La Epístola

Isidro Fabela # 999

Col. Tres Caminos

CP 50010 Toluca, Edo. Mex.

#142 Junio, 2006

Impreso en México

Calendario

Junio 4 al 11, Querétaro: Conferencia de tema libre para ambas congregaciones con Miguel N. Jackson y Juan Castillo. Jardín Guerrero, domingos a las 10 a.m. y noches a las 7 p.m.

Julio 7 y 8, Toluca: Reunión de predicadores en casa de Miguel N. Jackson, viernes a las 7 pm. Los que tienen tienda de campaña les invitamos a llevarla, por si llegan muchos, para no amontonarse en el piso. Predicará Natanael Aradillas el viernes, y Guillermo Kincaid el sábado. Habrán varias reuniones abiertas, así que, vengan preparados. Se ubica en Calle Monterrey, San Cristobal, ve el mapa abajo.

Agosto 2 al 6, Aguascalientes, Mitla: miércoles a domingo, conferencia de tema libre, con Miguel N. Jackson.

Agosto 3 al 6, León, Hidalgo: jueves a domingo, conferencia de evangelismo extranjero, con Alberto Sotelo, Juan Tovar y Noé Castillo.

Agosto 6 al 13, San Antonio: domingo a domingo, conferencia de avivamiento, con William Kincaid.

Septiembre 15 y 16, Querétaro: Taller Tema Predicadores, con M. N. Jackson, todos los predicadores son bienvenidos

Diciembre 3 al 10, Querétaro: domingo a domingo, Conferencia de evangelismo extranjero, con Lyndell Kincaid, Manuel Ojeda e Isaac Girón.

Diciembre 11 al 17, Morelia: lunes a domingo, Conferencia de Tema Libre, con Lyndell Kincaid, todas las noches a las 7 pm, domingo 10 am.

 

Matrimonio Feliz

9 Goza de la vida con la mujer que amas, todos los días de la vida de tu vanidad, que te son dados debajo del sol, todos los días de tu vanidad; porque esta es tu parte en la vida, y en tu trabajo con que te afanas debajo del sol.

Ecclesiastés 9

Hace poco un hermano me preguntó cuáles cosas hacen un matrimonio feliz. Cuando pienso en la palabra "feliz" mi primer pensamiento es de niños que buscan diversión. Quieren que la vida sea "divertida." No aguantan trabajo duro, ni dolor ni sacrificio para lograr algo, porque no les interesa "lograr." Quieren "disfrutar" la vida, quieren recrearse, quieren jugar, pero no tienen ambición de "lograr" nada. No han experimentado grandes dolores todavía, así que, su más grande enemigo es el estar aburridos. Como mayor de edad, yo sé que la vida no es siempre diversión. Como Cristiano, sé que la felicidad no es la más grande meta en la vida. Así que, mi primera reacción a una pregunta semejante es algo cínica. Parece superficial, el resultado de una mentalidad romántica, como en un cuento de hadas, se enamoran, se casan, y viven felices siempre jamás.

Yo no creo en cuentos de hadas. Existen emociones fuertes en humanos que producen el enamoro, pero no duran tales emociones, y por supuesto algo tan importante como el matrimonio no debe basarse en ningunas emociones, punto. Nadie vive siempre feliz. Ningún matrimonio es siempre feliz. Me he fijado que a veces es glorioso el matrimonio, y a veces es increíblemente difícil. A veces es divertido y a veces aburrido. Así que, puede ser que el enfocar sobre felicidad es un error.

Pero cualquier otro adjetivo tiene semejantes objeciones. Algunos quieren un matrimonio "dulce." Pero eso es peor. ¿Porqué dulce? Quizás preferimos algunos un matrimonio "salado," o "picante." Un matrimonio "cariñoso" para algunos es la meta, pero ¿qué tal si yo prefiero un matrimonio "intelectual"? ¿Has oído de un matrimonio "realizante"? Es posible que están buscando de matrimonio lo que nunca fue inventado para producir. Yo personalmente creo que desear matrimonio para "realizarse" en la vida es un error, aunque muchas hermanas parecen sentir así. Bueno, si buscas un cuento de hadas, una vida feliz siempre enamorados, estás destinado al fracaso.

Prácticamente, matrimonio es un convenio, un contrato, entre hombre y mujer, para ciertas metas de beneficio mutuo. Socialmente es un arreglo para procrear sanamente, o sea, para obtener familia, y para asegurar un ambiente familiar firme, saludable a los niños. Desde ese punto de vista, matrimonio permanente es esencial. El divorcio debe ser muy difícil lograr, legalmente, si el objeto en la sociedad es un hogar estable para criar hijos bien "ajustados" emocionalmente. Gobiernos que facilitan el divorcio están fallando su propósito declarado. No sólo debe ser difícil el divorcio, deben existir beneficios sociales para los casados. Parejas casadas deben tener ventajas en la sociedad sobre solteros y aun de los de "unión libre" (fornicarios). Pero, tomando solamente esto en cuenta, si recibes tales beneficios mutuos que corresponden al matrimonio, tu matrimonio ya es un éxito. Felicidad, como objeto principal, o como consecuencia "de pilón," no es parte de la ecuación. Si recibes lo que contrataste recibir, no puedes quejarte. Debes estar feliz en tu matrimonio. Y tu felicidad "en general" tendrá que depender de otras cosas.

Compañerismo

Sin embargo, matrimonio es más que un convenio práctico para tener hijos. Yo creo que el propósito principal de matrimonio es compañerismo sexual. Como la palabra "sexual" inevitablemente trae a la mente el acto sexual, puede ser que mi sentido sea malentendido. No quiero reducir el matrimonio a su mínimo. Yo creo que significa más, mucho más que eso. Sin duda, tener hijos es un propósito mayor del matrimonio, pues la primera mención de la creación sexual del humano menciona la procreación como intención primordial.

27 Y crió Dios al hombre á su imagen, á imagen de Dios lo crió; varón y hembra los crió.

28 Y los bendijo Dios; y díjoles Dios: Fructificad y multiplicad, y henchid la tierra...

Génesis 1

Sin embargo, la iglesia romana (como también sus hijas, las iglesias protestantes, hasta el siglo pasado) enseña que el único uso legítimo del sexo es para procrear. Prohíben la contracepción por esa filosofía. Suponen que el placer del sexo es solamente para fomentar procreación. Suponen que el sexo es pecado, aun en el matrimonio, si es disfrutado por "lujuria," el deseo de placer, sin la intención de producir hijos. Pero creo que esa filosofía es absolutamente equivocada. Considerando la creación, no creo que la procreación era la primera intención de la división sexual del humano. La narración de Génesis 1 es un resumen de la creación. No explica detalles. Dice que los hizo Dios, y menciona su tarea en el mundo, pero no explica el porqué. Las motivaciones de la creación se explican mejor en el capítulo 2. Adam fue hecho mucho antes que Eva. Entre ellos la reseña Bíblica menciona la formación del huerto de Eden, y aun antes de formar a Eva Dios encargó el huerto a Adam, y le dio el mandamiento famoso. Sólo entonces Dios menciona sus pensamientos para hacer la mujer.

18 Y dijo Jehová Dios: No es bueno que el hombre esté solo; haréle ayuda idónea para él.

Génesis 2

Fíjate. El propósito principal de la creación de la pareja era compañerismo para Adam. Dios no quería que esté "solo." Ahora lo que sigue ha sido motivo de burla a la Biblia por los incrédulos, que como siempre, se hacen fatuos mientras se creen sabios.

19 Formó, pues, Jehová Dios de la tierra toda bestia del campo, y toda ave de los cielos, y trájolas á Adam, para que viese cómo les había de llamar; y todo lo que Adam llamó á los animales vivientes, ese es su nombre.

20 Y puso Adam nombres á toda bestia y ave de los cielos y á todo animal del campo: mas para Adam no halló ayuda que estuviese idónea para él.

Génesis 2

Aun antes de formar a Eva Dios hizo que Adam pusiera nombres sobre los animales. Dios los hizo pasar en frente, y "vio cómo les llamaba." Y luego dice que no halló la ayuda idónea para Adam. Lo que imaginan los incrédulos es que Dios estaba buscando entre los animales una pareja para Adam. Y admito que es una escena imaginaria chistosa, Dios considerando la vaca, la burra, la zorra, y por fin, eliminando todas las "posibilidades." Les es una mina de escarnio cuando lo imaginan así, pero tarde o temprano los niños tienen que madurar. Así lo imaginan porque son lentos, pero el texto no dice nada semejante. Al contrario, nos enseña que la relación entre hombre y mujer no iba a ser igual a la relación entre parejas de animales. Dios no estaba buscando una pareja entre los animales, sino desarrollando el concepto de una "ayuda idónea." Y por lo dicho sabemos que tal relación no existe entre los animales.

Hay muchas diferencias entre humanos y animales en su relación sexual que han sido documentadas científicamente. El humano es la única criatura que es siempre sexual. Todos los animales tienen temporadas de "celo." El humano es la única que se estimula sicológicamente, o sea, por pura vista o ambiente. Los mamíferos generalmente dependen del olfato y quizás otras claves hormonales. El humano es la única en que la mujer tiene clímax sexual. No hay la más mínima evidencia que ninguna hembra de animales disfruta el apogeo sexual. Sin embargo, todos los animales procrean efectivamente, y abundantemente. Así que, el diseño sexual único del humano no es preciso a la procreación, y no es para eso. Todos estos datos reafirman la verdad bíblica que sexo en el humano no es exclusivamente para procreación, sino es diseñado mayormente para fomentar la relación de la pareja. Considera las referencias bíblicas que hablan de la relación sexual y verás de qué se trata el matrimonio (Prov. 5.19, Cant. 7.6-9, 1 Cor. 7.4-5, etc.). No obstante la opinión del Papa, y aun de Wesley, de Lutero y Calvino, de Agustín y otros, procreación es el objeto secundario.

Pero tampoco es puramente físico. Las diferencias entre los sexos son más profundas que la piel. Pensamientos, emociones, decisiones, aun el desarrollo espiritual son diferentes. Y las diferencias son complementarias. El hombre hace falta a la mujer, y la mujer hace falta al hombre. Somos el complemento ideal de la pareja. Por profunda que es la amistad entre amigos, por fuerte que sea el amor entre hermanos, o por tierna que sea la relación entre padres e hijos, no existe ninguna como la entre marido y mujer.

Voluntad de Dios

Así que, aunque parezca superficial, aun la creación supone que el propósito de Dios es la felicidad en el matrimonio. Obviamente felicidad no es él mayor propósito, pero la relación sexual de humanos es diseñada para formar un compañerismo placentero, alegre, satisfaciente y realizante. Dios quiere que el matrimonio sea un vínculo íntimo, profundo, exclusivo y permanente. Pero el matrimonio involucra a mucho más que dos personas. Es diseñado ser un vínculo permanente, en ojos de la pareja, en ojos de sus papás, en ojos de sus hijos, en ojos de la sociedad, y sobre todo en ojos de Dios. Es por esto que el divorcio es tan proscrito en la Biblia. Daña a todos.

Obviamente el divorcio es horrible para los hijos. El daño emocional a los niños es motivo suficiente para prohibir el divorcio en la gran mayoría de los casos. Por eso algunas parejas cristianas, por conciencia, siguen juntas hasta que los niños crezcan, y luego sienten libres de divorciarse. Yo conozco varios casos de esto, que la mujer soporta a un hombre inconsiderado, intimidante, egoísta, hipócrita, o aun peor en su opinión, y al fin cuando los hijos se van de la casa, le divorcia, porque por fin puede desquitarse con él sin dañar a los hijos. Pero no es posible divorciarse sin dañar a los hijos, aun si ya son grandes. Y ni es considerar a los nietos, los abuelos, los vecinos, y la sociedad en general.

Pero los hijos no son la razón primaria del matrimonio. La pareja es mayor. Antes te destruir a niños, el divorcio destruye a los adultos. Ser divorciado contra su voluntad, reprobado de su familia política, enajenado de sus hijos, exiliado de su hogar, y sin circunstancias extremas (sin adulterio ni violencia), por el juicio de su cónyuge que juró lealtad, es experiencia devastadora. Te diré algo, el cónyuge no tiene derecho de castigar a su pareja. Divorcio sin causa extrema es un crimen.

Pero el divorcio es malo aun si no daña a nadie sino al sinvergüenza, aun cuando "lo merece," por ser terco, perezoso, insensato, enojón, y generalmente desagradable. Porque el matrimonio es invento de Dios y produce el compañerismo ideal en sus ojos, no porque cualquier de los dos son ideales, ni porque así se hacen felices, sino porque dos personas muy "imperfectas" se hacen uno, emocionalmente en el enamoro, físicamente en el sexo, socialmente en la familia, y prácticamente en el hogar. Es lo que Dios quiere. Si no has logrado felicidad en tu matrimonio, eso no cambia nada. Felicidad no es el objeto principal. Y no lograrás semejante felicidad divorciado tampoco. Divorcio es el antítesis del concepto.

Divorcio virtual

Sin embargo, el obvio deseo de Dios es que hombres y mujeres unidos en matrimonio vivan felices juntos. "Goza de la vida con la mujer que amas," dijo. Dios aborrece el divorcio, así nos dijo en casi esas mismas palabras, pero por ser así, podemos avanzar el argumento un poco más. Vivir en un matrimonio de tal manera que la pareja sea tentada al divorcio es un pecado. Hay muchísimas parejas cristianas que están juntas todavía no más por la pena o dificultad del divorcio. Creen que están siendo buenos cristianos por seguir juntos, pero ambos han hecho tantas violencias al pacto conyugal que el vínculo matrimonial es tan solo un hilo de pena. Si hay mujer que sigue con su esposo solamente porque no tiene opciones, o económicas, o espirituales, hay pecado a la puerta. Si Cristo condena al divorcio, también condena al que destruye su matrimonio cuando el divorcio no existe como alternativa. Es horrible la taza de divorcio en Europa y Norte-América, pero aun en partes del mundo donde el divorcio es menos factible, la taza de matrimonios miserables e injustos es igualmente horrible.

Si divorcio es pecado, un matrimonio que se mantiene tan sólo porque la mujer no puede fácilmente dejar su esposo es el mismo pecado. Dios no puede odiar más al divorcio que a sus causas. Yo he conocido a cristianas casadas con inconversos que saben que su marido tiene otra mujer, pero no tienen opciones económicas para dejarle, y siguen con el sinvergüenza hasta ahora. No la juzgues, hermanita fuerte, que tienes el apoyo de tu familia, de tus hijos ya mayores, que tienes casa en tu nombre, u opciones de trabajo. Tampoco juzgues a los pastores que no exigen el divorcio en tales circunstancias. Jesucristo juzgará algún día.

Pero más al caso, hay algunos cristianos que se estriben sobre la dificultad de divorcio para su pareja, y hacen la vida miserable para ella. No hablo solamente de hombres tampoco. Yo he conocido hermanas que han hecho miserables a sus esposos, aun ministros, porque saben que no tienen opción de divorcio mientras intentan vivir como cristianos, y aun menos por ser pastores. Yo he visto casos en que la mujer no solamente desobedece a su marido, le fastidia, y sabiendo sus debilidades le provoca constantemente, incitándole a "perder control." Por fin cuando la pega, ella ganó la batalla. Luego llega lloriqueando su miseria. Muchas parejas, sí, parejas cristianas, viven como enemigos en la misma casa. Yo he intentado resolver tales problemas matrimoniales entre cristianos, pero algo que yo sé, si no temen la opinión de Cristo, no hay remedio. La opinión de Cristo no es solamente que odia el divorcio, sino odia la actitud que lo fomenta.

A lo que quiero llegar es esto. Si divorcio es pecado, descuidar el matrimonio es pecado. Es cierto que algunos viven como enemigos en la misma casa. No requiere mucho egoísmo para degenerar la relación conyugal. Y no hay justificación para vivir así. Un matrimonio pesado no es la voluntad de Dios. Si tu no gozas de la vida con la mujer que amas, tu, ella o ambos están pecando.

Definición de felicidad

Entonces es el deber de cada pareja vivir juntos felizmente. Es nuestro deber llevarnos bien con nuestras mujeres. Es imperativo un ambiente agradable en el matrimonio. Si hijos son heridos severamente por el divorcio, también son lastimados por una guerra interminable entre sus papás. Menosprecio, insultos, desconfianza, enemistad y falta de diálogo natural y normal entre marido y mujer hacen pesada la vida de un niño. Hacen pesada la vida de la pareja. Afecta aun a los vecinos. Y lo que es más, pesa al corazón de Dios. Pero todo matrimonio tiene argumentos. Toda pareja tiene faltas severas, reprensibles, asquerosas. Todos los casados son culpables de egoísmos y aun pecados peores. Aun así, existen matrimonios felices. Argumentos, censuras, sentimientos heridos, desacuerdos, no señalan un matrimonio malo o fracasado. Todos los matrimonios exitosos y felices dignos de envidia tienen sus momentos desagradables.

El matrimonio feliz por definición popular, es amor entre los cónyuges. El mandamiento es, goza de la vida con la mujer que amas. Amor es el mandamiento principal para el marido (Efe. 5.25), y aunque el sujetarse es el mandamiento principal para la mujer (Efe. 5.22), ellas también son ordenadas amar a sus esposos (Tito 2.4). Pero, aunque amor es imperativo en toda relación, es posible amarla sin gozar con ella. Es posible amar en medio de un argumento. Es posible amar sin "sentir" amor. Es posible "sentir" amor para tu esposa mientras la odias con tus acciones. Puedes sentir mucho amor hacia tu mujer, y estar miserable en tu matrimonio. Y no tienes que sentir amor para estar felices en matrimonio. Matrimonio feliz es más que amor, lo cual dice el mismo texto. La voluntad de Dios no es solamente que la ames, sino que goces de la vida con la que amas. ¿Entonces qué hace un matrimonio feliz?

1. Compromiso.

Aunque uno puede ser "feliz" en toda circunstancia (por optimismo, o aun por estupidez), no hablamos de la felicidad individual, ni como un sentimiento momentáneo, sino como un resumen de una larga vida conyugal. Para eso es necesario la absoluta decisión de ambos ser fiel al cónyuge. No existe más importante criterio para producir felicidad en el matrimonio. El absoluto repudio al divorcio como opción no es precisamente felicidad en la relación, porque como mencioné, hay parejas miserables que evitan el divorcio por conciencia. Sirve mencionar que el divorcio puede evitarse por un solo lado a veces, pero requiere acuerdo de los dos lados para formar un matrimonio feliz. La decisión mutua de absoluto compromiso hacia la pareja crea el ambiente necesario para lograrlo.

Nada fomenta felicidad conyugal más que confianza. La ansiedad en una relación inestable o insegura imposibilita la felicidad. Confianza en la pareja no se crea por esfuerzo. Es producto de absoluto compromiso. Fíjate en la diferencia entre "compromiso" y "determinación." Muchos cristianos están determinados de no fracasar en su matrimonio, lo cual es loable, pero a menudo determinación y esfuerzo no son suficientes. Requiere la absoluta decisión que divorcio no es opción. No se debe amenazar. No se debe considerar. No es opción al cristiano.

Felicidad como producto de una relación requiere paciencia. La naturaleza de un matrimonio exitoso, el compañerismo, la intimidad personal, tanto intelectual como sexual, el vínculo de compartir casa, cama, hijos, y aun mascota, se desarrolla eventualmente a un estado conyugal feliz, aun si pasa por muchas temporadas pesadas. Un matrimonio feliz es el resultado natural de un matrimonio duradero donde fracaso no es jamás considerado.

2. Realismo.

Nunca he visto un matrimonio como en los cuentos de hadas. He visto algunos que intentan. Conozco maridos que constantemente consienten a sus mujeres, le llevan flores a menudo, cenan en lugares de ambiente sensual, y les dicen cosas suaves, usando términos de cariño siempre. Qué bonito. Tienen matrimonio romántico, y son la envidia de muchas mujeres que no. Yo sé que romance es parte de un matrimonio sano. Cualquier que lee los Cantares de Salomón reconoce la hermosura de romance entre casados. Es deseable, tal relación amorosa y cariñosa, enfermándose en ausencia, haciéndose ridículos juntos. Pero romance, aun bien hecha, apropiada y razonable, es una porción mínima de la vida. Dice Salomón que hay tiempo para abrazar, y hay tiempo de alejarse de abrazar (Ecl. 3.5). Romance no sostiene una relación. Emoción no cambia los pañales. Sentimentalismo no paga la renta.

Velas, perfumes, rosas, chocolates y serenatas son bonitas, pero francamente son nada más que artificios de ilusión, como cuando el médium baja las luces, prende el incensario, cierre los ojos y empieza a susurrar. No quiero despreciar a ningún hermano romántico, pero estas cosas no mucho me gustan, si es que no me dan asco. Humo de velas me irrita, perfumes me provocan alergias, rosas son caras, chocolates las como yo mismo, y dar serenata me da pena. Pero es más que eso. Sin sugerir a ningún joven que tome lecciones de mí para el cortejo, déjame elaborar un poco mi punto de vista. 1. Romance es puramente ilusión. En él, rara vez tiene base en la realidad. (Vamos, hermano, ella no es la más guapa del mundo, ni siquiera en tus ojos. No es la primera que notaste, tampoco.) Y es mero sentimentalismo en ella, una preferencia de fantasía sobre realidad. 2. Romance rápidamente se excede, y luego viene siendo insensatez, o desperdicio. Galanes desperdician una fortuna en tonterías. 3. Romance, si no es hipocresía siempre, la provoca y la fomenta. Hombres están presionados inconscientemente a cumplir un papel que no sienten, y que todo su raciocinio resiste. Aun el adúltero comprará flores para su mujer, si nada más por sentir culpa. 4. Es invertido, hace parecer importante lo que no es. Por eso da ventaja a perdedores. Un joven perezoso e insensato tiene oportunidad de ganar a una muchacha sensible, mientras el muchacho más digno es desdeñado.

Yo sé que no soy romántico naturalmente, quizás por ser torpe socialmente, pero no es solamente una diferencia de personalidad que me hace repudiar tal estilo de relación. Yo no quiero vivir en una fantasía. Yo desde chico siempre desdeñaba la hipocresía. Tengo una aversión a la costumbre de decir algo amable que no siento verdaderamente. No quiero "sentir" nada irreal. Yo no siempre soy platónico e intelectual, por supuesto, pero cuando yo compro flores o dulces para la que amo, será porque pensé de ella (y tenía con que), sin fantasía y sin presión. Ahora, usar términos de cariño para quien verdaderamente amas es bueno, lógico y comunicativo (útil), por supuesto. Aunque a veces no entiendo la conexión. En Guatemala le llaman "mango" a una muchacha hermosa, aunque nos trae a la mente una escoba. Yo le llamo a mi esposa "vieja" porque es muy menor que yo y me recuerda que la mía no lo es. Sin embargo, aunque usar términos de cariño es lógico en un matrimonio, a menudo lo demás, por romántico que sea, es falso e insensato.

Aun si tu eres romántico de corazón, y no estás de acuerdo conmigo en esto, debes saber que un matrimonio feliz no se edifica sobre emociones. Se basa en la realidad. Saber de lo que se trata el matrimonio, entender los deberes (exclusividad, sexo, provisión, etc.), esforzarse en cumplir tu parte, reconocer lo bueno en lo malo, y lo malo en lo bueno, aguantar los problemas, planear un futuro juntos, nada de esto es fomentado por ilusiones románticas. Un hombre romántico estimula su mujer emocionalmente, pero no durará la emoción si no puede sostener un trabajo fijo. Shakespeare dijo que rosas por otro nombre huelen igual de dulce, pero yo digo que no huelen igual si son regaladas por un idiota.

3. Sentido humano

Semejante al realismo es el sentido común, un poco de entendimiento básico humano. Matrimonio es como toda relación en muchos aspectos. Dijo Salomón, "El hombre que tiene amigos, ha de mostrarse amigo" (Prov. 18.24). Por ejemplo, toda relación sana depende de cortesía humana. Algunos matrimonios son felices sencillamente porque ambos son personas amables. Dicen "por favor" y "gracias" y "con permiso." Consideran a otros antes que a si mismos. Lo que aprendieron en el kinder les benefició toda la vida. Ser amable no es suficiente, por supuesto, pero sin duda mejora la relación.

Otro sentido humano es la comunicación. Saber comunicarse es de primera importancia. Si algo no te gusta, pero no lo quieres decir, porque tu pareja ya debe saberlo sin que tu digas nada, tu te traes problemas innecesarias. Intente explicar lo que sientes. Si no lo puedes explicar a tu pareja, probablemente tu queja es injusta, o tu punto de vista no tiene sentido. No te justifiques con la cansada excusa que "no me entiende." Si no te entiende, comunícate mejor, o reconozca que estás siendo irrazonable. Y sin deber decirlo, comunicar es sólo la mitad de comunicación. La otra mitad es escuchar.

Otro sentido humano es el sentido de humor. Nada alivia la tensión de un matrimonio más que una buena carcajada. Casi toda situación es graciosa, casi todo argumento es chistoso, desde algún punto de vista. El sentido común sabe que no hay siempre soluciones, y prefiere el humor que la desesperación.

4. Perdón

Matrimonio es un contrato con obligaciones, algunas mutuas, y otras particulares a hombres y mujeres respectivamente. Aparte de obligaciones tangibles, como provisión material y el sexo, hay deberes intangibles, como por ejemplo, hombres deben ser dignos de respeto (honesto, fiel, espiritual), y mujeres deben reverenciarles. (Deja que eso hierva un rato, hermana). Mujeres deben ser dignas de ser amadas (agradable, pacífica, leal), y hombres deben amarles. Todas las admoniciones generales de cómo tratar a otros también se aplican en matrimonio. Y si fueran así, el matrimonio sería ideal.

Pero ningún matrimonio es así. En matrimonio real, hombres no son dignos, y sus mujeres se dan cuenta. Mujeres critican a sus maridos, y ellos se desaniman. Y luego el desánimo les hace menos dignos de respeto, y más dignos de crítica. Ellas chismean con sus amigas, y ellos son humillados sin saberlo. Ellos tratan a sus mujeres como meseras o siervas contratadas para limpiar la casa. O como objetos sexuales, intentando satisfacer su lujuria excesiva provocada por tanta pornografía en el ambiente, o por una imaginación perversa. Ellas rehúsan el sexo, o utilizan el sexo como arma en una mini-guerra de los sexos. Ellos pierden control, y se enojan inordenadamente. Esto es nuestra experiencia universal. Ningún matrimonio es limpio de esto completamente. Así que, un matrimonio feliz es uno que pasa por alto las faltas de la pareja, y perdona fracasos y pecados.

Es cierto que algunas irritaciones son por personalidad, y no son necesariamente errores. De otro punto de vista serían cualidades positivas. Una mujer puede quejarse de su esposo porque no es muy espiritual, pero es muy bueno en negocios prácticos. No todos podemos ser iguales. Quizás no es como tu en algo, pero no por esto es un error. Pero sabiendo distinguir entre conflictos de personalidad, y considerando solamente verdaderos errores, es importante aprender a perdonar, y aun pasar por alto la falta. Tenemos que sentir lástima por cualquier persona que no puede perdonar. A veces no saben perdonar porque son verdaderamente superiores a nosotros. No entienden nuestra debilidad en cierta área. Pero también tienen errores. También necesitan el perdón.

Ahora es cierto que algunas faltas son tan severas que destruyen cualquier matrimonio, aun si no termina en divorcio. Adulterio, violencia, vicio, abandono o destitución económica (por negligencia, pereza o desperdicio) imposibilitan un matrimonio feliz mientras no se corrigen. Perdón en muchos casos no es factible, como cuando no hay arrepentimiento sincero y efectivo. Pero si estas cosas severas no suceden, el matrimonio por definición básica es exitoso. No hay porqué no fuera "feliz." Debe haber perdón por faltas comunes, verdadero perdón y aceptación de la persona a pesar de sus culpas y errores. Enfócate sobre tus propias culpas, corríjate a ti mismo, y deja que tu pareja haga lo mismo.

5. Espiritualidad.

Existen estadísticas que plantean que ateos e irreligiosos se divorcian muy poco más que cristianos. Pero eso es sin considerar cuantos de ellos cohabitan sin casarse. Tomando todo en cuenta, es claro que los incrédulos no perduran en una relación conyugal como los "religiosos." Pero no tenemos estadísticas sobre felicidad en matrimonio. Yo supongo que es muy posible a algunos incrédulos estar felices en matrimonio, pues, entre otras cosas, incrédulos pueden ser realistas y amables, y es lógico que los que no son muy estrictos en cuanto a la ley de Dios también sean tardos en juzgar y prontos a perdonar. Estas cosas ayudan a un matrimonio. Además, si uno no sabe lo que Dios propuso para matrimonio, y depende de suposiciones para juzgarlo, puede considerarse feliz sin saber mejor. Felicidad a veces es ignorancia.

Pero ningún cristiano puede estar feliz en matrimonio viviendo fuera de la voluntad de Dios. Una mujer cristiana rebelde a su marido puede suponer que tiene matrimonio feliz, siempre si su esposo no se queja, pero por definición bíblica no es un matrimonio feliz. Como dije, ignorancia es a veces felicidad. Un matrimonio feliz es por definición uno que también cumple su propósito. El propósito mayor de matrimonio no es tu felicidad, sino la de Dios. Dios inventó el matrimonio para desarrollar un compañerismo mas profundo que amistad, y si cualquier de la pareja rehúsa el proceso, a veces doloroso, que su formación requiere, peca contra Dios. Como el que mira a una mujer para codiciarla ya cometió adulterio en su corazón, y el que odia a su hermano ya es homicida en su corazón, los que resisten las ordenanzas de Dios para el matrimonio ya cometieron el divorcio en sus corazones. Es egoísmo, es incredulidad, es inmoral y es abominable.

Un matrimonio feliz depende de la bendición de Dios. Que Dios sea motivado a favorecernos como pareja, a ayudarnos acomodar, a calmarnos y enseñarnos. Desde ese punto de vista, no te toca buscar tu propia felicidad, hermano y hermana. Importa buscar la felicidad de Dios. Un matrimonio feliz es aquel que sigue el dechado de Dios. No hay sustituto para la sabiduría del creador en poner las cosas en orden: un hombre que ama a una mujer sumisa: una mujer que reverencia a un hombre responsable: un hombre que sustente y regala a una mujer agradable y pacífica: una mujer que ama a un hombre que la honra, como vaso más frágil. Ningún matrimonio logra todo esto a la perfección, pero todo matrimonio feliz tiene estas cosas como meta. No es automático, ni es fácil, pero un matrimonio feliz es posible a los que confían en el que lo inventó.