La Epístola

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#156 Agosto, 2007

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Irapuato 19, 81

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Salamanca 26, 74

SLP, Jesús García 27, 73

AGS, Mitla 39, 61

Celaya 42, 58

Toluca 49, 51

Agosto 2 al 5, Querétaro: jueves a domingo, conferencia de tema libre con evangelistas Manuel Ojeda e Isaac Girón.

Agosto 3 al 5, Zacatecas: viernes a domingo, conferencia de exhortación, con pastores Natanael Aradillas y Mariano Alba.

Agosto 12 al 19, Aguascalientes, Mitla: domingo a domingo, conferencia tema libre, con evangelista M. N. Jackson.

Agosto 16 al 19, León, Hidalgo y Coecillo: conferencia de evangelismo extranjero, con evangelistas de León, Alberto Sotelo, Noé Castillo, Juan Tovar y Flavio Santoyo, y además pastores Brian Thibault de San Antonio y Mike Veach de Nueva York.

Octubre 3 al 7, Toluca: miércoles a domingo, conferencia de tema libre, con pastor Esteban Rosales.

Noviembre 2 al 4, Irapuato: viernes a sábado, conferencia de exhortación con Adolfo Urbina.

Noviembre 30 a diciembre 2, San Luís Potosí, Selene: viernes a domingo, predicaciones de pastor Lyndell Kincaid y evangelista Guillermo Kincaid.

Diciembre 2 al 9, Querétaro: domingo a domingo, conferencia de evangelismo extranjero con evangelistas Isaac Girón, Manuel Ojeda, Alejandro Alatorre, Adolfo Urbina y Cuco Ruiz.

Diciembre 5 al 9, León, Hidalgo: miércoles a domingo, conferencia de tema libre con pastor Lyndell Kincaid.

Diciembre 12 al 16, Guadalajara: miércoles a domingo, conferencia de exhortación con evangelista Marco Chaires.

Diciembre 16 al 23, Aguascalientes, Mitla: domingo a domingo, conferencia de tema libre, con evangelista Guillermo Kincaid.

Enero 11 y 12, San Luís Potosí, Jesús García: viernes y sábado, reunión de predicadores.

Adolfo Urbina ha cambiado de ciudad. Ahora se encuentra en Colima, preparando evangelizar la ciudad. Su domicilio es: Río Usumacinta #46, Col Villas del Río, Villa de Álvarez, Colima, CP 28973. Ya han empezado a reunirse en el Jardín Juárez, que también se conoce como Jardín de la Concordia, en la calle Ramón Corona, zona centro, a un lado del Archivo Histórico de Colima, miércoles a las 7 pm, y domingos a las 10 am. Alejandro Alatorre y Cuco Ruiz piensan también cambiarse para Colima en diciembre.

17 Porque no me envió Cristo á bautizar, sino á predicar el evangelio: 1 Corintios 1

De todas las doctrinas cristianas que en la historia de la iglesia han sido mal-entendidas, mal-interpretadas y abusadas, el bautismo en agua es preeminente. Tres errores en cuanto al bautismo se distinguieron desde poco después de los apóstoles. El menor de los tres es el cambio de la forma, que destruye el simbolismo. Desde por lo menos el año 180 Ireneo lamenta:

"Algunos ni siquiera creen necesario llevar la persona al agua, pero mezclan aceite y agua juntos, y lo derraman sobre la cabeza del candidato."

Adversus Haereses, Libro I, Cap.21, pp 4

Obviamente Ireneo no está de acuerdo con las otras formas de bautismo, que incluyen derramar y rociar, en vez de sumergir el creyente en agua, pues "bautizar" es palabra griega que significa "sumergir." Pero todos reconocemos la dificultad en algunas partes de bautizar en agua profunda, siendo a veces muy inconveniente. No me sorprende si algunos se atreverían modificar la ceremonia para convenencia. No siempre es fácil encontrar un lugar de mucha agua. Probablemente por eso otras congregaciones en aquel entonces señalaron solamente uno o dos días del año para bautizar a los nuevos creyentes, teniendo que ir todos a un lugar adecuado. Estos postreros también sacrificaron el dechado bíblico (de bautizar inmediatamente al creyente, Hec. 2.41, 8.12, 38, 9.18, 10.47, 16.15, 33, 18.8, 19.5, etc.), pero por lo menos guardaron el simbolismo. Bautismo es un símbolo de la sepultura y resurrección (Rom. 6.5, Col. 2.12), lo cual derramar o rociar agua no comunica. Aunque el cambio de la forma y la demora de bautismo es evidencia que en el principio no lo tomaron como de primera importancia, fue un obvio error destruir el símbolo.

Otro error tocante al bautismo era el de infantes, cual error ha causado muchísimo daño desde que empezó a manifestarse entre "católicos." Católicos y Protestantes justifican la práctica hasta hoy, sin la menor evidencia bíblica. Y las evidencias extra-bíblicas que proponen son miserables y medio chistosas. Por ejemplo, encuentran en las catacumbas desde el año 200 sepulcros de niños muertos ¡utilizando el símbolo de un pez! ¿Qué tiene que ver con bautismo? El infante muerto fue declarado Cristiano por el "símbolo cristiano," así que es "evidencia" de bautismo de infantes. Por supuesto. ¿Quieres más "evidencia" al estilo? Dicen que Polycarp (que murió en el año 155) fue bautizado como infante porque dijo al morir, "Ochenta y seis años he sido su siervo..." La idea es que Polycarp supone ser Cristiano desde nacer, lo cual demuestra al Católico que fue bautizado desde entonces. Justino Mártir (murió año 160) correlaciona el bautismo con la circuncisión judía (idea implicada en parte por Col. 2.11,12), y obviamente circuncidaron a infantes, cual es otra evidencia no suficiente pobre para que no lo mencionen. Ireneo (en el año 180) escribe, "Cristo vino a salvar a todos...todos los que por él se regeneran hacia Dios, infantes y niños, muchachos y jóvenes, y ancianos..." Basta. Curioso que ninguno en los primeros siglos habla directamente de bautismo de infantes.

Bautismo de "menores" se menciona por primera vez en el tercer siglo, pero es digno de mencionar que aun entonces los "menores" no eran recién nacidos, sino niños menores, tales que podían hablar. Tertuliano alrededor del año 220 escribió en su libro Sobre Bautismo (cap. 18) que no deben siquiera bautizar a menores que lo piden, razonando que no se permiten a menores disponer de bienes terrenales, cuanto menos de divinos. Bueno, a medio siglo había discusión sobre el tema verdadero, por lo menos en África, indicando que bautismo de infantes había empezado, aunque las circunstancias hacen claro que todavía no era muy usual. Cipriano de Cartago recibió una comunicación de Fido, otro obispo africano, tocando el tema de bautismo de "infantes," preguntando hasta cuándo después de nacer se les puede bautizar, pero porque Cipriano mismo no practicaba tal cosa refirió la pregunta a un grupo de obispos alrededor. Este "concilio" (el primero de Cartago, año 257) concluye no prohibir el bautismo de recién nacidos, basándose sobre el reglamento judío de circuncisión, que era la "figura" de bautismo. La ignorancia de tales obispos africanos para concluir semejante cosa es resplandeciente.

Otro siglo más tarde Agustín razona en favor de bautizar a infantes en defensa de la doctrina de pecado original, porque a todos se les hacía una doctrina incómoda, sin proveer alguna esperanza para infantes que mueren. Sin embargo, la gran mayoría de los "padres antiguos" anteriores al cuarto siglo, incluyendo el mencionado Justino Mártir, Tertuliano y Clemente de Alejandría, y aun la mayoría durante el mismo siglo cuarto, como Crisóstomo, Jerónimo, Basilio, Gregorio de Nyssa y otros, dejaron escrito muy claro que solamente los creyentes, y entre ellos solamente confesores públicos de Cristo, deben ser bautizados. El hecho que no hay la menor indicación bíblica de bautismo de infantes, junto con la práctica universal de los primeros siglos de sólo bautizar a creyentes, deja sin pretexto a los "paedo-bautistas" de hoy.

Sin embargo, el error principal sobre este asunto es la doctrina de "regeneración bautismal," o sea, la idea que bautismo en agua es una parte integral de la misma salvación del Cristiano. Esta doctrina, más bien, este error, es muy entendible, sencillamente porque el bautismo se encuentra en el mismo Nuevo Testamento enredado con el evangelio. El bautismo en agua era el acto principal de la conversión a Cristo, no solamente para Judíos, sino también para Gentiles, no sólo en la iglesia apostólica, sino en los siglos posteriores también. Esto resultó en un entendimiento equivocado en muchos que el rito de agua tenía más importancia que el Nuevo Testamento permite legítimamente asignar a ritos. Escucha el testimonio de varios desde los primeros siglos.

Año 130: 1 ...en referencia a Israel, como no recibirían el bautismo que trae remisión de pecados... 11 Porque nos bajamos al agua cargados con pecados y suciedad, y subimos de él llevando fruto en el corazón, reposando nuestro temor y esperanza sobre Jesús en el espíritu.

Epístola de Bernabé (año 130), Cap. 11

Año 140: Era necesario, dice él, que suban por el agua para que sean vivificados. De otra manera no entrarían al reino de Dios, hasta que desechen la mortalidad de su [antigua] vida... Antes que uno recibe el nombre del Hijo de Dios, es ordenado a muerte; pero cuando recibe aquel sello, es librado de muerte, y entregado a vida: ahora aquel sello es agua, así que descienden al agua muertos, pero ascienden de él vivos.

Pastor de Hermas, Lib 3, Sim 9, Cap 16

Año 150: Tales que son persuadidos y creen que las cosas que enseñamos son verdaderas, y prometen vivir conforme a ellas, les dirigimos primero a orar, y pedir a Dios ayunando, el perdón de sus pecados: y nosotros también oramos y ayunamos con ellos. Entonces les llevamos a alguna parte donde hay agua; y son regenerados por la misma forma de regeneración que nosotros fuimos regenerados, pues son lavados en el nombre del Padre, etc.

Justino Mártir, Primera Apología, Cap. 61

Tertuliano (220) es muy explícito. Su libro Sobre Bautismo comienza, "Dichoso nuestro sacramento de agua, en que, por lavar los pecados de nuestra ceguera anterior, somos librados y admitidos a la vida eterna." Insiste que bautismo era sacramento necesario porque Cristo demandó que "nacieren de agua." Tertuliano mantiene esta disputa con Cristianos de nuestra persuasión, los que enseñaban que el bautismo no era necesario para salvación, cuyos argumentos incluían que los apóstoles no eran bautizados (algo que no me consta a mi), que Abraham no fue bautizado (muy buen punto), y aun nuestro texto cabecero, que Cristo no envió a Pablo a bautizar. Aunque Tertuliano no hace el mismo error de Agustín más tarde, todavía confunde el rito con la salvación. El error en todos estos "católicos" primitivos era suponer que el bautismo fuera más que un símbolo, aunque a veces retuvieron la terminología bíblica de figuras. Demasiados creían que el bautismo en agua era el "medio" de gracia. Suponían que el acto mismo del bautismo efectuaba la salvación.

Esto produjo desde los primeros siglos un Cristianismo sacramental, ritualista, y francamente hueco. Y es irónico, porque Tertuliano intentaba mantener el Cristianismo puro, tratando evitar bautizar a los no sinceros. Pero dentro de su misma generación la doctrina de regeneración bautismal que él también proponía contribuyó a formar una iglesia ritualista, hueca y severamente contaminada con profesores cuyo cristianismo no era más que su bautismo. Enfatizar el rito inevitablemente causa que el rito cristiano tomara el lugar de entendimiento del evangelio. Tertuliano después dejó la "iglesia de los muchos obispos" convirtiéndose en hereje Montanista, tratando sin éxito mantener, o encontrar la iglesia pura. La respuesta estaba en su boca y en su corazón, pero mientras confiaba en el rito, nunca la iba a reconocer.

Hasta hoy el error de regeneración bautismal es fuerte, creído por Católico-Romano, Ortodoxo Griego y Mormón, y aun algunos grupos evangélicos, como los "Campbellitas" (secta de Alejandro Campbell) denominada la "iglesia de Cristo." Aun el "Recobro" (la secta de Witness Lee) se ha corrompido en esto (aunque algunos miembros todavía lo niegan). El sacramentalismo de los Católicos y Ortodoxos no tiene mucho argumento, por supuesto, pero los evangélicos tienen sus pruebas bíblicas para suponer que el rito mismo hace algo. Yo respecto cualquier argumento bíblico, y reconozco que un sincero puede ser confundido por las escrituras que citan. Pero suponer que la ceremonia de bautismo tiene algo que ver con la salvación espiritual del alma, o que forma parte esencial de la operación espiritual que nos reconcilia a Dios, no solamente es verdaderamente sin fundamento bíblico (dependiendo así sobre evidencias indirectas, implicaciones secundarias de ciertos pasajes), es contrario al espíritu del Nuevo Testamento, y es profundamente peligroso al alma.

En primer lugar el Nuevo Testamento es repleto de textos que positivamente desmienten la salvación por obras, o por una mezcla de obras y fe. No pueden negar que bautismo es una obra en la carne. Así que, tienen que suponer que salvación es por fe sin obras excepto la de bautismo. Contraponen unos pocos versículos que contienen evidencias indirectas de la necesidad de bautismo, con textos que hablan directamente acerca de la salvación, de cuáles cosas consiste y de cuáles cosas depende.

El precepto principal del Nuevo Testamento, de salvación por fe sin obras, no se presta a la inclusión de ninguna obra, por buena e importante que sea. Yo sé que dirán que el bautismo no lo cuentan como mérito, pero si es obra (y sí lo es), y si es un mandamiento (y sí lo es), y si hacerlo es obediencia (y sí lo es), no puede formar parte de una salvación sin obras. El evangelio no se opone a las buenas obras, ni al bautismo, pero recalcadamente las elimina como parte de nuestra salvación. A nosotros es imperativo no contaminar el evangelio con los "rudimentos del mundo," tales como agua o rito.

No me debe ser necesario explicar la debilidad del argumento sobre pasajes que ni siquiera mencionan el bautismo, como Juan 3.5 "nacer de agua," que obviamente alude al nacimiento carnal (re v. 6). Pero increíblemente este texto es el más fuerte para los antiguos, y todavía es utilizado como prueba. Pobres Católicos que bautizan a sus bebés para cumplir esto, pero con todo pueden reconocer el propósito del pasaje, que el "bautismo" que tienen ya, por ser carnal, no basta. Peor, mucho peor, los Campbellitas y Recobrados que citan esto sin reconocer el mismo sentido del pasaje que brota de la página, la debilidad e insuficiencia de la carne. Completamente trastornan el pasaje, haciendo creer que Cristo está imponiendo el nacimiento de agua como lo que falta a Nicodemo, en vez de lo que tiene. Si no hay excusa para Tertuliano y Justino que suponían su doctrina por su entendimiento tan superficial del pasaje, menos hay para los Campbellitas después de la reforma. El argumento de cada libro del Nuevo Testamento, y de casi todo sermón, depende de este principio.

63 El espíritu es el que da vida; la carne nada aprovecha: las palabras que yo os he hablado, son espíritu, y son vida. Juan 6

8 Así que, los que están en la carne no pueden agradar á Dios. Romanos 8

18 No mirando nosotros á las cosas que se ven, sino á las que no se ven: porque las cosas que se ven son temporales, mas las que no se ven son eternas. 2 Corintios 4

Depender de pasajes como Juan 3.5 para enseñar la necesidad del bautismo para la salvación es semejante al ciego que insiste que es guapo. No solamente le falta competencia para juzgar, es completamente irrelevante a él, y entre más habla del tema, más se hace ridículo. Cuán poca comprensión tuvieron tantos "Cristianos" de los principios fundamentales del NT, para concluir la necesidad del bautismo por este pasaje. El momento que uno entiende lo que Cristo verdaderamente esta enseñando el error desvanece al aire. No solamente se equivocaron, lo tenían completamente al revés. No es el agua que necesitan, sino el espíritu.

3 ¿O no sabéis que todos los que somos bautizados en Cristo Jesús, somos bautizados en su muerte?

4 Porque somos sepultados juntamente con él á muerte por el bautismo; para que como Cristo resucitó de los muertos por la gloria del Padre, así también nosotros andemos en novedad de vida.

5 Porque si fuimos plantados juntamente en él á la semejanza de su muerte, así también lo seremos á la de su resurrección: Romanos 6

12 Sepultados juntamente con él en el bautismo, en el cual también resucitasteis con él, por la fe de la operación de Dios que le levantó de los muertos. Colosenses 2

Tampoco debe ser necesario "explicar" los pasajes que claramente llaman el bautismo una semejanza o figura, pues dicen exactamente lo que creemos, que bautismo es un símbolo de lo verdadero, por lo cual razonamos que no es lo verdadero. La sombra no es la cosa. El pan que comemos es figura del cuerpo de Cristo, así que no es verdaderamente su cuerpo. La polémica desde antigüedad hasta ahora radica precisamente en esto, en el importe del bautismo, si es el medio de la salvación, o solamente la figura de ella.

20 Los cuales en otro tiempo fueron desobedientes, cuando una vez esperaba la paciencia de Dios en los días de Noé, cuando se aparejaba el arca; en la cual pocas, es á saber, ocho personas fueron salvas por agua.

21 A la figura de la cual el bautismo que ahora corresponde nos salva (no quitando las inmundicias de la carne, sino como demanda de una buena conciencia delante de Dios,) por la resurrección de Jesucristo: 1 Pedro 3

Campbellitas no generalmente asignan poder al rito, sino a la obediencia. Chido por ellos. Pero si refieren a Romanos 6, insistiendo que fuimos "sepultados por el bautismo," o a 1 Pedro 3, "salvas por agua," prueban demasiado. Los que suponen (como los antiguos) que el rito es verdaderamente el medio de la salvación, o sea, que literalmente uno es sepultado espiritualmente con Cristo por medio del bautismo en agua, o que somos lavados literalmente de nuestros pecados en el rito, prácticamente están negando que es una figura de tales cosas. Y los pasajes que están citando lo llaman una figura.

Tertuliano y Justino confundieron el bautismo (por Juan 13.8, Hec. 22.16 y Heb. 10.22) con el lavacro de nuestros pecados que recibimos al ser salvos (1 Cor. 6.11, Efe. 5.26, Tito 3.5, Apo. 1.5), pero así demostraron una ignorancia profunda de la doctrina entera del Nuevo Testamento. Agua quita las inmundicias de la carne, no del corazón. Yo sé, mi amigo Campbellita, tu no supones que el agua nos lava en realidad (aunque citas Hec. 22.16 como apoyo). Reconoces que es solamente una figura. Supones tan solo que "encontramos la sangre en el agua," y eso por obediencia, no por algo en el rito. Pero entonces admites que salvación no es "por el bautismo," sino supones que es por obediencia al mandamiento. Entonces, no somos salvos "por agua," sino solamente "a la figura de la cual." Aun si obediencia al rito fuera condición de perdón, el rito mismo no es el medio. El agua simplemente no hace nada, es solamente una figura.

El bautismo empieza con Juan. Pero si hay algo claro es que Juan contrastó su bautismo de él, el de agua, con el bautismo de Cristo, el del Espíritu Santo (Mat. 3.11). El mío, aclara Juan, es solamente de agua, el suyo es más poderoso. El mío no es de comparar. Es de segunda importancia. Exactamente. Este es otro tema recalcado en el Nuevo Testamento, no solamente acerca del bautismo, sino también en cuanto a la circuncisión.

11 En el cual también sois circuncidados de circuncisión no hecha con manos, con el despojamiento del cuerpo de los pecados de la carne, en la circuncisión de Cristo; Colosenses 2

Bautismo es símbolo de algo verdadero, exactamente como la circuncisión. Si hay algo explicado con mucha claridad en el Nuevo Testamento (y aun en el Antiguo), es que hay dos circuncisiones, una hecha con manos en la carne, y otra hecha sin manos en el espíritu. ¿Cuál crees que salva? De la misma manera hay un bautismo hecho en la carne, que no es el verdadero, y hay un bautismo hecho en el espíritu, que sí es el auténtico. Los Judíos hicieron el error fuerte de confiar en su circuncisión carnal. ¿En cuál estás confiando tu? Si múltiples referencias a este error de Judíos no te aclaran tu error semejante, Dios no será responsable no más porque te aferras a tus versículos.

No faltan quienes citan el texto que incluye bautismo como condición de salvación.

16 El que creyere y fuere bautizado, será salvo; mas el que no creyere, será condenado. Marcos 16

Este es un ejemplo transparente de evidencia indirecta, que no dice exactamente lo que suponen. O sea, en el contraste que sigue Cristo no dijo, "mas el que no fuere bautizado, será condenado." Sin embargo, gramáticamente "fuere bautizado" es una condición a la salvación. Aunque indirecta, es evidencia.

Admito que el bautismo aquí es parte de la condición de la promesa. La polémica es si es condición imperativa y universal. ¿Es parte inseparable de la condición principal? ¿Es aplicable en todos los casos? ¿Existen excepciones? No hay duda que el bautismo, aun en este texto, es criterio dependiente del primero. Por ejemplo, si robas y vendes artículos robados, eres ladrón. Pero en este caso el segundo criterio depende del primero. Uno es ladrón principalmente por robar. Bajo ciertas condiciones uno es ladrón también por ser accesorio al delito, como vender los artículos robados. Y obviamente si haces las dos cosas eres ladrón. Pero no todos los que venden artículos robados son ladrones. Insistimos que en la condición de salvación el segundo criterio es igualmente condicional, dependiente del primero, y no aplicable en todos los casos. Esto es claro porque no es el único lugar que Cristo pone un criterio secundario como condición de salvación.

Condiciones secundarias no se suponen ser universales. No es condición absoluta de la salvación que pierdas tu vida por el evangelio. Si ves a Jesús, y crees en él, serás salvo, pero verle no es la condición importante. Si creíste el evangelio por leer, en vez de oír, la fe en tal caso te salvará también. Y aunque es absolutamente necesario estar vivo para creer, el estar vivo no tiene parte en la salvación. Así que, son condiciones secundarias que se mencionan sólo para saciar el contexto. En el contexto de Marcos, el bautismo es la confirmación automática de una fe verdadera. Es el criterio que, dependiendo de las circunstancias, distingue la fe falsa de la auténtica, aunque no funcionó en el caso de Simón (Hec. 8). A menudo el bautismo en el NT, especialmente entre Judíos, es la misma decisión de ser Cristiano. La asociación de las dos cosas es innegable. El bautismo es el símbolo directamente asociado con la fe en Cristo. Es la expectativa, tanto que se menciona a veces como parte integral de la conversión a Cristo.

16 Ahora pues, ¿por qué te detienes? Levántate, y bautízate, y lava tus pecados, invocando su nombre. Hechos 22

Es claro que los pecados se lavan por invocar su nombre, no por el agua de bautismo, algo recalcado no sólo por Ananías, sino también por Pedro y Juan (Hec. 10.43, 1 Juan 2.12). Pero el bautismo es tan cercanamente asociado con la conversión que se incluye como uno de los pasos de ella. Y en muchos casos era un criterio definitivo. Pero la polémica radica en si es un criterio invariable. Y sencillamente no lo es. La prueba de esto es la falta de bautismo como condición en casi todas las demás promesas y exhortaciones de ser salvo.

El bautismo como condición es singularmente ausente en la gran mayoría de las promesas y exhortaciones. Estos no eliminan el bautismo como la principal expresión de fe, ni como demanda nuestra, solamente hacen claro que no forma parte de la operación verdadera, ni aun cuando se incluye como condición secundaria, condiciones que dependen de circunstancias inmediatas. Estos acompañamientos naturales de la fe a menudo se manifiestan en diferentes maneras o siguen diferente orden. En algunos casos el bautismo como condición no sería aplicable, como en prisión, o al muy enfermo. Pero la fe en Cristo y en su sacrificio es lo esencial en todos los casos.

Nada hace más claro el error de hacer del bautismo una condición invariable de salvación, que los casos insignes de quienes fueron salvos sin el "sacramento" de agua. Tertuliano trató el caso de Abraham, cuya fe le salvó sin bautismo, replicando que eso era antes de la "ley" del bautismo. Sin embargo, Abraham es llamado "padre de todos nosotros," y somos salvos por la misma fe que tuvo él (Rom. 4). Pablo niega la necesidad de circuncisión con el mismo argumento, que Abraham fue salvo antes de ser circuncidado. El argumento es formidable. Pero no dependemos exclusivamente del caso de Abraham. Aun después de la demanda de bautismo hay casos por explicar. ¿Cuántas veces Cristo pronunció a alguien perdonado, o salvo, no solamente sin mencionar el bautismo, pero definitivamente sin el bautismo?

Mat. 9:2 Confía, hijo; tus pecados te son perdonados.

Lucas 7:48 Y á ella dijo: Los pecados te son perdonados.

Lucas 7:50 Y dijo á la mujer: Tu fe te ha salvado, ve en paz.

Lucas 17:19 Y díjole: Levántate, vete; tu fe te ha salvado.

Ninguno de estos fueron bautizados al ser pronunciados "salvos." El caso más notorio es del ladrón en la cruz. No solamente Cristo le dio la salvación, prometiendo llevarle con él al morir, y no mencionó la necesidad del bautismo, sino obviamente el ladrón no fue bautizado después, porque dice que murió allí en la cruz. He oído algunos Campbellitas suponer que pudiera haber sido bautizado antes, lo cual parece mejor argumento para Católicos. Se bautizan antes de arrepentirse, antes de creer, antes de buscar. Pero lo que argumentan aquí no es un bautismo antes de creer, sino suponen que el ladrón era Cristiano antes de ser condenado como ladrón, y en la cruz solamente se reconcilia con Cristo. De por sí muy dudoso, trae a la mente otras dudas, como que si el bautismo es necesario para la primera salvación de uno, ¿porqué no es necesario en las que siguen después? Si se puede perder la salvación que logras por bautismo entre otras cosas, se me hace lógico que el bautismo fuera necesario para recuperarla.

Otros reconociendo la dificultad del caso, y por eso un poco más desesperados quizás, suponen que el ladrón en la cruz tiene que ser una excepción . Ante cual lógica les recordamos que el ladrón en la cruz no es el único caso. Pero este argumento confunde el asunto aun más. En primer lugar, el ejemplo de salvación que Dios proveyó justamente en el momento clave de la historia, en la misma muerte de Jesucristo por nuestros pecados, suponen ser una "excepción." Se me hace más creíble que nuestros casos fueran las excepciones, pero con todo, da lo mismo. Suponiendo que sí, que el ladrón es una excepción, demuestra exactamente lo que hemos mantenido. Bautismo no es esencial a la salvación. Hay excepciones. Hay casos especiales. No todos los salvos fueron bautizados. Exactamente. ¿De qué estábamos hablando?

Una cosa más que es necesario aclarar. Bautismo no solamente es un símbolo cristiano de la salvación, es también una ordenanza que Dios ha impuesto sobre los Judíos para su salvación nacional. El versículo favorito del Campbellita es aquella exhortación de Pedro a Israel.

38 Y Pedro les dice: Arrepentíos, y bautícese cada uno de vosotros en el nombre de Jesucristo para perdón de los pecados; y recibiréis el don del Espíritu Santo. Hechos 2

Para el regenerado en agua este texto es definitivo. Se bautizó precisamente para recibir perdón de pecados, y por lo menos en parte confía en su cumplimiento de ese rito para su salvación. Y es precisamente lo que nosotros negamos, vehementemente. No recibimos el perdón de pecados por el bautismo. Lo recibimos por invocar su nombre (orar a él, confesar a él, confiar en él). No quiero decir que el bautismo público no cuenta como confesión de Cristo, porque supongo que en la mayoría de casos sí lo es. Aunque lógicamente no cuenta como el "pedirlo" de él, o "venir" a él, como Cristo demandó tantas veces. Sin embargo, la confusión que sufren por este texto es porque desconocen lo que Dios estaba ofreciendo a Israel en los primeros capítulos de Hechos. Bautismo era la ordenanza de arrepentimiento que Dios había impuesto sobre el pueblo de Israel desde Juan Bautista.

4 Bautizaba Juan en el desierto, y predicaba el bautismo del arrepentimiento para remisión de pecados. Marcos 1

Esto no fue una demanda genérica ofreciendo perdón a individuos a cambio del bautismo. La promesa específica de que hablaba fue al pueblo de Israel y a la ciudad de Jerusalem (Isa. 40.1). Dios envió a Juan para pregonar el "tiempo cumplido," y el pecado perdonado no era de individuos, sino el pecado colectivo del pueblo, cuyo castigo había sido severo y largo (Isa. 40.2). El perdón que se ofrecía no solamente dependía del bautismo de los Israelitas, sino el bautismo de "cada uno de ellos." La promesa era nacional, así que la oferta de perdón era colectiva, y la demanda era que el pueblo tenía que arrepentirse como una entidad.

26 Y luego todo Israel será salvo; como está escrito: Vendrá de Sión el Libertador, que quitará de Jacob la impiedad; Romanos 11

El libro de Hechos hace claro que la oferta de perdón nacional se ofrecía al pueblo aun después que crucificó a Cristo. Con un poco de atención verás que el mensaje de Pedro no enfatizó salvación personal, sino el prometido día del Señor, grande y manifiesto, con todo y prodigios en el cielo. Su conclusión se dirigió a Israel:

36 Sepa pues ciertísimamente toda la casa de Israel, que á éste Jesús que vosotros crucificasteis, Dios ha hecho Señor y Cristo. Hechos 2

Cuando preguntaron "¿qué haremos?" no estaban preguntando cómo aceptar a Cristo, ni cómo convertirse de sus vicios. Estaban preguntando cómo remediar el error que cometieron como pueblo. La respuesta de Pedro era repetir lo que los apóstoles habían predicado desde el ministerio de Juan Bautista, el bautismo de arrepentimiento para remisión de pecados. La promesa todavía era para ellos y sus hijos, pero para recibir el perdón tenían que arrepentirse en masa, ser bautizados todos, y recibir al que habla desde el cielo. El libro de Hechos es mayormente la narración del segundo rechazo de Israel a su Mesías. Así que, para entender el pasaje es importante al "regenerado en agua" ver la diferencia transparente entre lo que predicaron a Judíos al principio, y lo que predicaron a Gentiles después.

47 Entonces respondió Pedro: ¿Puede alguno impedir el agua, para que no sean bautizados éstos que han recibido el Espíritu Santo también como nosotros? Hechos 10

A Israel predicaron bautismo colectivo, aunque el que creía se salvaba personalmente, independientemente de la nación (Heb. 4.3). Pero entre Gentiles bautizaron a los que habían ya sido salvos. Pedro no impuso un requisito de bautismo sobre los Gentiles. Reconoció que habían ya recibido el Espíritu, y de consiguiente no tenía sentido impedirles el bautismo. Es por esto que Pablo dijo, "no me envió Cristo a bautizar, sino a predicar el evangelio." No me sorprende que se confundieron los que a través de la historia leían la Biblia con ojos enfocados sobre ritos, o modernos que pasan por alto el contexto del pueblo de Israel. Pero no hay pretexto. La salvación personal no depende de bautismo. Es solamente un símbolo de ella. Y los que cometen este error, por confiar en el rito mismo, peligran sus almas.