La Epístola

Apartado 432

Administración 1

Morelia, Mich. CP 58001

#60 Agosto, 1999

Impreso en México

 

Noticias

León: La Reunión de Predicadores se llevará a cabo el domingo, 22 de Agosto (el cuarto domingo), a las 4 PM, al terminar la conferencia de Evangelismo Extranjero. Se llevará a cabo en el mismo salón de la conferencia, no en la casa de Juan Córdova, como habíamos avisado. El salón de la conferencia es el Auditorio de la CTM, en la calle Castillo de Chapultepec #100, (a dos puertas del Salón Azul donde antes tenían las conferencias), una cuadra sur del Arco de la Calzada. El horario de la conferencia:

Jueves 19 Alberto Sotelo Óscar Hernández

Viernes 20 Óscar Hernández Flavio Santoyo

Sábado 21 Guillermo Kincaid Alberto Sotelo

Domingo 22 Flavio Santoyo Guillermo Kincaid

Aguascalientes: La conferencia de exhortación fue de bendición. Había alrededor de 100 adultos en todas las reuniones, con quizá 120 el domingo. Otras noticias: Pedimos oración por el pastor Mariano Alba Villalobos que se casa este mes con Raquel Juárez Oliva.

Celaya: Habrá una serie de reuniones de predicadores en Celaya, desde miércoles, 15 de septiembre hasta sábado, 18 de septiembre. La primera reunión empieza a las 9 AM miércoles. El objetivo de las reuniones es de mejorar nuestra predicación mayormente en las congregaciones. Solamente invitamos a los pastores, diáconos y misioneros reconocidos de las iglesias, y alguno que sea invitado por su pastor. Pastores, por mantener las reuniones manejables, por favor inviten solamente a los que son fieles a la predicación en las congregaciones. Para últimas noticias, comunícate con Flavio Santoyo, (461) 4-49-18.

Querétaro: Miguel Jackson, Adrián Silva y Marty Latendress han tenido problemas con oficiales de la Migración de la región. Aunque admiten que tienen derecho de predicar en público, según la constitución, les niegan el derecho de enseñar en las reuniones de la iglesia. Les han amenazado con expulsión del país si continúan ministrando a la iglesia. Por esto en estos días han estado procurando permisos legales como "ministros de culto" para evitar tales problemas. Sin embargo es una dificultad conseguir tales permisos, requieren una invitación de una iglesia oficialmente reconocida por el gobierno, y el costo de los abogados es también fuerte. Sin embargo, para hacer las cosas bien, están intentando. Oremos por ellos.

Morelia: Seguimos predicando en los tianguis durante las mañanas, pero uno de los sindicatos de tianguis nos está tratando de negar el derecho de predicar allí. Tienen su policía de seguridad y sus encargados de tianguis y de colonias que nos tratan de callar. Hemos seguido predicando hasta ahora, aunque anticipamos unas noches en la cárcel cada vez que predicamos ahí.

 

Las Marcas del Señor Jesús

17 De aquí adelante nadie me sea molesto; porque yo traigo en mi cuerpo las marcas del Señor Jesús.

Gálatas 6

En mi experiencia la vida de un cristiano no es una vida de sufrimientos, sino de trabajo productivo y diversión sana. Las pocas experiencias malas que he tenido en la vida son adversidades naturales, cosas que suceden tarde o temprano a todas las personas. He visto solamente unas cuantas pequeñas molestias por la predicación, pero no he sufrido heridas verdaderas. Así que, no me es fácil comprender los sufrimientos de otros cristianos. Pablo aquí se encomienda a sus lectores con el hecho de que él había sufrido por causa de Cristo. Yo pienso que es una recomendación poco considerada hoy en día. ¿Qué tan influyentes serían los predicadores famosos de hoy si les pusiéramos esta norma? ¿Y tú? ¿Cuánto has sufrido por Cristo? ¿Qué tal si eso fuera tu única autoridad?

26 Hombres que han expuesto sus vidas por el nombre de nuestro Señor Jesucristo.

Hechos 15

Desde el tiempo de los apóstoles una de las marcas de un cristiano era de sufrir adversidades por amor de Jesucristo y el evangelio. La iglesia empezó con el martirio sangriento de Jesucristo, luego se esparció al principio por el martirio de Esteban (Hec. 6.12-8.2), y se estableció en el primer siglo por el martirio de todos los mismos apóstoles, empezando con Jacobo hermano de Juan (Hec. 12..2). No cesó la persecución con la muerte de todos los fundadores tampoco, sino la persecución de los cristianos llegó a ser la política oficial de la mayoría de los emperadores hasta el edicto de tolerancia de Constantino (313). Lo sobresaliente de este tiempo de martirios y sufrimientos era la actitud de los cristianos en medio de tan grande aflicción. Los cristianos aparentaban ir a la muerte gozosos, cantando en las hogueras, bendiciendo a sus verdugos, saludando a sus familiares en su agonía, y hablando de visiones de Jesucristo en su gloria al pasar de esta vida. No debemos suponer que todo esto sea exageración de parte de los que nos cuentan tales historias, aunque tantas otras tradiciones antiguas son absurdas. Estas historias de los martirios tienen que tener base en la realidad, porque las mismas estadísticas históricas apoyan la maravilla. Cristianismo creció tanto en medio de la persecución (en los dos siglos entre los apóstoles y Constantino) que casi llegó a ser la fuerza socio-económica mas poderosa del imperio. Si hubiera sido una fuerza política o militar quizá hubiera podido conquistar por fuerza al imperio romano. Llegó a haber mas cristianos que ni romanos, o cualquier otra ciudadanía. Pero tal crecimiento (jamás visto antes ni después) sucedió en medio de un cristianismo pacifista y benigno, rodeado de sufrimientos. Algunos dicen que sucedió por causa de ser pacifistas y benignos. Yo sospecho que sucedió por los sufrimientos.

En el Nuevo Testamento abundan las referencias al sufrimiento. Fíjate que Jesucristo mismo anticipaba sus propios sufrimientos.

21 Desde aquel tiempo comenzó Jesús á declarar á sus discípulos que le convenía ir á Jerusalem, y padecer mucho de los ancianos, y de los príncipes de los sacerdotes, y de los escribas; y ser muerto, y resucitar al tercer día.

Mateo 16

12 Y respondiendo él, les dijo: Elías á la verdad, viniendo antes, restituirá todas las cosas: y como está escrito del Hijo del hombre, que padezca mucho y sea tenido en nada.

Marcos 9

A Pedro le regañó cuando este le pidió tener misericordia de sí mismo. Nos aseguró que sus padecimientos eran necesarios.

26 ¿No era necesario que el Cristo padeciera estas cosas, y que entrara en su gloria?

46 Y díjoles: Así está escrito, y así fué necesario que el Cristo padeciese, y resucitase de los muertos al tercer día;

Lucas 24

Jesucristo sabía que su porción en esta vida era de sufrir, y aunque encontramos a Jesucristo llorando en algunas ocasiones (Luc. 19.41, Juan 11.35, etc.), no lo encontramos riéndose nunca. Seguramente se reía en algunas ocasiones, pero por lo que está escrito, parece que era un hombre muy serio, aún cuando era pequeño (Luc. 2.49). Los apóstoles explicando el mismo evangelio aclaraban que era necesario que el Mesías, el Cristo, padeciera aflicciones:

3 Declarando y proponiendo, que convenía que el Cristo padeciese, y resucitase de los muertos; y que Jesús, el cual yo os anuncio, decía él, éste era el Cristo.

Hechos 17

11 Escudriñando cuándo y en qué punto de tiempo significaba el Espíritu de Cristo que estaba en ellos, el cual prenunciaba las aflicciones que habían de venir á Cristo, y las glorias después de ellas.

1 Pedro 1

Sin embargo, los sufrimientos de Jesucristo no eran singulares. Jesús mismo insistía que los que quisieran ser sus discípulos también tenían que sufrir.

24 Entonces Jesús dijo á sus discípulos: Si alguno quiere venir en pos de mí, niéguese á sí mismo, y tome su cruz, y sígame.

Mateo 16

23 Y decía á todos: Si alguno quiere venir en pos de mí, niéguese á sí mismo, y tome su cruz cada día, y sígame.

Lucas 9

20 Acordaos de la palabra que yo os he dicho: No es el siervo mayor que su señor. Si á mí me han perseguido, también á vosotros perseguirán: si han guardado mi palabra, también guardarán la vuestra.

Juan 15

33 Estas cosas os he hablado, para que en mí tengáis paz. En el mundo tendréis aflicción: mas confiad, yo he vencido al mundo.

Juan 16

Aceptar la cruz era un requisito para la salvación. Asociarse con Cristo públicamente, aunque te costaba la vida, era necesario para la salvación:

32 Cualquiera pues que me confesare delante de los hombres, le confesaré yo también delante de mi Padre que está en los cielos.

33 Y cualquiera que me negare delante de los hombres, le negaré yo también delante de mi Padre que está en los cielos.

Mateo 10

Vemos qué tan lejos el evangelio popular de cristianos modernos se ha desviado del evangelio de Jesucristo. Hoy afirman que el objeto de la salvación es nuestro bienestar en el mundo, que Dios vive para hacernos alegre. El "plan maravilloso para nuestra vida" es que tengamos "propósito," que nos cumplamos, que seamos alegres, haciéndonos pensar que la tragedia mas grande en esta vida es tener un "hueco" en nuestro corazón. En este plan las necesidades del hombre sobrepujan la misma gloria de Dios. Los predicadores razonan, "¿Quiénes aceptarán a Cristo si supieran que Cristo nos asegura persecución?" Te sorprenderás cuantos le aceptarían si el mensajero fuera también dispuesto a sufrir.

La cruz de cada uno no es una alegoría. Los apóstoles no solamente lo vivieron, también exhortaban a sus discípulos que eran necesarios los sufrimientos en la vida cristiana. No había escape:

22 Confirmando los ánimos de los discípulos, exhortándoles á que permaneciesen en la fe, y que es menester que por muchas tribulaciones entremos en el reino de Dios.

Hechos 14

36 Como está escrito: Por causa de ti somos muertos todo el tiempo: Somos estimados como ovejas de matadero.

Rom. 8

4 Que aun estando con vosotros, os predecíamos que habíamos de pasar tribulaciones, como ha acontecido y sabéis.

1 Tesalon. 3

12 Y también todos los que quieren vivir píamente en Cristo Jesús, padecerán persecución.

2 Timoteo 3

La meta principal de la salvación no era el bienestar de los humanos, sino la gloria de Dios (para ninguna carne se jacte).

9 Por amor de mi nombre dilataré mi furor, y para alabanza mía te daré largas, para no talarte.

Isaías 48

La gloria de Dios debe ser nuestra meta también. Debe ser preeminente en nuestras decisiones, debe guiarnos en nuestras predicaciones. Pero la Biblia enseña que Dios recibe gloria por nuestro sufrimiento.

4 Y oyéndolo Jesús, dijo: Esta enfermedad no es para muerte, mas por gloria de Dios, para que el Hijo de Dios sea glorificado por ella.

Juan 11

15 Porque todas estas cosas padecemos por vosotros, para que abundando la gracia por muchos, en el hacimiento de gracias sobreabunde á gloria de Dios.

2 Corintios 4

19 Porque esto es agradable, si alguno á causa de la conciencia delante de Dios, sufre molestias padeciendo injustamente.

20 Porque ¿qué gloria es, si pecando vosotros sois abofeteados, y lo sufrís? mas si haciendo bien sois afligidos, y lo sufrís, esto ciertamente es agradable delante de Dios.

1 Pedro 2

14 Si sois vituperados en el nombre de Cristo, sois bienaventurados; porque la gloria y el Espíritu de Dios reposan sobre vosotros. Cierto, según ellos, él es blasfemado, mas según vosotros es glorificado.

1 Pedro 4

Es cierto que Jesucristo nos prometió su paz, y un gozo cumplido (Juan 17.13). Pero además dijo que los padecimientos necesarios en la vida de un cristiano son la causa de gozo, y grande alegría:

10 Bienaventurados los que padecen persecución por causa de la justicia: porque de ellos es el reino de los cielos.

11 Bienaventurados sois cuando os vituperaren y os persiguieren, y dijeren de vosotros todo mal por mi causa, mintiendo.

12 Gozaos y alegraos; porque vuestra merced es grande en los cielos: que así persiguieron á los profetas que fueron antes de vosotros.

Mateo 5

10 Por lo cual me gozo en las flaquezas, en afrentas, en necesidades, en persecuciones, en angustias por Cristo; porque cuando soy flaco, entonces soy poderoso.

2 Corintios 12

34 Porque de mis prisiones también os resentisteis conmigo, y el robo de vuestros bienes padecisteis con gozo, conociendo que tenéis en vosotros una mejor sustancia en los cielos, y que permanece.

Hebreos 10

El cristiano se goza en persecuciones porque nuestros galardones en el cielo dependen de nuestros sufrimientos en la tierra.

12 Gozaos y alegraos; porque vuestra merced es grande en los cielos: que así persiguieron á los profetas que fueron antes de vosotros.

Mateo 5

17 Y si hijos, también herederos; herederos de Dios, y coherederos de Cristo; si empero padecemos juntamente con él, para que juntamente con él seamos glorificados.

Romanos 8

17 Porque lo que al presente es momentáneo y leve de nuestra tribulación, nos obra un sobremanera alto y eterno peso de gloria;

2 Corintios 4

12 Si sufrimos, también reinaremos con él: si negáremos, él también nos negará:

2 Timoteo 2

7 Para que la prueba de vuestra fe, mucho más preciosa que el oro, el cual perece, bien que sea probado con fuego, sea hallada en alabanza, gloria y honra, cuando Jesucristo fuera manifestado:

1 Pedro 1

12 Bienaventurado el varón que sufre la tentación; porque cuando fuere probado, recibirá la corona de vida, que Dios ha prometido á los que le aman.

Santiago 1

Sin embargo, los sufrimientos no solamente tienen provecho en la resurrección, sino también tienen grande provecho en nuestra vida ahora. En primer lugar, hay una consolación espiritual que viene con las aflicciones de Cristo. Es una gracia hacia los que sufren, la cual no pueden entender los que no han sufrido tales cosas.

5 Porque de la manera que abundan en nosotros las aflicciones de Cristo, así abunda también por el mismo Cristo nuestra consolación.

6 Mas si somos atribulados, es por vuestra consolación y salud; la cual es obrada en el sufrir las mismas aflicciones que nosotros también padecemos: ó si somos consolados, es por vuestra consolación y salud;

7 Y nuestra esperanza de vosotros es firme; estando ciertos que como sois compañeros de las aflicciones, así también lo sois de la consolación.

2 Corintios 1

27 La paz os dejo, mi paz os doy: no como el mundo la da, yo os la doy. No se turbe vuestro corazón, ni tenga miedo.

Juan 14

En segundo lugar, las aflicciones en la carne nos hacen un bien que por tanto quisiéramos, no podemos cumplir solos. El anhelo de santidad se encuentra en todos los creyentes, y son los sufrimientos que cumplen esa justicia en nosotros:

3 Y no sólo esto, mas aun nos gloriamos en las tribulaciones, sabiendo que la tribulación produce paciencia;

Romanos 5

8 Y aunque era Hijo, por lo que padeció aprendió la obediencia;

Hebreos 5

10 Y aquéllos, á la verdad, por pocos días nos castigaban como á ellos les parecía, mas éste para lo que nos es provechoso, para que recibamos su santificación.

Hebreos 12

1 PUES que Cristo ha padecido por nosotros en la carne, vosotros también estad armados del mismo pensamiento: que el que ha padecido en la carne, cesó de pecado;

1 Pedro 4

10 Mas el Dios de toda gracia, que nos ha llamado á su gloria eterna por Jesucristo, después que hubiereis un poco de tiempo padecido, él mismo os perfeccione, confirme, corrobore y establezca. 1 Pedro 5

En tercer lugar, nuestras aflicciones en la carne mejoran nuestra comunión con Cristo. Claro que tenemos comunión con Jesús por andar en la luz (1 Juan 1.7), pero la profundidad de nuestra comunión con Jesucristo depende de seguir sus pisadas, de participar de sus padecimientos. Somos llamados a sufrir con él, de salir a él fuera del real, hasta de conformarnos a su muerte. De la misma manera que veteranos de la guerra tienen una comunión especial que nadie puede comprender que no ha pasado por tales experiencias, los que sufren por Cristo tienen tal comunión con él.

10 A fin de conocerle, y la virtud de su resurrección, y la participación de sus padecimientos, en conformidad á su muerte,

Filipenses 3

21 Porque para esto sois llamados; pues que también Cristo padeció por nosotros, dejándonos ejemplo, para que vosotros sigáis sus pisadas:

1 Pedro 2

24 Que ahora me gozo en lo que padezco por vosotros, y cumplo en mi carne lo que falta de las aflicciones de Cristo por su cuerpo, que es la iglesia;

Colosenses 1

13 Antes bien gozaos en que sois participantes de las aflicciones de Cristo; para que también en la revelación de su gloria os gocéis en triunfo.

1 Pedro 4

13 Salgamos pues á él fuera del real, llevando su vituperio.

Hebreos 13

Finalmente, y quizá lo mas sorprendente de todo lo anterior, la Biblia hace claro que nuestro éxito en el evangelio, la salvación de almas, depende en alguna manera de nuestro sufrimiento por amor de ellos:

10 Por tanto, todo lo sufro por amor de los escogidos, para que ellos también consigan la salud que es en Cristo Jesús con gloria eterna.

2 Timoteo 2

9 Y me ha dicho: Bástate mi gracia; porque mi potencia en la flaqueza se perfecciona. Por tanto, de buena gana me gloriaré más bien en mis flaquezas, porque habite en mí la potencia de Cristo. 2 Corintios 12

24 Que ahora me gozo en lo que padezco por vosotros, y cumplo en mi carne lo que falta de las aflicciones de Cristo por su cuerpo, que es la iglesia;

Colosenses 1

12 Y quiero, hermanos, que sepáis que las cosas que me han sucedido, han redundado más en provecho del evangelio;

Filipenses 1

10 Llevando siempre por todas partes la muerte de Jesús en el cuerpo, para que también la vida de Jesús sea manifestada en nuestros cuerpos.

2 Corintios 4

Aunque los cristianos de nuestra generación no queremos considerar seriamente esta doctrina de las persecuciones y aflicciones a las cuales todos somos llamados, es una doctrina universal entre los apóstoles, y aplicable aún a nosotros. Y vemos que no hemos sufrido como nuestros antepasados. No todas las generaciones han sufrido igual, y creo que nuestra generación, por lo menos en los países libres del occidente, no ha sufrido nada en comparación a todas las otras edades de la iglesia. Esto sigue el gran principio Bíblico de sustitución, que uno sufra para que otro no. Cristo sufrió la ira de Dios para que nosotros no la suframos. Su llamamiento era que sus apóstoles sufrieran también por otros. Los apóstoles sufrieron mucho mas de lo debido por amor a sus discípulos.

9 Porque á lo que pienso, Dios nos ha mostrado á nosotros los apóstoles por los postreros, como á sentenciados á muerte: porque somos hechos espectáculo al mundo, y á los ángeles, y á los hombres.

10 Nosotros necios por amor de Cristo, y vosotros prudentes en Cristo; nosotros flacos, y vosotros fuertes; vosotros nobles, y nosotros viles.

1 Corintios 4

Me es obvio que nuestros antepasados sufrieron por amor de nosotros. Miles de hombres y mujeres creyentes sufrieron cárceles, azotes y aún muertes por amor del evangelio, que significa, por amor de nosotros. Y ahora no tenemos los mismos peligros que ellos porque sus padecimientos eran eficaces. Tenemos el dicho de no sufrir si no queremos. Sin embargo, la salvación de almas muchas veces depende de sufrimientos aún en nuestros días. Hay un vituperio de Cristo, aún en México. Si queremos ver mucho fruto, tenemos que "sufrir todo" por amor de los escogidos, como Pablo. Los pastores y predicadores de las iglesias tienen el mismo llamamiento a los sufrimientos que tenían los apóstoles. Tienen que sufrir por amor de otros. Y no solo los pastores, sino también todos los creyentes tienen el llamamiento de "salir a él, llevando su vituperio." Tenemos que participar en sus aflicciones, aunque nuestros padres en el evangelio han hecho nuestra carga muy ligera.

Sin embargo, encontramos los "predicadores" hoy en día evitando los sufrimientos de Cristo. Por evitar las controversias predican solamente lo positivo. Por evitar el escándalo hacen sus evangelismos en templos, o en casas. Por evitar las burlas se hacen amigos primero, y luego comparten el "evangelio" poco a poco. Por mantener el beneplácito del gobierno evitan la agresión en sus dichos, aún acerca del diablo mismo pueden encontrar algo bueno decir. Y las marcas de la iglesia que les sigue no son las de Jesús, ni son las marcas de paz y prosperidad, sino de quejas, avaricia, envidia, incontinencia, y hasta lujuria.

Yo no creo que hay ventaja en buscar sufrimientos, como han pensado los monjes a través de los siglos, aunque el ayuno sí tiene algo que ver con eso. Pero yo sí creo que hay tres respuestas necesarias a este llamamiento de Cristo. Primero, creo que todos los cristianos necesitamos tener una actitud sufrida acerca de las adversidades diarias. Como un niño consentido es feo, ¿qué tan fea a Dios debe ser también nuestra actitud quejosa en las pequeñas molestias diarias? Debemos aguantar mas, quejarnos menos, perdonar mas, exigir menos.

Segundo, creo que debemos predicar un evangelio franco, exigiendo arrepentimiento verdadero, confesión pública, y frutos dignos del arrepentimiento. Jesucristo no hizo el camino fácil para nadie, exigió todo, ofreció una cruz a cambio, y al fin, la vida eterna. Debemos como él exigir verdadera conversión. Que los ladrones restauren lo que pueden, que los fornicarios (viviendo en amasiato) se separen hasta casarse legalmente, que los idólatras destruyen sus ídolos, aún los de mucho valor. Nada de esto es conveniente, por supuesto, pero ¿Cristo nos llamó a qué?

Finalmente, creo que los predicadores deben prepararse con el pensamiento de Cristo, de sufrir por amor al evangelio. Todas las semanas los predicadores recibimos amenazas, algunas mas espantosas que otras. ¿Qué sería del evangelio si los predicadores prestamos atención a las amenazas? Tenemos que reconocer nuestro llamamiento a sufrir por Cristo, y aceptar las amenazas con resignación, sabiendo que tarde o temprano Cristo nos hará sufrir por causa de su nombre. No podemos desistir de predicar el evangelio. Cuando la amenaza se convierte en heridas verdaderas, entonces podemos considerar seguir en la próxima colonia, según el ejemplo de Cristo y los apóstoles (Mat. 10.23, Luc. 4.29,30, Hec. 8.1, 20.1, etc.). Pero no debemos movernos por evitar la persecución. Que ninguno se esconda del vituperio de Cristo.

Yo no quiero sufrir, naturalmente. Pero si yo veo mis hijos en peligro, estoy dispuesto pasar por el fuego para ayudarles. ¿Cuál padre no lo haría? Cualquier sufrimiento sería poco si por su medio pudiera salvar la vida de su hijo. Tenemos que ver, no los sufrimientos, sino las consecuencias de evitar los sufrimientos. Las consecuencias de nuestra cobardía en la predicación serían almas sin esperanza y sin defensor, y lo que es mas importante, sería una vergüenza a Jesucristo.

1 PUES que Cristo ha padecido por nosotros en la carne, vosotros también estad armados del mismo pensamiento: que el que ha padecido en la carne, cesó de pecado;

1 Pedro 4