La Epístola

Apartado 432

Administración 1

Morelia, Mich. CP 58001

#80 Abril, 2001

Impreso en México

 

 

Noticias

San Luís Potosí, San Miguelito: Tuvieron campaña de evangelismo público en Marzo. Muchos hermanos de Querétaro asistieron y predicaron en las calles de San Luís. De fruto recibieron muchos estudios en casas. Oremos que este esfuerzo resulte en familias agregadas a la congregación.

Irapuato: Flavio Santoyo y Rolando Espada predicaron exhortando la iglesia en fines de marzo.

San Antonio: Tienen preparado una conferencia de evangelismo mundial durante semana santa, desde domingo abril 8 hasta domingo abril 15. Dos diferentes predicadores por reunión, dos reuniones el primer domingo, y cada noche a las 7:00 PM. El domingo 15 es la última reunión a las 10:00 AM. Todos los misioneros de la iglesia asistirán, y predicarán, excepto los de Polonia, Riggs, West, y Vieira. La iglesia en San Antonio ha sufrido bajas últimamente, oremos que la conferencia sea un avivamiento también.

Salamanca: Han invitado a Flavio Santoyo a predicarles durante Semana Santa, de miércoles a domingo, abril 11 a 15, noches a las 7 PM, y domingo a las 11 AM. Otras: Bautizaron a 4 el mes pasado.

León: Habrá conferencia de exhortación de jueves 19 de abril hasta domingo 22 de abril. Predicarán Flavio Santoyo, Guillermo Kincaid y Juan Tovar.

Querétaro: Habrá conferencia de exhortación, de domingo, mayo 6, al domingo, mayo 13, intercambiando predicadores, uno por reunión. Han invitado a Flavio Santoyo y Guillermo Kincaid a predicar.

San Luís Potosí, Selene: Se planea una conferencia de exhortación en mayo, del 18 al 20, viernes a domingo. Predicarán Miguel Jackson, Rolando Espada y Guillermo Kincaid, noches a las 7 PM, y domingo a las 10 AM. Viernes y sábado a las 4 PM habrán estudios para los jóvenes sobre noviazgos y otros temas. Otras: Planean reconocer a otros ancianos próximamente.

León: La próxima reunión de predicadores se llevará a cabo el domingo 20 de mayo, 2001, a las 4 de la tarde.

San Luís Potosí, San Miguelito: planean otra campaña de predicación pública en julio, del 16 al 21 (lunes a sábado). Solo predicadores están invitados, pero de cualquier iglesia.

 

Aborrecer la Vida

17 Aborrecí por tanto la vida, porque la obra que se hace debajo del sol me era fastidiosa; por cuanto todo es vanidad y aflicción de espíritu.

Eclesiastés 2

El hombre tiene la continua tendencia de pecar, durante toda la vida, desde infancia hasta la muerte. Varias cosas impiden esta tendencia, como el castigo de padres, la aflicción y dolor que el pecado produce en la vida, y el Espíritu de Dios, que atrae a los humanos, y los guía a arrepentimiento, especialmente por medio del evangelio. La religión no impide el pecado, si reconocemos que soberbia, hipocresía, pereza, negligencia y otras cosas al estilo también son pecados serios. Religión impide ciertos pecados notorios quizás, pero en general, el religioso es igualmente o peor pecador que el borracho, adúltero y ladrón. Sin embargo, el evangelio impide el pecado generalmente, aún entre los que no lo creen, y nunca se someten a ello. El mero hecho que hay alguien predicándolo en la calle es suficiente para impedir el pecado en la población por lo menos un poco.

Sin embargo, el evangelio tiene grande poder para derrotar el pecado en el que lo cree. El reconocer la condenación justa de uno mismo, y la vergüenza y temor que el Espíritu Santo produce en el arrepentido por medio del evangelio, junto con la grande alegría que trae la reconciliación con Dios, y la realidad de perdón, es poderoso para vencer fuertes pecados en la vida, incluyendo vicios y adicciones de años. El enamorarse con Jesucristo, el gozo sobrenatural que trae meditación en la cruz, en la sangre, en la gloria futura, todo esto transforma un individuo, a veces tan radicalmente que su "nacimiento nuevo" es visible a todo el mundo.

Sin embargo, Dios siempre nos deja nuestra naturaleza baja, nuestra tendencia natural de pecado, y tarde o temprano esta tendencia saldrá otra vez para herirnos y avergonzarnos. Mientras estamos avivados y animados, sentimos fuertes, venciendo el pecado y siendo "utilizados" por Dios. Pero el pecado natural en nosotros es paciente, esperando los desánimos de la vida para volver otra vez a la superficie y humillarnos, y hasta destruirnos. Esto sucede tantas veces en la vida que nunca podemos descuidar del pecado, y nunca debemos "dar lugar al diablo," y debemos "hacer derechos pasos para nuestros pies" en todo momento. No obstante la continua presencia de pecado, existen dos etapas de la vida en que el pecado en nosotros tiende a surgir con fuerza. Primeramente, y mas obvio, es la etapa de juventud. Pero después, y menos reconocido, es la etapa mediana de edad. Son momentos de grande tentación, y muchos hermanos naufragan en la fe mientras pasan por estas etapas, sin entender lo que les está sucediendo.

Como la juventud es tema de muchos discursos, no tenemos que tardar aquí. El adolescente disfruta la vida provista por su padres, y no reconoce la responsabilidad correspondiente. Durante este tiempo el joven es muy susceptible a la mentira del mundo, y puede seguir al pecado haciéndose muchos daños. Los dolores consiguientes del pecado, y las necesidades de responsabilidad maduran al joven, a veces a tiempo, con pocas consecuencias, pero a veces tarde, desastres acompañando al joven durante toda su vida. Es una lástima, pero no conozco ninguna solución efectiva. Enseñar responsabilidad a nuestros hijos desde pequeños, no dándoles nada sin que les cueste algo, es quizás la mejor preparación para la adolescencia, pero no puedo decir que ni eso es muy útil. Nuestros hijos requieren mucha oración, que Dios es el único que puede guiarles efectivamente en esta etapa.

Aunque no muy reconocido, hay otra etapa de la vida que produce grande tentación entre los humanos, y también los cristianos. Es la etapa mediana de edad, mientras las energías disminuyen, los hijos se independizan, la salud debilita, y los logros en la vida se descubren como ilusiones. No es coincidencia que Salomón llegó a aborrecer la vida en su edad mediana. Sucede a muchos humanos. Salomón empezó en su juventud con mucho celo para Dios. Su desilusión con la vida se encuentra en su libro Eclesiastés. Parece haber reaccionado bien, pues Eclesiastés termina con sabiduría. Pero Salomón no obstante se desanimó después con la obra de Dios, y eso produjo un fracaso en su vejez. Salomón terminó su carrera adorando a dioses falsos.

4 Y ya que Salomón era viejo, sus mujeres inclinaron su corazón tras dioses ajenos; y su corazón no era perfecto con Jehová su Dios, como el corazón de su padre David.

5 Porque Salomón siguió á Astaroth, diosa de los Sidonios, y á Milcom, abominación de los Ammonitas.

6 E hizo Salomón lo malo en los ojos de Jehová, y no fué cumplidamente tras Jehová como David su padre.

7 Entonces edificó Salomón un alto á Chêmos, abominación de Moab, en el monte que está enfrente de Jerusalem; y á Moloch, abominación de los hijos de Ammón.

8 Y así hizo para todas sus mujeres extranjeras, las cuales quemaban perfumes, y sacrificaban á sus dioses.

9 ¶ Y enojóse Jehová contra Salomón, por cuanto estaba su corazón desviado de Jehová Dios de Israel, que le había aparecido dos veces,

10 Y le había mandado acerca de esto, que no siguiese dioses ajenos: mas él no guardó lo que le mandó Jehová.

1 Reyes 11

Ver a Salomón, un hombre que en su juventud era llamado por Dios, y bendito extraordinariamente por Dios, luego en su vejez adorando dioses falsos, y no solamente esto, sino dioses como Moloch, al cual sus seguidores quemaban sus hijos en sacrificio, es tragedia enorme. Es muy posible que la desilusión de su mediana edad que expresó tan efectivamente en Ecclesiastés fue el inicio de su camino abajo. Si puede suceder con alguien como Salomón, sin duda debemos cuidarnos de los mismos desánimos de la vida mediana.

Hemos visto muchos casos de esto últimamente, y siempre es una tragedia ver a buenos cristianos deprimidos y vencidos en la vida mediana. Parejas que tienen años fieles al Señor, luego dejan de congregarse, fracasan en su matrimonio, vuelven a vicios antiguos, o vuelven a la vanidad del mundo. Ministros que han ayudado a muchos en sus ministerios luego se encuentran en pecados abominables, o en vicios, haciendo mas daño en poco tiempo que el bien que hicieron en toda su vida.

10 Porque Demas me ha desamparado, amando este siglo, y se ha ido á Tesalónica; Crescente á Galacia, Tito á Dalmacia.

2 Timoteo 4

El diablo es mentiroso, y padre de mentira. El pecado es también engañoso, la tentación es siempre mentirosa. Sabemos esto no solo porque la Biblia lo dice, sino por experiencia también. Pero lo que muchos no saben es que la vida misma es una mentira. Este mundo es engañoso desde el principio, con apariencias falsas en cada momento. Empieza con gozo, pero termina con tristeza. Acelera con promesas y esperanzas, pero termina con decepción y desilusión. Progresa con logros y ambiciones, pero termina con fracaso y pérdida. La mentira de la vida se puede resumir en una sola palabra, "provecho." Desde nacimiento hasta la muerte toda la evidencia en el mundo demuestra que en esta vida no hay provecho verdadero, sin embargo la vida humana y el mundo visible siguen mintiendo a los hombres, susurrando esa palabra continuamente, y los hombres siguen cayendo en la trampa, buscando "provecho" donde no puede existir ninguno.

11 Miré yo luego todas las obras que habían hecho mis manos, y el trabajo que tomé para hacerlas: y he aquí, todo vanidad y aflicción de espíritu, y no hay provecho debajo del sol.

Ecclesiastés 2

Aunque la evidencia de vanidad está en todas partes, y es demostrada casi todos los días a cada humano, los humanos tenemos la capacidad de ignorar la evidencia. Nos cegamos a lo obvio todos los días, evitando depresión, y animándonos con deleites (sabores, colores, placeres), o con experiencias (fiestas, emociones, amores), o con "progresos" (carreras, matrimonio, negocios, avances políticos, tecnológicos, etc.). Cuando alguien se deprime, compra, come, o busca una pachanga. Si es pobre se emborracha, adultera, o busca un pleito. Todo por no querer encarar lo obvio, que esta vida no tiene el menor provecho verdadero.

El cristiano tiene mejor actitud, sin duda. El cristiano busca provecho en la justicia, en santidad, y en diversiones sanas. El ministro busca provecho en sabiduría y entendimiento, y logra la sabiduría sin duda, poco a poco. El creyente también busca provecho en sus hijos, su familia, su ministerio, su iglesia. Pero aun el cristiano se engaña, porque mantiene su vista en las cosas de abajo, y no hay provecho "debajo." Salomón se dedicó a Dios también en su juventud, y logró todo el "provecho" que atiende a la sabiduría, pero luego descubrió lo poco que era.

13 Y he visto que la sabiduría sobrepuja á la necedad, como la luz á las tinieblas.

14 El sabio tiene sus ojos en su cabeza, mas el necio anda en tinieblas: empero también entendí yo que un mismo suceso acaecerá al uno que al otro.

15 Entonces dije yo en mi corazón: Como sucederá al necio me sucederá también á mí: ¿para qué pues he trabajado hasta ahora por hacerme más sabio? Y dije en mi corazón, que también esto era vanidad.

16 Porque ni del sabio ni del necio habrá memoria para siempre; pues en los días venideros ya todo será olvidado, y también morirá el sabio como el necio.

Ecclesiastés 2

Salomón fue engañado, no por Dios, ni por el ministerio. Fue engañado por la vida. Existe verdadero provecho en la obra de Dios, pero las apariencias engañan, y por medio de nuestras ilusiones nos exponemos al desánimo. Cada alma que ganamos es provecho eterno, cada iglesia que cumple su deber, cada doctrina que enseñamos, cada colonia que predicamos, nos trae un galardón eterno. Pero empezamos a fijarnos en cosas terrenales, tratando de ver nuestros premios aquí, nos juzgamos, nos examinamos, y exigimos provecho ahora. Queremos ver la diferencia que hemos hecho, queremos el reconocimiento ahora. Si se fija en apariencias, tarde o temprano las apariencias se desvanecen. Iglesias se disuelven, hermanos se separan, hijos fracasan. Y al fin, lo que iguala a todos los hombres, la muerte pone un punto final a la sabiduría de Salomón, y a todas nuestras hazañas también.

Mientras Salomón habla de su inútil vida, yo no puedo evitar pensar en las cosas que sí había logrado. En primer lugar, Salomón hizo un templo para Jehová Dios en Jerusalem, tal templo que la gloria de Dios mismo lo llenó, y lo bendijo. En segundo lugar, Salomón logró una sabiduría enorme, logrando entender misterios de la naturaleza mas que todos sus anteriores, disertando entre otras cosas sobre árboles, animales, aves, reptiles, y peces (1 Reyes 4.33). Era quizás el primer científico creyente. En tercer lugar Salomón era predicador. Era predicador mas sabio que todos sus anteriores en Jerusalem, y se dedicó a leer muchos libros, haciendo mucho estudio. Compuso 3000 proverbios, y mas de 1000 "versos," de los cuales tenemos en nuestra Biblia solamente la cuarta parte. Al considerar los logros de Salomón, me hace pensar en los logros nuestros también.

Demasiados hermanos y ministros se dedican a la iglesia, asisten, diezman, participan, oran, etc., pero sus logros se enfocan en el edificio, o en las cosas visibles de la iglesia. En varios de nuestras congregaciones no hay la tentación de preocuparnos del edificio porque nos reunimos todavía en parques. Pero aún en estas reuniones es fácil preocuparse de lo visible. Contamos cuantos asisten, nos consolamos cuando hay muchos, nos preocupamos cuando hay pocos. Ponemos la vista también en las ofrendas. De la misma manera quizás Salomón creía que edificar el templo en Jerusalem era gran beneficio, haciendo "valer" su vida y su esfuerzo. No debía tardar mucho en reconocer tan mínimo que era el valor de un templo de cedro, adornado con oro y zafiro. La iglesia visible, sea un edificio, o una reunión de hermanos en un parque, es una apariencia, y las apariencias engañan. Una iglesia grande parece un logro grande, y puede ser un logro pequeño. Si es una iglesia grande llena de hermanos mundanos, triviales, mediocres, con poca fe, nos estamos engañando, y tarde o temprano la iglesia se descubrirá. La desilusión de Salomón pudiera haber evitado si hubiera desde un principio reconocido que el hecho que Dios le respondió en su juventud era de mas valor que el templo que edificó. El llamamiento por Dios es de mas valor que nuestro servicio a Dios. Nuestra relación con Dios es mas importante que nuestra utilidad a él. No debemos fijarnos en lo visible.

Otra cosa en que nos asemejamos a Salomón es nuestra sabiduría, o nuestras doctrinas, o nuestro conocimiento. Sin duda el conocimiento y sabiduría son de valor:

11 ¶ Buena es la ciencia con herencia; y más á los que ven el sol.

12 Porque escudo es la ciencia, y escudo es el dinero: mas la sabiduría excede en que da vida á sus poseedores. Eccles. 7

Pero, hay cosas de mas valor:

1 Y POR lo que hace á lo sacrificado á los ídolos, sabemos que todos tenemos ciencia. La ciencia hincha, mas la caridad edifica.

1 Corintios 8

Quizás Salomón pensaba que su sabiduría iba a hacer una "diferencia" en el mundo. ¿Cuánto hubiera tardado el descubrimiento que la sabiduría no sirve a los necios, porque no la quieren? Toda nuestra sabiduría y nuestro entendimiento, y nuestra capacidad de argüir, se encuentran inútiles en esta vida sin el amor, y aun mas, sin el poder de Dios. Es fácil desilusionarnos al ver que tan poco provecho eterno hay en nuestra sabiduría.

Somos también predicadores. Sentimos que estamos haciendo algo importante, y es así. Pero como Salomón la desilusión viene, cuando vemos qué tan poca diferencia podemos hacer en este mundo. A veces hablamos de los grandes avivamientos de tiempos pasados, pero al reconocer la debilidad de los mejores mensajes predicados, tengo muchas dudas acerca de las "causas" de antiguo avivamiento que hemos imaginado. Mucho ayuno, oración, sacrificio, en fin, no creo que nada explica los movimientos de Dios. Como viento que sopla donde quiera, Dios hace lo que quiere. Si seguimos viendo nuestros logros en cosas visibles, estamos preparándonos para desilusión.

13 El fin de todo el discurso oído es este: Teme á Dios, y guarda sus mandamientos; porque esto es el todo del hombre.

Eccl. 12

La única cosa de valor en esta vida, aun para un predicador, es el agradar a Dios. Tu relación con Dios es tu provecho en esta vida, no la menosprecies. No la desatiendas por lograr algo visible, aun si lo visible es una iglesia, la sabiduría, conocimiento, o reconocimiento. La vida te decepcionará, y te dejará deprimido. El tener éxitos espirituales no es garantía de evitar esta depresión de la mediana edad. Tu llegarás a aborrecer la vida como Salomón, pero si tu tienes la vista en aquel que es nuestra vida, no te hará daño la etapa mediana. Podrás seguir sirviéndole en medio de la depresión, porque has puesto poca importancia a los logros de abajo.