La Epístola
Isidro Fabela # 999
Col. Tres Caminos
CP 50010 Toluca, Edo. Mex.
#122 Octubre, 2004
Impreso en México
Noticias
A
guascalientes, Mitla: Hubo una campaña de evangelismo del 16 al 18 de septiembre, cual no fue anunciada a tiempo en la epístola anterior, se anunció solamente por correo electrónico. Fue de bendición, llegaron predicadores de León, Hidalgo, y de Zacatecas resultando en 5 estudios con inconversos. Marco Chaires cerró la campaña con predicación. Ayúdanos a orar para que estas personas se conviertan al Señor. Ahora estamos planeando una nueva mini-campaña para los días 23, 24 y 25 de diciembre en donde invitamos a todos los predicadores que puedan llegar para apoyar esta obra. No olviden que también habrá conferencia de tema especial, "la iglesia, el ministerio, y el ministro," la semana de 14 al 21 de noviembre, predicada por José Hernández, Flavio Santoyo y Miguel N. Jackson.A
guascalientes, San Marcos: Natanael Aradillas y Marco Chaires predicaron en el Jardín de San Marcos de viernes 24 al domingo 26 de septiembre. Hubo 8 o 9 visitas nuevas a las reuniones y algunos estudios resultaron. También planean una conferencia del viernes a domingo, 17 al 19 de diciembre, con Flavio Santoyo y Marco Chaires.T
oluca: Predicará Noé Castillo el domingo 10 de octubre. La iglesia ha respondido en sus ofrendas y está mandando algo a los misioneros todos los meses. Y queremos que los conozcan.S
alamanca: Planean una conferencia de exhortación, con la participación de Alberto Sotelo y Juan Tovar (ambos de Guadalajara). Se llevará a cabo desde el jueves al domingo, 28 al 31 de octubre.L
eón, Hidalgo: Una semana de enseñanza sobre profecía, de lunes a domingo, entre el 1 y 7 de noviembre. Enseñará Guillermo Kincaid.L
eón, San Juan Bosco: Habrá conferencia de tema libre predicada por Marco Chaires, de jueves a domingo, 18 al 21 de noviembre.C
elaya: La conferencia de diciembre es cancelada. La posponen hasta quizás abril del próximo año.A
guascalientes: Reunión de varones, el 14 y 15 de enero. Empieza el 7 de la noche el viernes en Mitla 117, colonia Pirámides. El orario y los predicadores invitados se anunciarán próximamente.L
eon: Taller de mujeres, Feb. 4, 5 y 6, con seis temas y seis conferencistas. Los temas son intimidad, matrimonio, esposa de ministro, criando hijos, ministerios de mujer y solteras. Mandar preguntas (anónimas si quieres) al email de Deborah (debkin@valera1909.com ), marcándolas con el tema apropiado, para que Deborah las pasara a la pastora (!) indicada.
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Doctrina del Espíritu
13 Lo cual también hablamos, no con doctas palabras de humana sabiduría, mas con doctrina del Espíritu, acomodando lo espiritual á lo espiritual.
14 Mas el hombre animal no percibe las cosas que son del Espíritu de Dios, porque le son locura: y no las puede entender, porque se han de examinar espiritualmente.
1 Corintios 2
Comparando los hombres a "animales" no es fuera de lo común para los predicadores de la Biblia. Los discursos en la Biblia no son pulidos, sus modismos no son suavizados, y la gran mayoría de los sermones en la Biblia son muy negativos. Entonces no nos sorprendería que aquí Pablo llamase a hombres "animales." Sin embargo, no creo que aquí la intención de Pablo es insultar, aunque sabemos que Pablo no es demasiado gentil para insultar, como aquella vez que llama a los Cretenses "malas bestias," o al sumo sacerdote "pared blanqueada." Seguramente el insultar nunca debe ser la meta del predicador, pero tampoco debemos tener tanto miedo de ofender a otros que menospreciamos la verdad, ni tanto cuidado con nuestro lenguaje que perdemos ilustraciones efectivas, o contacto con la realidad. Yo aprecio mucho mas a uno que habla claro, aunque sea ofensivo, que a uno que nunca dice lo que piensa, y lo único seguro acerca de lo que dice es que no es nada seguro.
Tampoco creo que aquí Pablo habla del hombre animal en un sentido negativo como cuando Pedro y Judas comparan ciertos hombres con "bestias brutas." Hombres demasiadas veces parecen a las bestias en el sentido mas negativo imaginable, y Pedro y Judas tienen toda la razón en su comparación. Pero hombres no son bestias realmente, son hechos en la imagen de Dios, y aun son llamados "linaje de Dios" (Hec. 17.29). Además el contexto aquí habla de la "sabiduría humana," no de su necedad. Habla de escribas y "escudriñadores de este siglo," no de borrachos y sinvergüenzas.
Así que, el hombre animal en el texto no significa nada mas que el hombre en su estado natural. Es el hombre inconverso. Es el hombre sin la sabiduría que desciende de lo alto, sin el Espíritu de Dios, y sin la revelación de Dios en su interior. Este hombre animal puede ser sumamente inteligente, disciplinado, aun moral y religioso. Puede ser príncipe poderoso, noble, altamente educado. Los ejemplos en el contexto son "inteligentes," "sabios," "escudriñadores" y "astutos" (3.19). Pero son hombres "animales" porque son hombres sencillos, unidimensionales. El hombre animal es el hombre natural aun en su mas alto estado.
No nos debe sorprender una opinión negativa acerca de los hombres, la Biblia está llena de repugnancia hacía hombres malévolos. Pero lo sorprendente de este texto es su negatividad hacia los hombres mejores del mundo. Pablo dice que el "hombre animal" por noble e inteligente que sea no "percibe" las cosas de Dios. La palabra "percibir" viene del Latín (per = por en medio, o completamente, capere = asir o tomar) y significa "recibir bien," o "darse cuenta," o "reconocer." El hombre en su mejor estado natural no percibe las cosas de Dios.
Ahora la Biblia dice en muchas ocasiones que el hombre natural es malo, corrupto desde nacimiento. La mayoría de los cristianos reconocen este principio, la maldad inherente del hombre, que es pecador, no solamente por circunstancias, ni por decisiones personales, sino por naturaleza.
7 Empero como las centellas se levantan para volar por el aire, Así el hombre nace para la aflicción.
Job 5
La Biblia también dice que el hombre no quiere las cosas de Dios, ama mas las tinieblas que la luz. Demasiados cristianos tienen el concepto que el hombre perdido está buscando la verdad. Dios dice otra cosa.
4 El malo, por la altivez de su rostro, no busca á Dios: No hay Dios en todos sus pensamientos.
Salmo 10
11 No hay quien entienda, No hay quien busque á Dios;
Romanos 3
Pero muchos hombres están buscando a Dios, lo vemos todos los días. Sin embargo, los textos dicen que no lo buscan naturalmente. No nace de ellos. El hambre para Dios, que de vez en cuando encontramos en los hombres, no es natural, sino es fruto de los esfuerzos espirituales (por una gracia general) que Dios ha hecho en el mundo desde Adam. Y algunos hallan a Dios, que de hecho no está lejos de ninguno de ellos. Pero Dios categóricamente niega que los hombres le buscaron, ni que le hallaron por haberle buscado.
20 E Isaías determinadamente dice: Fuí hallado de los que no me buscaban; Manifestéme á los que no preguntaban por mí.
Romanos 10
Pero lo que leemos en el texto va mas allá aún. No solamente son los hombres naturalmente malos, y universalmente indiferentes a las cosas de Dios, Pablo luego nos dice que aun cuando es encarado con las cosas de Dios, no las puede "percibir." No dice que no las estima como debe, ni que no las prefiere, ni que no las cree, sino que naturalmente no las percibe, no las reconoce, no las puede entender, y así que no las considera, mucho menos las escoge o cree.
32 Y lo que vió y oyó, esto testifica: y nadie recibe su testimonio.
Juan 3
32 Porque Dios encerró á todos en incredulidad, para tener misericordia de todos.
Romanos 11
Esto significa que el hombre es incrédulo, no porque es malo, sino porque es incapaz de entender las cosas de Dios. Si las oye con el oído, no las puede oír con el corazón. No las puede entender, porque se han de examinar espiritualmente, cual no pueden hacer, porque no tienen el Espíritu. No pueden recibir el Espíritu, no porque son malos, sino porque no le pueden ver, ni con el ojo, ni con el corazón.
17 Al Espíritu de verdad, al cual el mundo no puede recibir, porque no le ve, ni le conoce: mas vosotros le conocéis; porque está con vosotros, y será en vosotros.
Juan 14
Pocos cristianos entienden esta verdad. Tienen como una ideología subliminal, y muchas veces es demasiado manifiesta, que los hombres (en contraste a los animales) contemplan a Dios, o por lo menos pueden considerarle. Pero no es así. Es como hablar de colores al nacido ciego. No los busca, pero no porque no los quiere, sino porque no los percibe. Esto no tiene que ver con su maldad, ni con su necedad, sino con su incapacidad. Así también las doctrinas del Espíritu no caben en la mente humana. Le son tan extrañas que no las puede considerar. No es porque no quiere oírlas (aunque no las quiere oír tampoco), sino es porque no las puede oír.
43 ¿Por qué no reconocéis mi lenguaje? porque no podéis oír mi palabra.
Juan 8
Los hombres tampoco quieren oír esta verdad. No hay ninguna verdad bíblica que los hombres repudian mas que la completa destitución del hombre, que no solamente el hombre es naturalmente malo, sino que es también naturalmente incrédulo, y verdaderamente incapaz en sí de considerar las cosas de Dios. El hombre en su estado natural es completamente destituido. Esto es una doctrina bíblica conocida por los calvinistas como la "depravación total." Esto no significa que los hombres son completamente malos, ni que son tan malos como puedan ser. Significa en primer lugar que el hombre no tiene mérito alguno. No tiene la menor dignidad interior, ni muy profunda, para recomendarse a Dios. No hay nada en el hombre que haría que Dios le escogiera a uno antes que otro. Ninguna cualidad redentora, ningún esfuerzo mediocre, ninguna chispa de fe, que le distinguiera de los demás. Es depravado en su mente, en su voluntad, en su deseo, y en su misma naturaleza.
Pero "depravación total" también significa lo que la Biblia aclara tantas veces, lo que en este texto queda tan chocante. El hombre animal no percibe ni entiende las cosas de Dios porque no puede. No puede. Naturalmente no está cerca de Dios, no se está acercando a Dios, no está considerando a Dios, y por lo tanto Dios no le está "considerando" a él, ni como potencial creyente, ni contendiente. Ni siquiera está en el debate, no está desarrollándose su comprensión de Dios, está completamente extranjero a la conversación divina. Dejado solo, el hombre no puede percibir lo de Dios, no puede sentir, no puede venir, no puede recibir, no puede entender, no puede creer.
44 Ninguno puede venir á mí, si el Padre que me envió no le trajere; y yo le resucitaré en el día postrero.
Juan 6
Esto dice algo también acerca de nosotros que hemos creído. Para que creamos Dios tuvo que revelarse a nosotros, tuvo que abrir nuestro corazón, tuvo que hacer algo adentro de nosotros, una operación espiritual, sobrenatural, en nuestro entendimiento, para que atendiéramos a las doctrinas del Espíritu.
14 Entonces una mujer llamada Lidia, que vendía púrpura en la ciudad de Tiatira, temerosa de Dios, estaba oyendo; el corazón de la cual abrió el Señor para que estuviese atenta á lo que Pablo decía.
Hechos 16
El texto cabecero dice que esto no es una persuasión racional, o sea, con "palabras persuasivas de humana sabiduría," ni es tan solamente una revelación de la "sabiduría oculta de Dios," explicando sus misterios a nuestra mente natural. La hoja de la Biblia no es suficiente. Dice el texto que es por la "demostración del Espíritu." Es algo que Dios hace, en lo profundo del corazón. Hace oír y hace aprender, sobrenaturalmente.
45 Escrito está en los profetas: Y serán todos enseñados de Dios. Así que, todo aquel que oyó del Padre, y aprendió, viene á mí.
Juan 6
Los hombres no creen las doctrinas de Dios naturalmente. Y fe que salva no es un esfuerzo que uno puede decidir "hacer." En todos los casos fe viene de afuera, no de adentro. La confianza que tenemos en nuestros padres viene por experiencia, y se puede perder en un instante con la infidelidad de ellos. Fe en la Biblia y en el evangelio se contagia de otros, especialmente de los predicadores. Y fe personal en Jesucristo, y en su obra redentora, viene de Dios, o como dice el texto, es "fe fundada en el poder de Dios."
5 Por cuanto nuestro evangelio no fué á vosotros en palabra solamente, mas también en potencia, y en Espíritu Santo, y en gran plenitud; como sabéis cuáles fuimos entre vosotros por amor de vosotros.
1 Tesalonicenses 2
Fíjate que los predicadores participaron en esa potencia de Dios que produjo la consecuencia positiva, pues "cuáles fueron entre ellos" afectó el resultado, aunque era en realidad la "potencia" de Dios, y el movimiento del "Espíritu Santo." Así que, fe tiene causas históricas también, pero fundamentalmente, si quieres llegar a la raíz, pasando por alto todos los pasos intermediarios, fe es don de Dios.
29 Porque á vosotros es concedido por Cristo, no sólo que creáis en él, sino también que padezcáis por él,
Filipenses 1
21 Que por él creéis á Dios, el cual le resucitó de los muertos, y le ha dado gloria, para que vuestra fe y esperanza sea en Dios.
1 Pedro 1
Así que, el hombre inconverso depende completamente de la decisión, el poder, y los esfuerzos actuales de Dios para que sea persuadido. La Biblia revelada, y la predicación persuasiva, no pueden instaurar fe en el hombre animal, sin la operación espiritual de Dios en el corazón. La Biblia es revelación de Dios, pero la revelación exterior no es suficiente, Dios tiene que revelarse a su interior. Nuestra predicación es también un verdadero medio de producir fe en los incrédulos, pero la Biblia y nuestra experiencia en el evangelismo recalcan que nuestra predicación tampoco es suficiente sin esa obra sobrenatural en el corazón del hombre.
3 Por tanto os hago saber, que nadie que hable por Espíritu de Dios, llama anatema á Jesús; y nadie puede llamar á Jesús Señor, sino por Espíritu Santo.
1 Corintios 12
Pablo en el texto contrasta el hombre animal con el hombre espiritual. El hombre espiritual es aquel que ha recibido el Espíritu de Dios (2.11). Algunos (los apóstoles) recibieron el Espíritu de Dios para "conocer lo que Dios nos ha dado," (2.12), recibieron la revelación directamente, verdaderamente tenían la "mente de Cristo" (2.16), y dispensaron los "misterios de Dios" (4.1). Esa revelación nosotros todavía tenemos en las hojas del Nuevo Testamento. Pero todos nosotros también recibimos el Espíritu de Dios, y eso para "percibir las cosas de Dios," para poder "examinarlas" (2.14) y así "juzgar todas las cosas" (2.15). El cristiano no es un hombre "animal" sino espiritual.
Pero en realidad Pablo habla de tres hombres en los primeros capítulos de 1 Corintios. Aparte del hombre "animal" y "espiritual," hay también el hombre "carnal."
1 DE manera que yo, hermanos, no pude hablaros como á espirituales, sino como á carnales, como á niños en Cristo.
2 Os dí á beber leche, y no vianda: porque aun no podíais, ni aun podéis ahora;
1 Corinthians 3
El hombre carnal es un hombre espiritual que ahora "percibe," y puede entender las cosas de Dios, pero todavía no puede "llevar" las doctrinas mas fuertes del Espíritu.
12 Aun tengo muchas cosas que deciros, mas ahora no las podéis llevar.
Juan 16
Las doctrinas del Espíritu, imposibles al hombre animal contemplar, se dividen en dos categorías, "leche" y "carne." El evangelio por definición, siendo la primera doctrina espiritual que el hombre percibe, es leche (1 Pe. 2.2). La salvación por gracia es una doctrina divina que aunque no es demasiado complicada, nunca subió en el corazón del hombre. El hombre animal no la puede percibir, cosa que hemos visto demostrada una y otra vez. Pero todos los que han sido "enseñados por el Padre" la perciben, la reciben, y la entienden. Lo que una vez les era "locura" ahora es "sabiduría" de Dios, y "potencia" de Dios. Los hombres en todo el mundo, y durante toda la historia, han abrazado muchas doctrinas verdaderas, aunque humanas, como la existencia de Dios, la vida después de la muerte, la ley moral, y muchas otras. Quizás no las inventaron, ni las desarrollaron solos, pero por lo menos las aprendieron y las aceptaron. Son doctrinas verdaderas, aunque no espirituales. Pero ninguna religión ha adivinado el evangelio, la salvación sin mérito. Le parece injusto, aun absurdo. Es doctrina exclusiva del Espíritu, es la leche divina.
Pero el contexto hace claro que hay doctrinas espirituales mayores que esa, doctrinas que son "carne" en comparación. Yo creo que una es el tema principal de los primeros 4 capítulos de 1 Corintios. Es la doctrina de elección. Esta doctrina aclara la idiotez de vanagloria. Esta doctrina reprende la alabanza a los hombres, aun a hombres como Pablo y Apolos. No hay ninguna doctrina mas claramente enseñada en la Biblia que la de elección. Pero demasiados cristianos no la pueden tragar. No puedo negar que son inteligentes, devotos y celosos. No puedo negar que son la vasta mayoría de creyentes. Pero como los Corintios, bíblicamente son "carnales," porque no pueden aguantar la doctrina fuerte. No digo esto para presumir ser mas que ninguno que no cree en la elección, mucho menos para ofenderle. Yo verdaderamente doy la libertad a todos mis hermanos diferir de mi convicción tocante a la elección. No tienen que creer como yo. Pero el contexto mismo hace claro que Pablo intenta enseñarles la grande doctrina de elección, y al ver su resistencia, les llama "carnales." Sus contiendas se debían a su ignorancia de esta doctrina. Eso no es mi opinión, es lo que el contexto dice. Sus celos y vanagloria se debían al concepto que se distinguían de otros por algo en sí mismos. Un reconocimiento sincero del principio de elección hubiera evitado esto.
Yo tengo mucho respeto para John Wesley. Creo que era un hombre extraordinario, sumamente inteligente e íntegro. Fue persuasivo y apasionado, y no querría encararle en un debate, ni sobre este asunto. Pero John Wesley, como la vasta mayoría de cristianos contemporáneos niega la elección en todo menos el nombre. Prácticamente para Wesley, todas las referencias a la elección en la Biblia pudieran ser borradas completamente, y no cambiaría nada su creencia al respecto. Su "interpretación" es inclinada a sus conceptos humanos, pero es bíblicamente torcida. (Como vimos en su sermón, supone que Dios escogió a los que vio de antemano iban a escogerle a él, sin ninguna interferencia suya.) Mientras Wesley era hombre muy disciplinado y de lo que yo sé, santo, por esta definición es "carnal." El supone que hay diferencia natural entre los hombres. Que Dios vio fe en algunos, o por lo menos una disposición de creer, y que por eso los escogió. Cree que elección no significa otra cosa sino que Dios escogió las condiciones de la salvación, y que el hombre es el que hace la decisión final. Como muchos hombres "carnales" de nuestra época han expresado, que la elección significa que "Dios vota por nosotros, el Diablo vota en contra de nosotros, y nuestro voto decide." Pero eso no es la doctrina del Espíritu. En realidad es resistencia a la doctrina del Espíritu por conceptos puramente humanos.
Para ser justos a Wesley tenemos que recordar que en su tiempo no habían hombres influyentes entre cristianos "evangélicos" que eran circunspectos acerca de la elección. Estaban polarizados. Una curiosidad de la historia cristiana, de nuestro punto de vista, es que todos los reformadores europeos notorios, desde los Waldenses (1200) hasta Wyclyffe (1300) desde Hus (1400) hasta Lutero (1500) desde Knox, Calvino, Zuingli, hasta todos los puritanos (Reynolds, Mathers, Owen, Edwards), Bautistas (Bunyan), y aun el Anglicano que llegó a ser el predicador posiblemente mas influyente de la historia (Whitefield), todos creían en la depravación total del hombre, y la elección incondicional de Dios. No hay nombre importante en la reforma europea que no era de esa misma fe. Los únicos nombres notables (a cristianos verdaderos) de la época que ofrecen la opinión contraria son Philippe Melancthon y Jacobus Arminius. Melancthon era el joven aprendiz de Lutero, que al morir este, tomó el liderazgo de las iglesias Luteranas, y por sus conciliaciones y cambios las dejó en ruinas (espiritualmente). No han vuelto a levantarse (como movimiento evangélico) hasta la fecha, con la excepción de algunas ramas americanas en el siglo pasado que han asimilado doctrinas y actitudes de otras denominaciones mas evangélicas.
Arminius (Jacob Harmenszoon) protestó en Holanda contra la doctrina de elección elocuentemente, y sus escritos todavía son los documentos más poderosos al respecto, por supuesto con la excepción de Wesley. Leyendo a Arminius uno se siente el poder de sus argumentos, que aun son muy bíblicos. Es impresionante. No tuvo mucho éxito en su vida fuera de Holanda, pero sus seguidores (los "Remonstrants") crecieron por un tiempo en aquel país. Justo después que murió su mentor, presentaron a la iglesia oficial de Holanda un documento con 5 puntos llamado el "Remonstrance de 1610." Causó una controversia internacional, y el concilio oficial respondió en 1618 con 5 puntos opuestos. Ambos documentos son persuasivos y parecen bíblicos. Pero no es una polémica solamente sobre terminología. Existe una diferencia fundamental entre los dos lados. La diferencia fundamental se encuentra en el primer punto, en que propusieron los arminianos que Dios escoge o reprueba según la fe o incredulidad prevista en el hombre. O sea, los arminianos creen que Dios escogió por algo que vio en cada individuo. Eso es precisamente lo que Pablo niega en nuestro texto, y muchos otros textos además.
Aun considerando a Arminius, Wesley era el primer predicador evangélico con obvia bendición de Dios que rechazaba la elección. La unanimidad antes de él es verdaderamente sorprendente, especialmente considerando cuan mal parecida es esta doctrina a la mente natural. Es un fenómeno extraordinario. Pero en su celo de contradecir la doctrina Romana de salvación por méritos, los reformadores no solamente abrazaron la doctrina bíblica de elección, también la sistematizaron en terminología a veces no bíblica, y a veces anti-bíblica. La doctrina de elección ha sido llevada por muchos a un nivel mas allá de su fundamento bíblico. Calvino era el autor mas influyente al respecto, y por eso esa "teología sistemática" se llama "calvinismo. La elección es repugnante al hombre animal por naturaleza, pero los reformadores dejaron lugar y motivo a Arminius y Wesley y muchos otros posteriormente odiar la doctrina por razones bíblicas. Esto es inexcusable.
Creo que la elección en la Biblia es "manjar sólido," una doctrina "fuerte." Seguramente no es natural al hombre, pero tampoco es fácil a un cristiano. Aun los "enseñados" por Dios a veces no pueden "llevar" las doctrinas fuertes, y Pablo incluye esta doctrina mientras habla "sabiduría entre perfectos." Y por ser doctrina del Espíritu, lo mas sabio del hombre espiritual es depender enteramente sobre la revelación divina (la Biblia) para cada punto importante. Nunca debemos pasar los límites bíblicos en nuestras suposiciones, especialmente cuando una doctrina es expresamente espiritual y difícil. No es una doctrina lógica, ni de humana sabiduría. Es doctrina espiritual. Y algo que nos dice acerca de doctrina espiritual es que requiere "acomodación." No es una ecuación matemática, no se reduce a la lógica humana, no se expresa adecuadamente con 5 puntos formales, uno tiene que acomodar lo espiritual a lo espiritual.
Los "calvinistas" tienden a declarar lo que la Biblia nunca declara, y se encuentran negando lo que la Biblia claramente expresa. Por ejemplo, el calvinista, no para defender la doctrina de elección, sino para hacerla caber en su lógica, es a menudo capaz de negar el amor de Dios para todos los hombres. ¡Mas aun! Algunos declaran que Dios odia a los no elegidos, y citan su texto prueba "a Esaú aborrecí." Pero no me debe ser necesario repetir las muchas veces que Dios expresa su amor al mundo en general (Juan 3.16), y a personas individuales, tanto los que se salvaron (Gál. 2.20), como los que se perdieron (Mar. 10.21). Es su lógica que requiere negarlo, pensando que si Dios es todopoderoso, y no quisiera que ninguno perezca, nadie podría perecer. Así que, concluyen que Dios no quiere salvar a todos, no los ama, y no siente tristeza cuando los condena. Pero esto es un error serio, y ninguna lógica humana puede justificarlo. No tenemos que suponer nada de esto, tenemos dichos directos al respecto. Dios es todopoderoso, y no quiere que ninguno perezca (Eze. 33.11), sí quiere que todos se salven (1 Tim. 2.4) y está triste al condenar (Luc. 19.39). Si te choca el concepto de Dios todopoderoso echando seres "queridos" en el infierno, y llorando al hacerlo, o la escena del cielo lleno de sillas vacías, entiendo tu dilema, también me choca, pero la solución no es negar lo que Dios dice. Sé espiritual, acomoda tus razonamientos a la revelación, y no al revés.
Charles Spurgeon, un calvinista decidido, una vez comentó sobre el texto de 1 Tim. 2.4 ("El cual quiere que todos los hombres sean salvos") en un sermón titulado "Salvación por Conocimiento de la Verdad (Salvation by Knowing the Truth):
¿Qué entonces? ¿Intentaremos imponer otro significado al texto que aquel que imparcialmente lleva? Pienso que no. Deben, la mayoría de ustedes, ser enterados del método general por el cual nuestros hermanos calvinistas mas ancianos tratan con este texto. "Todos los hombres," dicen ellos, "eso es, algunos hombres": como si el Espíritu Santo no podía haber dicho "algunos hombres" si había pretendido algunos hombres. "Todos los hombres," dicen ellos, "eso es, algunos de todos tipos de los hombres": como que el Señor no podía haber dicho, "todo tipo de hombre" si hubiera pretendido eso. El Espíritu Santo por el apóstol ha escrito "todos los hombres," e indudablemente quiere decir todos los hombres. Yo sé cómo evitar la fuerza de los "todos" según aquel método crítico que hace algún tiempo era muy común, pero no veo cómo se puede aplicar aquí con el respecto propio a la verdad. Estaba leyendo justamente ahora la exposición de un doctor muy capaz que explica el texto tal que lo desvanece; a ello aplica pólvora gramática, y lo explota por medio de explicarlo. Pensé al leer su exposición que hubiera sido un comentario capital sobre el texto si hubiera dicho, "El cual no quiere que todos los hombres sean salvos, ni que vengan al conocimiento de la verdad." Si eso había sido el lenguaje inspirado todo comento del doctor instruido hubiera sido apropiado, pero como sucede que dice, "El cual quiere que todos los hombres sean salvos," sus observaciones son mas que poco fuera de lugar. Mi amor a la consistencia con mis propias opiniones doctrinales no es suficiente para permitirme alterar a sabiendas un solo texto de la escritura.
Así que es posible a un calvinista acomodar sus razonamientos a la revelación. Sin embargo, calvinistas alegan también que el sacrificio de Jesucristo no fue hecho para todos, sino solamente para los que antes conoció, los escogidos. Se llama esta doctrina "redención particular," y es casi universal entre calvinistas, siendo doctrina cardenal desde por lo menos Calvino. Se basa sobre el concepto que el sacrificio de Cristo es un pago definitivo, logrando inmediatamente el rescate de los beneficiarios, sin la aceptación, ni participación de ellos. Piensan que la reconciliación fue completada por Cristo en la cruz, y que lo que sucede en las vidas de los elegidos cuando experimentan la salvación es un resultado automático. No quiero discutir sobre la terminología del asunto, y no hay duda que el sacrificio de Cristo tuvo un logro particular e inmediato para los escogidos, sabiendo Dios quienes son. Pero a la vez, la Biblia dice que murió por todos, en general (Heb. 2.9), e individual, tanto los que se salvan (Gal. 2.20) y los que se pierden (2 Pe. 2.1). No sé en cual sentido murió por ellos, pero no puedo negar los dichos claros al respecto. Finney, verdadero creyente en la elección como yo, insistía que "tampoco hay alguna provisión particular hecha en la expiación para su salvación [de los escogidos], mas que para la salvación de los no elegidos." Por negar redención particular de los escogidos, Finney es verdaderamente odiado por calvinistas de hoy. Es hereje en su opinión. Pero Finney moderó sus creencias por su respeto a los dichos de la Biblia. Así que, queda mal con calvinistas, pero queda bien con Dios. La Biblia dice que Jesús murió como nuestro "rescate," y su muerte compró nuestra redención, pero la Biblia dice que la "reconciliación" requiere participación del hombre (2 Cor. 5.20). Hombres reconciliados en ojos de Dios todavía no son reconciliados a Dios. Y aunque Cristo es la "propiciación de nuestros pecados" es también la propiciación por los de todo el mundo (1 Juan 2.2), y la "propiciación" de Cristo no es completa sin la fe en su sangre (Rom. 3.25). Yo entiendo la lógica, que la sangre de Cristo tuvo un resultado inmediato, como un pago directo a Dios, pero la lógica no es el maestro del hombre espiritual. No debemos alegar lo que la Biblia no dice, mucho menos lo que niega.
Otro error de los calvinistas es su constante queja en contra de los "métodos" de evangelismo de los arminianos. Muchos no pueden aguantar la "invitación" para aceptar a Cristo. Denuncian la salvación "decisional," cuando los predicadores urgen a la gente "decidir" para Cristo. Desdeñan las imploraciones apasionadas que tratan de mover la audiencia emocionalmente. Y aun censuran la exhortación de creer, porque razonan que es imposible al hombre hacer. Pero, hermano, lo que es imposible al hombre natural no es imposible al hombre movido por Dios. Nuestro texto no enseña solamente que el hombre animal no puede, sino también que Dios verdaderamente está obrando entre hombres para que puedan. Cuando Dios mueve, el hombre puede creer. Esto es mas que un esfuerzo general de Dios, por supuesto. Dios obra en una manera general para que le busquen, y eso imparcialmente sin duda, pero no le "hallan" sin la "manifestación" de Dios en su corazón (Rom. 10.20). Pero esta manifestación, or revelación de Dios en su interior, no es sin la participación del hombre. Cuando Dios obra en la persona, no significa que Dios cree por él, sino que le abre su corazón, para que él pueda creer. ¿Y quién puede decir cuánta "enseñanza" de Dios es necesaria para persuadir al hombre? ¿Y quién puede asegurar que Dios no mueve precisamente a los hombres cuando el predicador invita? Pero lo que importa mas, la Biblia está llena de tales exhortaciones de los predicadores.
15 Y diciendo: El tiempo es cumplido, y el reino de Dios está cerca: arrepentíos, y creed al evangelio.
Marcos 1
20 Así que, somos embajadores en nombre de Cristo, como si Dios rogase por medio nuestro; os rogamos en nombre de Cristo: Reconciliaos con Dios.
2 Corintios 5
Si Wesley era "carnal" por negar la doctrina de elección (porque no podía imaginar a Dios así), ¿qué son los calvinistas que para presentar la doctrina lógicamente a la mente humana, terminan afirmando, no solamente lo que la Biblia no enseña, sino algunas doctrinas que la Biblia niega, y negando doctrinas que la Biblia afirma? Es también carnal intentar entender las doctrinas del Espíritu por la sabiduría humana. Wesley tenía razón en su queja. No que Dios sería como el Diablo, por supuesto, pero que los calvinistas presentan a un Dios diferente del que vemos en la Biblia. Su actitud es diferente, su motivación, su carácter es verdaderamente distinto al Dios revelado. Es cierto que el amor de Dios no es el enfoque principal de los apóstoles, ni en sus sermones, ni en sus escritos, pero el amor de Dios hacia el mundo, hacia todos los hombres, es un tema bíblico, como también la imploración a los incrédulos a que fueran reconciliados con Dios. El exceso de los arminianos en usar métodos de merolicos y agentes de ventas, por no depender del poder de Dios, no es justificación para el calvinista ser indiferente a la salvación de todo humano, ni le libra de la responsabilidad de persuadir a los hombres.
Wesley era la única voz influyente en aquellos días en contra de la elección. Pero desde entonces los papeles se han canjeado. Ahora los calvinistas son la minoría. Y tengo que decir que mi desacuerdo con los arminianos es mucho mas profundo. Rechazo los excesos del calvinista, su tendencia de expresar sus doctrinas en términos no bíblicos, o con argumentos de lógica intachable pero contraria a la directa revelación de Dios. Pero fundamentalmente tiene razón. La elección es doctrina del Espíritu.
No así los arminianos. Wesley y muchos otros desde su ministerio exitoso prácticamente deshacen las referencias de la elección en la Biblia, interpretándolas de tal manera que las entierran, o mas bien las trastornan, como que los autores querían mas bien decir que nosotros escogimos a Dios, y no que Dios a nosotros. Y aunque las escrituras nos aseguran que el escogimiento de Dios fue primero, aun antes del mundo, alegan que Dios usó su "presciencia" de tal manera que el hombre realmente escogió primero, y solo entonces al saberlo Dios (por ver el futuro), escogió a ellos. Yo rechazo por completo esta opinión. Si eres de esa opinión, lo siento, no quiero menospreciar tus argumentos. Pero esto no es un tecnicismo, o terminología, ni un exceso en argumento, ni error de énfasis. Es un rechazo directo de la doctrina bíblica de elección.
En realidad, wesleyanos odian la doctrina de elección. La odian tanto como nosotros ahora la amamos. No entienden porque la amamos, pero entendemos porqué la odian. Yo recuerdo cuando yo sentía lo mismo que ellos. La elección en un tiempo me parecía decir que Dios ama a algunos y es indiferente a otros, que decide salvarnos a los amados, y permitir que los demás se pierden, aunque tenía el poder de salvarlos, no más no quiso. Yo imaginaba al Dios de los calvinistas indiferente a los que querían ser salvos, viendo sus caras tristes buscándole, implorando el perdón, pero Dios inmóvil, insensible a su desdicha, se ocupa en sus negocios preferidos, mientras los infelices se desploman al infierno. Un Dios que ama solamente a algunos no me consolaba, aun suponiendo que me amaba a mí. La idea es abominable. Y así la veía por muchos años.
Pero no pude tapizar las referencias bíblicas. No pude enervarlas, ni trastornarlas. Siempre las consideraba, tratando de entender, no solamente la doctrina bíblica, sino también la actitud de los reformadores, y grandes predicadores de antaño. No sé si fue una revelación precisamente, pero prácticamente me lo era. Un día la vi por primera vez. Si quieren debatir sobre el problema filosófico de cómo entró pecado en el mundo en el principio, o la responsabilidad de Dios en la condenación porque pudo ver el futuro y no lo evitó, ándale, no replicaré. No tengo respuesta satisfactoria. Pero si quieres hablar de la doctrina de elección como la Biblia la revela, te diré que yo ahora la entiendo, y la amo.
La elección no implica que Dios haya hecho menos de lo que podía hacer para la salvación de todos los hombres (siempre considerando, como Finney y Edwards explicaron efectivamente, todos sus atributos a la vez). La elección no niega que Dios haya buscado sinceramente, y diligentemente a todos los hombres. La elección bíblica nunca supone que Dios veía a los hombres en el futuro y rechazó a ninguno de ellos para salvación, ni siquiera por pasarlos por alto. La doctrina de nuestro texto (la entera destitución y la elección) aclara que si Dios fuera arminiano, dejando a los hombres escoger sin interferencia, proveyendo el método y las condiciones de salvación, y aun la revelación, predicación y "gracia universal," otorgando la salvación imparcialmente a los que cumplen los requisitos, ninguno jamás sería salvo. La elección, al inverso de la suposición contraria, muestra a Dios haciendo mucho más de lo que hace según los arminianos. Todo el amor imparcial, y el esfuerzo universal que suponen ellos de Dios, la elección también reconoce, o por lo menos no lo niega. Pero la doctrina del Espíritu es que con todo eso, ninguno viene, ninguno percibe, ninguno entiende, ninguno cree. La elección, entonces, habla no de la gracia de Dios que sin duda han recibido todos los hombres sin excepción, y sin parcialidad (así como también reciben la lluvia a su tiempo), a cual principio los arminianos se aferran. Sino la elección habla de la gracia abundante de Dios, que produce un resultado donde ningún resultado hubiera existido, ni podía existir naturalmente, y donde todos los principios de justicia, verdad e imparcialidad dictaba condenación acelerada.
17 Porque, si por un delito reinó la muerte por uno, mucho más reinarán en vida por un Jesucristo los que reciben la abundancia de gracia, y del don de la justicia.
Romanos 5
14 Mas la gracia de nuestro Señor fué más abundante con la fe y amor que es en Cristo Jesús
. 1 Timoteo 1
7 En el cual tenemos redención por su sangre, la remisión de pecados por las riquezas de su gracia,
8 Que sobreabundó en nosotros en toda sabiduría é inteligencia;
Efesios 1
7 Para mostrar en los siglos venideros las abundantes riquezas de su gracia en su bondad para con nosotros en Cristo Jesús.
Efesios 2
Pensándolo bien, la elección es innegable, aun nuestra experiencia la aclara. Los hombres no recibimos lo mismo de Dios. Algunos han recibido mucho más que otros. Nadie debe suponer que Dios tiene una obligación dar a todos lo mismo, mucho menos debe uno atrever a decir que si Dios escogiera entre los hombres sería mas bien el Diablo. La polémica revuelve sobre la doctrina espiritual en nuestro texto. Si Dios hubiera sido imparcial, si hubiera dado a los hombres todos lo mismo, la misma oportunidad, la misma gracia, el mismo evangelio; si Dios hubiera escogido los que previó le escogerían, sin traspasar su "libertad," sin influenciar sobremanera sus decisiones, exigiendo que escojan, dejándolos escoger, y dándolos lo que escogieran, todos los mismos hubieran sido condenados, y ninguno de nosotros hubiéramos creído. Dios no previó fe en nadie, previó incredulidad, "encerró a todos en incredulidad" (Rom. 11.32, otro texto importante alterado por los revisores "carnales" de la revisión 1960). El hecho que Dios vio este resultado espantoso de antemano, y decidió escoger a muchedumbres incondicionalmente (o sea, sin considerar lo que había en ellos naturalmente, lo cual no quiere decir sin ningunos criterios aparte), no es ninguna injusticia, ni una doctrina fea, es la doctrina mas maravillosa que he entendido en mi vida. Los que la odian, los que no la pueden "llevar," no la entienden espiritualmente, todavía son carnales, inhábiles para la palabra, y resisten la doctrina del Espíritu.
Si esto te ofende, lo siento. La elección es tema enteramente bíblico, se encuentra casi en cada página, y tiene que ser bíblico, porque es completamente extraño al razonamiento humano. Nunca subió en el corazón del hombre, tuvo que ser revelado. Ojalá que fuéramos todos mas abiertos a las palabras inspiradas, para que Dios nos ilumine con sus pensamientos. Pero el momento que el "calvinista" niega el amor de Dios hacia todos, o que el "arminiano" niega la elección de personas sin ver nada en ellos que le haga escogerlos, se han "quitado la llave de la ciencia." Ahí se quedan, atrincherados en sus argumentos, incómodos por un tiempo con el lenguaje de ciertos pasajes bíblicos, pero seguros de la herejía de aquellos otros, hasta cauterizar la conciencia, y luego ni las mismas palabras de Dios les pueden enseñar su error, o llevarles mas allá de su propia sabiduría.
El texto enseña la depravación total, y el contexto la elección incondicional. Al considerar las tantas cosas que yo he recibido de Dios, cuales cosas no merecí, y que otros nunca recibieron, yo no puedo negar la elección. Pero ya no me es una doctrina fea, aunque por muchos años la resistía. Ahora cuando pienso en ella, mi alma vuela. Ya entiendo que la elección no es el rechazo de Dios hacia ninguno, ni indiferencia hacia ellos. Sé, como la explicó Finney, que la elección es la máxima misericordia de Dios para la humanidad, siempre consistente con su justicia, sabiduría y gloria. Me llena de profunda humildad y gratitud saber que en su sabiduría, y para su gloria, yo fui escogido, siendo yo nada mas recomendable que ningún otro. Y ninguna doctrina me motiva más servir a Dios, especialmente pensando que por los criterios que Dios usó para escoger, por lo menos los ya manifestados, yo puedo ser motivo de la elección de otros. (Esto se explica un poco más en Epístola #6.)
La división por esta doctrina es inevitable. Esta doctrina no puede ser aceptada por los inconversos. Sé que los cristianos pueden entenderla, si es que deciden dar a las palabras de Dios la preeminencia que merecen, y especialmente si los que la creemos nos aferramos a la revelación, y no a nuestra sabiduría humana. Pero siendo doctrina del Espíritu, no natural al hombre, no es de esperar que todos la creerían. Y no es necesario. Los predicadores en las epístolas anteriores me han enseñado mucho, y no menosprecio a ninguno de ellos. Pero los textos de la Biblia (algunos cuales citados aquí) me bendicen sobremanera. Creo que estaremos contemplando esta doctrina aun en la eternidad, y nos será fuente de alegría y gratitud, aun cuando no podemos imaginar porqué en un tiempo la despreciábamos. Ninguno allá se gloriará en los hombres. El que se gloría, se gloriará en el Señor. Nos gloriaremos en la elección de Dios, no solamente apreciando la nuestra, sino nos maravillaremos siglos sin fin en oír las historias, los criterios, las improbables conexiones históricas, cuales juntos resultaron no solamente en la salvación, sino aun en la original elección (!) de todos nuestros hermanos.
2 Damos siempre gracias á Dios por todos vosotros, haciendo memoria de vosotros en nuestras oraciones;
4 Sabiendo, hermanos amados de Dios, vuestra elección:
1 Tesalonicenses 2