejo, o tu papá o tu propia esposa. Yo recuerdo cuando Miguel iba a dar clases para mejorarnos en la predicación, muchos no estábamos de acuerdo. Creíamos que ya éramos los súper-predicadores que no necesitábamos clases para predicar. Pero el habernos dado la oportunidad de escuchar, de ser instruidos, fue de mucha bendición, pues se nos abrió un nuevo panorama. Y la verdad es que sí se mejoraron nuestros mensajes, y ahora sí se entendía lo que queríamos decir.

13 Ten el consejo, no lo dejes; Guárdalo, porque eso es tu vida. Proverbios 4

Cuánto beneficio obtendríamos y males evitaríamos si supiéramos escuchar y tomar consejo.

II. No aceptar la reprensión

Ya hemos señalado el pecado de orgullo de David. Ahora señalemos su arrepentimiento, porque una buena cosa que aprendemos de él, es que cuando se habla de sus pecados, y es reprendido por el Señor, también se habla de su arrepentimiento. Por ejemplo, cuando pecó con la mujer de Uría Hetheo, y fue reprendido por el profeta, supo aceptar su culpa y enmendarse. Y en este caso que estamos tratando también se ve su arrepentimiento. A través de los Salmos se puede ver a David como un hombre que supo reconocer su pecado. Yo veo que por eso era un hombre muy querido por su pueblo, porque supo admitir cuando se equivocó. Ahora un síntoma del orgullo es cuando no aceptamos la reprensión. Es muy común y natural que cometamos errores, pues somos humanos imperfectos. De la misma manera debería ser muy común el aceptar la reprensión, y nuestra culpa, pero hay algunos que es muy raro verlos admitir que se equivocaron, o pedir perdón. Casi, casi, tienen una aureola sobre la cabeza.

También me he fijado que cuando alguien ha pecado, y es reprendido, en lugar de ser humilde y aceptar su culpa, se defiende, evade su responsabilidad. Culpa también a otros para excusarse, aun todavía cuando se llaman a testigos, siguen en esa posición. Están como el rey David. Si David se hubiera puesto a meditar, diciéndose: bueno, no solo es Joab el que no está de acuerdo, sino también todos los príncipes, a lo mejor no es conveniente hacer este censo, puede ser que sí estoy mal. Pero no, él se dejó llevar por su arrogancia creyendo que todos estaban mal y él estaba bien. O sea, todos saben que tu estás mal, y el único que quiere mantener esa posición de levantarse y no querer rendirse, ni ceder, eres tu. Tu debes ponerte a considerar hermano, que si todos piensan lo contrario de lo que tu piensas ¿no crees que se debe a que sí estés mal?

Y muchos cuando ya no les quedan más argumentos, y tienen que pedir perdón, su disculpa suena más bien a una explicación fiscal, donde todos son hallados culpables, siendo tu la única victima. Ahora ¿porqué nos cuesta tanto reconocer que hemos fallado y confesar nuestro pecado? ¿A caso no es por nuestro orgullo, porque no queremos humillarnos? O ¿será que estás cuidando tu reputación? ¡Pues tu eres el pastor! ¿En qué posición vas a quedar pidiendo perdón a la iglesia, a los hermanos, a tus hijos, a tu esposa? ¿Pero qué valor puede tener la reputación de alguien que no es sincero, que no es honesto para reconocer humildemente su pecado? La verdad es que yo tengo más respeto y confianza de alguien que aunque falló, sabe reconocer que se equivocó, que de aquellos que tienen una aureola sobre la cabeza.

5 Que el justo me castigue, será un favor, Y que me reprenda será un excelente bálsamo. Que no me herirá la cabeza: Así que aun mi oración tendrán en sus calamidades. Salmo 141

Este es un salmo de David donde nos muestra que la reprensión es necesaria y benéfica. Es como el bálsamo o medicina cuando estamos enfermos. Ahora las medicinas no tienen buen sabor, y las inyecciones casi a nadie les gusta, pero son necesarias, pues traen un gran beneficio. De la misma manera yo sé que a nadie le gusta ser reprendido, pero si estamos mal y nos corrigen, ¿no crees que nos están haciendo un favor? Es como cuando vamos al dentista, ya que nos ha inyectado y sacado la muela o removido la caries, antes de salir del consultorio le decimos, doctor, gracias por todo. ¿Cómo gracias? ¡Pues si nos hizo sentir dolor! Damos gracias porque todo lo que hizo era para nuestro bien. Y como ministros por el bien de la iglesia, y por el bien de nosotros mismos, debemos ser humildes para aceptar la reprensión, y ser los primeros en confesar nuestras faltas. Como el caso de Pablo cuando reprendió a Pedro delante de todos, cual era necesario por la verdad del evangelio, él en humildad reconoció su error, porque después en una de sus epístolas, se refiere a Pablo como a alguien al que él estimaba mucho. Él no le guardó rencor, porque supo valorar el beneficio de aquella reprensión.

Es importante que cada uno examine su corazón, para no permitir ser engañados por Satanás. Nunca olvidar que Dios nos salvó por pura misericordia, y si hoy hemos llegado hasta aquí, ha sido por su gracia. Ahora si queremos su bendición y evitar ser reprendidos por el Señor, debemos dejar la soberbia, y humillarnos bajo la mano poderosa de Dios para que él nos ensalce cuando fuere tiempo, porque Dios resiste a los soberbios y da gracia a los humildes. Porque el hombre que reprendido endurece la cerviz de repente será quebrantado. Un ejemplo claro lo tenemos en Nabucodonosor, que a pesar de las advertencias de Daniel, se ensoberbeció, y Dios lo humilló a tal grado de arrastrase como las bestias del campo, para que llegara a reconocer y decir:

Yo Nabucodonosor alcé mis ojos al cielo, y mi sentido me fué vuelto; y bendije al Altísimo, y alabé y glorifiqué al que vive para siempre; porque su señorío es sempiterno, y su reino por todas las edades. Y todos los moradores de la tierra por nada son contados: y en el ejército del cielo, y en los habitantes de la tierra, hace según su voluntad: ni hay quien estorbe su mano, y le diga: ¿Qué haces? En el mismo tiempo mi sentido me fué vuelto, y la majestad de mi reino, mi dignidad y mi grandeza volvieron á mí, y mis gobernadores y mis grandes me buscaron; y fuí restituído á mi reino, y mayor grandeza me fué añadida. Ahora yo Nabucodonosor alabo, engrandezco y glorifico al Rey del cielo, porque todas sus obras son verdad, y sus caminos juicio; y humillar puede á los que andan con soberbia. Daniel 4:34-37