La Epístola

Apartado 432

Administración 1

Morelia, Mich. CP 58001

#74 Octubre, 2000

Impreso en México

 

 

Noticias

Iapuato: Se está invitando a todos los predicadores que pueden asistir a una campaña de evangelismo en Irapuato, que se llevará a cabo el viernes 24 y el sábado 25 de noviembre. Nos reuniremos para la primera predicación en el jardín principal de Irapuato, junto al kiosco, viernes a las 10 AM. La última predicación será el sábado a las 7 PM, después de la cual los que quieren regresar a sus propias ciudades pueden llegar a buena hora. Solo predicadores, por favor. Las comidas serán provistas pero cada predicador lleve su propia almohada y cobija. Cualquier pregunta por favor llame a Jesús Cervantes al teléfono celular # 01-460-2-4921. Si llegas a Irapuato tarde, llame al mismo número, pero por medio de servicio local (# 044-2-4921).

León: La próxima reunión de predicadores se llevará a cabo el domingo 19 de noviembre a las 4 de la tarde. Para última noticia llame a Juan Córdova al tel (4) 778-1564 o a José Hernández al tel. (4) 762-8881.

Polonia: Nos traen malas noticias. Tomek, el hombre que había creído, y por ello había perdido su empleo, y su esposa le había echado de la casa, estaba quedando hospedado en las casas de José West y Miguel Riggs por unos meses. Por fin su esposa le recibió en casa otra vez, y además su esposa estaba llegando a las reuniones. Pero este mes, se dieron cuenta que Tomek les había robado a ambas familias, y ahora se ha huido. Aparentemente su esposa no sabía nada al respecto. Se encuentran muy desanimados por este suceso (y mas pobres también). Oremos por la obra en Varsovia.

 

Oportunidades Perdidas

10 ¶ ¿Harás tú milagro á los muertos? ¿Levantaránse los muertos para alabarte?

Salmo 88

Todos tenemos versículos favoritos. Los Cristianos salvos por gracia tendemos a preferir las epístolas de Pablo, quien explica la gracia como ningún otro en la Biblia. La gracia se encuentra en cada libro, sin duda, pero Pablo no da lugar para malas interpretaciones. Sin embargo, cuando predicamos la gracia, siempre hay alguien que menciona Santiago 2 porque no son "hijos" de la gracia, sino "hijos" de las obras. Nuestro texto cabecero (Salmo 88.10) es uno de los versículos favoritos de los Testigos de Jehová porque siguen textos importantes a su parecer:

11 ¿Será contada en el sepulcro tu misericordia, O tu verdad en la perdición?

12 ¿Será conocida en las tinieblas tu maravilla, Ni tu justicia en la tierra del olvido?

Los TJs memorizan estos versículos porque piensan que el alma muere cuando muere el cuerpo. Según sus cálculos no hay conciencia ni memoria en la muerte, sino el hombre muerto deja de existir, como cualquier animal. Hay unos cuantos otros versículos que utilizan para defender esta idea:

Salmo 115:17 No alabarán los muertos á JAH, Ni cuantos descienden al silencio;

Isa. 38:18 Porque el sepulcro no te celebrará, ni te alabará la muerte; Ni los que descienden al hoyo esperarán tu verdad.

Job 14:10 Mas el hombre morirá, y será cortado; Y perecerá el hombre, ¿y dónde estará él?

Salmo 6:5 Porque en la muerte no hay memoria de ti: ¿Quién te loará en el sepulcro?

Eccl. 9:10 Todo lo que te viniere á la mano para hacer, hazlo según tus fuerzas; porque en el sepulcro, adonde tú vas, no hay obra, ni industria, ni ciencia, ni sabiduría.

Todos estos versículos aunque verdad, no pueden contradecir los versículos claros en ambos testamentos que dicen que los muertos todavía viven, y que son conscientes y tienen memoria.

6 Así que vivimos confiados siempre, y sabiendo, que entre tanto que estamos en el cuerpo, peregrinamos ausentes del Señor;

7 (Porque por fe andamos, no por vista;)

8 Mas confiamos, y más quisiéramos partir del cuerpo, y estar presentes al Señor.

2 Corintios 5

23 Porque de ambas cosas estoy puesto en estrecho, teniendo deseo de ser desatado, y estar con Cristo, lo cual es mucho mejor:

Filip. 1

38 Porque Dios no es Dios de muertos, mas de vivos: porque todos viven á él.

Lucas 20

Sin embargo, los versículos anteriores son verdad, y tienen un mensaje importante, aun para nosotros los cristianos. Todos aquellos versículos hablan mayormente de la vida del cuerpo, no la vida del espíritu. Y el cuerpo sí muere, y es un hecho final. Pero, aparte de eso, estos versículos también tienen un mensaje importante acerca de la vida espiritual de Cristianos también. Esta vida es final, y después de la muerte hay muchas oportunidades de esta vida que se acaban para siempre. Y qué tristeza que los cristianos vivimos como si no fuera cierto. Considera hermano. ¿Dios hace milagros a los muertos? ¿La alabanza después de la muerte es de la misma naturaleza que la alabanza en la vida? ¿Hay oportunidad de contar la misericordia de Dios a uno que no le conoce después de pasar por el sepulcro? ¿Habrá jamás el mismo sentido de maravilla acerca de Dios, una vez que nos hemos acostumbrado a su misma cara? ¿Seguirán las investigaciones de las verdades de Dios, o habrán reuniones de estudios una vez que estamos en su misma presencia? ¿Qué obra, qué industria, cuál provecho habrá ya que entramos en el "reposo"? ¿De qué servirá nuestra sabiduría a los santos una vez que todos tienen acceso directo a nuestro Señor Jesucristo? La clara enseñanza de estos pasajes importantes es que en la muerte perdemos para siempre todas estas oportunidades de agradar a Dios, o sea, de ejercer la fe. Pues cuando morimos, y estamos en su presencia, la fe se acaba, como también la esperanza, dejándonos solamente la caridad.

Pensándolo, podemos ver que tenemos una grande bendición en esta vida, que los ángeles nunca tuvieron, y no pueden tener jamás. Los ángeles nunca pueden ejercer la fe. Ellos han visto a Dios, entonces no es gran cosa que le adoran, ni que le obedecen. Pero un humano, habiendo nacido en ignorancia, teniendo que buscar a Dios casi "palpando," tiene la grande oportunidad de ejercer la fe. ¿Sería alguna maravilla que descubriéramos que Gabriel o Miguel amaran a nuestro Señor Jesucristo? De la misma manera, ¿es asombroso que Pedro o Jacobo servirían al Señor hasta la muerte, habiendo bebido y comido con él, habiendo visto sus maravillas, y presenciado su arrebatamiento al cielo? Te digo, hermano, es más asombrosa la fe nuestra, cuando servimos al Señor de la misma manera sin haberle visto. Sin embargo, aunque tenemos oportunidades ahora que los ángeles y apóstoles no tuvieron, las estamos diariamente desperdiciando, y una vez muertos, vamos a lamentar no haber aprovechado.

Oportunidad de Adoración

8 Al cual, no habiendo visto, le amáis; en el cual creyendo, aunque al presente no lo veáis, os alegráis con gozo inefable y glorificado;

1 Ped. 1

Aunque los mismos santos en el cielo adoran a Dios, hay ciertas circunstancias en esta vida que hace nuestra adoración superior a la de ellos. Primeramente, en el cielo todos le adoran, mientras en esta vida le adoramos unos cuantos solamente. Como podemos observar en cualquier estadio lleno de fanáticos, es fácil emocionarte en medio de una gran muchedumbre, todos fervientes, todos energizados. Es difícil no ser llevado por el corriente, y es extraño cuando uno no corre al mismo "desenfrenamiento." Así que, la adoración en el cielo tiene menos importe que la adoración aquí, porque allá será difícil no ser envuelto en el momento, pero aquí es un acto de fe.

Pero, lo que es mas, adoración aquí es en medio de aflicciones, las cuales agregan sinceridad a tus palabras. Jóvenes siempre dicen entre sí que se aman, mientras tienen salud, y ambos estan en la hermosura de juventud, y además tienen deseo sexual. En verdad, las palabras en estas circunstancias valen poco. Compara esas mismas palabras en medio de la enfermedad, cuando uno es inválido, quemado, existiendo en el hedor de la muerte. Un esposo que lo dice a su esposa yaciendo en sufrimientos, "te amo, mi vida, nunca te dejaré, me siento alegre en tu presencia, tu me eres hermosa, la mas hermosa en el mundo..." ¿No valen mas esas palabras entonces? Sin duda. Así es la adoración ahora comparada con la adoración futura. Nuestras bendiciones a Dios tienen peso ahora, nuestras profesiones de amor tienen significado eterno ahora. Si no las decimos ahora, sentiremos como hipócritas cuando las decimos entonces. No desperdicies la oportunidad limitada de adorar a tu Señor mientras tienen importe todas tus palabras. Dile que le amas, que le esperas, que tu alma tiene sed de él. Si no sabes cómo adorarle, lee los salmos, y aprende de David. Se te van las oportunidades, hermano, y nunca jamás por siglos sin fin volverá la posibilidad de adorar a Dios en medio de circunstancias difíciles.

Oportunidad de Oración

Tenemos un canto que dice,

Dulce oración, dulce oración, que aliento y gozo al alma das,

En esta tierra de aflicción, consuelo siempre me serás.

Hasta el momento en que veré, las puertas francas de Sión,

Entonces me despediré feliz de ti, dulce oración.

La verdad que se encuentra en esta canción es poco apreciada entre nosotros. El día que mueres, hermano, nunca mas vas a orar. En nuestros días sobre esta tierra, tenemos la oportunidad de ejercer la fe en la oración. De pedir de Dios y recibir de Dios la provisión y la bendición. Tenemos la oportunidad de atinar la voluntad de Dios, y moverla también. Podemos hacer que Dios interfiera con las mismas circunstancias terrenales. Podemos pedir, podemos rogar, podemos demandar conforme su voluntad. Podemos proteger a nuestros hijos en tierras lejanas, en situaciones peligrosas, podemos cambiar las situaciones políticas en nuestro país, podemos ver los enfermos sanados, podemos abrir puertas cerradas, podemos hacer caer torres fuertes. Pero después que tu alma vuela arriba mas veloz que la luz, y rebasas la estrella del norte, y rompes la cortina de la nada, y te encuentras en la presencia de Jesucristo, sin necesidad, sin hambre, sin aflicción, sin lágrimas, sin preocupaciones, sin curiosidades, hermano, la oración de fe se acaba. Aquí, y ahora, es tu única oportunidad de mover el mundo, tienes palanca con Dios, la fe ejercitada en la oración.

Oportunidad de Afrenta

41 Y ellos partieron de delante del concilio, gozosos de que fuesen tenidos por dignos de padecer afrenta por el Nombre.

Hechos 5

Yo tengo casi 40 años observando a predicadores en la calle. Yo me acuerdo de pequeño observando a mi padre predicar en el centro de San Antonio. Yo nunca sentí vergüenza ni pena por él. Se me hacía "normal," aun se me hacía glorioso. Pero llegando a la adolescencia era una historia diferente. Yo estaba atemorizado de la pena de ser cristiano. Predicar en la calle era la locura mas penosa del cristianismo. Pero nada había cambiado. Predicación era lo mismo. La única diferencia entre mis dos actitudes hacia la predicación era mi "mundo." De chico mi mundo era mi hogar, de joven mi mundo era mis amigos. En este mundo existe una vergüenza en seguir a Cristo:

26 Porque el que se avergonzare de mí y de mis palabras, de este tal el Hijo del hombre se avergonzará cuando viniere en su gloria, y del Padre, y de los santos ángeles.

Lucas 9

Pero en aquel mundo que viene, no habrá la posibilidad de sentir pena por amor de Cristo. No habrá quién piense que es o que fue una locura. La única oportunidad que tenemos para sentir pena y predicar de todos modos es ahora. Cuando cruzas el río Jordán, cuando hayas entrado en su reposo, no habrá quien nos burle, no habrá quién nos tenga en oprobio por amor de Jesucristo. A cambio, los sufrimientos que soportamos ahora serán nuestras glorias allá, y lamentaremos mucho cada oportunidad perdida de sostener un golpe, una maldición o una vergüenza por amor del evangelio.

Oportunidad de Ganar Almas

20 Sepa que el que hubiere hecho convertir al pecador del error de su camino, salvará un alma de muerte, y cubrirá multitud de pecados.

Santiago 5

No puedo pensar en otro gozo mayor en este mundo que el de ver a un pecador salvo. Hay mucha decepción en el negocio de ganar almas, pues muchos se "convierten" pero no cambian, o creen pero no se arrepienten, o se bautizan pero no aguantan. Pero una vez que has visto una vida verdaderamente cambiada, un hombre santificado por el espíritu de Dios, que vive su fe, que sigue al Señor, y especialmente uno que alcanza ganar a otros también, entiendes la maravilla de la salvación. No hay otro gozo que compara en esta vida, pues es una herencia eterna. Pero, una vez que la "cadena de plata se quiebre, o se rompa el cuenco de oro" ya no habrá oportunidad de llevar almas a los pies del Salvador. Cuando haya entrado la plenitud de los Gentiles se habrá acabado para siempre nuestra cosecha. Ya no habrá mas discusiones con Testigos de Jehová, ya no habrá mas altercaciones con violentos Católicos en el centro, y nunca mas sentirás el éxtasis de guiar un penitente a la fe en las promesas de Jesucristo. Ya no mas bautismos, ya no mas confesiones de Cristo en el parque, ya cesarán los testimonios de nuevos convertidos en las reuniones libres. Nos queda solamente un poco de tiempo mas, y se pierde para siempre la oportunidad.

Oportunidad de Vencer Tentación

Se dice de los hombres que pisaron la luna hace una generación que cada uno llegó a una depresión después de volver a la tierra. Es que la mas alta montaña había sido conquistada, y ya no había mas que hacer. Para uno que ha pisado la luna, una montaña rusa es aburrido, películas de terror producen sueño, y lo desconocido del futuro ya no trae suspenso. Así será una vez que soltamos este cuerpo. ¿Qué reto habrá si la tentación pierde su sentido? Como los ricos no se encorvan para coger una moneda tirada, nosotros tampoco veremos la atracción de las tentaciones, antes nos parecerán como las tonterías que son en verdad. Pero en este momento tenemos la oportunidad de vencer verdadera tentación. Podemos sentir lo atractivo de lo malo, y podemos resistir victoriosamente. Podemos caminar con cabeza levantada en medio de las lujurias y avaricias, podemos hasta despreciar lo mas codiciado en este mundo, sintiendo su atracción, pero resistiendo. Pero una vez que nuestra naturaleza pierde el sentido terrenal, nunca mas habrá la oportunidad de ejercer la fe en contra de la tentación.

Oportunidad de Ofrendar

Se cuenta la historia de un hombre terco que no aceptaba la verdad de que no se puede llevar nada consigo en la muerte. Tan terco era, que, según el que lo contó, el cielo mismo le dio permiso de traer una sola cosa al cielo. Antes de morir el hombre terco vendió todos sus bienes y compró una maleta llena de oro. Al pasar por la puerta en el cielo, todos estaban curiosos de ver lo qué había traído el terco. Al abrir la maleta uno exclamó asombrado, "¡trajo pavimento!" En el cielo, ¿que le vas a dar a Dios? ¿Puedes imaginar algún regalo que él respetaría? ¿Puedes pensar en algún sacrificio posible en el cielo, donde todos tienen todo lo que posiblemente pueden desear, y cualquier alhaja tendrá que brillar en la presencia del mismo que obscurece al sol? ¿Habrá oportunidad de dar ofrenda con significado? ¿Existirá la posibilidad de carencia en el cielo, de negarse a sí mismo? No creo. Creo que la única oportunidad que tenemos de ofrendar, de abstenerse, de negarse a uno mismo, es ahora. La muerte destruirá la posibilidad de ofrendar algo valioso a nuestro Señor.

Entendimiento Espiritual, y Sabiduría

Uno de mis gozos en esta vida es el descubrimiento en la Biblia. Me gusta hallar la respuesta a algún problema, me gusta encontrar referencias que aclaran alguna curiosidad. Me gusta descubrir profecías, y armarlas como un rompecabezas. Me gusta tener la respuesta bíblica a alguna protesta incrédula. Me gusta aprender de otro una doctrina bíblica que me había sido escondida. Me encanta oír la voz del Espíritu en mis meditaciones, como un "silbo apacible y delicado," dándome alguna sabiduría, alguna respuesta. Me gusta armar mensajes para predicaciones, que siguen el mismo espíritu de la Biblia. Me gusta pensar como Cristo, me cae bien absorber sus mismas palabras y frases, para que mis sermones sean llenos de sus sentidos. Pero, ¿qué pasará con el entendimiento espiritual, una vez que todos son enseñados por Dios? ¿Qué servirá mi sabiduría cuando el Todosabio está a la mano? ¿Qué beneficio a mi pueblo puedo ser, una vez que se presentan todos a los pies de Jesucristo, y son confesados delante del Padre? ¿Quién me necesitará entonces, a cuál indocto puedo aconsejar en la congregación de los justos hechos perfectos?

Hermanos, la muerte trae una finalidad a nuestras oportunidades. Perder una casa, una herencia, una carrera es perder nada importante. Pero perder para siempre la oportunidad de ejercer la fe es una consecuencia seria. Debemos aprovechar cada momento de esta vida de adorar a nuestro Dios antes de verle, de ofrendar lo que parece valioso, antes que pierde su brillo. Debemos ganar almas, predicar en la calle, soportar la bronca, y enseñar a los simples, mientras hay oportunidad, porque todas estas cosas serán para siempre perdidas el momento que morimos.