La Epístola

Isidro Fabela # 999

Col. Tres Caminos

CP 50010 Toluca, Edo. Mex.

#131 Julio, 2005

Impreso en México

Calendario

Agosto 4 al 7, León, Hidalgo: Conferencia de evangelismo extranjero, con evangelistas Noé Castillo, Alberto Sotelo, Juan Tovar y Flavio Santoyo. También se consultarán los pastores y misioneros para considerar abrir otra misión, enviando a Flavio Santoyo y uno de Guadalajara, esperando cambiarse para el primero del año. Están pensando en Colima o Tepic.

Septiembre 4, Toluca: domingo 10am, Ramiro García compartirá con la iglesia su misión en Zacatecas.

Septiembre 16 y 17, Querétaro: Taller Tema Ministros, predicado por Miguel N. Jackson.

Octubre 18 al 23, Nueva York: miércoles a domingo, conferencia de exhortación. Predicará Lyndell Kincaid en una iglesia de Nueva York. Además, irán a la iglesia de Nueva York varios predicadores de San Antonio (y también Juan Castillo de Toluca) para predicar en las calles en una campaña evangelística durante la conferencia.

Octubre 19 al 23, Varsovia, Polonia: miércoles a domingo, conferencia de exhortación. Predicará Guillermo Kincaid.

Febrero 16 al 19, 2006, León: Conferencia de exhortación con Marco Chaires y Guillermo Kincaid.

Noticias

Alejandro a la Torre se va como misionero a Zacatecas el 11 de julio, enviado y apoyado por la iglesia de San Juan Bosco, León. Será el primer misionero enviado exclusivamente de la iglesia de San Juan Bosco desde que empezaron reuniones en ese parque (abril de 1998). Empezaron con quizás 30 hermanos de los grupos del parque Hidalgo, pero al pasar los 100 reunidos se dividieron en dos grupos (enero de 2003). Ahora tienen alrededor de 130 adultos reuniéndose entre los dos grupos. Bautizaron a 12 este pasado 21 de mayo, junto con otros de las otras iglesias de León.

Teodoro (Lolo) Lopez Avila, uno de los pastores de San Juan Bosco, nos avisa que ahora tiene teléfono: (477) 758-8182.

Pachuca avisa que ahora tienen muchos estudios, y que ya tienen a varios nuevos congregándose, entre ellos varias familias nuevas.

Muchas de las Epístolas están disponibles en www.epistola.valera1909.com. Además hay folletos en formato PDF disponibles. Y Juan y Romanos.

 

El Doceavo Apóstol

5 Y que apareció á Cefas, y después á los doce.

1 Corintios 15

Muchos textos en la Biblia contienen pequeños misterios, que para algunos representan errores, y aun para creyentes fieles, nos presentan problemas para entender lo que verdaderamente sucedió. Una y otra vez encontramos detalles de la narración que nos sorprenden, siempre si prestamos atención. Es obvio que la Biblia no fue "compuesta" por arte, o diseñada por sus autores. Los autores querían informarnos todo lo importante, seguramente, pero no podían saber de antemano cuales detalles incluidos en sus narraciones nos confundirían. Y esta circunstancia, quizás mas que cualquier otra característica literaria de la Biblia, nos asegura la veracidad de ella. Pequeños detalles incluidos sin explicación, que incrédulos suponen ser errores, en realidad son la mas fuerte evidencia de la autenticidad de estos escritos. Demuestran que fueron escritos por los autores contemporáneos, por los que sabían los eventos de primera mano, y que estaban escribiendo sin ingenuidad. Esta circunstancia además demuestra que aunque la Biblia no fue diseñada por sus autores, sí fue diseñada por Dios. A los incrédulos esta circunstancia sirve para tropiezo. Su propia soberbia les hace caer. Pero para los creyentes los detalles dejan grandes huellas. Por investigar algún detalle, podemos lograr un entendimiento mas profundo acerca de lo que sucedió, y lo que significa.

Algo que aparece en este texto es la sencilla mención (sin explicación) de que Cristo apareció a "los doce" poco después de ser visto por Pedro solo. Pero por si todavía no se te "cae el veinte," para entonces Judas Iscariote ya había muerto.

18 Este, pues, adquirió un campo del salario de su iniquidad, y colgándose, reventó por medio, y todas sus entrañas se derramaron.

19 Y fué notorio á todos los moradores de Jerusalem; de tal manera que aquel campo es llamado en su propia lengua, Acéldama, que es, Campo de sangre.

Hechos 1

Pedro parece decir que Judas compró el campo con el dinero, y luego fue a al campo y allí murió, y que por eso fue llamado el "Campo de sangre." Pero sabemos que Judas no compró el campo, sino los sacerdotes, y eso tuvo que ser después que se ahorcó (Mat. 27.7,8). Judas no murió por caer y reventarse por medio, sino murió por ahorcarse. Parece que cuando le encontraron colgado el siguiente día, al cortar la cuerda se cayó sobre una piedra y su cuerpo se reventó derramando sus entrañas. La historia era tan macabra que corrió como el viento. Los sacerdotes decidieron enterrarle ahí mismo, y por eso compraron el campo. Al cabo, necesitaban donde enterrar a extranjeros, y ¿qué mas iban a hacer con dinero maldito y un campo maldito?

Pero si para el siguiente día ya estaba muerto Judas, ¿porqué dice Pablo que el domingo apareció a "los doce?" "Los doce" era como se referían a los doce apóstoles originales. Para cuando fueron escritos los evangelios y epístolas, habían muchos apóstoles que no eran de los doce. Y había una diferencia clara entre ellos. Verás que el nombre "apóstol" y el número "doce" tenían significado especial desde el principio del evangelio.

13 Y como fué de día, llamó á sus discípulos, y escogió doce de ellos, á los cuales también llamó apóstoles:

Lucas 6

La palabra "apóstol" es una palabra griega, entonces no es muy probable que Cristo les llamó "apóstoles" directamente, sino alguna palabra en Hebreo (lo que ahora llaman "Arameo," el idioma hebreo mezclado con el caldeo de los Babilónicos, pero llamado sencillamente "Hebreo" en el Nuevo Testamento, Juan 5.2, Juan 19.13, Luc. 23.38, etc.). Después los mismos apóstoles, o sus traductores, tradujeron esa palabra original a la palabra griega "apóstol." Así lo quería Jesucristo. El quería apartar ese nombre para distinguir ese "obispado" especial.

Mensajeros

En el NT la palabra "apóstol" es "transliterada" (reproducida letra por letra) todas las veces que ocurre menos dos, en las cuales es traducida al Español.

23 Ora en orden á Tito, es mi compañero y coadjutor para con vosotros; ó acerca de nuestros hermanos, los mensajeros son de las iglesias, y la gloria de Cristo.

2 Corintios 8

25 Mas tuve por cosa necesaria enviaros á Epafrodito, mi hermano, y colaborador y compañero de milicia, y vuestro mensajero, y ministrador de mis necesidades;

Filipenses 2

Los hermanos enviados con Tito son llamados "mensajeros," y Epafrodito también es llamado un "mensajero" de la iglesia de Filipos (Fil. 2.25). Esa palabra "mensajero" es la palabra griega apostolov. apostolov significa "uno enviado," aclarado aun en castellano por Juan 13.16 "ni el apóstol es mayor que el que le envió." Mira cómo la Biblia se define a sí misma. No necesitamos saber el Griego y el Hebreo, y mucho menos Latín. No necesitamos el "magisterio de la iglesia" para entender. Tenemos una unción y no necesitamos que nadie nos enseñe más de lo que está escrito (1 Juan 2.27). La Biblia misma, en nuestro idioma, es "lámpara a nuestros pies."

Aunque las palabras originales son iguales, y por esto algunos se confunden, nuestra Biblia las traduce perfectamente con dos palabras diferentes, "mensajero" y "apóstol." Esto no es cosa de buena suerte, ni es una "segunda inspiración." Sencillamente el contexto hace clara la traducción. Depende de quién envió al enviado. Enviado por Jesucristo es un apóstol, porque así los nombró. Enviado por hombres, es solamente un mensajero del que le envió. Además, el contexto también nos explica la diferencia entre ellos. Los mensajeros escogidos por las iglesias, no solamente servían para llevar mensajes, sino también para encargarse de dinero.

18 Empero todo lo he recibido, y tengo abundancia: estoy lleno, habiendo recibido de Epafrodito lo que enviasteis, olor de suavidad, sacrificio acepto, agradable á Dios.

Filipenses 4

19 Y no sólo esto, mas también fué ordenado por las iglesias el compañero de nuestra peregrinación para llevar esta gracia, que es administrada de nosotros para gloria del mismo Señor, y para demostrar vuestro pronto ánimo:

2 Corintios 8

En este sentido, no diferían prácticamente de los diáconos, con la excepción que estos eran diáconos "viajeros." Fíjate que no es tan difícil acertar con precisión quiénes son estos mensajeros, qué oficio tenían, y cuál es la diferencia entre estos y los apóstoles. El hecho que en Español apartamos la palabra "apóstol" para el oficio bíblico designado por Jesús mismo, y que en Griego no tenían ese lujo, no es pretexto para que los hombres confundan el asunto. Los apóstoles eran un grupo especial, y el nombre "apóstol" era apartado para ese don, a pesar de tener un "sentido genérico.

Apóstoles

Sin embargo, por existir un sentido genérico algunas iglesias utilizan la palabra "apóstol" como sinónimo de "misionero" (enviado). Quizás es un error inocente, y no muy grave, pero es un error, por dos razones. En primer lugar, confunden el don de apóstol con el don de evangelista (Efe 4.11, Hec. 21.8). Un "misionero," como nosotros usamos la palabra, es sencillamente un evangelista en la Biblia. Si pretenden que los misioneros son los "apóstoles" de ahora, ¿qué es un evangelista? Felipe, no él de los doce, sino el de "los siete" (Hec. 6), fue llamado un "evangelista" (Hec. 21.7). Este Felipe no era el apóstol Felipe, pues, Felipe el apóstol era uno de los "doce" que impusieron manos sobre Felipe el evangelista (Hec. 6.2,6). Y este nunca es llamado apóstol, aunque era evangelista enviado para predicar el evangelio. Es obvio que un apóstol, bíblicamente, es mas que un misionero.

En segundo lugar, usar la palabra así ignora o desmiente el uso bíblico. Desoyen el propósito específico del apóstol, su oficio preeminente, y el plazo limitado para los apóstoles. La Biblia nos dice exactamente cuál era el propósito de "apóstol." Los llamados "apóstoles" en la Biblia son los que Dios escogió para ser testigos de la resurrección de Jesús.

33 Y los apóstoles daban testimonio de la resurrección del Señor Jesús con gran esfuerzo; y gran gracia era en todos ellos.

Hechos 4

40 A éste levantó Dios al tercer día, é hizo que apareciese manifiesto,

41 No á todo el pueblo, sino á los testigos que Dios antes había ordenado, es á saber, á nosotros que comimos y bebimos con él, después que resucitó de los muertos.

Hechos 10

Pero responden que algunos en la Biblia son llamados apóstoles aunque no vieron a Jesús resucitado. Bueno, el único a quien deben estar refiriendo es a Bernabé (Hec. 14.14). Y es cierto que Bernabé es distinguido de los apóstoles en otros versículos (Hec. 4.36, 9.27). Por eso suponen que solamente llegó a ser "apóstol" cuando fue enviado por la iglesia de Antioquía como "misionero" (Hec. 13). Si es llamado apóstol después de eso, y nunca es mencionado en conexión con Jesucristo, entonces "apóstol" tiene que significar tan sólo uno "enviado." Sin embargo, Pablo y Bernabé se distinguen de "los apóstoles" aun después de ser "enviados" (Hec. 15.2,22), porqué ese nombre en el principio se aplicaba solamente a los doce. Pero Pablo sin lugar a dudas conecta su apostolado con haber visto a Jesús (1 Cor. 9.1). Además no hay ninguna indicación que Bernabé no conocía personalmente a Jesucristo, tanto antes como después que resucitó.

Cristo tenía cientos de discípulos. Después que Juan Bautista anunció a Jesús como el "cordero de Dios," muchos de sus discípulos le siguieron a él. De estos discípulos Jesús escogió a doce apóstoles, pero no eran los únicos discípulos, ni los únicos predicadores, ni los únicos que hacían milagros (Luc. 10.1,9). Ni eran los únicos discípulos de nombre, tampoco. Recuerda a "Natanael" que Cristo reconoció por nombre (Juan 1.47), y estaba presente con los apóstoles aun después de la resurrección (Juan 21.2), pero él no fue uno de los "doce" (Luc. 6.14). Y el evangelio de Marcos habla de un "mancebillo" presente en el huerto de Gethsemaní, que por la narración tenemos que suponer que es el mismo Marcos, tampoco uno de los doce, y ese Marcos era sobrino de Bernabé. Seguramente Bernabé conocía a Jesús antes que murió, y no hay porqué suponer que no lo vio después que resucitó. Había gran número de apóstoles en el sentido de testigos de la resurrección que no eran de los doce. Bernabé sin duda era uno de ellos, aunque en el principio, no se llamaban así, porque Cristo había dado ese nombre precisamente a los doce. Llegaron a ser llamados apóstoles después, pues todos ellos fueron enviados por Jesucristo en la "gran comisión," y al salir a cumplirla, el apodo cobró significado.

El oficio preeminente de todos los apóstoles en la iglesia era el de ser el fundamento práctico y doctrinal.

20 Edificados sobre el fundamento de los apóstoles y profetas, siendo la principal piedra del ángulo Jesucristo mismo;

Efesios 2

10 Conforme á la gracia de Dios que me ha sido dada, yo como perito arquitecto puse el fundamento, y otro edifica encima:

1 Corintios 3

El comienzo de una obra es por definición de primera importancia. La ley de Moisés tuvo un comienzo glorioso. Y la gracia de Jesucristo, visible en la iglesia, también tuvo un comienzo extraordinario. Nada menos que algo espectacular hubiera sido suficiente. Los apóstoles recibieron la revelación divina, predicaron por todo el mundo, escribieron el Nuevo Testamento, y así dejaron los cimientos del edificio. Nadie puede poner otro fundamento. Ya está hecho. Lo que a nosotros no toca es edificar encima, y "cada uno vea cómo sobreedifica."

En cuanto al plazo señalado, por lo que antecede, es obvio que los apóstoles no iban a continuar existiendo en la iglesia.

9 Porque á lo que pienso, Dios nos ha mostrado á nosotros los apóstoles por los postreros, como á sentenciados á muerte:

1 Corintios 4

7 Después apareció á Jacobo; después á todos los apóstoles.

8 Y el postrero de todos, como á un abortivo, me apareció á mí.

1 Corintios 15

El tiempo de los apóstoles cedía lugar gradualmente al tiempo de sus escritos, aquella perfección que acababa con los dones apostólicos (1 Cor. 13). No iban a existir siempre. Estaban sentenciados a muerte. Y Pablo era el postrero de todos. Pero no les hacemos falta. Tenemos la Biblia, la "doctrina de los apóstoles" (Hec. 2.42), que es "lo que es perfecto," y su perfección podemos ver aun en sus detalles.

Jerarquía

Otras iglesias y sectas "cristianas" utilizan la palabra "apóstol" mal también, pero no ligeramente, ni en su sentido genérico, sino como mucho mas que un "misionero." Quieren pensar que hay apóstoles todavía entre nosotros, y quieren suponer que estos apóstoles tienen revelación especial o autoridad superior a los demás en la iglesia, cómo tenían los apóstoles originales. Esto es también un error, y uno mucho más serio. El propósito de usar la palabra así hoy en día es sin excepción para establecer una jerarquía sobre las iglesias, por exaltar algunos hombres como autoridad superior a la autoridad práctica de las iglesias locales. No existen excepciones a esto. Todos los que hablan de "apóstoles" de hoy como mas que misioneros, quieren levantar un hombre como autoridad sobre las iglesias locales. Así son la Romana Católica, los Mormones, la Luz del Mundo y aun el Recobro, que solían llamar a Witness Lee su "apóstol."

Pero se olvidan de algunas verdades importantes. En la Biblia, autoridad es ministerio. Cada iglesia tiene autoridad local, llamados ancianos u obispos, cuales fueron reconocidos por su ministerio local. Pablo no mandó a Timoteo y Tito a imponer autoridad ajena, sino para ordenar obispos locales de los que ya estaban ministrando (1 Tim. 3 y Tito 1), y para que las iglesias ya no dependan de él. Y Pablo, Timoteo y Tito tenían esa autoridad porque ellos ya habían ministrado en esas iglesias.

Pero lo que es más, la autoridad superior que tenían los apóstoles originales se debía a la realidad. Primero, aquellos tenían autoridad por un directo llamamiento hecho personalmente por Jesucristo. Los "doce" eran llamados por Jesús durante su ministerio (Luc. 6.13), y algunos otros fueron llamados después de su resurrección (1 Cor. 15.1-9), entre los cuales contamos Jacobo, Pablo y Bernabé. Pero fueron llamados por Jesucristo directamente. Pablo muchas veces refiere a este principio.

1 PABLO, apóstol, (no de los hombres ni por hombre, mas por Jesucristo y por Dios el Padre, que lo resucitó de los muertos),

Gálatas 1

1 PABLO, apóstol de Jesucristo por la ordenación de Dios nuestro Salvador, y del Señor Jesucristo, nuestra esperanza;

1 Timoteo 1

Estos apóstoles no tenían autoridad tan sólo por su ministerio. Tenían autoridad por haber estado con Jesús, por haberle visto resucitado, y por haber recibido directamente de él su ministerio. Ninguno de nuestros días puede tener esa autoridad. Ni el Papa, ni Samuel o Joaquín "luceros del mundo," ni Witness Lee deben ser llamados apóstoles, ni pueden presumir autoridad divina.

Y algo mas, aquellos apóstoles tenían la corroboración de "señales y prodigios" que seguían a los que creían (Mar. 16.17). Sanaban enfermos, levantaban muertos, hablaban idiomas sin aprenderlos, en fin, no son llamados "señales de apóstol" por nada (2 Cor. 12.12).

Los Doce

No cabe duda que los apóstoles eran un grupo especial, apartado para Dios, y así nombrados por Jesucristo mismo, para distinguirlos de todos los demás cristianos. Pero el número "doce" se usa en el NT para distinguir aquellos primeros de los demás apóstoles. Obviamente esta distinción era clara aun en el primer siglo, porque habían algunos, especialmente entre los corintios, que suponían que los originales apóstoles, llamados los "grandes" apóstoles (2 Cor. 11.5), o aún los "sumos" apóstoles (2 Cor. 12.11), eran mas importantes en la iglesia que los demás. Pero Pablo insiste que no lo eran, o por lo menos en la vida de aquellos corintios.

Pablo aclara en primer lugar que los doce no eran "superiores" a los demás porque no eran el origen de ellos.

17 Ni fuí á Jerusalem á los que eran apóstoles antes que yo; sino que me fuí á la Arabia, y volví de nuevo á Damasco.

Gálatas 1

Pablo no recibió su apostolado de los doce. Pablo tuvo que ir después para explicar "su evangelio" a los doce, y a Jacobo, hermano del Señor. No había sucesión. Ni siquiera había buena comunicación. Los demás eran independientes de los doce.

Además, Pablo hace claro que no eran mejores. Cristo había mandado a sus discípulos (no tan solo a los doce) ir "a todo el mundo," a doctrinad a todos los Gentiles, pero los doce se quedaron en Jerusalem (Hec. 8.1). Los doce no eran la inspiración de los demás por su trabajo y energía, sino los demás eran más dispuestos, más celosos, más trabajadores, más sufridos.

10 Empero por la gracia de Dios soy lo que soy: y su gracia no ha sido en vano para conmigo; antes he trabajado más que todos ellos: pero no yo, sino la gracia de Dios que fué conmigo.

1 Corintios 15

Y en realidad, los doce no eran menos dados a cometer errores. Tanto Pedro y Bernabé fueron regañados por Pablo cuando Pedro visitó a Antioquía (Gal. 2.11-14).

Tampoco tenían mas autoridad por señorío. Habían estado con Jesús mas tiempo, pero Jacobo, que ni creía en Jesús hasta después, llegó a ser el principal en la iglesia de Jerusalem. Su nombre es mencionado primero (Gal. 2.9). Jacobo es el último en hablar en los concilios, y lo que dicta es el juicio final (Hec. 15.19). Pedro no parece haber quedado en Jerusalem después de ese concilio, pues no se menciona en Hechos desde allí, luego se encuentra en Antioquía por un tiempo (Gal. 2.11), y cuando Pablo regresa a Jerusalem mucho después solo dice que "entró a Jacobo" (Hec. 21.18). Al final de su vida está en Babilonia (1 Ped. 5.13). Y nunca vemos a Pedro y Juan pretendiendo autoridad sobre los demás apóstoles. Pedro tan solo se considera un "anciano también" entre otros (1 Ped. 5.1).

Antes yo había pensado que la diferencie entre los doce apóstoles y los demás era que los doce ministraban a los Judíos, mientras los otros fueron enviados a los Gentiles. Pablo dijo que el "evangelio de la circuncisión" era encargado a Jacobo, Cefas y Juan (Gal. 2.7-9), lo cual da lugar para sospechar eso. Pero recuerda que Jacobo no es de los doce. Habían dos Jacobos entre los doce, el hijo de Zebedeo que es también hermano de Juan, y el hijo de Alfeo, hermano de Judas y quizás Mateo (Luc. 6.15,16 y Mar. 2.14). Pero este Jacobo era hermano del Señor (hijo de José, o como los Católicos creen, hijo de Cleofas, primo-hermano de Jesús, Juan 19.25 con Mar. 15.40). Jacobo sí terminó su ministerio en Jerusalem (según Josefus murió martirizado un poco antes de la guerra de Judea en el año 66). Y Pedro y Juan no ministraron solamente a los Judíos, sino terminaron sus ministerios entre los Gentiles (1 Ped. 1.1, 5.13, Apoc. 1.4,9 - Irenaeus, alrededor del año 177 escribió que Juan ministró muchos años en Efeso). El "evangelio de la circuncisión" no era encargado a los doce, sino a tres, y eso no mas al principio.

Rellenando los detalles

La importancia de los doce apóstoles no reside en sus personas, ni en su ministerios, sino en su propósito inmediato, y en el futuro lejano. Los doce fueron escogidos especialmente para presenciar todo el ministerio de Jesús, desde el bautismo de Juan Bautista, hasta su ascensión.

21 Conviene, pues, que de estos hombres que han estado juntos con nosotros todo el tiempo que el Señor Jesús entró y salió entre nosotros,

22 Comenzando desde el bautismo de Juan, hasta el día que fué recibido arriba de entre nosotros, uno sea hecho testigo con nosotros de su resurrección.

Hechos 1

Los otros apóstoles, escogidos después, como Jacobo, hermano de Jesús, Bernabé y Pablo, fueron también testigos de su resurrección, habiéndoles constado su muerte primero, y luego su resurrección, pero no tenían conocimiento directo de todas las enseñanzas particulares de Jesús. Todos dependían de los doce para esos detalles. Por eso Pablo, que muchas veces niega su inferioridad hacia ellos, admite su dependencia de ellos en eso (Hec. 13.31, Heb. 2.3), aunque en cuanto a las revelaciones niega haber recibido de ellos nada. Los doce tenían que confirmar las historias que se contaban acerca de Jesús (la tradición oral), y por eso los únicos evangelios que llegaron a nosotros son los cuatro desarrollados por apóstoles o sus escribas, aunque habían muchos "evangelios" en el primer siglo (Luc. 1.1). Los cuatro evangelios son resultado directo de los doce.

La otra importancia de los doce es su lugar preeminente entre los Judíos en el juicio futuro de Israel.

28 Y Jesús les dijo: De cierto os digo, que vosotros que me habéis seguido, en la regeneración, cuando se sentará el Hijo del hombre en el trono de su gloria, vosotros también os sentaréis sobre doce tronos, para juzgar á las doce tribus de Israel.

Mateo 19

La nueva Jerusalem tiene 12 fundamentos, y cada uno tiene el nombre de uno de los doce apóstoles (Ap 21.14). Por eso el número es importante. Por eso tenían que suplir el lugar de Judas Iscariote cuando cayó de su obispado (Hec. 1). Algo interesante para mi es que habían dos posibilidades en aquel entonces, José Barsabas Justo, y Matías. Ambos habían estado con Jesucristo todo el tiempo desde el bautismo de Juan hasta la ascensión. Escogieron uno de los dos, y fue "contado" con los once (v. 26). Por eso aclara Pablo que Cristo apareció a los "doce," no a los "once." Los doce eran escogidos, solamente Matías no sabía de su parte hasta después. Pero Dios sabía. Tenía a Matías preparándose junto con los doce sin saberlo. Nadie mas lo sabía. Pero no cabe duda.

Lo cual me trae a la mente unas preguntas. Cuando Cristo apartaba los doce, para algún propósito particular, ¿no tenía que estar ahí Matías? Cuántas veces Cristo juntaba a los doce para hablarles algo, y por lo que sabemos ahora, ahí estaba Matías. Cuando envió a los doce a predicar (Luc. 9.1), y luego los doce encuentran a otro predicando en su nombre que no les seguía a ellos (Luc. 9.49), ¿habrá sido Matías, enviado por Jesucristo a solas, o aun con Justo? De estos dos dicen después que "han estado juntos con nosotros todo el tiempo que el Señor Jesús entró y salió entre nosotros" (Hec. 1.21). ¿Dónde estaban estos dos en la última cena? Estaban allí. Si no estaban sentados a la mesa, ¿estaban sirviendo a la mesa?

Sin especular mas, de todos modos esta circunstancia me lleva a una conclusión humillante. Mira la paciencia, la humildad, la constancia sin reconocimiento, de Matías, y aun mas, de Justo. Matías no lo sabía, pero era uno de los doce. Sin saberlo su nombre iba a ser escrito sobre los fundamentos de Jerusalem celestial. Sin darse cuenta iba a ocupar el puesto codiciado de sentar con Cristo en su trono y en su reino. Ambos sin reconocimiento sirvieron al Señor, tendían la mesa, predicaban a solas, alegres por no mas tener parte menor en la obra de Dios. No se exaltaron a sí mismos, sino sirvieron por años en las sombras. Considera la importancia de ser fiel al ministerio propio, aunque casi invisible, de menos notoriedad, quizás muy de por debajo de tus dones. Mira la importancia de no quejarte cuando otro es levantado al lugar que se te hacía tuya. En estas circunstancias, recuerda al doceavo apóstol. Cristo le consideraba uno de los doce desde el principio. Y no importa lo que otros piensan.