La Epístola

Apartado 432

Administración 1

Morelia, Mich. CP 58001

#53 Enero, 1999

Impreso en México

 

Noticias

Morelia: La iglesia se reúne en la Calzada de San Diego, domingos a las 10 AM, y jueves a las 7 PM. Este mes, el domingo de enero 31, 1999, hemos invitado al hermano Natanael Aradillas de San Luís Potosí que nos visite y nos predique.

San Luís Potosí, Selene: Después de su conferencia de evangelismo extranjero de 1998 la iglesia se comprometió a evangelizar los pueblos alrededor de San Luís Potosí. Empezaron con un pueblo y visitaron a cada calle en el pueblo hasta terminarlo. Nos avisaron que para el fin de 1998 habían terminado 17 (!) pueblos. Tienen 7 predicadores ayudando en eso.

Salamanca: Nos avisan que planean bautizar a 9 personas en febrero. Están predicando los viernes y los sábados 5 predicadores. Últimamente han tenido alrededor de 30 adultos en sus reuniones.

Aguascalientes: Habrá conferencia de Evangelismo Extranjero desde jueves, febrero 4 al domingo, febrero 7. Entre otros el hermano Miguel Riggs predicará. El horario se encuentra en la epístola anterior (#52). Los que desean quedar la noche, no olvidar traer cobija.

Querétaro: Se planea una conferencia de Agradecimiento desde jueves, febrero 4 al domingo, febrero 7. Esta conferencia es de "agradecimiento," que significa que no es para exhortar, ni para evangelizar, ni para enseñar, sino para acción de gracias a Dios. Habrán dos predicadores invitados, Flavio Santoyo y Juan Córdova, uno predicando cada noche. Pero habrá reunión abierta para principiar cada reunión. Todos son invitados a participar, pero los mensajes en la reunión abierta tienen que ser de acción de gracias, dando gracias a Dios por algo. En estas reuniones suelen dar gracias por bendiciones tanto carnales como espirituales, por la salvación, por la familia, la salud, la libertad política, doctrinas favoritas, y en fin. Todos los hermanos de las iglesias son bienvenidos, habrá lugar para todos los que desean quedar la noche, solamente piden que lleven su propia cobija.

León: Habrá reunión de predicadores en casa de José Hernández, el domingo, febrero 21, a las 4 de la tarde.

Hemos recibido noticias de los diáconos de algunas de las Iglesias. El porcentaje de ofrendas para evangelismo extranjero se calcula por comparar las ofrendas enviadas a misioneros con las ofrendas que se quedan en la ciudad, para edificios, ministerios y pastores locales. Cualquier Iglesia que no ha hecho este estudio acerca de sus propias ofrendas debe hacerlo luego, para poder juzgarse. Aquí les doy los porcentajes de ofrendas extranjeras de los años que tengo datos:

‘90 ‘91 ‘92 ‘93 ‘94 ‘95 ‘96 ‘97 ‘98

S. Antonio 62% 67% 65% 71% 71% 76% 71% 73%

León 71% 69% 82% 83%

Aguascalientes 63% 32% 19% 25% 48% 29% 45% 55%

San J. Bosco (desde mayo) 78%

Morelia (desde junio) 75%

 

 

El Éxito de su Conducta

7 Acordaos de vuestros pastores, que os hablaron la palabra de Dios; la fe de los cuales imitad, considerando cuál haya sido el éxito de su conducta

Hebreos 13

El mundo tiene las cosas al revés. Honran a los menos indicados y deshonran a los que mas merecen honra. Una de las razones que la televisión me da asco es por tanto interés que se muestra en las opiniones, hábitos, gustos y planes de los artistas, deportistas y celebridades. Entrevisten cantantes de Rock y modelos guapas para saber todo acerca de ellos, y son personas tan superficiales y perversas que no merecen una conversación con una persona real, mucho menos merecen la honra de miles de personas.

1 COMO la nieve en el verano, y la lluvia en la siega, Así conviene al necio la honra.

Proverbios 26

22 Zarcillo de oro en la nariz del puerco, Es la mujer hermosa y apartada de razón.

Proverbios 11

A la vez, los hombres del mundo suelen deshonrar a los que verdaderamente merecen honra. Toma por ejemplo los padres.

11 Hay generación que maldice á su padre, Y á su madre no bendice.

Proverbios 30

2 Que habrá hombres amadores de sí mismos, avaros, vanagloriosos, soberbios, detractores, desobedientes á los padres, ingratos, sin santidad,

2 Timoteo 3

Nuestra generación es aquella. No solamente deben honrar a los padres, deben honrar a los ancianos:

32 Delante de las canas te levantarás, y honrarás el rostro del anciano, y de tu Dios tendrás temor: Yo Jehová.

Levítico 19

No solamente a los ancianos se debe honra, también a la esposa:

7 Vosotros maridos, semejantemente, habitad con ellas según ciencia, dando honor á la mujer como á vaso más frágil, y como á herederas juntamente de la gracia de la vida; para que vuestras oraciones no sean impedidas.

1 Pedro 3

Pero hombres en nuestros días tratan a la mujer como los Musulmanes, Budistas e Hindúes suelen tratar a sus mujeres, como objeto de placer, y luego como sierva.

Además, la Biblia nos enseña honrar a los reyes y los que están en la autoridad, desde los mas altos políticos, hasta el policía de transito:

7 Pagad á todos lo que debéis: al que tributo, tributo; al que pecho, pecho; al que temor, temor; al que honra, honra.

Romanos 13

 

17 Honrad á todos. Amad la fraternidad. Temed á Dios. Honrad al rey.

1 Pedro 2

Finalmente, la Biblia dice que debemos honrar a nuestros pastores, los ministros espirituales que nos trajeron la palabra de Dios.

12 Y os rogamos, hermanos, que reconozcáis á los que trabajan entre vosotros, y os presiden en el Señor, y os amonestan:

13 Y que los tengáis en mucha estima por amor de su obra. Tened paz los unos con los otros.

1 Tesalonicenses 5

Todos estos merecen honra porque Dios lo dice. Debe bastarnos el hecho que está escrito que los honremos, y si Dios dice que merecen honra, entonces lo merecen. Sin embargo, no solamente está escrito, pero toda la lógica también nos enseña honrar a aquellos que nos han criado, protegido, ayudado o servido. Aun cuando uno deshonra a su padre por haber sido borracho o mujeriego tendrá que dar cuenta a Dios, quien mandó "honrar a su padre y a su madre." Pero, ¿cuanto mas tendrá culpa aquel que deshonra a sus padres que no son borrachos ni perversos, que lo cargaron desde chiquito, que han provisto lo necesario, y que han intercedido a Dios por él? Si son culpables aquellos que rebelan en contra de las autoridades, aun sabiendo que a veces las autoridades son corruptas, ¿cuanto mas serán culpables los que rebelan en contra de las leyes buenas y sabias? No solamente merecen honra por el dechado de Dios, algunos merecen honra por "su conducta."

Varones de Dios

Sin embargo, un problema serio en las iglesias es la falta de respeto a los ministros que Dios ha llamado. Esta inclinación a deshonrar a los "varones de Dios" no se debe solamente a la falta de carácter que se encuentra en demasiados ministros. La deshonra hacia los hombres espirituales empezó en Génesis. Fíjate en la envidia dirigida a hombres llamados desde su juventud, como José. Sus hermanos no podían hablar pacíficamente a José porque su padre le amaba mas que a los otros, porque era el "pequeño" (Gén. 37.3,4). Sin embargo, su odio se aumentó aun mas cuando les relataba unos sueños que Dios le había dado, indicando que José era llamado por Dios de enseñorear sobre todos ellos. Es muy natural que haya envidias en una familia tan grande como la de Jacob, pero eso no disminuye la culpa que tenían los hijos de Jacob por aborrecer a José por su llamamiento de Dios. Dios tiene derecho de llamar a quien él quiere sin permiso de nadie. Y cuando despreciaban a José por los sueños de Dios, estaban despreciando a Dios.

8 Así que, el que menosprecia, no menosprecia á hombre, sino á Dios, el cual también nos dió su Espíritu Santo.

1 Tesalonicenses 4

José no es el único ejemplo: Fíjate en David. Aunque la envidia no nos es relatada en su historia, sabemos que David fue ungido por Samuel desde su juventud, y sabemos que Samuel había reprobado a cada uno de sus hermanos antes de ungirle.

10 E hizo pasar Isaí sus siete hijos delante de Samuel; mas Samuel dijo á Isaí: Jehová no ha elegido á éstos....

13 Y Samuel tomó el cuerno del aceite, y ungiólo de entre sus hermanos: y desde aquel día en adelante el espíritu de Jehová tomó á David. Levantóse luego Samuel, y volvióse á Rama.

1 Samuel 16

Aunque Dios tenía derecho de reprobar a todos los hijos de Isaí, y de escoger a David, los hermanos después no honraban a su hermano menor ni por el llamamiento de Dios.

26 Entonces habló David á los que junto á él estaban, diciendo: ¿Qué harán al hombre que venciere á este Filisteo, y quitare el oprobio de Israel? Porque ¿quién es este Filisteo incircunciso, para que provoque á los escuadrones del Dios viviente?

27 Y el pueblo le respondió las mismas palabras, diciendo: Así se hará al hombre que lo venciere.

28 Y oyéndole hablar Eliab su hermano mayor con aquellos hombres, Eliab se encendió en ira contra David, y dijo: ¿Para qué has descendido acá? ¿y á quién has dejado aquellas pocas ovejas en el desierto? Yo conozco tu soberbia y la malicia de tu corazón, que para ver la batalla has venido.

29 Y David respondió: ¿Qué he hecho yo ahora? Estas, ¿no son palabras?

1 Samuel 17

Fíjate que Eliab, el hermano mayor de David, un soldado de experiencia, al oír a David hablar de valentía en contra de aquel Filisteo, se enojó. Claro es que se enojó por su propia conciencia de miedo del Filisteo, pero el nivel de "ira" que mostró Eliab indica también que existía una envidia añeja, pues le calumnió fuertemente. Al varón (aunque joven) que Dios había llamado para ser rey sobre todo Israel, Eliab le acusó no solo de arrogancia de juventud, sino de soberbia y malicia. Pero la valentía que mostraba David no era arrogancia, ni soberbia, y mucho menos malicia. Era un espíritu de valor que Dios le había dado para vencer a los Filisteos.

Increíblemente, esta misma cosa sucedió también a Jesucristo. No solamente sus conocidos le menospreciaban (Mat. 13.57,58), sino aun sus mismos hermanos no creían en él (Juan 7.5). Esto, aunque inexcusable, es comprensible. Pero vemos a ellos no solamente dudándole, sino también fastidiándole, y desafiándole por lo menos en una ocasión, que si verdaderamente era un profeta, de exponerse a peligro en Jerusalem (Juan 7.3,4). Cristo no tenía nada que probar a sus hermanos, y no aceptó su reto, pero es increíble el desprecio que le mostraban, siendo Jesús no solamente un varón justo, pero un ministro valiente, y un maestro sabio. A cualquier otro con los mismos expedientes de Jesús le hubieran honrado. Y lo que es mas, Jesús no era el menor, como David, era su hermano mayor.

Críticas Comunes

Estas deshonras tan comunes en las experiencias de los varones de Dios nos aclaran que siempre habrá quienes le deshonran a los llamados de Dios, y que no es debido solamente a los errores que cometemos. Vemos que deshonraron a verdaderos varones de Dios por su:

1. Juventud, inmadurez: José (Gén. 37.8), Jeremías (Jer. 1.6), David (1 Sam. 17.33), Timoteo (1 Tim. 4,12). Todos los predicadores iniciando su ministerio en su juventud tienen que pasar por esto. Nunca falta algún hermano "sincero" que solamente quiere "corregir" o "mejorar" al predicador joven, disfrazando un espíritu de envidia, amargura o rebeldía hacia él. Cualquier queja en contra del predicador por parte de uno que tiene poco ministerio es sospechosa.

2. Arrogancia, soberbia: José (Gén. 37.10), David (1 Sam. 17.28), Jesucristo (Juan 8.53). Sabemos que hay diferencia entre soberbia y confianza, pero es difícil distinguir entre ellas, especialmente sabiendo que jóvenes suelen ser soberbios irracionalmente, y la confianza sana es escasa entre ellos. Pero Dios da confianza sobrenatural a sus jóvenes llamados, para desarrollar su ministerio, y muchas veces los miembros de la iglesia (especialmente los ya maduros) juzgan esa confianza como soberbia. Es un severo error.

3. Ignorancia, impericia: Amós (Amós 7.14,15), Pedro y Juan (sin letras e ignorantes - Hechos 4.13). Es un hecho importante que Dios "llama" a sus ministros, y usualmente llama a gente ordinaria, y los llama siendo jóvenes. No llegan a ser ministros por sus estudios ni por sus habilidades. Son llamados por Dios. Así que no es sorpresa que en el principio sean menos educados e inexpertos, tanto en la vida como en el ministerio a que son llamados. Hay cristianos que no sufren ministros así, y por eso eligen y emplean ministros "capacitados" a su gusto, cumpliendo la profecía de Pablo, que no aguantarán la sana doctrina, sino "se amontonarán maestros conforme sus concupiscencias (2 Tim. 4.3).

4. Extranjería: Amós (Amós 7.12,13. Amós era de Tecoa, ciudad no de Israel sino de Judá, directamente al sur de Jerusalem, Amós 1.1.), Pablo (Hechos 16.20,21). Esta deshonra es especialmente relevante a misioneros a otras culturas, pues, casi siempre la primera queja en contra del predicador extranjero es: ¿porqué vienen a enseñarnos a nosotros? ¡Prediquen en su propia tierra! Aun en las iglesias habrán algunos que menosprecian a los extranjeros, hermanos nacionales acusando a misioneros extranjeros de no tener derecho a ministrar. Sin embargo, hay el caso opuesto también, misioneros que no confían en los que han ganado al Señor, y nunca quieren entregar las responsabilidades.

5. Señorío, vanagloria: Moisés (Núm. 16.3,13), Jesucristo (Lucas 23.2), Pablo (1 Tes. 2.6). Autoridad, por su naturaleza, produce enemigos. El ministro no solamente tiene autoridad por derecho, tiene autoridad por obligación. No hay la opción de no hacer decisión. El ministro tiene que regañar, corregir, denunciar y correr a algunos, aunque no quisiera. Y siempre cuando le toca una de estas responsabilidades desagradables habrá quienes le acusen de "imperio" o "señorío" sobre la grey. Y en las responsabilidades agradables siempre hay alguien que le acuse de "vanagloria."

6. Avaricia: Moisés (Núm. 16.15), Samuel (1 Sam. 12.3), Pablo (2 Cor. 11.9-12). Por ser una queja común, no solamente de los extraños, sino también de los hermanos, que el ministro se está aprovechando económicamente, es necesario evitar tales acusaciones, siguiendo el ejemplo de Pablo, predicando el evangelio "de balde." Los ministros espirituales deben guardarse visiblemente lejos del control del dinero para callar las acusaciones. Sin embargo, no importa qué tan pobre es el predicador, hay quienes le acusarán de avaricia. ("¿Cuánto te pagan?")

7. Exceso o complicidad: David (2 Sam. 16.7,8), Pablo (Rom. 3.8). David era uno de los mas misericordiosos, pacientes y mansos de los reyes en la historia. Sin embargo no le faltó quienes le acusaran de ser sangriento y cruel. Pablo era fuerte predicador de justicia, pero no le faltó quien le acusara de solapar el pecado. Cualquier ministro de Dios recibirá su porción de calumnia también, por algún error, palabras ligeras, por errores de procedimiento, por tecnicismos, en fin. Un mismo caso producirá algunos que le acusen de dureza en juicio, y otros que le acusen de suavidad.

Chismosos

Ahora, queda claro que el ministro es un blanco para acusaciones. Tampoco hay duda que el quejarse en contra del ministro llamado por Dios será castigado severamente (Núm. 12.1-10, 16.20-35). Dios nos avisa aun en el NT que no debemos acusar ligeramente a un anciano (1 Tim. 5.19). Este pecado tan común entre las iglesias es causa de mucho escándalo, mucho daño, y puede ser que hay muchos enfermos y debilitados en las iglesias precisamente por esto (considera los castigos históricos: Núm. 12.10, Hec. 13.11, 1 Cor. 10.10,11, etc.). Debemos aprender a controlar la lengua.

20 Ni aun en tu pensamiento digas mal del rey, ni en los secretos de tu cámara digas mal del rico; porque las aves del cielo llevarán la voz, y las que tienen alas harán saber la palabra.

Eclesiastés 10

¡Qué tanto dañan a sus hijos cuando critican a los predicadores después de una reunión en camino a casa!

16 No andarás chismeando en tus pueblos. No te pondrás contra la sangre de tu prójimo: Yo Jehová.

Levítico 19

¡Qué tanto daña al evangelio la "comunión" de los hermanos llena de comentarios triviales que se hacen en contra de las decisiones de los pastores, todo hecho bajo color de desear mejorar la iglesia!8 Las palabras del chismoso parecen blandas, Y descienden hasta lo íntimo del vientre.

Proverbios 18

¡Qué tanto hieren la iglesia las murmuraciones de los miembros cuando un miembro es disciplinado por los encargados! ¿No sabes que el disciplinado nunca va a estar de acuerdo? ¿No sabes que nunca serán francos y honestos cuando te explican la "injusticia?" ¿No sabes que el pastor tiene que dar cuenta a Dios? ¿No sabes que es más difícil para un pastor disciplinar que solapar? ¿No entiendes el valor y apoyo que requiere?

13 El que anda en chismes, descubre el secreto: Mas el de espíritu fiel encubre la cosa.

Proverbios 11

Cuidado, hermanos, con las quejas en contra de los ministros de Dios.

20 Sin leña se apaga el fuego: Y donde no hay chismoso, cesa la contienda.

Proverbios 26

El Éxito de su Conducta

Las quejas en contra de los hombres de Dios son algo serio. Pero siempre los que se ponen rebelde responden que aquellos no son hombres de Dios. Y es aquí que lo práctico se une con lo espiritual. El respeto debe darse por el llamamiento, seguramente, por lo menos al principio, pero con el tiempo la única cosa que dará respeto a un ministro de Dios es el éxito de su conducta. Demasiados ministros se esconden detrás de la honra de su "puesto," y así se menosprecian a sí mismos, y a la vez traen deshonra al ministerio. Si los miembros deben controlar sus lenguas, cuanto más el ministro debe cuidar su conducta. Pero encontramos demasiadas veces lo opuesto. Ministros muchas veces tratan de divorciar su conducta lamentable de su falta de "éxito." Pero la Biblia nos avisa "considerar" el éxito de su conducta.

Es un error para un ministro desestimar las faltas de su conducta, especialmente cuando no hay mucho éxito en su ministerio. La tentación es siempre de decirnos que el éxito depende de Dios, de no culparnos por la incredulidad de la gente, o la infidelidad de los cristianos. Pero el criterio de juicio dado a los cristianos para considerar a los ministros es precisamente el éxito de su conducta. Claro no estamos hablando de un éxito superficial, como grandes edificios, reuniones que atraen a cristianos de otras iglesias, almas "ganadas" por métodos que no requieren inversión de tiempo para explicar el evangelio y las doctrinas del nuevo testamento. Pero todos sabemos que hay un éxito verdadero, mucho fruto producido por fidelidad, por inversión de tiempo con almas, por aguantar el vituperio de Cristo en la predicación, por oración y ayuno, por profundo conocimiento de las escrituras y fiel enseñanza a la iglesia. Este éxito no depende solamente de la "voluntad de Dios," sino depende de la conducta del ministro.

10 Empero por la gracia de Dios soy lo que soy: y su gracia no ha sido en vano para conmigo; antes he trabajado más que todos ellos: pero no yo, sino la gracia de Dios que fué conmigo.

1 Corintios 15

12 Porque nuestra gloria es esta: el testimonio de nuestra conciencia, que con simplicidad y sinceridad de Dios, no con sabiduría carnal, mas con la gracia de Dios, hemos conversado en el mundo, y muy más con vosotros.

2 Corintios 1

17 Tengo, pues, de qué gloriarme en Cristo Jesús en lo que mira á Dios.

18 Porque no osaría hablar alguna cosa que Cristo no haya hecho por mí para la obediencia de los Gentiles, con la palabra y con las obras,

Romanos 15

9 Porque ya, hermanos, os acordáis de nuestro trabajo y fatiga: que trabajando de noche y de día por no ser gravosos á ninguno de vosotros, os predicamos el evangelio de Dios.

10 Vosotros sois testigos, y Dios, de cuán santa y justa é irreprensiblemente nos condujimos con vosotros que creísteis:

1 Tesalonicenses 2

Todos pasamos por tiempos difíciles, en la vida y en nuestros ministerios. Pero cuando pasamos por un tiempo difícil en el ministerio, no debemos suponer que no tiene nada que ver con nuestra conducta. Debe existir algo de vergüenza en nosotros cuando no estamos ganando almas, ni persuadiendo Cristianos a ser fieles, ni predicando mensajes llenos del Espíritu Santo. Si nos justificamos por nuestra vocación, o estribamos sobre nuestra reputación, facilitamos el engaño propio en nuestros ministerios, y tarde o temprano el ministerio sufrirá no por los altibajos naturales, sino por nuestro descuido, pereza o pecado. La vocación nuestra aunque un regalo de Dios, es hecha firme por nuestras decisiones y esfuerzos.

10 Por lo cual, hermanos, procurad tanto más de hacer firme vuestra vocación y elección; porque haciendo estas cosas, no caeréis jamás.

2 Pedro 1

Los ministros son protegidos de las acusaciones de inconversos y de hermanos, por las reglas que Pablo nos dejó.

19 Contra el anciano no recibas acusación sino con dos ó tres testigos.

1 Timoteo 5

Pero se ve que cuando se encuentra culpable las consecuencias son mayores que para otros hermanos.

20 A los que pecaren, repréndelos delante de todos, para que los otros también teman.

1 Timoteo 5

Esto significa que los pastores, predicadores y diáconos deben juzgarse a sí mismos y a sus ministerios según un criterio mas alto. Debemos ser mas celosos de nuestros testimonios, de nuestras decisiones en el mundo, de los trabajos que hacemos, de las apariencias dudosas, para no dejar lugar al Diablo. Claro Dios demanda de su pueblo no fastidiar a sus ministros llamados, pero también Dios demanda de sus ministros comportamiento ejemplar.

12 Ninguno tenga en poco tu juventud; pero sé ejemplo de los fieles en palabra, en conversación, en caridad, en espíritu, en fe, en limpieza.

1 Timoteo 4

Y finalmente, la conclusión del asunto es que todos debemos "imitar la fe" de aquellos, después de considerar el éxito de su conducta. Aunque algunos dan demasiado fanatismo a ciertos hermanos, dando lugar a algunas sectas de seguir a ciertos hombres como "apóstoles" modernos, (Luz del Mundo, el Recobro, Branhamitas, etc.), la Biblia obviamente nos enseña considerar la "conversación" (manera de vivir) de los ministros, y seguir el ejemplo de aquellos que han tenido verdaderos éxitos, no solo en sus ministerios, pero también en sus vidas, en sus familias y en sus relaciones con los perdidos.

Esto quiere decir que nosotros los ministros debemos vivir de una manera digna de seguidores. Una de las mas grandes derrotas de la iglesia general de nuestra generación es la falta de hombres dignos de seguir. Encontramos predicadores famosos, pero su conducta es como cobardes, afeminados políticos. Otros son avaros, otros fornicadores, otros hacen "shows" con milagros mentirosos. Aun entre las iglesias mejores, entre hermanos que buscan salvar almas y servir al Señor, encontramos tantos que son demasiados entregados al mundo, tibios en controversias, deshonestos en estadísticas de la iglesia, o hasta deshonestos en sus negocios. Es difícil encontrar hombres de carácter, aún entre pastores. ¿Dónde están los que aman a Jesucristo de corazón, que son entregados al evangelio hasta la muerte, que oran más que predican, que se disciplinan a sí mismos más que regañan a otros, que diezman más que exhortan diezmar, que edifican su propia casa según los consejos de la Biblia, y según una sabiduría otorgada por Dios, y que pueden exhortar a las familias con su propio ejemplo más que con sus teorías?

El éxito de su conducta habla de fruto habido sobre largo tiempo, por supuesto. La iglesia necesita hombres así, no solamente hoy, pero también en el futuro. ¿Serás tú uno de aquellos dignos de seguir? Que al final de tu carrera podrás decir como Pablo:

9 Lo que aprendisteis y recibisteis y oísteis y visteis en mí, esto haced; y el Dios de paz será con vosotros.

Filipenses 4