La Epístola
Isidro Fabela # 999
Col. Tres Caminos
CP 50010     Toluca, Edo. Mex.

#112   Diciembre, 2003

Impreso en México

Noticias

León: La convivencia de jóvenes era de mucha bendición.  Asistieron alrededor de 160 jóvenes de casi todas las congregaciones.  He oído de muchas fuentes que las predicaciones eran atinadas, y que la organización del evento fue muy superior.  De parte de todas las iglesias les damos gracias especialmente a los pastores de León, pero también a tantos hermanos y hermanas de las iglesias en León que se esforzaron en atender con tanta solicitud a nuestros jóvenes.

Guadalajara: Habrá conferencia de exhortación de jueves a domingo, diciembre 17 al 21.  Predicará Marco Chaires.  Se llevará a cabo en el parque donde siempre se reúnen, en la colonia Tetlán.

M
orelia:  Habrá conferencia de exhortación predicada por Natanael Aradillas de SLP, y Flavio Santoyo de León.  Será de domingo a domingo, diciembre 21 al 28 en la misma Calzada de San Diego.  Ambos predicarán todas las reuniones.  Flavio abre el domingo a las 10 AM y Natanael cierra.  Luego domingo a las 7 PM Natanael abre y Flavio cierra.  Todas las noches ambos predicarán intercambiando de orden.  Domingo 28 a las 10 termina con Flavio abriendo y Natanael cerrando

L
eón, Parque Hidalgo: Habrá conferencia de exhortación el jueves a domingo, 12 a 15 de febrero.  Predicarán Memo Kincaid, Miguel N. Jackson, y Alberto Sotelo.

L
eón: La reunión de predicadores se llevará a cabo el domingo, 15 de febrero, comida a las 4pm y reunión a las 5:30.

A
guascalientes: Habrá conferencia de evangelismo extranjero el jueves a domingo, 26 a 29 de febrero.  Predicarán Ramiro García, Memo Kincaid, y Miguel N. Jackson.

A
guascalientes: Nos avisan que están preparando dividir la reunión en dos, con algunos hermanos volviendo al jardín de San Marcos, para hacer mas lugar en el edificio de la calle Mitla, y expandir la obra en la ciudad.  Oremos por estos planes.


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Fruto del Espíritu

22  Mas el fruto del Espíritu es: caridad, gozo, paz, tolerancia, benignidad, bondad, fe,
23  Mansedumbre, templanza: contra tales cosas no hay ley.
        Gálatas 5

Superficialmente me pongo a curiosear de porqué este pasaje se divide en dos versículos.  Es un solo enunciado, y de nueve "frutos" del Espíritu siete se encuentran en uno, y dos en el siguiente.  En primer lugar, les diré, no sé.  Hay muchas divisiones en los versículos de la Biblia que no entiendo.  En segundo lugar les diré, seguramente es la voluntad de Dios.  Todas las Biblias que conozco así son divididas.  En tercer lugar les diré que seguramente tiene sentido aún si lo desconocemos.  Cosas muy menores al parecer después se descubren ser muy significantes.  Y en cuarto lugar les diré, la misma pregunta ilustra un problema con mi actitud hacia la Biblia.  Leo estos versículos de suma importancia, y lo que me viene a la mente es algo de casi ninguna.  Cristianos podemos memorizar pasajes de la Biblia y nunca ponerlos por obra, a veces ni siquiera reconocer su importe.  Este pasaje es uno de ellos.  No fue escrito para memorizar los nueve frutos, sino para anhelarlos, y asimilarlos.

Entre los propósitos de Dios contamos la salvación, la iglesia, el reino de Dios, la gran comisión, las bodas del Cordero, el Reino de los Cielos (milenio), la nueva Jerusalem, el gran trono blanco, y un Cielo nuevo y tierra nueva.  Reconocemos que Dios tiene grandes ideas, grandes planes para la tierra y para la iglesia.  El cristiano fiel se ha entregado al cumplimiento de estos propósitos.  Muchos de nosotros nos hemos entregado a la obra de Dios.  Predicamos regularmente para cumplir, para ver almas salvas.  Les doctrinamos todas las enseñanzas de Cristo como nos mandó.  Nuevos creyentes tiran sus imágenes, desechan sus vicios y pagan sus deudas.  Los concienzudos entre nosotros ajustan nuestros orarios para ser fieles a las reuniones, leemos la Biblia diariamente, cambiamos nuestra música mundana para música de adoración.  En fin, la vida cristiana rápidamente logra un nivel necesario, básico, sano, adecuado.  Los nuevos creyentes que no logran este nivel, mayormente son olvidados, y con mucha razón ni siquiera son contados como parte de nuestras iglesias, no los consideramos salvos.  Es casi seguro que no son salvos.  Y, como pastores todos sabemos, los nuevos adeptos que no logran  este nivel rápidamente, no lo logran nunca.  De haber excepciones, sí las hay.  Pero por lo general sabemos que si la persona que acaba de bautizarse no empieza a ser fiel a las reuniones inmediatamente, o leer su Biblia, o cambiar sus costumbres, nunca lo hará.

Sin embargo, después de lograr este nivel de vida cristiana, la mayoría de nosotros nunca progresamos más.  Para la mayoría de cristianos en todo el mundo, su "cristianismo" nunca llega a ser mas que eso, asistir, orar y leer, y muchos de ellos nunca ni llegan al nivel de diezmar o testificar en toda su vida.  Podemos culpar al evangelismo de atracción.  Para atraer adeptos muchos predican un evangelio antropo-céntrico (centrado en el hombre), o conveniente, o entretenido.  Iglesias son centros de diversión, nada se espera del miembro mas que asistir, ofrendar e invitar.  No por eso son falsos hermanos.  Han creído el evangelio, se han arrepentido de sus pecados, se han enderezado sus vidas, y ahora son "fieles" cristianos.  Y se quedan así otro medio-siglo de sus vidas.  Esto no es tragedia.  Es impresionante.  Solamente tampoco es el propósito de Dios.  De todos modos, no creo que el evangelio aguado es responsable para esta circunstancia.  Nosotros no predicamos un evangelio superficial, y nuestras iglesias padecen de la misma niñez espiritual.

La Madurez Espiritual

La madurez en la Biblia es llamada "perfección."

3  ¿Tan necios sois? ¿habiendo comenzado por el Espíritu, ahora os perfeccionáis por la carne?
        Gálatas 3

 20  Hermanos, no seáis niños en el sentido, sino sed niños en la malicia: empero perfectos en el sentido.
        1 Corintios 14

10  Mas el Dios de toda gracia, que nos ha llamado á su gloria eterna por Jesucristo, después que hubiereis un poco de tiempo padecido, él mismo os perfeccione, conforme, corrobore y establezca.      
        1 Pedro 5

La meta del cristiano en esta vida no es ir a las reuniones o leer la Biblia.  Estos son medios para lograr la meta.  La meta es madurez espiritual.

11  Y él mismo dió unos, ciertamente apóstoles; y otros, profetas; y otros, evangelistas; y otros, pastores y doctores;
12  Para perfección de los santos, para la obra del ministerio, para edificación del cuerpo de Cristo;
13  Hasta que todos lleguemos á la unidad de la fe y del conocimiento del Hijo de Dios, á un varón perfecto, á la medida de la edad de la plenitud de Cristo:
        Efesios 4

Seguramente el propósito de Cristo es salvar almas.  Es su mandamiento de él que nos impone la predicación siempre mas allá.  Pero al recorrer los años de la vida cristiana encontramos que Cristo se preocupa menos por salvar almas que por madurar a las que ya ha salvado.  Jesucristo pone igual importancia sobre el mensajero que sobre el mensaje.  Jesús no sólo quiere que creamos como él, y que prediquemos como él, quiere que seamos como él.

La Garantía de Santidad

Sin embargo, la madurez espiritual no es imperativa, y no es automática.  El cristiano tiene que desearla.  En contraste, la santificación para el cristiano no es opcional.  No es posible que un cristiano viva en pecado notorio.

  Dícele Pedro: No me lavarás los pies jamás. Respondióle Jesús: Si no te lavare, no tendrás parte conmigo.
        Juan 13

Jesucristo promete "lavar" todos los suyos.  El cristiano verdadero es "castigado" por Dios como hijo.  Ninguno que es recibido como hijo está "fuera del castigo."

8  Mas si estáis fuera del castigo, del cual todos han sido hechos participantes, luego sois bastardos, y no hijos.
        Hebreos 12

Podemos asegurar que uno que se dice cristiano que vive en pecado abierto y no sufre los castigos de corrección, sencillamente se está engañando a sí mismo.  Tal no es cristiano, no es posible.  El apóstol Juan nos escribió algunos dichos muy duros acerca del pecado, que nos hacen a algunos dudar nuestra salvación, y hacen a otros fingir "entera santificación."

9  Cualquiera que es nacido de Dios, no hace pecado, porque su simiente está en él; y no puede pecar, porque es nacido de Dios.
        1 Juan 3

La naturaleza divina en nosotros no puede pecar.  Sin embargo, la triste realidad que todos los cristianos temprano reconocemos es que todavía somos pecadores.  Fue el mismo Juan que nos amonestó nunca negar nuestro pecado (1 Juan 1.8).  Juan sabía que los cristianos no somos muy puros por naturaleza.  Por eso insiste que todo verdadero cristiano "se purifica."

3  Y cualquiera que tiene esta esperanza en él, se purifica, como él también es limpio.
        1 Juan 3

No es posible que a un cristiano verdadero no le interese la santidad.  La santidad es imperativa.  Pero mas que eso, Juan también garantiza un resultado.

6  Cualquiera que permanece en él, no peca; cualquiera que peca, no le ha visto, ni le ha conocido.
        1 Juan 3

Esto no habla de vencer nuestra naturaleza pecaminosa.  En la carne no mora el bien.  Mientras estamos en el cuerpo, estaremos sujetos al pecado.

7  Por cuanto la intención de la carne es enemistad contra Dios; porque no se sujeta á la ley de Dios, ni tampoco puede.
        Romanos 8

Pero Juan sí habla del resultado práctico de ser cristiano.  La vida cristiana es irrevocablemente hacia la luz.  Los que no logran vencer al pecado abierto no son salvos, o pronto estarán muertos.

13  Porque si viviereis conforme á la carne, moriréis; mas si por el espíritu mortificáis las obras de la carne, viviréis.
        Romanos 8

La Opción de Madurez

Sin embargo, vencer al pecado es santificación, que no es precisamente madurez espiritual.  Madurez espiritual no es garantizada en nuestra vida cristiana.  Muchos cristianos viven toda su vida sin experimentar el crecimiento espiritual.  Hay dos pruebas de esto.  En primer lugar, la Biblia así lo dice.

12  Porque debiendo ser ya maestros á causa del tiempo, tenéis necesidad de volver á ser enseñados cuáles sean los primeros rudimentos de las palabras de Dios; y habéis llegado á ser tales que tengáis necesidad de leche, y no de manjar sólido.
13  Que cualquiera que participa de la leche, es inhábil para la palabra de la justicia, porque es niño;
14  Mas la vianda firme es para los perfectos, para los que por la costumbre tienen los sentidos ejercitados en el discernimiento del bien y del mal.
        Hebreos 5

Madurez no es automática.  Requiere "tiempo," "costumbre," y "ejercicio."  Y hay los que por mas tiempo que pasa no maduran.  La lamentación de Pablo acerca de sus hermanos Hebreos es repetición de su lamentación sobre los Corintios.

1  DE manera que yo, hermanos, no pude hablaros como á espirituales, sino como á carnales, como á niños en Cristo.
2  Os dí á beber leche, y no vianda: porque aun no podíais, ni aun podéis ahora;
3  Porque todavía sois carnales: pues habiendo entre vosotros celos, y contiendas, y disensiones, ¿no sois carnales, y andáis como hombres?     
        1 Corintios 3

Los Gálatas, los Efesios y los Colosenses requerían exhortación de madurar también.  No era automático su crecimiento.  Y existía el peligro de que nunca lograrían la madurez.

19  Hijitos míos, que vuelvo otra vez á estar de parto de vosotros, hasta que Cristo sea formado en vosotros;
20  Querría cierto estar ahora con vosotros, y mudar mi voz; porque estoy perplejo en cuanto á vosotros.
        Gálatas 4

En segundo lugar, la posibilidad de nunca crecer es demostrada por nuestra experiencia personal.  Las obras de la carne son "manifiestas" en nosotros (Gal. 5.19).  Son resultado de nuestra naturaleza. ¿Pero no has notado que el fruto del Espíritu es escaso en nosotros, aun entre los pastores? ¡Que horrible realidad!  Todos los días luchamos con las obras naturales de nuestra carne pero escasamente vemos verdadero crecimiento espiritual.

El Fruto del Espíritu

Lo del Espíritu es llamado "fruto."  Fruto no es automático, ni siquiera fruto inferior.  En plantas requiere una combinación de factores para que fruto alcance madurez.  Así también en la vida cristiana.  La iglesia (los ministros, el cuerpo, la reunión libre) es un factor de crecimiento (Efe. 4.11-15).  Lectura bíblica es un factor que produce crecimiento (1 Pedro 2.2).  Además, la potencia se perfecciona en "flaqueza" (2 Cor. 12.9).  Pero también muchos obstáculos impiden el crecimiento entre nosotros, y no hablo de pecados, o pastores inadecuados.  Por ejemplo, muchas cosas se interponen para que el cristiano no consuma las escrituras.  Nuestras vidas son muy ocupadas, y cuando hay momento de descanso, hay cansancio.  Muchos que intentan leer la Biblia se duermen.  Además, existen entretenimientos de toda suerte a nuestro alrededor.  La Biblia difícilmente puede competir con alta tecnología, como la televisión, computadoras, deportes, juegos, y aun revistas o el periódico.  Aun los cristianos que terminan la Biblia una vez, se cansan de ella después.

Otros factores que producen el fruto espiritual no nos gustan.  Por ejemplo, tribulación produce paciencia (Rom. 5.3), algo relacionado con tolerancia y mansedumbre, y de consiguiente las riquezas y la salud del cuerpo impiden crecimiento espiritual.  El fruto del Espíritu no es automático, ni siquiera es fácil, y muchas veces requiere lo que no queremos, y precisamente lo que luchamos para evitar.

Fruto tampoco es inmediato, mas bien es "eventual."  Aunque existen cambios radicales en nuestras vidas no mas por convertirnos a Cristo, son a base de arrepentimiento, celo, y un "primer amor" hacia Jesucristo.  Los resultados llamados "fruto del Espíritu" son mas tardados.  Y claro, pudiéramos esperar, si existiera alguna seña de cumplimiento.  Pero no aparece la flor, mucho menos el fruto, en nuestras vidas.  Son gracias de grande estima, tanto que debiéramos desearlas mas que nuestra comida.  Pero demasiados cristianos se contentan con la niñez espiritual.

Sin embargo, no quiero hablar de "demasiados cristianos."  Yo quiero hablar de pastores y evangelistas, los encargados.  No es sorpresa que hayan cristianos que no maduren.  Pero es un espanto ver que demasiados pastores no lo logran tampoco.  Un sinónimo bíblico para "pastor" es "anciano." ¿Existe alguna justificación cuando un anciano actúe como niño?

Caridad

Caridad abarca todos los demás frutos.

4  La caridad es sufrida, es benigna; la caridad no tiene envidia, la caridad no hace sinrazón, no se ensancha;
5  No es injuriosa, no busca lo suyo, no se irrita, no piensa el mal;
6  No se huelga de la injusticia, mas se huelga de la verdad;
7  Todo lo sufre, todo lo cree, todo lo espera, todo lo soporta.
        1 Corintios 13

Ninguno ama a Dios naturalmente.  Pero es de esperar que el pastor alcance profundo amor hacia Dios, un verdadero afecto para su persona, un celo para su nombre, un profundo deseo de su presencia, mientras progresa en esta vida.  La lamentación es de lo opuesto, sin embargo.  No solo no nos hemos "perfeccionado en amor" (1 Juan 4.18), hemos "dejado nuestro primer amor" (Apo. 2.4).  Aun cuando nuestro servicio aumenta, demasiadas veces nuestro amor mengua.  Y ni siquiera estoy tocando el amor entre hermanos, ni el amor a los perdidos.  Pienso que Dios prefiere el amor sobre el servicio.  Y amor a Dios se conoce.

3  Mas si alguno ama á Dios, el tal es conocido de él.
        1 Corintios 8

El que ama a Dios no siempre vence el pecado.  Pedro amaba a Jesucristo, pero aun así le negó tres veces.  Pero el que ama a Dios no lo puede esconder.   Tal amor es conocido.  Es Amor no fingido.  Amor a su obra, la iglesia, a los hermanos, no se puede ocultar.  Amor a su nombre se descubre cada vez que abre su boca.  Tengo que preguntar, ¿somos nosotros, como pastores y evangelistas, conocidos por nuestro amor a Jesucristo?

Gozo

Madurez espiritual es gozo.  No es gozo por circunstancias favorables, sino un gozo profundo que transciende las circunstancias cualquieras.  No podemos exigir este gozo siempre de todos los cristianos, por supuesto.  Por eso la Biblia dice "llorad con los que lloran" (Rom. 12.15).  Probablemente es un error de Watchman Nee suponer que la vida "normal" cristiana es siempre una vida de gozo.  Quizás no es normal, pero sí es un fruto del Espíritu, una madurez espiritual.  Pastores deben tener un gozo no fingido en su ministerio.  Y verás que este gozo es contagioso.  La iglesia experimenta una erupción de gozo cuando unos cuantos maduros comparten su espíritu.  Pero ¿dónde están los maduros?  Nuestras iglesias sufren por falta de gozo espiritual verdadero, y eso ¿a quién podemos culpar, sino a nosotros?

Paz

Paz con Dios es resultado inmediato de la salvación.  Pero paz entre hermanos es fruto del Espíritu.  Viene por una tranquilidad interior.  Nuestros pleitos son fruto de nuestras inseguridades.  Sentimos vulnerables y peleamos.  La vanagloria es un tesoro solamente para los que no tienen verdadera gloria, o sea, buenas razones para gloriarse, verdaderos cumplimientos, o éxito de su conducta (1 Cor. 9.15, 2 Cor. 1.12, etc.).  Y cuando otros se vanaglorien, y así catalizan el pleito entre hermanos, es un verdadero sabio que puede apaciguar la ira de los demás.

1  LA blanda respuesta quita la ira: Mas la palabra áspera hace subir el furor.
        Proverbios 15

Un pastor no tiene el lujo de estar en paz con todos los hermanos, sin embargo.  Pastores tienen que corregir, y a veces tienen que correr a un hermano, aun a un hermano muy amado.  Evangelistas tienen que predicar la verdad, y no evitar el "escándalo de la cruz," y por eso no pueden siempre estar en paz con todos.  Por eso Pablo dice:

18  Si se puede hacer, cuanto está en vosotros, tened paz con todos los hombres.
        Romanos 12

Sin embargo, paz entre hermanos es, sin duda, una característica de madurez espiritual.  No porque siempre es posible, sino porque es tan valorada.  Tengo que decir que si hay mucho pleito o amargura entre los hermanos de nuestras iglesias, la culpa en gran parte se debe a fallas de los ministros.  De la misma manera, largos períodos con verdadera paz en la iglesia se pueden atribuir a la madurez de los ministros.

Cuando hay un pleito en la iglesia, supondríamos que el peligro para el pastor es que sea humillado o avergonzado delante de la congregación.  Y cuando corremos a un hermano, por justas razones, por supuesto, supondríamos que el peligro es que aquellos nos infamen, y perdamos mas hermanos.  Pero creo que hay peor peligro.  El peligro mayor es que el pastor se justifique en su fracaso.  Y sí, no leíste mal, es su fracaso del pastor.  Curiosamente, siempre existe manera de justificarnos.  Nunca he hablado con ningún culpable que no tiene forma de justificar sus hechos.  Pastores también podemos hacerlo.  Pero eso es una niñería.  Los maduros buscan corregir sus errores, no buscan persuadir a otros que no los tienen.

Un método para evitar este peligro es que cada vez que haya pleito entre nosotros, cada ministro se evalúe a sí mismo, para reconocer cuál cosa pudo haber hecho mejor.  Creo que en todo pleito hay errores de los ministros.   No es necesario culparnos demasiado.  Errores no significan que el problema era evitable.  Teóricamente discordia es inevitable, pero por lo menos las consecuencias de la contienda pudieron haber sido menores.

No me digas porqué tienes razón, pastor.  Díme en qué fallaste.  Explícate a ti mismo qué cosa hubieras hecho para no perder aquel hermano de tu iglesia.  Cada amargura, cada pleito, cada pérdida, es una derrota tuya.  Tu fallaste.  Claro, tuviste razón, y sigues tú en pie, los "malos" se fueron, tu ganaste, los corriste.  Pero no lo quiero oír.  El sabio, el maduro, el pastor perito, no los hubiera perdido.  Y tu también debes pensar así.  Puede ser que en algunas ocasiones no hubiera remedio, por mas sabio que fueras.  He visto casos así.  Pero no tenemos el lujo de pensar así.  Analízate bien, para que la próxima vez, guardes la paz en tu espíritu, y en tu iglesia.

Tolerancia

Ecumenismo exalta la tolerancia.  Y seguramente la tolerancia entre católicos es mil veces mejor que su actitud anterior, la de quemarnos vivos en la hoguera.  No obstante, ahora la tolerancia en el vocabulario ecuménico significa no hablar en contra de otra religión, mucho menos mencionar sus doctrinas abominables.  Y tolerancia entre "humanistas" significa no hablar de religión nada.  Pero el vocabulario bíblico no conoce esa tolerancia.

Por supuesto debemos ser tolerantes de otras personas, y de otras culturas.  Tenemos que mostrar un respeto genuino para diferentes opiniones, y aun de diferentes religiones.  La Biblia nos manda honrar a todos los hombres (1 Ped. 2.17).  No debemos deshonrar al cura, ni al papa, ni al testigo de Jehová, aunque algunos de ellos fueran casi demonios.  Esta tolerancia es nuestro deber, debe ser nuestra costumbre.

19  Porque de buena gana toleráis los necios, siendo vosotros sabios:
        1 Corintios 11

Tolerancia de otros requiere no burlar a su persona, no representarles falsamente, no infamarles, no insultarles, permitirles hablar, y mucho mas.  Pero no creo que estas cosas son fruto del Espíritu, sino fruto de cultura, de educación.  Es insolente actuar de otra manera.  Pero el fruto del Espíritu es otra tolerancia.  Es paciencia en tribulación.  Es relacionada con fortaleza y largura de ánimo.

11  Corroborados de toda fortaleza, conforme á la potencia de su gloria, para toda tolerancia y largura de ánimo con gozo;
        Colosenses 1

Es importante que el pastor sea fuerte, resistente, resignado.  No como los hebreos que "no podían tolerar" la cara de Moisés, mucho menos "lo que se mandaba" (Heb. 12.20).  El pastor debe poder tolerar todas las dificultades, no solamente en su matrimonio y trabajo, pero en su ministerio también.  Entre nosotros creo que los pastores son medidamente maduros en esto.  Me han impresionado con su resistencia en predicación pública, y en aguantar los obstáculos en la reunión al aire libre.  El frío, la lluvia, las bocinas, las rejas, las interrupciones, asientos incómodos, cárceles, multas, amenazas, cubetas de agua, insultos, y lo peor, ser espectáculo a sus familiares y buenos amigos, pues, me he fijado que los mexicanos son un pueblo resistente.  Su fortaleza me exhorta.  Sin embargo, ¿pueden tolerar un buen regaño?  Saben seguir adelante después de ser humillados, o derrotados?  Muy pocos de ninguna nación saben eso.  Tolerancia espiritual es mas que aguantar el frío.

Benignidad y Bondad

Blandura, suavidad, lenidad, afabilidad, dulzura, apacibilidad, benevolencia, humanidad, generosidad, magnanimidad, amabilidad, entre otros, son sinónimos de benignidad.  Además, benignidad significa lo que "no daña."  Una persona hace años me ofreció darme un masaje de los hombros, para "relajarme."  Era tan duro el masaje que me dolió por todo el día.  La próxima vez que me lo ofreció, le decliné.  Me fijé que ofreció el masaje a varios en el transcurso de la tarde, y nadie quiso.  Parecía triste que nadie le quería aceptar.  Pero sus masajes no relajaban, hacían daño.

Muchos pastores así son.  Siempre tratando de ayudar, hacen daños.  Consejos malos dañan.  Regaños al que necesita consolación pesan, acusaciones mal-pensados desaniman, correcciones en público avergüenzan, bromas y burlas lastiman.  Además, el pastor sabe mucha información de los miembros que nadie mas debe saber.  Y una lengua suelta en un pastor perjudica a los miembros seriamente. ¿Qué pastor puede ser peor que el que suele dañar?  La madurez de benignidad es urgente.

No quiero imponer una "auto-conciencia" anormal a los pastores.  Tenemos que ser nosotros mismos, no debemos fingir, ni siempre coreografiar nuestra convivencia.  Pero un pastor debe ser bueno.  Debe ser inofensivo, sociable, tratable, pacífico, positivo,  apoyador, cooperativo, atento, cortés y respetuoso.  Para muchos de nosotros, estas cosas no nos son naturales.  Pero son el fruto del Espíritu.  ¿Cuándo aparecerá la flor? ¿Cuántos años más tenemos que esperar?  ¿Cuánto mas daño personal es aceptable?

Fe

Todos los cristianos tienen fe.  Tienen fe en Jesucristo, en su sangre y en su palabra.  Pero el fruto del Espíritu es una actitud de fe.  Como la caridad abarca todos los frutos del Espíritu, la fe es requerida en todos.  Una de las mas grandes derrotas de los pastores es su temor, o sus temores.  Temen la vergüenza, temen el menosprecio, temen la pobreza, temen a sus esposas, temen perder lo que tienen.  Temen el riesgo tanto que no tienen planes, ni propósitos, ni metas.  No saben el poder de oración, ni la tranquilidad de confianza.  Tienen desconfianza de todos, y nunca pueden "encomendar" una obra a otro sin mantener "control."  Se defienden exageradamente, o protegen su propia reputación, porque no creen que Dios lo hará.  Se creen capaces de solucionar problemas sin depender de Dios, de consejo, de unanimidad.  Pero se acortan la vista hasta no poder imaginar lo que no pueden hacer ellos mismos, y con sus propios recursos.  No puedo exagerar la urgencia de la madurez de fe entre los ministros.

Mansedumbre

Como he tocado la mansedumbre en otra epístola reciente (#101) solamente recalcaré que la mansedumbre es una actitud paciente hacia quienes nos hacen mal.  Tolerancia, benignidad y bondad son muy relacionadas también.  Mansedumbre requiere fe, como todos los frutos, porque es la actitud de no defenderse a sí mismo, sino de  permitir la injuria, sin responder.  Mansedumbre no es debilidad, ni es precisamente humildad.  Es fruto directo de fuerza interior.  Es el reconocimiento que todo lo que nos pasa, o mas bien, lo que nos hacen otros, fue aprobado por Dios, y enviado por Dios, y ahora observado por Dios, y por eso es aguantable.  Es la humildad y fuerza de ver nuestras culpas solamente, aun cuando las culpas de otros son mucho peores.  Es la aceptación de males como bienes, e insultos como indultos.  Es esperar sin exigir, preguntar sin acusar, perdonar sin demandar, acreditar a otro sin aprovechar uno mismo. ¿No ves el valor de mansedumbre en la obra?

Templanza

Templanza es moderación y fuerza.  Es fuerza porque es moderada.  Un fierro es templado por calor medido.  Fierro sin tratamiento es blando. Un poco de calor lo hace resistente, flexible.  Mas calor lo hace duro.  Demasiado calor lo hace frágil, o mas bien, quebradizo.  La fuerza es la medida.  Para muchos templanza significa abstinencia, pero es mas bien disciplina propia.  Es una moderación en nuestros hábitos, una continencia de nuestros deseos, un balance en nuestros pensamientos.

Templanza es, por un lado, equilibrio.  Equilibrio es mucho mas importante a un maduro que a un niño.  Y al pastor es la diferencia entre éxito y fracaso.  La Biblia es repleta de ejemplos, "prudentes como serpientes pero sencillos como palomas," "palabra con gracia pero sazonada con sal."  Pero equilibrio es mas que contraste.  Es también proporción.  Dios pedía un día de siete, no seis.  Pedía diez porciento, no noventa.  El pastor debe aprender medir bien sus exigencias, de otros, y de sí mismo.  Equilibrio también es armonía.  Dios hizo nueve planetas, siete colores, cinco sentidos, dos sexos.    Hay sol y luna, verano e invierno, mar y tierra.  El pastor tiene que reconocer su lugar en la obra, y reconocer las fuerzas de otros.  Moody dijo, "No hagas la obra de diez hombres, consiga a diez hombres que hagan el trabajo."  La madurez espiritual es templanza, es balance, es la medida adecuada en cada decisión, cada propósito, cada juicio.

Pero es de otro lado, fuerza.  No se debe confundir templanza con  indecisión, acomodamiento, conveniencia o conformidad.  Templanza es fuerza.  A veces es fuerza por ser flexible, y a veces es fuerza por ser inquebrantable.  Pero nunca es floja, suelta, inestable, o inconstante.  Como pastores necesitamos la madurez de templanza, de ser bien medido en nuestro espíritu.  Un pastor maduro puede enojarse, pero da lugar a la ira, y no permite el sol ponerse sobre su enojo.   Puede ambicionar, pero se cuida de lujo.  Puede regañar, pero mezcla consolación, la medida exacta.  Puede pelear, pero sabe hacer la paz.  Recuerda suficiente, pero olvida lo sobrante.  Sabe llorar y sabe reír.  Sabe trabajar y sabe relajar.  Templanza es el signo preeminente de madurez.  El valor de la templanza, especialmente en un pastor, es inestimable.

No me sorprende que hayan cristianos inmaduros.  Es de esperar, considerando las lamentaciones de Jesucristo y los apóstoles.  Pero la falta de estos frutos maduros entre los ministros es una verdadera lástima.  Mis sentimientos y emociones frágiles, mis excesos, mis desánimos, mi egoísmo, todo esto debía haber menguado con los años.  Ya es tiempo de ser hombre, y "dejar lo que es de niño."  El fruto del Espíritu es mas importante que los éxitos en la obra.  Probablemente su falta es nuestro fracaso en la obra.  Por el amor de Dios, y el amor de la obra, seamos maduros.