La Epístola

Isidro Fabela # 999

Col. Tres Caminos

CP 50010 Toluca, Edo. Mex.

#151 Marzo, 2007

Impreso en México

www.epistola.valera1909.com

Calendario

Marzo 2 y 3, Querétaro: viernes y sábado, taller de predicadores con evangelista Miguel N. Jackson, todos invitados.

Abril 26 al 29, Querétaro: jueves a domingo, predicación de evangelistas propios, Isaac Girón y Manuel Ojeda, de Pachuca,

Mayo 2 al 6, Guadalajara: conferencia de exhortación con pastores Joel Martínez y Elías Barba de León.

Mayo 6, Toluca: Héctor (Cuco) Ruiz, misionero en Zacatecas, compartirá su ministerio a la iglesia.

Mayo 10 al 15, Pachuca: jueves a martes, conferencia de avivamiento con evangelista Memo Kincaid.

Junio 1 al 3, Aguascalientes: viernes a domingo, reunión de mujeres, de 15 años para arriba, de todas las iglesias son invitadas. Las conferencistas, con dos mensajes cada una, serán Pati Tovar de Santoyo sobre ministerios de mujer, Guillermina Hernández sobre solteras, Eli Baez de Sotelo sobre compañerismo de mujeres, Déborah West de Kincaid sobre la mujer ejemplar, y Terri Noyola de Jackson y Ema Gómez de Hernández sobre otros temas por anunciar. El lugar es el salón Jardín Alameda, ubicado en la esquina del segundo anillo y la salida a San Luís Potosí, (cerca de la estación de bomberos). El costo será de 150 pesos para cada mujer que asiste, incluyendo las de Aguascalientes, que cubrirá el salón y las comidas. Se deberá depositar en la cuenta Bancomer #0154727029 antes de abril 15, y llevar su ficha de depósito a la reunión. Habrá hospedaje (piso) para las que quieren llevar sus propias cobijas y almohadas.

Junio 24 a Julio 1, Querétaro: domingo a domingo, conferencia de tema libre con evangelista Miguel N. Jackson.

Julio 6 y 7, Pachuca: viernes y sábado, reunión de Predicadores. Mensajes asignados a Lorenzo Abarca de Morelia, Alberto Sotelo de Guadalajara, Juan Castillo de Toluca y Juan Girón de Querétaro. Además nos avisan que habrá un predicador sorpresa, por lo que advierten a cada uno que asiste que venga preparado para predicar, por si se le escoge.

Julio 19 al 22, Celaya: jueves a domingo, conferencia de evangelismo extranjero, con evangelistas Isaac Girón de Pachuca, y Guillermo Kincaid de Toluca.

Agosto 12 al 19, Aguascalientes, Mitla: Conferencia Tema Libre, con evangelista M. N. Jackson.

Agosto 16 al 19, León, Hidalgo y Coecillo: conferencia de evangelismo extranjero, con evangelistas de León Alberto Sotelo, Noé Castillo, Juan Tovar y Flavio Santoyo, y además pastores Mike Veach de Nueva York y Brian Thibault de San Antonio.

Correcciones

Joel Martínez, León Cel. 045-477 171-6875

Marco Chaires, Pachuca Cel. 045-771 158-8348

 

 

 

Dios no se Avergüenza

16 Empero deseaban la mejor, es á saber, la celestial; por lo cual Dios no se avergüenza de llamarse Dios de ellos: porque les había aparejado ciudad.

Hebreos 11

La Biblia está repleta de dichos extraordinarios, cuales son una mina de tesoros al creyente que los busca. Como creyentes en la inspiración verbal de la Biblia creemos que cada palabra es importante, y por lo tanto reconocemos que tales dichos sorprendentes no son accidentes, ni insignificantes, sino "manojos echados a sabiendas" (Ruth 2.16). El creyente sabio pesquisa tales como joyas. Los memoriza. Son tema de los mejores mensajes. Y uno de ellos es este, que Dios no se avergüenza de llamarse Dios de aquellos. Tanto así que les ha preparado una ciudad.

¿Vergüenza en Dios?

El no avergonzarse de unos implica que se avergonzaría de los demás, y que es inusual e inesperado que no fuera avergonzado aun de estos pocos. Obviamente aquí se nos implica que Dios se avergüenza por lo general de llamarse Dios de los humanos. Pero aunque es lógico por ser los hombres como somos, aun esto es un poco curioso. La idea de avergonzarse implica varias cosas que no inmediatamente podemos asociar con Dios. Y seguramente, al considerar estas implicaciones, algunos volverán al pasaje y notarán que es solamente negativo. No dice que Dios se avergüenza de los demás. Solamente dice que no se avergüenza de estos. Pero me pregunto, ¿porqué diría que no se avergüenza de unos si nunca se avergüenza de ningunos? Sin embargo, los problemas que surgen por suponer que Dios siente vergüenza por los humanos presiona a los devotos resistir las implicaciones.

Por ejemplo, vergüenza es una emoción. Que Dios se avergüenza implica que Dios es un ser emocional. La idea que tuviera sentimientos, y que estos le afecten, es contraria a la naturaleza divina que imaginamos. Pero Dios se describe muchas veces como un ser emocional. Cuando vio a los hombres en la tierra continuamente y solamente mal dice que le "pesó en su corazón." ¿Esto qué es sino dolor, tristeza y lástima? Varios atributos de Dios se reconocen comúnmente como emociones, tales como amor y odio, alegría y enojo. Suponemos que estas emociones no le son tan ligeras o variables como las nuestras, pero no solamente dice las escrituras que Dios siente estas cosas, es claro que hace decisiones por ellas. Notamos que el fin del mundo será resultado de la ira de Dios, y aun el furor de su ira. Pena por parte de Dios es no más otro ejemplo.

Pero hay más. Avergonzarse implica vulnerabilidad. Implica que Dios puede ser lastimado. Nos hace imaginar a Dios con pena, con tristeza, contrito, aun desconfiado o nervioso. Estos atributos no caben en la revelación de Dios. Dios es invulnerable. Nadie le puede lastimar. Nadie le puede sorprender. Todo se ha hecho conforme a su voluntad. Dios es Dios, super-inteligente, poderoso y alto, y todo subsiste por él. Si verdaderamente puede sentir vergüenza por cualquier cosa significa que de alguna manera su fortaleza no es impenetrable. Puede sufrir. No sé cómo explicar esto. Quizás la implicación está exagerada, y no debemos imponer demasiada importancia a la inferencia de la frase. Sin embargo, si se avergüenza de unos, estas cosas siguen lógicamente.

Otra objeción a este concepto es que el avergonzarse implica asociación con la vergüenza. ¿Pues cuál vergüenza puede haber en ser Dios de alguien? Sería gloria en todo sentido. Entre más alto es que nosotros, más gloria es para él, ¿no es así? Ninguno siente vergüenza por ser mejor que otro. Entre más rápido es el corredor, más gloria le es, y nada de vergüenza por más lento que fueran sus competidores. Un joven inteligente siente compasión por sus compañeros burros, pero no siente vergüenza de ser llamado el más listo, el sesudo, el Einstein del grupo. Así que, ser llamado el Dios de otros, aun los más miserables sinvergüenzas imaginables, es todavía una gloria. Especialmente si eres el verdadero Dios, todopoderoso y todo sabio.

Así que, si Dios siente vergüenza, no es por lo que es, o la responsabilidad que tiene, sino por la asociación que reconoce con la vergüenza. En plan de explicar, si ves un joven desconocido en las noticias, y es acusado de ser ladrón, o narcotraficante, eso no te avergüenza, aunque te enoje. No tiene nada que ver contigo. Pero si es tu compañero te avergüenza. Aun si no más fue detenido en otro país y en el noticiero menciona que es tu compatriota, puede causarte un poco de vergüenza. Pues solo te avergüenza si se asocia contigo en algo. Si le da pena a Dios ser llamado Dios de pecadores vergonzosos, demuestra que es verdaderamente asociado con ellos.

Pero hay Calvinistas que insisten que Dios no es asociado con la vergüenza de los humanos. Dicen que ni siquiera ama a los humanos en general, sino solamente a los elegidos. Según su teoría extrema los no-elegidos fueron creados para ser destruidos, como bestias. Pero estos se atorarían en explicar porqué Dios sintiera vergüenza por ser el Dios de ellos. Así que tendrán que negar que Dios siente vergüenza por ellos, aunque aquí lo implica. Pero la vergüenza mencionada es por ser llamado el Dios de ellos. Si se avergüenza de la mera asociación con ellos en nombre, ¿cuánto más debe avergonzarse una asociación verdadera? Si ser llamado Dios de alguien le da pena, ¿cuánto más ser su Dios? Y ¿cómo pueden negar que Dios es el Dios de ellos? Aunque rehusara ser llamado su Dios, es seguramente su Dios. Les hizo. Son hechos en su imagen. Precisamente la vergüenza que siente es por ser aquellos un reflejo de su persona. Así que, le es una vergüenza aunque rechace la asociación.

Obviamente Dios siente alguna conexión o responsabilidad hacia los incrédulos. Dios no puede sentirse avergonzado de los animales porque están cumpliendo su propósito exactamente. Además porque no son imagen de Dios, ni siquiera pueden pecar. Pero si siente vergüenza por humanos, es porque le son su reflejo, y de alguna manera esto indica que tenía esperanzas para todos ellos. "Esperanza" no es un atributo de Dios completamente entendible, pero es bíblico (Rom. 8.20). Se concluye que existe alguna pérdida verdadera, alguna tragedia real, en la vida desperdiciada de los humanos. Esto no quiere decir que Dios tuvo la culpa, o que la tragedia era su propósito. Dios se revela como independiente de la culpa. Esto no es lógico, pero por la fe lo sabemos. Sin embargo, la implicación queda fuerte. Dios es llamado el Dios de los perdidos e incrédulos porque es su Dios, y lógicamente y bíblicamente le es una pena.

Una curiosidad más. Avergonzarse, o no avergonzarse, implica importancia de alguna opinión ajena. Uno tiene que preguntar, ¿entre quienes se avergüenza? Vergüenza es el sentimiento de humillación, y humillación es relativa a otros. A menos que Dios tiene la singular capacidad de sentir vergüenza por su propia cuenta, sin que nadie exista para educirle la pena. Puede ser, pero el contexto hace claro que la vergüenza es relativa a otros. La pena es por "llamarse" Dios de ellos, así que, tiene que ver con su reputación. Esto hace claro que la opinión de otros importa a Dios. ¿Hay otros dioses para que sintiera pena ante ellos? Dios no conoce ninguno.

8 No temáis, ni os amedrentéis: ¿no te lo hice oir desde antiguo, y te lo dije? Luego vosotros sois mis testigos. No hay Dios sino yo. No hay Fuerte: no conozco ninguno.

Isaías 44

Así que, la opinión que importa a Dios es de los seres creados. Los ángeles, quizás.

10 Para que la multiforme sabiduría de Dios sea ahora notificada por la iglesia á los principados y potestades en los cielos,

Efesios 3

Aparentemente hay seres creados en los cielos cuyas opiniones le importan a Dios. Esto no me explico. Si son ángeles capacitados para dialogar con Dios, hechos tan sabios para que al mismo Creador le importe sus opiniones, me es un gran misterio. No puedo imaginar cómo sucede tal cosa.

¿O será que nuestra opinión de él importa? Si hay pensamientos profundos en este texto, este es el más profundo. La idea que nuestra opinión acerca de Dios le importaría a Dios es extraordinaria. ¿A Dios le puede importar lo que "cien mexicanos dijeron?"

13 Y viniendo Jesús á las partes de Cesarea de Filipo, preguntó á sus discípulos, diciendo: ¿Quién dicen los hombres que es el Hijo del hombre? Mateo 16

Alabanza en sí es un misterio. Obviamente nos gusta a todos la alabanza. La recibimos con gusto de casi cualquier. ¿Pero Dios? Curiosamente, Dios parece preferir la alabanza de los más pequeños de sus criaturas.

16 Y le dijeron: ¿Oyes lo que éstos dicen? Y Jesús les dice: Sí: ¿nunca leísteis: De la boca de los niños y de los que maman perfeccionaste la alabanza?

Mateo 21

Yo no puedo imaginar bien a Dios disfrutando nuestra alabanza. No me parece posible que tuviera alguna importancia. Ni tampoco la alabanza de los ángeles. Pero si hay algo revelado en la Biblia es la importancia de nuestra adoración a Dios, y que Dios busca tales adoradores.

23 Mas la hora viene, y ahora es, cuando los verdaderos adoradores adorarán al Padre en espíritu y en verdad; porque también el Padre tales adoradores busca que adoren.

Juan 4

Bueno, el texto revela, por lo menos implica, que Dios siente vergüenza en ciertas circunstancias. Pero el importe del pasaje es que no se avergüenza de unos. El no avergonzarse es uno de los "testimonios alcanzados," testimonios específicos de Dios acerca de ciertos humanos, tema digno de una Epístola aparte, y que tarde o temprano pienso tocar. Siendo el testimonio de Dios es extraordinario. Como frase solamente se usa una vez aparte.

Hermanos de Jesús

11 Porque el que santifica y los que son santificados, de uno son todos: por lo cual no se avergüenza de llamarlos hermanos,

Hebreos 2

Cristo no se avergüenza de llamar a los santificados "hermanos" porque "todos son de uno mismo." Comentaristas dicen que por ser ambos de Dios padre, Cristo no se avergüenza de aquellos. Pero esto es curioso también porque son llamados sus hermanos antes de su salvación.

12 Diciendo: Anunciaré á mis hermanos tu nombre, en medio de la congregación te alabaré.

Hebreos 2

Así que, comentan, tiene que ser por la elección. Habla de aquellos que iban a ser sus hermanos. "Son de Dios" antes de ser salvos. Y el contexto parece confirmarlo.

13 Y otra vez: Yo confiaré en él. Y otra vez: He aquí, yo y los hijos que me dió Dios.

Hebreos 2

El concepto de hombres dados a Jesús por Dios es un poco extraño en sí, y es muy controversial. La idea es que Dios había seleccionado ciertos humanos para salvación, y estos los había dado a Jesús antes que creyesen. No obstante las objeciones de los que no creen en la elección, y que prefieren suponer que nadie es "dado" a Jesús antes de creer, los evangelios describen esta misma cosa muchas veces.

37 Todo lo que el Padre me da, vendrá á mí; y al que á mí viene, no le hecho fuera.

44 Ninguno puede venir á mí, si el Padre que me envió no le trajere; y yo le resucitaré en el día postrero.

65 Y dijo: Por eso os he dicho que ninguno puede venir á mí, si no le fuere dado del Padre.

Juan 6

29 Mi Padre que me las dió, mayor que todos es: y nadie las puede arrebatar de la mano de mi Padre.

Juan 10

2 Como le has dado la potestad de toda carne, para que dé vida eterna á todos los que le diste.

6 He manifestado tu nombre á los hombres que del mundo me diste: tuyos eran, y me los diste, y guardaron tu palabra.

Juan 17

No me queda duda del hecho de la elección. Son dados antes de venir a Jesús, y antes de tener vida eterna. Ninguno de nosotros hubiéramos creído si no fuera por la decisión distintivo de Dios Padre. Dios hizo algo en nuestros corazones antes que creímos, precisamente para hacernos creer, y eso es lo que nos distinguió de los demás.

45 Escrito está en los profetas: Y serán todos enseñados de Dios. Así que, todo aquel que oyó del Padre, y aprendió, viene á mí.

Juan 6

14 Entonces una mujer llamada Lidia, que vendía púrpura en la ciudad de Tiatira, temerosa de Dios, estaba oyendo; el corazón de la cual abrió el Señor para que estuviese atenta á lo que Pablo decía.

Hechos 16

6 Porque Dios, que mandó que de las tinieblas resplandeciese la luz, es el que resplandeció en nuestros corazones, para iluminación del conocimiento de la gloria de Dios en la faz de Jesucristo.

2 Corintios 4

Así que, no resisto a la doctrina de elección. Pero esta interpretación del texto de Hebreos no me convence. Yo creo que es más sencillo. Y en realidad, la interpretación "correcta" (en mi opinión) es aun más sorprendente. Yo creo que el libro de Hebreos habla de las promesas específicamente dirigidas a los Hebreos, la nación de Israel. No creo que habla genéricamente a los creyentes, ni a la iglesia universal cual incluye Gentiles. Fíjate que en el contexto de Hebreos, los "hijos" fueron llamados "hijos" antes que Cristo tomara carne. Cristo tomó carne porque los "hijos" eran de carne.

14 Así que, por cuanto los hijos participaron de carne y sangre, él también participó de lo mismo, para destruir por la muerte al que tenía el imperio de la muerte, es á saber, al diablo,

Hebreos 2

Estos no son los hijos de Dios, entonces, que no lo son hasta creer en Jesús y nacer de nuevo. Notarás también, tal vez, que en Hebreos Cristo tomó la naturaleza de Abraham, en vez de la de Adam, cual hubiera sido el más lógico contraste con ángeles en el contexto.

16 Porque ciertamente no tomó á los ángeles, sino á la simiente de Abraham tomó.

Hebreos 2

Así que los "hermanos" en el contexto no son los hijos de Dios, sino los hijos naturales de Abraham. Así solían hablar los Judíos de esa generación (Mat. 15.26). El importe del texto es que Cristo no se avergonzó de llamarse Judío, hermano de los Hebreos, no porque ambos eran hijos de Dios, sino porque ambos eran hijos de Abraham. Y si hay algo que los Cristianos Gentiles han resistido más que la doctrina de elección, es esta doctrina de la importancia de los Hebreos a Dios. (Se toca la interpretación de Hebreos en Epístolas 50 al 52.)

Dios no avergonzado de creyentes

Pero nuestro texto es aun más impresionante en mi opinión. La idea que Cristo no se avergüenza de sus hermanos en la carne me es en alguna medida entendible, no solo por ser físicamente uno de ellos, sino también porque sufrió las mismas cosas que ellos. Nació de mujer, se sujetó a padres carnales, sufrió hambre, cansancio y aun dolor. No es grande salto entre esa circunstancia y el asociarse con los Hebreos como hermanos, aunque ellos deben sentirse muy halagados y agradecidos por el hecho. Pero en nuestro texto el concepto es que Dios, en su plena capacidad como Dios, no se avergüenza de ser llamado el Dios de ellos. Dios, aun en su perfección no siente vergüenza alguna por los creyentes, aquellos que viven por fe.

Como dije, no avergonzarse es un testimonio extraordinario en sí. Si no se avergüenza de estos, se entiende que le es un honor asociarse con ellos. No es lo mismo que ser agradado con ellos, o ellos ser reconocidos por él. Significa que es orgulloso de ellos. Quizás es un poco atrevido distinguir tanto estos testimonios de Dios, pero es importante en este caso porque el motivo es lo sobresaliente. Obviamente es la fe que produce este sentimiento en Dios. Pero una fe específica es mencionada.

13 Conforme á la fe murieron todos éstos sin haber recibido las promesas, sino mirándolas de lejos, y creyéndolas, y saludándolas, y confesando que eran peregrinos y advenedizos sobre la tierra.

14 Porque los que esto dicen, claramente dan á entender que buscan una patria.

15 Que si se acordaran de aquella de donde salieron, cierto tenían tiempo para volverse:

16 Empero deseaban la mejor, es á saber, la celestial;

Hebreos 11

Este texto me es especialmente interesante porque creo que de todos los testimonios de Dios, de los cuales nos encontramos lejos de lograr, este testimonio nos queda posible. Es importante reconocer aquí que el orgullo que Dios siente por estas personas no tiene que ver con la justicia o piedad en ellos. O sea, no es lo mismo que dijo acerca de Job.

8 Y Jehová dijo á Satán: ¿No has considerado á mi siervo Job, que no hay otro como él en la tierra, varón perfecto y recto, y temeroso de Dios, y apartado del mal.

Job 1

Job fue alabado por Dios por su vida disciplinada y recta. Pero aquellos mencionados en Hebreos 11 a menudo no eran así. ¿Qué podemos decir de Jacob y Rahab, Jephté y David? No tenían el testimonio de Job, por cierto. Pero el singular testimonio de fe que alcanzaron los de este testimonio, especialmente (porque no sé cómo aplicarlo a Abel), Enoch, Noé, Abraham y Sara, es que confesaron que eran "peregrinos y advenedizos sobre la tierra" (v. 13). Esto no es para enfatizar lo que dijeron (v. 14) más de lo que hicieron, por supuesto, porque se recalca los hechos también, (que salieron, y no volvieron, v. 15). Sin embargo la motivación era lo importante. Deseaban la mejor, es a saber, la celestial. Por su decisión, por su deseo, por su visión, Dios no se avergüenza de ellos.

De nuestro punto de vista creo que esto es demasiado relevante y revelador. Vivimos en un mundo donde la maldad se ha multiplicado, y la caridad de muchos se ha resfriado. Cristo había prevenido a sus discípulos que se esperaba que nuestros pies se ensuciarían (Juan 13.10), pero sentimos que el polvo de este mundo se nos ha pegado en todo el cuerpo. Reconocemos que no podemos servir de ejemplo para Dios como Job. Demasiadas veces nuestras oraciones empiezan con "perdóname." A veces dudamos si fuera posible que Dios nos usara, y ni modo de pensar que fuéramos "buen olor de Cristo" para Dios, como Pablo y Timoteo (2 Cor. 2.15).

Sin embargo, este testimonio no me parece imposible lograr, aun para nosotros de esta generación. Podemos discernir tres criterios en este testimonio divino, que algunos, aun entre nosotros, logramos, por lo menos en parte, tales como decisión por las promesas, desdeño al mundo, y vista del cielo.

Decisión por las promesas

Algo representativo de estos hermanos que lograron este testimonio de Dios es que todos hicieron una decisión en su vida que dependía de la promesa de Dios. Y no solamente hicieron la decisión, no volvieron atrás de esa decisión, ni aun en dificultad, ni aun en dudas, ni en la vejez. Si Enoch fue traspuesto no tuvo mucha oportunidad de volver, aunque conforme al criterio sí tuvo que decidir. Pero Noé hizo decisión para la vida, o ¿dirás que invertir ciento veinte años y un dineral en el arca fuera decisión irresoluta y vacilante? Pero el caso de Abraham y Sara es fundamental. Dejaron atrás su hogar, su familia y su herencia, y vivieron como peregrinos, y criaron sus hijos como peregrinos, todos por una promesa acerca de un futuro muy lejano, advertido desde el principio ser más de cuatro siglos (Gén. 15.13). Ellos no buscaban remuneración en esta vida, e hicieron la decisión una vez en su juventud (si en su caso podemos llamar la edad de 75 años joven).

Pero aquí es lo interesante. Yo creo que conozco muchos hermanos de mi generación que han hecho una decisión semejante. Cristianos evangélicos por millares se han rendido al llamamiento misionero, dejando atrás su hogar y familia, y formando una nueva vida peregrina, criando sus hijos en esa obra. Yo conozco docenas de ellos personalmente, y he convivido y colaborado con ellos durante años. En casi todo sentido su fe ha sido consistente y comparable con la fe de Abraham y Sara. No me queda duda que en esto han alcanzado el mismo testimonio.

Desdeño al mundo

Los patriarcas que no avergonzaron a Dios mostraron también un menosprecio al mundo y las cosas en él. No quiero decir que fueron pobres, porque ninguno lo fue. Pero las cosas que para la mayoría eran de máxima importancia, herencia y hacienda, sacrificaron por su visión de fe. Y los evangelistas de nuestras iglesias han sacrificado las mismas cosas. Pero aun más, veo yo que las ofrendas que les sostienen en la obra son del mismo carácter. He visto personalmente el sacrificio que muchos Cristianos "ordinarios" han hecho por amor de la obra del evangelio. Ni por el pretexto de pobreza, ni por temor de sufrirla, han cesado de invertir, cada quincena, los sacrificios de comunicación, tan agradables al Señor. Incluyo los diezmos, por supuesto, pero hablo también de doble diezmos a veces, y ofrendas especiales sorprendentes. El hecho que estas ofrendas son exclusivamente por el bien de otros, y que no reciben nada en esta vida por haberse "mochado" de ellas, me hace categorizarles a estos hermanos como participantes de semejante testimonio. Dios no se avergüenza de tales.

Vista del cielo

Pocos Cristianos no se elevan en sincero jubileo cuando consideran el cielo. Predicadores reconocemos los temas de ánimo a Cristianos, y mientras predicamos solemos "echar manojos a sabiendas" a los oyentes, no más para oírles un amén rotundo. Predicador que quiere animar a la iglesia incorpora el cielo en su mensaje, o las "mansiones," (o el rapto, o la resurrección). Si hay algún tema que universalmente nos reanima como creyentes, es aquella fiesta culminante con nuestro Salvador.

Pero hay una diferencia entre gozarse de la idea del cielo, y verdaderamente desear el cielo. Seguramente hay Cristianos entre nosotros que aman demasiado a este mundo. Todos somos avaros hasta algún punto. Y es una falta de fe, sin duda. Los hermanos que no han aprendido diezmar, u ofrendar mucho más cuando se les presenta la oportunidad, no deben engañarse. Amar el cielo es más que palabras. Los que verdaderamente buscan la patria celestial son aquellos que invierten en ella. Los que no, son aquellos de "poca fe."

Pero hay muchos entre nosotros que de palabras y hechos confiesan ser peregrinos en la tierra. Los he visto, y he convivido con ellos. Han tenido tiempo para volverse, pero siguen porque miran de lejos. Siguen congregándose y tanto más cuanto ven que aquel día se acerca. Siguen ofrendando porque desean algo mejor. Ni tampoco hablo de ofrendas mayormente, sino pienso también de la constancia en la predicación, que depende exclusivamente de su fe en el cielo. El enfoque en el evangelio es la fe en la vida eterna. Predicadores, por definición, han visto lo eterno de lejos, lo han creído y lo han saludado. Conozco muchos que siguen saludándolo hasta ahora.

Además, amamos su venida. No estamos fingiendo. No tenemos tanta fe como aquellos, quizás, que murieron sin ver siquiera una pista del fin del mundo. Pero aun si se debe a las señales alrededor en nuestra generación, nos hemos levantado los ojos un poco. Buscamos la patria de Dios, la ciudad celestial, y no más por eso Dios no se avergüenza de llamarse el Dios nuestro. A pesar de todo el mundanismo en la iglesia moderna, y la tibieza, y la ociosidad, se puede decir que por nuestro deseo de su venida, por nuestro fanatismo en el evangelio, por lo loco que parezcamos a los sabios e intelectuales del mundo, Dios se ha puesto orgulloso de nosotros, como un padre de un hijo poco destacado, pero cumplido en alguna cosa sustancial. No es para justificar nuestras fallas, o compararnos con los grandes, pero la inversión de los hermanos en la patria celestial, y la fe demostrada en las cosas celestiales, es algo que me bendice todos los días, y lo que es incomparablemente más, es algo que enorgullece al Señor.

8 Por lo demás, me está guardada la corona de justicia, la cual me dará el Señor, juez justo, en aquel día; y no sólo á mí, sino también á todos los que aman su venida.

2 Timoteo 4