La Epístola

Isidro Fabela # 999

Col. Tres Caminos

CP 50010 Toluca, Edo. Mex.

#149 Enero, 2007

Impreso en México

www.epistola.valera1909.com

 

Calendario

 

Enero 12 y 13, Zacatecas: Reunión de predicadores. Comienza a las 7 pm el viernes, en el salón de eventos Bucareli, Juan de la Barrera 6B, Colonia El Paraíso, Guadalupe, Zac. Los teléfonos en el croquis abajo son tipo celulares, (usar 044 en Zacatecas), pero puede llamar también a los teléfonos de casa: Ramiro (492) 899-5553, Marco (492) 899-5749.

Enero 26 al 28, Irapuato: Conferencia de avivamiento, con pastor Mariano Alba de Aguascalientes, y evangelista Marco Chaires, de Pachuca, ambos predicando cada reunión. Horario: Noches de viernes y sábado 7pm, Marco abre y Mariano cierra. Mañanas de sábado y domingo 10am, Mariano abre y Marco cierra. El domingo la reunión estará en el centro de convivencias a un costado del parque Revolución, (atrás del estadio). Todos son invitados.

Enero 28, Toluca: Evangelista Adolfo Urbina, enviado de Irapuato a Guadalajara, compartirá su misión con la iglesia de Toluca.

Febrero 8 al 11, Aguascalientes, San Marcos: jueves a domingo, conferencia de tema libre con evangelistas Refugio (Cuco) Ruiz, Miguel N. Jackson, y Memo Kincaid.

Febrero 15 al 18, León, Hidalgo: Conferencia de Exhortación, con evangelistas Memo Kincaid y Juan Castillo.

Febrero 23 y 24, Acámbaro: viernes y sábado, convivio de jóvenes de las iglesias alrededor, en el balneario El Paraíso (rumbo a la presa). Es para jóvenes pero todos son invitados, y se extiende también la invitación a las iglesias más lejanas. Cualquier iglesia que envía jóvenes debe también enviar adultos responsables. Entrada cuesta 60 pesos por persona, cada iglesia lleva propias cobijas, tiendas de campar, etc., y carnes para asar, aunque todo se preparará juntos. Para mas información llama a Juan Castillo (722) 215_5169.

Mayo 10 al 15, Pachuca: jueves a martes, conferencia de avivamiento con evangelista Memo Kincaid.

 

Iglesia Desperdiciada

10 Guardáis los días, y los meses, y los tiempos, y los años.

11 Temo de vosotros, que no haya trabajado en vano en vosotros.

Gálatas 4

Todo predicador anhela fruto, y fruto que permanezca. Algunos, nobles y espirituales hermanos estos, predican por años sin ver fruto, y se consuelan con galardones eternos, sabiendo que Cristo nos ve, y que nos premiará en aquel día, aunque no logramos nada visible en esta vida. Seguramente Dios tiene recompensa para tales. Pero no creo que esa sea la actitud correcta. Debemos examinarnos cuando no hay fruto, porque fruto es la promesa (Juan 15.16). Necesitamos persuadir a Dios mover en nuestros ministerios. La respuesta de fe es buscar a Dios, arrepentirnos de nuestros pecados y carnalidad y pleitos, confesar, orar y ayunar, sacrificar, predicar más y mejor, invertir el tiempo en la enseñanza paciente de los que se oponen, y demandar por fe la promesa. Esta actitud da resultados visibles, a veces dolorosamente lento, pero funciona. Es menos visible que lo que produce la innovación, el entretenimiento, y palabras suaves, pero el fruto es mejor, y permanece.

Sin embargo, aun para predicadores de fe y paciencia, en este texto Pablo alude a la posibilidad que todo fuera "en vano." Cuando leo esto, mi primera reacción es que Pablo está siendo demasiado dramático. Vamos, hermano, aun si contrario a la promesa, la iglesia dejara de existir, y cesara de predicar, la salvación de una sola alma es grande provecho. Valió la pena haber predicado en Galacia, pasa lo que pase. Pero Pablo dice "temer que haya trabajado en vano." Y eso no más porque están "guardando días." Vaya, Pablo, tienes muy altas expectaciones de sus iglesias. No están volviendo al mundo. No han perdido su fe. No están en pleitos irremediables. No están en graves pecados. Los Corintios estaban tolerando fornicación en su iglesia, aun incesto, y Pablo apenas reaccionó así. ¿Porqué se pone tan pesado? Por supuesto queremos que la iglesia sobresalga, pero son fiestas no más, no hay que exagerar el peligro. ¿Qué tan horrible puede ser que los Gálatas sean aficionados de las solemnidades judías? Estas no son exactamente los ingredientes de una vida disoluta y despilfarrada. Su actitud me trae a la mente padres que al enterarse que su hijo sacó malas calificaciones en el semestre, se desesperan, y le imaginan un vago, un borracho, un perdedor. Pero no es para tanto.

Festivales Legítimos

Este texto claramente indica que la iglesia no tiene ningunos festivales para guardar. Y Pablo es celosamente en contra de que agreguen alguno. Esto es algo que dentro de pocas generaciones se olvidó por completo. Pero es digno de mencionar que los "días"que estaban guardando fueron festivales ordenados por Dios, y que 30 años antes hubiera sido pecado no guardarlos. Los Gálatas se estaban judaizando, guardando solemnidades y sábados judíos, y parece que algunos querían circuncidarse, lo cual enfurece al apóstol. Pero Pablo también era circuncidado, y también guardaba las "costumbres" judías (Hec. 20.6, 21.20-26, 1 Cor. 9.20). Además, unos años después Pablo escribió a los Romanos que ellos tenían libertad de seguir celebrando esas mismas fechas.

5 Uno hace diferencia entre día y día; otro juzga iguales todos los días. Cada uno esté asegurado en su ánimo.

Romanos 14

Pedro nos avisó que Pablo era a veces "difícil de entender," y tengo que admitir aquí nos está probando la paciencia. Si nos quiere confundir lo está logrando. A unos permite guardar días, y a otros lo prohíbe. Bueno, antes de desesperarnos, consideremos el contexto de cada libro. Romanos trata con Judíos renunciando la ley de Moisés, y Gálatas trata con Gentiles adoptándola. Aunque no precisa en Romanos 14 que habla de Judíos y su ley, ni de sus abstinencias y solemnidades, el contexto lo aclara (3.31, 6.14, 7.6, 8.2, 10.4, 13.8), lo paralelo en otros lugares lo afirma (Hec. 15.19-21, Col. 2.16), y el contraste con Gálatas lo confirma, pues no hay otra explicación. Habían Judíos "flacos" en la fe, que no tenían la confianza para dejar de guardar los sábados, aunque habían creído el evangelio. Pedro estaba así por un tiempo (Hec. 10.14), entonces esta confianza no era automática, ni inmediata. Así que, algunos seguían observando el sábado y los ázimos, seguían absteniéndose de puerco y pulpo, y a ellos Pablo tiene paciencia. Pablo en ese caso regaña a los fuertes, los Gentiles inconsiderados, y los Judíos conocedores y confiados.

22 ¿Tienes tú fe? Tenla para contigo delante de Dios. Bienaventurado el que no se condena á sí mismo con lo que aprueba.

Romanos 14

Pero fíjate en el contraste entre Judíos y Gentiles salvos. Es cierto que Pablo varias veces declara la unidad de ambos. Es un gran misterio que le fue revelado.

6 Que los Gentiles sean juntamente herederos, é incorporados, y consortes de su promesa en Cristo por el evangelio:

Efesios 3

Pero a pesar de la unión espiritual y misteriosa de los Gentiles y Judíos, habían muchas diferencias prácticas entre ellos, por lo menos en el primer siglo. Y aquí casi por accidente, siendo que Pablo no explica directamente la discrepancia entre Romanos y Gálatas, vemos que lo que era permitido a los Judíos no lo fue a los Gentiles. Judíos tenían "libertad" para ya no observar las fiestas y reglamentos de la ley de Moisés, aunque para algunos, por su conciencia viva, y por largos años de costumbre, les era muy difícil dejar de observar estas cosas. Pablo insiste en Romanos 14 que está bien. No era gran cosa. Tienen libertad de seguir también. Pero cuando aquellos Judíos legalistas trataron de imponer las mismas reglas sobre los Gentiles, Pablo reventó una vena.

Festivales Paganos

La reacción de Pablo aquí siempre me hace reflexionar sobre el estado de las iglesias cristianas hoy en día. Si se inquietaba por las solemnidades judías entre los Gálatas judaizados, ¿cuánto más le preocuparía la apostasía que sucedió después de su muerte. Un siglo después Tertuliano sarcásticamente refirió a estos mismos contrastes de Pablo cuando se quejó de esto (año 200):

"Si todavía, dice [Pablo], agradara a los hombres, no sería siervo de Cristo. Pero el mismo apóstol en otro lugar nos manda agradar a todos; Como también yo, dice él, en todas las cosas complazco á todos. ¡Sin duda les complació celebrando la Saturnalia y calends Ianuaria [el año nuevo]! ¿O no fue [más bien] por paciencia, por gravedad, por benignidad, por integridad? O, igualmente, cuando dice, a todos me he hecho todo, para ganar a todos, ¿significa, a los idólatras un idólatra? ¿A los paganos un pagano? ¿A los mundanos un mundano? Sin embargo no nos prohíbe conversar con idólatras y adúlteros, y otros criminales, diciendo, os sería menester salir del mundo. Pero no relaja tales riendas de vida tal que, aunque nos es necesario vivir y concurrir con pecadores, podamos pecar con ellos también... El Espíritu Santo reprende a los Judíos por sus festivales. Vuestros sábados, lunas nuevas y vuestras solemnidades, dice Él, tiene aborrecidas mi alma. Por nosotros, a quienes sábados son extraños, como también lunas nuevas y festivales anteriormente aceptables a Dios, ahora la Saturnalia, la Ianuaria, la Brumalia y la Matronalia son frequentadas; regalos se llevan aquí y allá, presentes [de año nuevo] se dan con ruido, y deportes y banquetes se celebran con alboroto; oh,cuánto más fieles son los paganos a su religión, que se cuidan celosamente de no adoptar ninguna solemnidad de los Cristianos."

Tertuliano, De Idolatría, cap.14

{http://www.ccel.org/ccel/schaff/anf03.iv.iv.xiv.html}

Tertuliano menciona que los Cristianos gentiles finalmente no asimilaron los sábados y festivales judíos. Esto alegraría a Pablo, pero luego lamentaba que entonces estaban adoptando las fiestas paganas, especialmente las de fin de año. Las fiestas que Tertuliano menciona (excepto Matronalia) son directamente asociadas con nuestra Navidad. Estas fiestas entre Gentiles eran enormemente populares, y no nos debe sorprender. Cosecharon para fines de noviembre y en principios de diciembre sembraron de una vez para el siguiente año (quizás por no poder almacenar la semilla bien). Después de sembrar, el trabajo del campo cesó, y los hombres podían descansar. Entonces iniciaron las fiestas invernales, empezando con Saturnalia, la fiesta de Saturno, el dios de la cosecha (y mucho más). Primitivamente era fiesta de un solo día (caía entre el 17 y 19 de diciembre), pero llegó a ser tan popular que aun antes de Cristo fue expandido a tres, luego a cinco y a siete días, terminando el 23 o 24. Durante la fiesta los esclavos fueron libres, se daban presentes, decoraban las casas con ramas perennes (acebo y abeto) y hacían banquetes todas las noches. Tertuliano, siempre cáustico a los idólatras, deploraba la Saturnalia.

"Pero si no frecuento tus ceremonias religiosas, aun en tal día sagrado soy hombre. En la Saturnalia no me baño en la madrugada [como hacen ustedes] para no perder tanto día y noche; sino me baño a una hora honesta y saludable, que me preserva en calor y sangre. Puedo ser rígido y pálido como tu después de lavarme al morir."

Tertuliano, Apología, cap. 42

{http://www.ccel.org/ccel/schaff/anf03.iv.iii.xlii.html}

 

"¿Cuál menor inmundicia incurre [un maestro] por tal ocupación que es nominalmente y virtualmente consagrada públicamente a un ídolo? La Minervalia son de Minerva, tanto como la Saturnalia de Saturno, que pequeños esclavos en tiempo de Saturnalia tienen que celebrar. Regalos [de año nuevo] son cogidos, el Septimonium guardado; y los regalos de Brumalia, y la fiesta de familia se exige. Escuelas se adornan con flores, las flamínicas y aediles hacen sacrificio. La escuela se honra en días feriados. Lo mismo sucede en el día nativo de un ídolo; cada pompa del diablo es frecuentada. ¿Quién creerá que tales cosas convienen a un maestro cristiano?

Tertuliano, De Idolatría, cap. 10

{http://www.ccel.org/ccel/schaff/anf03.iv.iv.x.html}

La Saturnalia terminaba al llegar la Brumalia. En plan de explicar, recuerda que el Nuevo Testamento sucedió bajo el calendario juliano, que fue instituido por Julio César en 45 AC. Ahora estamos en el calendario gregoriano, instituido en tierras católicas en 1582, y en tierras protestantes en 1751, cual eliminó 10 días del calendario. En el cambio el solsticio invernal se cambió de diciembre 12 a diciembre 22. Pero en el primer siglo en el calendario juliano el solsticio invernal ocurría el 25 de diciembre. Se llamaba ese día la Brumalia, nombrado por ser el día mas breve del año ("brevissima" en Latín).

Más de un siglo anterior (153 AC) los Romanos habían cambiado el principio del año de marzo a enero, y aunque desconocemos el motivo específico, sin duda era más lógico que el año comenzara alrededor del solsticio, habiendo terminado el trabajo del año. El solsticio fue motivo de celebración en todas las culturas del mundo, no solamente por culto al sol, sino por ser naturalmente el cambio del año. Los días se acortan gradualmente hasta el solsticio, y después se alargan. Es natural reconocerlo y celebrarlo. Seguramente no es malo celebrar el cambio del año, siendo legado divino a todas las naciones. Pero los Cristianos concienzudos desde el primer siglo no lo hacían, porque popularmente eran festivales dedicados a ídolos. El año nuevo se celebró en el "calends" de Ianuario, o "principio" de enero, no por ningún dios, sino por ser el primer "calends" después del solsticio. Pero la fiesta duraba 6 días, o sea, hasta el 6 de enero, fecha que tuvo importancia en muchas culturas, probablemente relacionada con el dios Janus (Ianus o Dianus, forma masculina de Diana, Iana o Jana). Esta temporada también celebraron con banquetes, regalos y adornos de laureles y perennes. Por la asociación con festivales paganos, Cristianos repudiaron la celebración.

Si la Brumalia era fiesta idólatra al principio no lo sé. Bruma no era un dios, sino la palabra "brevissima," que significa el día más breve. Sin embargo Tertuliano la repudiaba. Pero algo sucedió en los primeros siglos que lo hizo aun más idólatra que antes. Mientras crecía el Cristianismo en el imperio también crecía el Mitraísmo, adoración de Mitras, dios persa (babilónico) asociado con el sol, religión adoptada por muchos soldados romanos contemporáneos a los apóstoles. Mitraísmo encomendaba buenas cualidades en los soldados, y para el tercer siglo se había propagado aun en la población. Cristianos de la época acusaron a Mitraísmo de adoptar algunas costumbres cristianas, {Justino Mártir, 1ª Apología, Cap. 67, http://www.ccel.org/ccel/schaff/anf01.viii.ii.lxvii.html} como la cena del Señor y el bautismo, pero también reconocieron la integridad de los soldados Mitraístas. {Tertuliano, De Corona, Cap. 15, http://www.ccel.org/ccel/schaff/anf03.iv.vi.xv.html} Aunque en tiempos de Tertuliano eran una secta todavía menor, poco después llegaron a dominar todo el imperio romano. El emperador Aureliano (270-275) era Mitraísta, y oficialmente estableció Mitras como el patrón del imperio, su religión como la religión oficial, y el día "Natalis Solis Invicti" (nacimiento del sol invicto) como la fiesta mayor, el mismo día de Brumalia. Natalis Invicti era el renacimiento del Sol, el 25 de diciembre, y así quedó entre los Romanos por siglos. El calendario de Filócalo, elaborado en el año 354, décadas después de la conversión de Constantino, dice que el 25 de diciembre todavía era "Natalis Invicti." {http://encuentra.com/documento.php?f_doc=2767&f_tipo_doc=9 [Español]}

Festival "Cristiano"

Así que, las tres fiestas del fin del año se asociaban con ídolos, por lo cual los primeros Cristianos las repudiaban. Los primeros dos siglos los Cristianos se encargaban de disputar con los idólatras, y sus polémicas son preservadas hasta hoy (libros enteros, como "De Idolatría," de Tertuliano). Por ejemplo, en aquel entonces los paganos acusaban a los Cristianos de también adorar el sol, porque se reunían el primer día (día del sol) [Lo siento, sabatistas, pero el domingo era su día, aunque no lo crean.] Tertuliano dijo:

"Otros, también, y ciertamente con mas información y mayor precisión, creen que el sol es nuestro dios. Nos cuentan Persas quizás, aunque no adoramos el orbe del día pintado sobre una toalla, porque está en todo lugar en su auténtico disco. La idea, sin duda, originó por habernos visto volver al oriente para orar. Y ustedes, muchos de ustedes, además bajo pretexto a veces de adorar los cuerpos celestiales, mueven sus labios al oriente. Si de la misma manera nosotros dedicamos el día del Sol [domingo] para regocijo, en algo nos semejamos a aquellos entre ustedes que dedican el día de Saturno [sábado] a relajación y lujo, aunque es lejos de ser por la costumbre judía, de la cual son de hecho ignorantes."

Tertuliano, Apología, cap. 16

{http://www.ccel.org/ccel/schaff/anf03.iv.iii.xvi.html}

Celosamente luchaban para distinguirse de los idólatras. Además, leyendo los escritos cristianos y heréticos de la época, una cosa queda claro, ninguno de ellos sospechaba un nacimiento de Cristo en diciembre. Ireneo y Tertuliano omiten por completo alguna fiesta de la natividad al nombrar fiestas cristianas. Orígenes reprende la costumbre de celebrar días nativos por completo, porque en la Biblia solamente pecadores lo hacen, mencionando a Faraón y Herodes. Arnobius ridiculizaba los días nativos de los dioses. {http://www.newadvent.org/cathen/03724b.htm} Sin embargo al comenzar el tercer siglo, algunos empezaron a pesquisar la fecha del nacimiento. Clemente de Alejandría (200) escribe que algunos teólogos egipcios por "demasiada curiosidad" suponen que nació el 20 de mayo, y otros concluyeron el 20 de abril. El documento "De Paschæ Computus" (243) que intenta "computar" el día de "Pascua" (la muerte de Cristo, polémica muy ferviente en los primeros siglos) supone sin pesquisa que Cristo nació el 28 de marzo, por ser el día de la creación del sol. Clemente también menciona que los Basilidianos celebraban la "epifanía" (manifestación de Cristo, o sea, su bautismo) o el 6 o el 10 de enero, y todos suponían que fue bautizado alrededor del día de su nacimiento por ser "como de treinta años" (Luc. 3.23). Pero el solsticio nunca fue asociado con el nacimiento de Jesús antes del cuarto siglo, un siglo después que el Mitraísmo había establecido ese día como el festival mayor del año. Por la evidencia no queda duda que la fecha y las costumbres de Navidad "cristiana" dependen de los festivales paganos del solsticio.

Justificaciones Modernas

Hay Cristianos modernos que intentan desmentir esta conclusión. Citan a "padres" del cuarto siglo que insistieron en la autenticidad de la fecha, como Crisóstomo (385), que luchaba por imponer la Navidad en la iglesia griega, que en aquel entonces la celebraba el 6 de enero. Crisóstomo alegaba que los Romanos tenían los archivos del censo de Augusto, y que allí lo postulaba. Pero otros anteriormente habían usado ese mismo argumento defendiendo otras fechas, singularmente sospechoso.

Además Crisóstomo calculó la fecha de su nacimiento utilizando el nacimiento de Juan Bautista, pero calculó que Zacarías estaba en el templo durante la fiesta de expiación, por tradición judía de cuál suerte estaba ministrando en agosto del año 70, cuando el templo fue destruido. Es absolutamente suspicaz tal tradición por muchas razones. Por lo menos es más lógico suponer que, siendo de la suerte octava (Luc. 1.5), Zacarías hubiera ministrado durante la octava semana de cada principio del año, o sea, 8 semanas después del primer mes (que caía siempre entre marzo 22 y abril 19), o después del séptimo (entre septiembre 14 y octubre 12). Esto pondría el nacimiento de Juan al mínimo febrero 14 y máximo marzo 16, suponiendo que se concibió en el primer ciclo posible. Jesús nacería 6 meses después (Luc. 1.26), o sea entre septiembre 14 y octubre 13, precisamente en temporada de la fiesta de Tabernáculos. Por supuesto, nada de esto es firme, porque no sabemos cuántas semanas tardó Elizabeth para concebir, ni cuánto tiempo tardó María en concebir después que el ángel se lo anunció. {Se trató este tema también en Epístola 39, Solemnidades II}

Otros utilizan el argumento de Justino Mártir, que los Mitraístas copiaban a los Cristianos en el bautismo y otras cosas, y que por eso también copiaron la fecha del solsticio, siendo primeramente nuestra fiesta. Particularmente sospechosa teoría también, siendo que ninguno menciona esa fecha antes del año 350.

Algunos hoy en día citan a Hipólito (205) que supuestamente declara que Cristo nació el "8 calends ianuario." Para explicar, antes del calendario solar, cuando el calendario era lunar, se dividía el mes por fases de la luna. "Calends" (y por lo cual nuestro "calendario") se deriva de "calare," Latín por "clamar." Cada luna nueva se clamaba públicamente, así que luna nueva era el "calends," o el principio del mes. El primer cuarto de luna se llamaba "nona," o "nueve" días inclusivos (o sea, 8) máximo entre luna nueva y el cuarto de luna. Luna llena se llamaba "idus" ("división") por ser la mitad del mes. Idus duraba dos cuartos, o sea hasta el calends siguiente. El día de cada sección se contó al revés, por ejemplo, "3 nona" designaba 3 días antes del primer cuarto de luna (nona). Así que, si Hipólito escribió "8 calends ianuario" significaba 8 días antes del primero de enero, o sea, el 25 de diciembre. Sin embargo, el manuscrito de Hipólito que tiene esa lectura es solo uno (Chalki), escrito después del año 1000, y los manuscritos anteriores no contienen esas palabras. Hipólito en otros textos no disputados desmiente otros detalles de ese manuscrito además. {Enciclopedia Católica, http://www.newadvent.org/cathen/03724b.htm}

En realidad, toda la evidencia señala la firme realidad que la Navidad es asimilación de idolatría romana. Y no debe sorprender. Tal asimilación no es suposición nuestra. Los mismos "padres" de la época lamentaban la idolatría asimilada de los Cristianos a menudo. Agustín dijo (año 400):

"Sepárense de los paganos, y al cambio del año hagan el opuesto de ellos. Ellos intercambian regalos; a cambio ustedes den limosnas. Ellos cantan coros mundanos; lean ustedes la palabra de Dios. Ellos se amontonan en el teatro; vengan ustedes a la iglesia. Ellos se emborrachan; ayunen ustedes."

{Phillip Schaff, "History of the Christian Church" Tomo 3, p. 398. http://www.ccel.org/ccel/schaff/hcc3.iii.x.iv.html}

Eso era hipocresía típica de la época. Las iglesias organizadas habían adoptado las fechas de ídolos ("cambio del año"), y luego lamentaban la mezcla de idolatría en la iglesia. El papa Leo I (año 450) dijo:

"De tal sistema de doctrina [supersticiones idólatras] procede también la usanza impía de ciertos ignorantes que adoran al sol amaneciente desde alturas: aun algunos Cristianos creen que es propio hacerlo, tanto que antes de entrar a la sagrada basílica del apóstol Pedro, que es dedicada al único Dios vivo y verdadero, cuando suben los escalones que llevan a la plataforma, vuelven y se inclinan hacia el sol naciente, y con cuello encorvado rinden homenaje al orbe brillante. Nos llena de pena y mortificación que esto suceda, que es en parte por la culpa de ignorancia, y parte por el espíritu de paganismo."

Leo Grande, Sermón xxvii, sobre la fiesta de natividad, vii.

{http://www.ccel.org/ccel/schaff/npnf212.ii.v.xv.html}

Libertad Cristiana

Algunos Cristianos modernos intentan usar palabras de Pablo para justificar la Navidad. Se creen "libres" de hacerlo, por Romanos 14, y se ponen "celosos" de su libertad, por Gálatas 5. No me deja de sorprender que llegaron a Gálatas 5 sin pasar por Gálatas 4. Pablo siente angustiado por saber que sus convertidos gentiles están observando días santos de la ley de Dios, pero suponen estos hoy que no objetaría a que los Cristianos celebren días idólatras asimilados del paganismo. Curiosa lógica esta, que deja la lamentación de Pablo sin fundamento cualquiera. Ni en Romanos 14 ni en Gálatas 4 trata Pablo con la idolatría, ni festivales paganos. Pero sí lo hace en otros lugares.

4 Acerca, pues, de las viandas que son sacrificadas á los ídolos, sabemos que el ídolo nada es en el mundo, y que no hay más de un Dios. ...

10 Porque si te ve alguno, á ti que tienes ciencia, que estás sentado á la mesa en el lugar de los ídolos, ¿la conciencia de aquel que es flaco, no será adelantada á comer de lo sacrificado á los ídolos?

11 Y por tu ciencia se perderá el hermano flaco por el cual Cristo murió.

1 Corintios 8

¿Quién puede negar aquí que Pablo no quiere que ningún Cristiano, ni fuerte ni flaco, coma lo que es sacrificado a ídolos? No es porque tememos al ídolo, sino porque otros no lo van a entender así, y algún hermano débil lo hará "haciendo caso" del ídolo, y así "se perderá." Y por si algún Corintio pasara por alto el principio, vuelve a tomar el tema después.

7 Ni seáis honradores de ídolos, como algunos de ellos; según está escrito: Sentóse el pueblo á comer y á beber, y se levantaron á jugar.

1 Corintios 10

La idolatría a que refiere es cuando el pueblo con Aarón hicieron el becerro. Pero Pablo ni menciona el becerro, sino el festejo, citando solamente la diversión del pueblo. Y en defensa de aquel pueblo, recuerda, aun el festejo lo hicieron "a Jehová."

5 Y viendo esto Aarón, edificó un altar delante del becerro; y pregonó Aarón, y dijo: Mañana será fiesta á Jehová.

6 Y el día siguiente madrugaron, y ofrecieron holocaustos, y presentaron pacíficos: y sentóse el pueblo á comer y á beber, y levantáronse á regocijarse.

Éxodo 32

Dedicaron la fiesta a Jehová, no a Baal, ni a Rah, ni a Moloch. El becerro tomaron como representación del verdadero Dios. Apartaron un día inocente y establecieron una fiesta en honra de Jehová, pero por ser mezclado con idolatría, fueron "postrados en el desierto."

18 Mirad á Israel según la carne: los que comen de los sacrificios ¿no son partícipes con el altar?

19 ¿Qué pues digo? ¿Que el ídolo es algo? ¿ó que sea algo lo que es sacrificado á los ídolos?

20 Antes digo que lo que los Gentiles sacrifican, á los demonios lo sacrifican, y no á Dios: y no querría que vosotros fueseis partícipes con los demonios.

1 Corintios 10

La lógica aquí es inescapable. No puedes asociarse con idolatría sin ser partícipe de lo que significa, aun si sabes que el ídolo es nada, y tu participación es inocente. No por nada Pablo amonesta, "Huid de la idolatría" (v. 14). Y si insistes tercamente que la "libertad" que Pablo defiende en Romanos (libertad de observar la ley) y Gálatas (libertad de no observarla) pertenece a este caso también, óyele una vez más.

29 La conciencia, digo, no tuya, sino del otro. Pues ¿por qué ha de ser juzgada mi libertad por otra conciencia?

30 Y si yo con agradecimiento participo, ¿por qué he de ser blasfemado por lo que doy gracias?

1 Corintios 10

Increíblemente hay Cristianos que no comprenden a Pablo aquí, pero no tartamudeó. Los mismos idólatras justamente condenarán nuestra libertad, y eso por conciencia. Y aunque damos gracias, seremos blasfemados lógicamente. La conclusión es que no debemos participar con idolatría en ningún caso, por no dar lugar a que nos juzguen.

Carácter de la Iglesia

El contexto de nuestro pasaje aclara el carácter esperado de las iglesias. Para Pablo, la iglesia por naturaleza propia tiene que exhibir tres cualidades, y la falta de cualquiera de estas significaría que su trabajo fuera en vano. Esto no es demasiado dramático, aunque te parezca. Fíjate. El evangelio es conocimiento. Los Gálatas antes no conocían a Dios, pero ahora, por el evangelio, lo conocen, y le son conocidos (Gál. 4.8,9). Cristianos no son ignorantes, por definición, por naturaleza. Tuvieron que entender el evangelio para creer. Entendimiento es parte de la fe. No como algunos para quienes la fe es ciega, creyendo en algo sin la menor evidencia, y aun en contra de la evidencia. Para nosotros la fe es conocer la verdad. El evangelio es "luz," y los Cristianos "sabemos" las cosas que son de Dios. Así que una iglesia ignorante es incongruente, es inconcebible. Y una iglesia que olvida, o no quiere saber, es iglesia desperdiciada, trabajo en vano. Hasta ahí, católicos.

El evangelio es también conciencia. Es el celo de la iglesia (Gál. 4.18). Cristianos somos criaturas de juicio, de convicción y de diligencia. Nadie llega a Cristo sin ser arrepentido. Buscar perdón de pecados no es lo mismo que buscar justificación de errores. Buscamos perdón porque Dios había despertado nuestra conciencia. Sentíamos condenados, temíamos la ira de Dios. Al creer el evangelio fuimos "lavados," y la conciencia fue purificada, y renovada. Es imposible para un Cristiano verdadero no tener una conciencia celosa de la verdad, y de santidad. Pero una iglesia puede cauterizarla, y se perderá el celo. Entonces, al pecado, a la idolatría, se encogen los hombros. Una iglesia que no sigue la conciencia celosamente es iglesia desperdiciada. Hasta ahí, protestantes.

Finalmente, el evangelio es confianza. Fuimos salvos el día que creímos el evangelio, el momento que confiamos en la promesa (Gál 4.6,7). Mientras persistía la duda, la salvación no llegó, no habíamos "entrado en el reposo." Pero al confiar, al ser persuadido que Dios estaba en serio, que la Biblia era de confianza, "echamos mano" a la vida eterna. Fuimos hechos hijos de Dios. Pasamos de la "esperanza contra esperanza" al "plenamente convencido." El "quién sabe" se convirtió en el "yo sé á quien he creído, y estoy cierto que es poderoso para guardar mi depósito para aquel día" (2 Tim. 1.12). Confianza es la definición de salvación. Al creer, "el robo de nuestros bienes padecimos con gozo," y contentos de lo presente tiramos las imágenes, las pachangas, aun los amigos de siempre, no sin angustia, sino por amor de Cristo, por confianza que servirle valía la pena.

Pero algunos Cristianos han cerrado las manos. Algunas cosas no soltarán, no porque la voluntad de Dios es ambigua, sino porque perdieron la confianza en su voluntad, y en su promesa. Dejaron de "mirar a la remuneración." Ahora tales por querer algo del mundo, prefieren la ignorancia. Se molestan cuando predicamos la verdad acerca de estas cosas (Navidad), por ser de "mal gusto," o "divisivo." Se esconden tras la incertidumbre de la antigüedad para defender lo que aman más que la voluntad de Dios. Escogen la llanura de Sodoma, porque es verde, y brillante, y excitante. Andan por sentimientos, y no por fe. Han perdido la plena confianza en las meras escrituras, prefiriendo las tradiciones de hombres antes que la revelación de Dios. Son, en palabras de Pablo, iglesia desperdiciada, "trabajo en vano." Hasta ahí, evangélicos.

Nosotros no hemos aprendido así a Cristo. Confiamos en las escrituras, en el evangelio revelado. Queremos saber la verdad, aun si nos duele. Seguimos la conciencia, dondequiera nos guíe. Y de lo ambiguo no participamos, porque no es de fe, y lo que no es de fe, es pecado.