La Epístola

Isidro Fabela # 999

Col. Tres Caminos

CP 50010 Toluca, Edo. Mex.

#141 Mayo, 2006

Impreso en México

Calendario

Mayo 3 al 7, Guadalajara: miércoles a domingo, predicará a la iglesia Noé Castillo (de Pachuca).

Mayo 28 - Junio 4, San Luís Potosí, Jesús García: conferencia de evangelismo con Marco Chaires.

Junio 4 al 11, Querétaro: Conferencia de tema libre para ambas congregaciones con Miguel N. Jackson y Juan Castillo.

Julio 7 y 8, Toluca: Reunión de predicadores en casa de Miguel N. Jackson, a partir del viernes a las 7 pm. Los que tienen tienda de campaña les invitamos a llevarla, por si llegan muchos, para no amontonarse en el piso. Predicará Natanael Aradillas el viernes, y Guillermo Kincaid el sábado. Habrán varias reuniones abiertas, así que, vengan preparados.

Agosto 2 al 6, Aguascalientes, Mitla: miércoles a domingo, conferencia de tema libre, con Miguel N. Jackson.

Agosto 4 al 13, San Antonio: viernes al segundo domingo, conferencia de avivamiento, con William Kincaid.

Diciembre 3 al 10, Querétaro: domingo a domingo, Conferencia de evangelismo extranjero, con Lyndell Kincaid, Manuel Ojeda e Isaac Girón.

Diciembre 11 al 17, Morelia: lunes a domingo, Conferencia de Tema Libre, con Lyndell Kincaid, todas las noches a las 7 pm, domingo 10 am.

 

Noticias

Miguel y Jenny Riggs visitaron a 5 iglesias en 5 días, en Irapuato, Aguascalientes y León. También visitaron a Guadalajara. Comentaron su agradecimiento y satisfacción en las obras que vieron. Extrañan a México. Se preparan a volver a Varsovia el 25 de mayo.

Hay linea telefónica en la puerta de la casa de Adolfo Urbina en Guadalajara que a menudo sirve para comunicarsese con él en vez de llamar su celular. El número es: (33) 3605-6782.

 

Divorcio Cristiano

3 Entonces se llegaron á él los Fariseos, tentándole, y diciéndole: ¿Es lícito al hombre repudiar á su mujer por cualquiera causa?

4 Y él respondiendo, les dijo: ¿No habéis leído que el que los hizo al principio, macho y hembra los hizo,

5 Y dijo: Por tanto, el hombre dejará padre y madre, y se unirá á su mujer, y serán dos en una carne?

6 Así que, no son ya más dos, sino una carne: por tanto, lo que Dios juntó, no lo aparte el hombre.

Mateo 19

Hace quizás 20 años encontré un libro de sermones mientras esperaba en alguna parte, y tuve apenas tiempo para leer uno de ellos. El sermón fue predicado alrededor de 1920 por Baxton McLendon, que fue convertido en 1908 en una campaña de Bud Robinson en Bennettsville, Carolina del Sur. McLendon llegó a ser un predicador extraordinario en Estados Unidos, conocido mejor por su apodo "Cyclone Mac." Pero sin embargo, desde ese sermón no he vuelto a ver otro sermón de él. El mensaje que leí era bueno, pero la cosa que se me pegó era una estadística que mencionó en su sermón. McLendon lamentaba que en 1920 la taza de divorcio había llegado a ser uno en doce. O sea, que por cada doce matrimonios registrados, también se registraba un divorcio. McLendon deploraba la situación ardientemente porque le significaba la destrucción de la sociedad.

No hay duda que él tenía razón, aunque para predicadores americanos en aquella época – el cúspide de avivamiento evangélico en Estados Unidos y Canadá – la "sociedad" era, o debía ser, cristiana. En realidad, la sociedad americana nunca era cristiana. Evangélicos nunca fueron una mayoría en Estados Unidos, ni siquiera cuando arribaron los puritanos fundadores a la bahía de Massachusetts. Pero la meta de los evangélicos en aquel tiempo era conformar la sociedad a los principios de la Biblia, y en gran medida lo lograron. No solamente prohibieron la venta de alcohol por una enmienda a la misma constitución, predicadores evangélicos eran candidatos mayores para la presidencia, y aunque no ganaban, los otros que sí ganaron miraban favorablemente a las metas evangélicas. Lograron instituir muchas normas de vida en la sociedad americana, y aun en el mundo. Por ejemplo, en gran manera la nación de Israel moderna debe su existencia al avivamiento evangélico en Inglaterra y Norte América en principios del siglo 20.

La taza de divorcio en Estados Unidos no quedó en uno en doce, sin embargo. En la misma época de McLendon las mujeres pelearon sus derechos de sufragio (votar) y lo lograron. Desde entonces todo ha sido cuesta abajo. Esto no lo digo de broma, lo siento, hermanas. Ahora aun bebés de 18 años pueden votar. Y hay más bebés que ancianos en casi toda sociedad. Así que, el mundo democrático ahora tiene la desgracia de ser gobernado por mujeres y bebés, cuando debemos ser gobernados por varones ancianos. Bueno, eso es otra polémica (véase Epístola 78).

En la segunda guerra mundial tantos hombres fueron al pacífico y a Europa para pelear que las mujeres tenían que trabajar en las fábricas por primera vez. Después de la guerra muchas comprensiblemente no volvieron a la vida hogareña. La sociedad cambió. En esa generación la taza de divorcio subió rápidamente hasta llegar a su nivel presente en los años 70, aunque ha bajado ligeramente desde entonces. Ahora en Estados Unidos hay un divorcio para cada dos matrimonios. En Europa se promedia casi igual, con algunas excepciones, como Inglaterra, que es de cuatro para cinco. Por comparación, en México la taza de divorcio según estadísticas de la Organización de Naciones Unidas es uno en quince {http://encarta.msn.com/media_701500518/Marriage_and_Divorce_Rates.html}. Esto es un alivio para Mexicanos, sin duda, pero antes de felicitarse deben considerar las razones por el aumento de divorcio en tales naciones, y no deben olvidar que lo que ha sucedido en ellas en el último siglo puede suceder aquí también, y aun más, está sucediendo en frente de nuestros ojos, sin la menor objeción popular.

Causa y efecto

El divorcio ha subido en Europa y Norte América por muchas razones, pero lejanamente más que ninguna es por la prosperidad. La prosperidad hace varias cosas a una sociedad. Primeramente les hace necesitar menos a Dios, por lo menos en su opinión. No dejan de ser "religiosos," por supuesto, pero no dependen de Dios ni prácticamente ni emocionalmente, y así que, la opinión de Dios es muy menos importante a ellos, aunque dirán lo opuesto. Prosperidad nos hace soberbios. La abundancia y la soberbia son hermanas.

49 He aquí que esta fué la maldad de Sodoma tu hermana: soberbia, hartura de pan, y abundancia de ociosidad tuvo ella y sus hijas; y no corroboró la mano del afligido y del menesteroso.

Ezequiel 16

Estas cosas influyen en la taza de divorcio, sin duda, como en todos los demás problemas sociales de sociedades modernas. Pero el divorcio se aumenta aun más por la circunstancia inevitable que en una sociedad próspera la mujer es económicamente independiente. En una sociedad industrial una mujer puede competir exitosamente con el hombre, porque trabajo físico se hace por máquinas. Esto indirectamente afecta la taza de divorcio. Si la mujer es independiente, no le es lógico el concepto de sumisión en el matrimonio, ni en la sociedad. Además, hay menos impedimento económico al divorcio. Y si la sociedad pierde su respeto para la voluntad de Dios al respecto, es inevitable que el divorcio aumente.

Esto parece atribuir la culpa del aumento de divorcio a la mujer mayormente, y estadísticamente así lo es, pero eso es solamente una parte de la ecuación. En todo matrimonio hay dificultades e injusticias por ambos lados, pero por lo general la mujer sufre más a manos del hombre que al revés. Es mucho más común ver la situación de una mujer engañada por su marido, que de un hombre fiel descubriendo a su mujer con otro. Es mucho más común ver una mujer con moretones obsequiados por su marido que un hombre por su esposa. Hombres suelen ser el borracho de la familia, no la mujer. Si la independencia económica da la opción a la mujer repudiar a su esposo, es de suponer que muchas se aprovecharán.

Divorcio entre evangélicos

Recientemente, sin embargo, cristianos han descubierto otra cosa mas perturbante que el aumento de divorcio en sociedades prósperas. George Barna, un estadígrafo profesional, cabeza de "Barna Research Firm" o el "Barna Group," ha hecho investigaciones atrevidas sobre los evangélicos por casi un cuarto de siglo (desde 1984) {www.barna.org}. En 2004 condujo una encuesta sobre divorcio precisamente para determinar la taza de divorcios entre los evangélicos, y los resultados son alarmantes. Pastores y otros cristianos a menudo insisten que el evangelio sana matrimonios, y a veces citan "estadísticas" favorables, como Dr. Tom Ellis, Presidente del "Concilio Familiar" de la Convención Bautista del Sur, que dijo que entre cristianos "renacidos" sólo hay un divorcio por cada 39,000 matrimonios {http://www.cnsnews.com/ViewCulture.asp?Page=/Culture/archive/200201/CUL20020121b.html}. Esa estadística es muy poco realista – yo personalmente conozco más que un cristiano divorciado y no conozco ni cerca de 39,000 cristianos – así que mi experiencia lógicamente la desmiente. La encuesta de Barna científicamente acaba tales tonterías, o fantasías, o más bien, mentiras evangélicas. Barna demuestra que cristianos evangélicos son igualmente propensos al divorcio que la población estadounidense en general. Algunos quizás descartan el trabajo de Barna por una y otra razón, pero Barna es un cristiano evangélico, convertido de romanismo, y sus métodos de investigación son impecables, alabados por los demás estadígrafos profesionales, incluyendo George Gallup, el más famoso estadígrafo en el mundo {http://www.christianitytoday.com/ct/2002/009/1.32.html}. No debes descartar su obra porque no te agrada, ni porque "impide el evangelismo."

La encuesta de Barna se explica en detalle en su sitio de internet, junto con sus conclusiones {http://www.barna.org/FlexPage.aspx?Page=BarnaUpdateNarrow&BarnaUpdateID=170}. En la población americana, de los adultos por lo menos una vez casados, 35% han sido divorciados. De los evangélicos "renacidos" es igual. A propósito, Barna no supuso ni sugirió la idea de "renacido" en su encuesta, sino los entrevistados respondieron a una pregunta, que habían hecho "un compromiso personal a Jesucristo que todavía importa en su vida," y también indicaron que cuando mueren irán al cielo porque han "confesado sus pecados y aceptado a Jesucristo como su salvador." Repito, entre estos la taza es 35%, igual a la población en general. O sea, estadísticamente la conclusión obvia es que ser evangélico "renacido" no mengua la probabilidad de divorcio entre nosotros. Fíjate que en la misma encuesta ateos/agnósticos tenían la taza de 37%, Protestantes en general de 39%, y Católicos se mantenían en "tan solo" 25%. Sin contar la estadística de "renacido" las denominaciones Protestantes menos propensas al divorcio son los Presbiterianos (28%), y las más propensas son los "Pentecostales" (44%). Yo sabía que "pastoras" causaban problemas, pero vaya.

La taza de hipócritas

Bueno, antes de concluir que los evangélicos somos una bola de hipócritas, hay algunas cosas que tenemos que considerar. Por ejemplo, la taza de 35% habla de todos los divorcios, aunque algunos cuantos fueron divorciados antes que fueron "renacidos." Barna reconoció esto y ajustó sus cálculos para terminar con una taza de 34%, ligeramente menos que la población en general. Además, entre los no-cristianos me consta que muchos no se casan, sino viven juntos sin compromiso. Así que, cualquier estadística sobre ellos es torcida, porque prácticamente aquellos se han divorciado muchas veces antes de casarse la primera vez. Y si en la encuesta 37% de los que alguna vez se casaron también alguna vez se habían divorciado, ¿cuánto será la taza si contamos todas sus "parejas" de "amasiato" ahora abandonadas? ¿Y cuánto será si contamos todos los que nunca se casaron, pero han cohabitado con muchas diferentes? No me queda duda que evangélicos "renacidos" son sustancialmente menos propensos a este divorcio "virtual" que incrédulos.

Por otro ejemplo, la encuesta de Barna, o por lo menos sus resultados publicados, carecen de cierta información vital para mí. Barna incluyó en su encuesta preguntas sobre las creencias acerca del divorcio, que si el divorcio en casos sin adulterio es pecado, y nos dio el resultado general, pero de mi punto de vista tenemos que combinar la información para juzgar la hipocresía de los evangélicos renacidos. No todos los evangélicos son realmente renacidos, aunque conozcan el lenguaje bíblico. Tal información me hubiera ayudado saber de aquellos que se llaman "renacidos" si verdaderamente creen la Biblia o no. Barna dice que 31% de adultos creen lo que Jesús dijo, que divorcio sin el caso de adulterio es pecado, y que 66% no lo creen, pero no nos dice la taza de divorcio entre aquellos 31%, cuántos de ellos son Católicos, o renacidos, etc. Llamarse "renacido," o creer que vas al cielo cuando mueres, no indica salvación tanto como el creer las palabras de Jesús prácticamente. Entre Católicos creer que divorcio es pecado es común, y entre evangélicos lo es también, quizás aún más común, pero si entre los evangélicos 25% de ellos respondieron que no creen que divorcio es pecado, eso me ayuda saber qué tipo de cristianos "renacidos" son estos. Se me hace probable que habrán mas divorcios relativamente entre el 25% que entre los 75%. Eso puede modificar sustancialmente los resultados.

Pero tomando todo en consideración, aun si pudiéramos reducir la estadística sustancialmente, que tantos cristianos que alguna vez se casaron se han divorciado también es sorprendente y lamentable. Estadísticas, sin embargo, no dan toda la historia. Por ejemplo, de los divorciados, ¿cuántos fueron divorciados en contra de su voluntad? En la mayoría de los estados de América el divorcio se concede a una sola pareja, aunque la otra no lo quiera. De los divorciados cristianos que yo conozco, la mayoría fueron divorciados en contra de su voluntad. El cónyuge no era cristiano, o no le importó la opinión de Jesucristo al respecto. Esto es también el caso de muchos no-cristianos, así que no es necesariamente otro argumento favorable al evangelio relativamente, pero si la mitad de los cristianos divorciados lo fueron en contra de su voluntad, esto reduce la taza de hipócritas por lo menos.

Además, existe divorcio legítimo, por lo menos en casos de adulterio. En tales casos la taza de hipocresía entre evangélicos se reduce aun más. Además, el divorcio mismo no es el pecado mayor en el asunto, sino el casarse de nuevo. En palabras de Jesús, el que "se casare con otra" comete adulterio. Hay muchos cristianos divorciados que se mantienen solos por años por buscar reconciliación, precisamente tratando de obedecer a Jesucristo. Yo conozco algunos que aunque no hay esperanza de reconciliación, siguen solos. Estos, aunque se encuentran en la taza de divorciados, no son hipócritas.

Dios aborrece el divorcio

La única razón que estas estadísticas tienen importancia es por la opinión fuerte de Jesucristo sobre el divorcio. Dijo, "lo que Dios juntó, no lo aparte el hombre." Cristo hizo claro que él no quiere el divorcio en los suyos. Es cierto que Moisés había permitido el divorcio en ciertos casos.

1 CUANDO alguno tomare mujer y se casare con ella, si no le agradare por haber hallado en ella alguna cosa torpe, le escribirá carta de repudio, y se la entregará en su mano, y despedirála de su casa.

Deuteronomio 24

Los Fariseos buscaban tropezarle a Cristo, preguntando si era legítimo divorciar por "cualquier causa" (Mat. 19.3), pero ni Moisés da lugar para eso. Dijo "por haber hallado en ella alguna cosa torpe." Pero Moisés no aclaró cuáles cosas torpes califican. Cristo dijo que así lo puso Moisés por "la dureza de su corazón."

8 Díceles: Por la dureza de vuestro corazón Moisés os permitió repudiar á vuestras mujeres: mas al principio no fué así.

Mateo 19

Yo no creo que Jesús aquí cambia ni desmiente la ley de Moisés. Así parece, pero Cristo recalcó que él no vino a abrogar a Moisés, sino a cumplir. Así que, Cristo refiere al "permiso" de Moisés en su resultado práctico, pero aclaró que desde el principio, no fue así. Por proveer el divorcio en casos de "torpeza" en la pareja, Moisés (inspirado por Dios) permitió el abuso de la ley por aquellos cuyo corazón duro les permitiría "interpretar" el mandamiento a su conveniencia. Dirían los Judíos, "torpeza" es una palabra "antigua" que se "entiende mejor" en el Arameo moderno como "cualquier causa." Pero en la doctrina de Jesucristo, la única torpeza de que se trata es "fornicación."

9 Y yo os digo que cualquiera que repudiare á su mujer, si no fuere por causa de fornicación, y se casare con otra, adultera: y el que se casare con la repudiada, adultera.

Mateo 19

De esto no suelen ser culpables los Católicos, tienen otros problemas, pero Judíos y Protestantes liberales o mundanos que quieren pretextos para romper el matrimonio no pueden usar a Moisés legítimamente. Él no dijo "cualquier causa." Además, Malaquías ya había aclarado la opinión de Dios sobre el divorcio.

16 Porque Jehová Dios de Israel ha dicho que él aborrece que sea repudiada; y cubra la iniquidad con su vestido, dijo Jehová de los ejércitos. Guardaos pues en vuestros espíritus, y no seáis desleales.

Malaquías 2

Dios odia el divorcio. Fíjate que no dice que lo odia cuando es injusto. Aparentemente no más lo odia. Creo que Dios odia el divorcio aun en casos de fornicación. Dios recomendó, o más bien, mandó la reconciliación en el caso de Oseas (Ose. 3.1). El perdón por adulterio es sumamente difícil (aun cuando el arrepentimiento es claro), pero ¿quién dijo que la vida buena y agradable a Dios será fácil? Bueno, no quiero poner palabras en la boca de Dios, ni cargas difíciles de llevar. Pero lo que dice es que Dios odia que el hombre repudie a su mujer.

La opinión de Cristo

Hay cuatro pasajes de Cristo que tocan este asunto, Mateo 5, Mateo 19, Marcos 10 y Lucas 16:18. Lucas no más repite Marcos 10:11 y aun abreviadamente, así que si te concentras en los pasajes de Mateo y Marcos, tienes la opinión de Cristo.

32 Mas yo os digo, que el que repudiare á su mujer, fuera de causa de fornicación, hace que ella adultere; y el que se casare con la repudiada, comete adulterio.

Mateo 5

9 Y yo os digo que cualquiera que repudiare á su mujer, si no fuere por causa de fornicación, y se casare con otra, adultera: y el que se casare con la repudiada, adultera.

Mateo 19

11 Y les dice: Cualquiera que repudiare á su mujer, y se casare con otra, comete adulterio contra ella:

12 Y si la mujer repudiare á su marido y se casare con otro, comete adulterio.

Marcos 10

Cada uno de estos pasajes son ligeramente diferentes, y las diferencias son significativas. Necesitamos cada uno para conocer la mente de Cristo. Junto con nuestro texto cabecero podemos concluir algunas cosas. Voy a resumir los dichos de Jesucristo sobre el divorcio, y ofrecer algunas conclusiones mías para que las consideres, aunque llegues a otra opinión.

1 La unión sexual es permanente en ojos de Dios.

2 Hombres no deben, pero en efecto tienen el poder de apartar el matrimonio en contra de la voluntad de Dios.

3 Fornicación es la única "cosa torpe" que justifica el divorcio y recasamiento.

4 Casarse de nuevo es adulterio. Hombre que repudia a su mujer y se casa de nuevo, adultera. Mujer que repudia a su marido y se casa de nuevo, adultera. Mujer repudiada, aun injustamente, que se casa de nuevo, adultera. Hombre que se casa con una repudiada, adultera.

5 El que repudia causa el adulterio de su pareja.

6 Hombre que se casa de nuevo adultera contra su esposa.

7 Hay recasamiento legítimo, en casos de fornicación.

Permanencia

Cristo dijo en Mateo 19.8 que el "principio" define fundamentalmente la opinión de Dios respecto al matrimonio. O sea, Deut. 24 se interpreta por Gén. 2. Esto nos ayuda concluir algunas cosas. ¿Sabías que la unión sexual hace algo permanente en la opinión de Dios? Menciono esto porque hay quienes piensan que si no se casaron formalmente (firmando papeles) no tienen obligación permanente a la pareja. Pero Cristo dijo que cuando se hacen "dos en una carne" (el acto sexual), "no son ya más dos" sino que "Dios los juntó," y no deben ser apartados después. Yo pienso por esto que si tu cohabitas con una mujer, tienes deber a ella formalmente en ojos de Dios. Esto no quiere decir que los papeles no importan. Los que cohabitan deben casarse formalmente, o están viviendo en fornicación. Pero cohabitar y luego apartarse es espiritualmente lo mismo que casarse y divorciarse, algo que Dios abomina. Y si hay hijos de la pareja, no solamente es espiritualmente igual, es prácticamente igual. Los de "unión libre" no son libres en ojos de Dios.

Separación Final

¿Sabías que matrimonio puede ser apartado humanamente, aun en ojos de Dios? Cristo avisó no hacerlo, dando entender que se puede hacer. Hay quienes dirán que una vez casados no es posible disolver el matrimonio. Yo supe de un caso de dos pastores en una iglesia de Hermanos Libres, que en su juventud, antes de ser cristianos, se habían casado con sus novias, y luego divorciado, y luego ambos se casaron con la pareja del otro. Así siguieron por muchos años. Ambos tuvieron hijos. Luego ambos fueron convertidos a Cristo en la misma iglesia. Siguieron fiel en la fe, hasta llegar ambos a ser pastores de la iglesia. Sus hijos ya eran grandes. Luego un predicador llegó de otra congregación y predicó sobre el divorcio, sin saber la situación de ellos. Fueron "compungidos de corazón" y le preguntaron qué debían hacer en su caso. Hermanos, me es difícil creer que hay predicadores con tan poco sentido, y me duele repetir la historia hasta ahora, pero aquel hombre les dijo que en los ojos de Dios estaban "viviendo en fornicación" y que debían volver a sus primeras esposas. Y eso es lo que hicieron en medio de muchas lágrimas. Cuando supe de este caso me quedé atónito, careciendo de palabras. Aunque este caso es lamentable, hay mucha confusión sobre el divorcio entre verdaderos predicadores, no por incredulidad, sino por su celo hacia Cristo. Que sepas hermano, Dios busca reconciliación aun en casos de divorcio, pero no siempre existe la posibilidad de reconciliación.

Adulterio destruye un matrimonio, pero no lo disuelve automáticamente. El divorcio formal disuelve un matrimonio, legalmente y prácticamente, pero tampoco es necesariamente final. Parejas divorciadas pueden reconciliarse. Dios recomienda reconciliación, aun manda reconciliación a veces, aun en casos de adulterio (Oseas).

10 Mas á los que están juntos en matrimonio, denuncio, no yo, sino el Señor: Que la mujer no se aparte del marido;

11 Y si se apartare, que se quede sin casar, ó reconcíliese con su marido; y que el marido no despida á su mujer.

1 Corintios 7

Aunque es difícil explicar lógicamente, separación final sucede cuando uno de la pareja se casa de nuevo.

3 Y si la aborreciere aqueste último, y le escribiere carta de repudio, y se la entregare en su mano, y la despidiere de su casa; ó si muriere el postrer hombre que la tomó para sí por mujer,

4 No podrá su primer marido, que la despidió, volverla á tomar para que sea su mujer, después que fué amancillada; porque es abominación delante de Jehová, y no has de pervertir la tierra que Jehová tu Dios te da por heredad.

Deuteronomio 24

No hay reconciliación después de recasamiento. Ni siquiera si el segundo esposo muere, no se permite reconciliar con el primero. Dios lo cuenta "abominable." Pero si no se trata de otro vínculo formal, si no más es "fornicación," sigue posible la reconciliación.

1 DICEN: Si alguno dejare su mujer, y yéndose ésta de él se juntare á otro hombre, ¿volverá á ella más? ¿no será tal tierra del todo amancillada? Tú pues has fornicado con muchos amigos; mas vuélvete á mí, dijo Jehová

. Jeremías 3

Aquí parece distinguir entre "juntarse con otro hombre" y "fornicar con muchos." No sé porqué, pero aparentemente los "papeles" importan. Técnicamente no es diferente, pero prácticamente parece que sí lo es. Por lo menos, eso es lo que yo veo en las escrituras. Si tienes alguna sabiduría en el caso que ignoro, me gustaría aprender.

Recasamiento válido

Además ¿te fijaste que existe divorcio y recasamiento válido? Por la "única causa justa" de "fornicación" el divorciarse y casarse de nuevo no es pecado. No necesariamente es la mejor opción, y en mi opinión la reconciliación es mejor a menudo, pero existe la opción legítima. Esto tenemos que decir claro, porque hay hermanos como aquel que ya mencionamos, y aun iglesias enteras como la Romana, que citan las palabras de Marcos y Lucas para prohibir el recasamiento en todo caso. Marcos y Lucas no recordaron la "excepción" dicho por Jesús que Mateo recordó. Así que, dicen algunos que nada disuelve la unión de matrimonio, ni siquiera adulterio (sin permiso del Papa, por supuesto). Suponen que la "fornicación" que menciona Mateo habla de engaño por la mujer de que no fue virgen cuando se casó, o sea, el hombre descubre que ella había fornicado antes de casarse. Pero el uso de la palabra "fornicación" en vez de "adulterio" no es para distinguir estos casos, o hacer prácticamente imposible aplicar la excepción de Cristo. Adulterio es fornicación (1 Cor. 5.1). Cristo aclara que un hombre no tiene derecho de divorciar a su mujer sino por adulterio, u otro pecado sexual que se puede incluir en la palabra "fornicación" (como homosexualismo – Judas 7).

Así que, no seamos "demasiados justos," hermanos. Divorcio es una plaga en nuestro día, pero el remedio no es prohibirlo en todos los casos sin excepción. Una mujer que encuentra que su marido tiene otro matrimonio en otra ciudad tiene derecho, no sólo de divorciarse, (y quitarle todo lo que tiene, si es posible), pero también de casarse de nuevo. Un hombre abandonado por su esposa, que le espera por reconciliarse, pero al fin ella se casa con otro, es libre de reconstruir su vida lo mejor que se puede. No podemos consentir en otros casos (incompatibilidad, estrés emocional, diferencias irreconciliables, enfermedad, o aun severos problemas, como destitución, drogadicción, borrachera y pereza), aunque debemos ser tardos en juzgar también, pero en este caso, el caso de fornicación, el divorcio es legítimo.

Femenismo

¿Te fijaste en algo más? Cristo hizo claro que la mujer también puede pecar por divorciar a su marido (Mar. 10.12). Esto aclara que la ley de Moisés se aplica a la mujer, por implicación dando el mismo derecho a la mujer "repudiar" a su marido. Esto es sorprendente. Puedo imaginar la reacción de los varones en su día cuando Cristo habló así. La ley de Moisés no aclaró eso. Cristo tomó por obvio la suposición que la mujer también tenía derecho al divorcio bajo la misma ley. Eso tenía que ser un choque a ese mundo machista.

En la Biblia casi no menciona aparte de este lugar, el caso de la mujer repudiando a su marido. Dios odia que el hombre repudie a su mujer, pero no dijo Malaquías que odia que ella repudie a él. Es lógico, pero no lo dice. No sé si lo has pensado, pero como pastores, sabemos que prácticamente hay diferencia entre los dos casos. Yo personalmente supongo que hay justificación en ciertos casos para una mujer divorciar a su marido sin comprobar adulterio en él. Creo que violencia severa es justificación para divorcio, o por lo menos separación. No justifica el casarse de nuevo, pero si la mujer está en peligro, o sus hijos, yo no puedo suponer el "odio" de Dios en tales casos. Aunque ella es la que decide divorciarse, en tales casos él es el que está repudiando. En ciertos países el divorcio legal es la única defensa de la mujer, físicamente y económicamente. El hecho que Dios aborrece el divorcio no quiere decir que no es necesario en ningún caso extremo.

Pero recuerda, Cristo aplica su opinión a la mujer también. Aunque la "carta de divorcio" de la ley tuvo el objeto de permitir a la mujer casarse de nuevo, en ese sentido se justifica solamente con la fornicación. Cuando divorcio civil se usa como una desunión legal que tiene otros objetos, como la protección física o económica, no da derecho de casarse de nuevo en ojos de Dios, por lo menos mientras hay posibilidad de reconciliación. Aunque será difícil, se requiere la paciencia en ella. Si el divorcio civil es necesario para una mujer protegerse, y a sus hijos, no lo busque ella por casarse de nuevo. Cristo dijo que si ella repudia a su marido, y se casare de nuevo, adultera.

La reconciliación y la culpa

¿Te fijaste en Mat. 5.32? Una mujer repudiada por la ley de Moisés, aunque fue injusta la causa, si se casa de nuevo, ¡comete adulterio! Y el que se casa con ella, comete adulterio. Al principio esto parece irrazonable por parte de Cristo. Pero es otra demostración de cuánto Dios aborrece el divorcio. Aunque el marido la repudie, no tiene derecho de casarse de nuevo automáticamente. Será adulterio si lo hace. Mira cuánto Dios quiere que busquen reconciliación.

Pero si te fijaste bien, ves que la culpa del adulterio Cristo pone sobre el que repudió. O sea, si tu divorcias a tu mujer injustamente, y ella no te quiere esperar, y se casa de nuevo, tu tienes la culpa de su adulterio. Esto no necesariamente le da a ella libertad de casarse de nuevo, aunque algunos dirán que sí por lo que dijo después Pablo.

15 Pero si el infiel se aparta, apártese: que no es el hermano ó la hermana sujeto á servidumbre en semejante caso; antes á paz nos llamó Dios.

1 Corintios 7

Pero en mi opinión, ella debe buscar reconciliación mientras hay esperanza, porque, ¿recuerda? Dios odia el divorcio.

Poligamia

¿Te fijaste que aquí Cristo hizo claro su opinión acerca de la poligamia? Dijo, "cualquiera que repudiare á su mujer, y se casare con otra, comete adulterio contra ella." La idea que un hombre puede cometer adulterio contra su propia mujer es aquí por primera vez enunciada. Poligamia nunca fue la voluntad de Dios. Malaquías implicó esto cuando dijo que aunque tuvo abundancia, "Dios hizo uno solo" (matrimonio) para "procurar simiente de Dios" (Mal. 2.15). Pero la poligamia nunca fue prohibida directamente en el Antiguo Testamento. Ni siquiera es prohibida directamente en el Nuevo. Pero Cristo aclaró que como Dios los hizo en el principio es cómo él quiso que fuera el matrimonio. Múltiples esposas no aparecen en la creación hasta Lamech, vis-tataranieto (5 generaciones) de Caín (Gen. 4.19). No aparece en la genealogía escogida hasta Nachor, hermano de Abram, que tuvo una concubina (Gen. 22.24). Abram también usó el costumbre de tener concubinas, pero solamente después de muchos años desesperado por tener un hijo, siendo su mujer estéril. Situaciones difíciles hacen caer aun a los de grande fe.

Dios nunca sugirió la poligamia, jamás la aprobó, ni siquiera dio permiso de hacerlo a pesar de que en la ley de Moisés dejó ciertas reglas sobre su uso. No lo prohibió directamente, pero su voluntad al respecto no debía ser difícil de averiguar. Sin embargo, Cristo por fin hizo claro su voluntad para los cristianos. Dijo que el hombre que "se casare de nuevo comete adulterio contra ella." Imagino que fue otro choque fuerte a los machos de su día. De su punto de vista de ellos el único adulterio que podía cometer un hombre era contra otro hombre, por tomar su esposa. Pero tener más mujeres no era adulterio en sus ojos, porque tenía la idea que el hombre no prometía exclusividad a su mujer, y tenía el ejemplo de Abraham, y Jacob, y David, para justificarse. Pero Cristo acaba la polémica para nosotros. Hombres que se casan tienen la obligación de exclusividad hacia su mujer. No seguimos el ejemplo de Abraham o David. No somos Mormones. Seguimos por espíritu la voluntad verdadera de Dios como es revelada por Jesucristo, y no nos importa un comino la opinión de Mahoma o Moroni o José Smith.

El divorcio es una plaga en nuestra generación. Dios lo abomina. Pero te diré, hay vida después de divorcio. Aun si el divorcio no fue válido, aun si la regaste, aunque adulteraste, aunque no hay perdón de hombres, hay perdón de Dios. Dios usó a adúlteros como David, y "adúlteros virtuales" como Abraham, así que puede usar divorciados, puede bendecir parejas de lamentables y aun asquerosas circunstancias también. Solamente requiere el simple compromiso de hacer la voluntad de Dios ahora en adelante. Si este no es tu primer matrimonio, hazlo el matrimonio que debía haber sido si fuera. Si prácticamente no puedes ser pastor reconocido por haber sido divorciado (por interpretar 1 Tim. 3.2), sé pastor sin reconocimiento. Dios odia el divorcio, pero no es el fin del mundo.