La Epístola
Apartado 432
Administración 1
Morelia, Mich. CP 58001
#39 Noviembre, 1997
Impreso en México
Noticias
La iglesia de San Luis Potosí en Himno Nacional ha enviado su primer evangelista de tiempo completo a Querétaro. Enviaron a Marco Antonio Chaires hace dos meses y ya está en Querétaro predicando con Miguel N. Jackson y Adrian Silva. Si quieres apoyar económicamente a este esfuerzo de fe de San Luis Potosí, su cuenta bancaria es Banco Santander Mexicano # 57_000_8786_39.
La conferencia de evangelismo extranjero de San Luis Potosí se llevará a cabo diciembre 14 a diciembre 21, si Jesucristo tarda, y Dios quiere. Proponen reunirse en el edificio de Himno Nacional #2032, pero si hay problemas con eso cambiarán a Selene #300 en la colonia Aeropuerto. Cualquier pregunta comuníquese con Natanael Aradillas (48) 11-02-20. Invitan a todos los hermanos de todas las iglesias de estar con ellos. Proveerán una comida diaria para todos, y un lugar para dormir. Tienen suficientes colchones para todos, pero piden que los que vienen a quedar la noche traigan cada quien su propia cobija.
Van a tener reunión todas las noches con dos predicadores por noche. Las familias de los evangelistas son invitadas para conocer también a las hermanas. Habrá reunión libre y oración todas las mañanas a las 11:00 con la comida diaria después. Como no han confirmado las fechas con todos los hermanos invitados, cualquier cambio necesario favor de comunicarse con Natanael Aradillas, o con el hermano con quien quiere cambiar. El orario tentativo es lo siguiente:
Dom. 14 10 AM Rolando Espada Miguel N. Jackson
Dom. 14 7 PM Dale West Guillermo Kincaid
Lun. 15 7 PM Rodrigo Gallegos José Hernández
Mar. 16 7 PM Óscar Hernández Juan Córdova
Mier. 17 7 PM Adrián Silva Marco Chaires
Juev. 18 7 PM Juan Castillo Flavio Santoyo
Vier. 19 7 PM Noé Castillo Cuauhtémoc Castillo
Sáb. 20 7 PM Alberto Sotelo Juan Tovar
Dom. 21 10 AM Miguel Jackson Dale West
Aguascalientes se acostumbra tener su conferencia de evangelismo extranjero en diciembre también, pero por este año decidió esperar hasta febrero para no interferir con la conferencia doble de San Luís Potosí. Esto saldrá bien ya que José y Déborah West estarán en México a principios de febrero, para poder convivir con ellos también.
Las Solemnidades II
Por la Pascua y los Ázimos vimos que las solemnidades de Israel tenían su cumplimiento en la vida de Jesucristo. El Nuevo Testamento es la confirmación y la consumación de estas fiestas. La perfección del cumplimiento de la pascua en la muerte de Cristo demuestra que las fiestas antiguas aciertan eventos en la vida de Cristo de los cuales no tenemos ningunos datos aparte. Vemos pues, la segunda fiesta del AT.
La Fiesta de Semanas
10 Habla á los hijos de Israel, y diles: Cuando hubiereis entrado en la tierra que yo os doy, y segareis su mies, traeréis al sacerdote un omer por primicia de los primeros frutos de vuestra siega;
11 El cual mecerá el omer delante de Jehová, para que seáis aceptos: el siguiente día del sábado lo mecerá el sacerdote.
...
15 Y os habéis de contar desde el siguiente día del sábado, desde el día en que ofrecisteis el omer de la ofrenda mecida; siete semanas cumplidas serán:
16 Hasta el siguiente día del sábado séptimo contaréis cincuenta días; entonces ofreceréis nuevo presente a Jehová.
Levítico 23
9 Siete semanas te contarás: desde que comenzare la hoz en las mieses comenzarás á contarte las siete semanas.
10 Y harás la solemnidad de las semanas á Jehová tu Dios: de la suficiencia voluntaria de tu mano será lo que dieres, según Jehová tu Dios te hubiere bendecido.
Deut. 16
La fiesta de semanas empezaba con las primeras cosechas de trigo durante el año. Como sembraban continuamente tan pronto que el invierno pasaba, cosechaban continuamente desde la primavera. Desde que cosechaban los primeros frutos tenían que contar 7 sábados después del "primer sábado," 49 días en total después del comienzo de "la hoz en las mieses." El día siguiente del séptimo sábado era una santa convocación. Parece que llevaban sus primeros frutos al sacerdote el primer sábado (séptimo día) después de segarlos. El día siguiente el sacerdote los ofrecía. Contaban desde ese domingo hasta 7 sábados. El día siguiente, aunque un domingo, era un sábado especial, una convocación en el día 50, llamado por eso el "pentecostés" (cincuentavo). Era una fiesta dominical Judía.
Sin embargo hay ciertas confusiones acerca de esta fiesta de las siete semanas. Los Judíos de hoy asocian el día de Pentecostés con la entrega de la ley en el monte Sinaí, comparando las fechas dadas (Exo. 12.1, 19.1) y una supuesta conmemoración de la ley alegada en Deut. 16.12. Como puedes ver por ti mismo, nada de esto es claro en el Antiguo Testamento. Además, por alguna razón que todavía ignoro, estos cuentan los 50 días desde el día después del primer sábado pascual, el 15 del primer mes. Quizá las juntan por la forma que son unidas las fiestas en Deut. 16.8-9, pero el único texto que mencionan como base de esta tradición es Éxodo 13.4 que no dice nada al respecto.
No encuentro ninguna información en el Antiguo Testamento que nos da confirmación de la tradición Judía de asociar Pentecostés con la data de la ley, ni de asociar Pascua con los primeros frutos. Así que, no puedo asegurar que la fecha del Pentecostés en Hechos 2 sucedía los 50 días tradicionales después del primer sábado de ázimos. Sin embargo, tanto Judíos y "Cristianos" así celebran el Pentecostés hasta hoy. Nos aseguran que sucedió el 6 del tercer mes (nuestro junio). Siendo que Cristo apareció resucitado por 40 días (Hec. 1.3), calculan que los apóstoles esperaron solo 10 días en Jerusalem esperando el Espíritu Santo.
Dudas de la Tradición
Por el Antiguo Testamento esta tradición parece escasamente posible. No hay información bíblica para asegurar el preciso comienzo de las 7 semanas, pero hay algunas evidencias que no sea la misma Pascua. Primeramente la Biblia nunca menciona los "primeros frutos" o "primicias" en asociación con la Pascua, y parece dudoso que comenzarían a ofrecer los primeros frutos el primer sábado de los ázimos. Siempre son referidas como diferentes fiestas. Además, en el principio de las 7 semanas había un sacrificio de cordero en el tabernáculo (Lev. 23.12), y si fuera el primer sábado pascual se confundiría con el sacrificio de la Pascua en las casas. Además, al fin de las 7 semanas ofrecieron un "nuevo presente" de "primicias" (Lev. 23.16), el cual era panes para ofrenda mecida, "cocidos con levadura" (Lev. 23.17). Pues, si esto indica que el pan de primicias es siempre leudo, no podrían ofrecerlo durante los ázimos. Y por último, las siete semanas empezaban con lo primero cosechado del trigo.
22 Y te harás la fiesta de las semanas á los principios de la siega del trigo:
Éxodo 34
Aunque hay híbridos de trigo moderno que hasta siembran en el invierno para cosechar todo el año, sabemos que no tenían tales trigos antiguamente, porque habla de "principios de la siega." Además, sabemos que las primeras cosechas no se comenzaban durante el primer mes, siendo la cebada apenas espigada, y el trigo ni siquiera crecido porque aclara que es "tardío" (Exo. 9.31,32). Toda la información levítica inclina a tardar el comienzo de los 50 días por lo menos un poco.
Sin embargo, hay evidencia en el Nuevo Testamento acerca del Pentecostés que quizá apoya la tradición. El NT nos hace sospechar que antes de Cristo (probablemente en el cautiverio Babilónico) los Judíos acoplaron la fiesta pascual con la fiesta de primicias, siendo fiestas seguidas. Si encontramos evidencias que esta tradición fuera aceptada por Cristo y los apóstoles no podemos objetar, aunque la evidencia del AT no lo indique.
Evidencia Circunstancial en el NT
Tenemos evidencia directa al respecto en el viaje de Lucas y Pablo de Macedonia a Jerusalem (Hec. 20.6 - Hec. 21.15). Este viaje sucedió precisamente entre Pascua y Pentecostés (Hec. 20.16). Después de la Pascua pasaron 7 días durante los ázimos (20.6), luego 5 días navegando de Filipos a Troas (20.6), 7 días tardando en Troas (20.6), algún tiempo navegando a Assón (20.13), esperaron a Pablo que vino caminando (20.14), algún tiempo a Mitilene (20.14), un día hasta Chio (20.15), otro día hasta Samo (20.15), un tiempo de reposo en Trogilio (20.15), otro día navegando hasta Mileto (20.15). En Mileto enviaron a Efeso a llamar los hermanos, y esperaron hasta que vinieron (20.17). Luego navegaron derecho a Coos (21.1), otro día a Rhodas (21.1), y de allí a Pátara donde desembarcaron (21.1). Encontraron otro barco, navegaron por Cipro, y llegaron a Tiro donde el barco tuvo que descargarse (21.3). Después de 7 días en Tiro (21.4) navegaron a Tolemaida (21.7), un día allí (21.7), y luego otro día para llegar a Cesarea (21.8), por fin quedándose con Felipe por "muchos días" (21.10). Luego caminaron a Jerusalem (21.15).
Hay 32 días mencionados aparte de los "muchos días" en Cesarea. Aparte hay 9 períodos de navegación o reposo que no especifica el tiempo que tomó. Aunque tomaron 5 días para navegar solamente de Filipos a Troas, puede ser que las otras navegaciones eran mas propicias y mas cortas. Lucas es muy detallado y probablemente los tiempos menores que no especificó su duración eran de menos de un día. Sin embargo si calculamos un día entero por período no especificado, y suponemos que los muchos días en Cesarea no eran mas de 8, cabe el viaje en los 50 días tradicionales. Por lo menos la evidencia circunstancial no contradice la tradición Judía y Cristiana.
Evidencia Figurativa en el NT
Los Judíos hasta hoy asocian el Pentecostés con la entrega de la ley en Sinaí, y aunque no hay evidencia en el AT para eso, encontramos evidencia figurativa en el Nuevo. Esto es importante porque sabemos bíblicamente que la entrega de la ley sucedió en el tercer mes.
1 AL mes tercero de la salida de los hijos de Israel de la tierra de Egipto, en aquel día vinieron al desierto de Sinaí.
Éxodo 19
Sabiendo que Pentecostés sucedía alrededor de ese mes también podemos entender porqué los Judíos asociaban las dos. Ahora, si interpretas "aquel día" como primer día del mes tercero la ley vino 50 días después de los Ázimos. Si interpretas "aquel día" como el día que salieron de Egipto (el 15 del primer mes) la distancia entre ellas será mas de 60 días. Cualquier de los dos pone las dos cosas en el tercer mes y da motivo para haber acoplado las dos celebraciones. Pero de todos modos hay una asociación de los dos eventos en el NT por las semejanzas figurativas entre la ley y el Pentecostés Cristiano.
La Entrega del Nuevo Pacto en Pentecostés
Compara Éxodo 19.16-18 (la entrega de la ley) con Hechos 2.2-4 (la entrega del Espíritu). En ambos eventos hay truenos o estruendos, fuegos, y fenómenos naturales, como humo o viento. En ambos eventos la gloria de Dios desciende. En ambos eventos el pueblo recibe a Dios. Hay una clara semejanza figurativa. Además la recepción de la ley es proféticamente figurativa de la recepción del Espíritu Santo.
31 He aquí que vienen días, dice Jehová, en los cuales haré nuevo pacto con la casa de Jacob y la casa de Judá:
32 No como el pacto que hice con sus padres el día que tomé su mano para sacarlos de tierra de Egipto; porque ellos invalidaron mi pacto, bien que fuí yo un marido para ellos, dice Jehová:
33 Mas éste es el pacto que haré con la casa de Israel después de aquellos días, dice Jehová: Daré mi ley en sus entrañas, y escribiréla en sus corazones; y seré yo á ellos por Dios, y ellos me serán por pueblo.
34 Y no enseñará más ninguno á su prójimo, ni ninguno á su hermano, diciendo: Conoce á Jehová: porque todos me conocerán, desde el más pequeño de ellos hasta el más grande, dice Jehová: porque perdonaré la maldad de ellos, y no me acordaré más de su pecado.
Jerem. 31
27 Y pondré dentro de vosotros mi espíritu, y haré que andéis en mis mandamientos, y guardéis mis derechos, y los pongáis por obra.
Ezeq. 36
Aunque esto será cumplido en el futuro con Israel también (Heb. 8.10), nadie puede negar su cumplimiento parcial en Hechos 2 cuando recibieron el Espíritu Santo.
Las Primicias
Otra cosa, en el AT la fiesta de las 7 semanas es de primicias. Comienza el domingo (día siguiente del sábado, Lev. 23.11) con las primicias, y en el NT las primicias o primeros frutos son asociados con la resurrección de Jesucristo (1 Cor. 15.20,23, Hec. 26.23, Col. 1.18, Apo. 1.5), la cual sucedió también el día siguiente del sábado. Además, el fin de las 7 semanas (49 días), que es el Pentecostés (el cincuentavo), es también día de "primicias" en el AT (Lev. 23.17), y en el NT el Espíritu Santo que descendió el día de Pentecostés es llamado primicias.
23 Y no sólo ellas, mas también nosotros mismos, que tenemos las primicias del Espíritu, nosotros también gemimos dentro de nosotros mismos, esperando la adopción, es á saber, la redención de nuestro cuerpo.
Romanos 8
Así que, las tradiciones Judías asociando las primicias con la fiesta de Ázimos, y Pentecostés con la entrega de la ley en la primera semana del tercer mes, son apoyadas no solamente por las semejanzas, también directamente lo son por el cumplimiento profético del "nuevo pacto" en la Iglesia, el día de Pentecostés.
Suponemos que originalmente el comienzo de la fiesta de primicias o semanas variaba en el año, porque dependía de la cosecha, que dependía del clima. No necesariamente fue así, porque la fiesta de la cosecha al "fin del año," que también depende del clima, tenía una fecha fija desde Moisés (15 del séptimo mes). Por lo menos parece que llegaron a comenzar la fiesta de primicias durante los ázimos desde la transmigración a Babilonia cuando dejaron de cosechar. Pero recuerda, la fiesta de semanas dependía siempre de los sábados semanales (Lev. 23.15, "siete semanas" significa siete "sábados", palabra hebrea "Shabbath," que es literalmente "sábados," aunque a veces es traducida "semanas"). No veo cómo podían empezarla siempre el 15 del primer mes, que no siempre caía en el séptimo día semanal. Por eso, probablemente empezaban la fiesta de primicias el primer sábado semanal después de la Pascua, entonces Pentecostés solía ser entre 50 y 57 días después de la Pascua, y siempre un domingo. Por eso lógicamente asociaron la entrega de la ley en el tercer mes con Pentecostés. Y así, calculamos que el Pentecostés importante (Hec. 2) sucedió a los 50 días contando desde el domingo de resurrección, o sea, precisamente conforme la tradición Cristiana, aunque ellos se equivocaron en su colocación de la Pascua (viernes en vez de miércoles).
Este cálculo no solo acomoda todas las ordenanzas levíticas, pero también los cumplimientos figurativos en el Nuevo Testamento, tanto la resurrección de Jesús y la entrega del Espíritu Santo. La importancia de esto es que hemos visto que dos de las fiestas divinas del AT tenían un cumplimiento innegable y preciso en la primera venida de Cristo, haciéndonos sospechar que la tercera fiesta también lo tuvo.
La Fiesta de Cabañas
34 Habla á los hijos de Israel, y diles: A los quince días de este mes séptimo será la solemnidad de las cabañas á Jehová por siete días.
35 El primer día habrá santa convocación: ninguna obra servil haréis.
36 Siete días ofreceréis ofrenda encendida á Jehová: el octavo día tendréis santa convocación, y ofreceréis ofrenda encendida á Jehová: es fiesta: ninguna obra servil haréis.
...
39 Empero á los quince del mes séptimo, cuando hubiereis allegado el fruto de la tierra, haréis fiesta a Jehová por siete días: el primer día será sábado; sábado será también el octavo día.
40 Y tomaréis el primer día gajos con fruto de árbol hermoso, ramos de palmas, y ramas de árboles espesos, y sauces de los arroyos; y os regocijaréis delante de Jehová vuestro Dios por siete días.
41 Y le haréis fiesta á Jehová por siete días cada un año; será estatuto perpetuo por vuestras edades; en el mes séptimo la haréis.
42 En cabañas habitaréis siete días: todo natural de Israel habitará en cabañas;
43 Para que sepan vuestros descendientes que en cabañas hice yo habitar á los hijos de Israel, cuando los saqué de la tierra de Egipto: Yo Jehová vuestro Dios.
Levítico 23
13 La solemnidad de las cabañas harás por siete días, cuando hubieres hecho la cosecha de tu era y de tu lagar.
14 Y te alegrarás en tus solemnidades, tú, y tu hijo, y tu hija, y tu siervo, y tu sierva, y el Levita, y el extranjero, y el huérfano, y la viuda, que están en tus poblaciones.
15 Siete días celebrarás solemnidad á Jehová tu Dios en el lugar que Jehová escogiere; porque te habrá bendecido Jehová tu Dios en todos tus frutos, y en toda obra de tus manos, y estarás ciertamente alegre.
Deuter. 16
La fiesta de Cabañas comenzaba el 15 del mes séptimo (nuestro octubre). Duraba ocho días hasta el 22 del mes. Siempre seguía a la fiesta de trompetas (7-1) y a la fiesta de expiación (7-10), ambas fiestas que tendrán su cumplimiento preciso en la segunda venida de Cristo. El propósito de la fiesta de Cabañas era múltiple. Primeramente era la fiesta de la cosecha. La solemnidad hebrea demandaba regocijo, y gracias por la bendición de Dios en sus "frutos" y en "toda obra" de sus manos. Y era para recordar a sus hijos que habían morado en cabañas cuando salieron de Egipto.
Por una semana el pueblo de Israel tenía que habitar en cabañas, que no eran ni escasamente semejantes a las "cabañas" modernas en recintos lujosos a la vista del mar. Estas cabañas eran solamente techos rústicos hechos de ramas. En realidad eran los refugios del ganado (Gen. 33.17), y los Israelitas tenían que morar en estas cabañas ganaderas por toda una semana. Sin embargo esta costumbre de morar en cabañas se perdió luego. Encontramos la costumbre referida en tiempos de Oseas.
9 Empero yo soy Jehová tu Dios desde la tierra de Egipto: aun te haré morar en tiendas, como en los días de la fiesta.
Oseas 12
Pero por Nehemías vemos que no habían cumplido la fiesta.
17 Y toda la congregación que volvió de la cautividad hicieron cabañas, y en cabañas habitaron; porque desde los días de Josué hijo de Nun hasta aquel día, no habían hecho así los hijos de Israel. Y hubo alegría muy grande.
Nehemías 8
Increíblemente habían menospreciado esa parte de la fiesta de la cosecha, como algo no muy importante. Y aunque celebraron las cabañas por lo menos una vez en tiempos de Esdras y Nehemías no encontramos otra mención de morar en cabañas entre Israelitas. La única mención de esta fiesta en el Nuevo Testamento es por Juan.
2 Y estaba cerca la fiesta de los Judíos, la de los tabernáculos.
Juan 7
Sin embargo nada en el Nuevo Testamento nos hace sospechar que durante esta fiesta algunos moraban en cabañas, aunque la fiesta demandaba que todos lo hicieran. A primera vista la fiesta de Cabañas parece sin ningún cumplimiento hebreo en la primera venida de Cristo. Sin embargo, hay evidencias que nos hacen sospechar que sí hubo un cumplimiento en su primera venida, y estas evidencias no solamente demuestran la precisión e importancia de las fiestas hebreas en la vida de Cristo, también precisan detalles y cronologías de Cristo que de otra manera no son explicadas en el Nuevo Testamento.
Evidencia Figurativa
Aunque no tenemos dichos directos para relacionar la fiesta de las Cabañas con la venida de Cristo, hallar el cumplimiento figurativo es fácil. La fiesta de Cabañas era solo para hombres naturales de Israel (Lev. 23.42), o sea, hombres que "nacieron" como Israelitas. Así que, su cumplimiento en Cristo lógicamente tiene que ver con su naturaleza carnal como Israelita. En el NT esta fiesta es llamada la de "tabernáculos" (Juan 7.2) y encontramos claras referencias figurativas de la morada de Dios con hombres como morar en "tabernáculo" (Eze. 37.27, Apo. 21.3). Además morar en tabernáculo es morada peregrina, no fija, como cuando Abraham dejó a su parentela y desde entonces moraba en "cabañas" como "peregrino" (Heb. 11.9). El cuerpo humano es llamado su "tabernáculo" (2 Cor. 5.1,4, 2 Ped. 1.13), y Cristo refiere a su cuerpo como el "templo" (Juan 2.21). Aún el tabernáculo de testimonio hecho por Moisés es símbolo de la "carne" de Cristo (Heb. 9.3, 10.20). Todas estas figuras señalan que la fiesta de Cabañas debe tener cumplimiento en el nacimiento carnal de Jesucristo.
La Natividad
Las semejanzas entre el nacimiento de Cristo y la fiesta de Cabañas son muchas. No requiere mucha imaginación asociar la fiesta de morar en cabañas ganaderas con el nacimiento de Jesucristo en la cabaña del ganado, por la circunstancia de estar llenos todos los mesones, forzando a María guardar el infante en un pesebre. Los Israelitas tenían que morar en cabañas para recordar que habían sido peregrinos. Y precisamente en los días del nacimiento de Cristo todo el mundo era peregrino, porque Augusto había decretado que "toda la tierra fuese empadronada," e "iban todos para ser empadronados, cada uno a su ciudad" (Luc. 2.1-3). Con razón el mesón estaba lleno, todo el mundo iba de viaje.
El Jubileo
El decreto que cada uno tenía que volver a su ciudad nos hace recordar la "jubilación" (palabra hebrea que significa "trompeta," pero en todos los otros idiomas que han adoptado la palabra, significa "regocijo"). Cada 50 años, en el año del "jubileo", el 10 del séptimo mes, tocaron la trompeta proclamando el jubileo a toda Israel.
8 Y te has de contar siete semanas de años, siete veces siete años; de modo que los días de las siete semanas de años vendrán á serte cuarenta y nueve años.
9 Entonces harás pasar la trompeta de jubilación en el mes séptimo á los diez del mes; el día de la expiación haréis pasar la trompeta por toda vuestra tierra.
10 Y santificaréis el año cincuenta, y pregonaréis libertad en la tierra á todos sus moradores: este os será jubileo; y volveréis cada uno á su posesión, y cada cual volverá á su familia.
Levítico 25
Lo interesante aquí es que después de la trompeta de jubilación cada uno tenía que volver a su posesión. El hecho que volvían a su tierra nativa después del 10 del séptimo mes aclara otro aspecto de la fiesta de Cabañas que empezaba el 15.
Año de Remisión
Además, encontramos que cada siete años, en el año de "remisión," todo Israel, no solo hombres, sino mujeres y niños también, tenían que presentarse en Jerusalem para oir la ley, después de la fiesta de Cabañas.
10 Y mandóles Moisés, diciendo: Al cabo del séptimo año, en el año de la remisión, en la fiesta de las Cabañas,
11 Cuando viniere todo Israel á presentarse delante de Jehová tu Dios en el lugar que él escogiere, leerás esta ley delante de todo Israel á oídos de ellos.
12 Harás congregar el pueblo, varones y mujeres y niños, y tus extranjeros que estuvieren en tus ciudades, para que oigan y aprendan, y teman á Jehová vuestro Dios, y cuiden de poner por obra todas las palabras de esta ley:
Deuter. 31
Todas estas cosas fueron cumplidas por José y María precisamente en el nacimiento de Jesucristo. Volvieron a su posesión (la ciudad de David, Bethlehem) como debían en el inicio del año de jubileo precisamente después de la fiesta de Expiación (7-10). Habitaron en cabañas cuando llegaron a su posesión, a pesar de lo olvidado de esa costumbre. Circuncidaron al bebé al octavo día correspondiente al segundo sábado de la fiesta. Y lo llevaron al templo en Jerusalem para ofrecer el sacrificio de los pobres (Luc. 2.24, Lev. 12.8) lo cual cumplía la demanda del año de "remisión" (Deut. 31.10).
El Regocijo
Además la fiesta de cabañas era fiesta de regocijo. Sucede que en el momento del nacimiento de Cristo, un ángel del Señor apareció a pastores, que a propósito también estaban morando en cabañas (en el campo con el ganado), pero lo sobresaliente es que dio nuevas de "gran gozo" para todo el pueblo (Luc. 2.10). El mandamiento de regocijar se cumplió primero por una multitud celestial alabando a Dios (Luc. 2.13), luego los pastores fueron y contaron lo sucedido a los demás que estaban en la cabaña con José y María, y "todos los que oyeron" se maravillaron (Luc. 2.16-18). Luego regresaron "glorificando y alabando" a Dios, "como les había sido dicho" (Luc. 2.20). Parece que "les había sido dicho" todo precisamente para cumplir el regocijo debido en la fiesta.
Evidencia Profética
Otra cosa, y sumamente relevante, hay profecías acerca del Mesías, que asocian su nacimiento con adoración de Gentiles.
2 Porque he aquí que tinieblas cubrirán la tierra, y oscuridad los pueblos: mas sobre ti nacerá Jehová, y sobre ti será vista su gloria.
3 Y andarán las gentes á tu luz, y los reyes al resplandor de tu nacimiento.
Isaías 60
Isaías predice que "Gentes" iban a ver su "luz" en su nacimiento. Y Zacarías, en una profecía paralela a la de Isaías, acerca de la venida de Jehová Rey, dice que los Gentiles iban a venir a adorarle, y profetizó que vendrían precisamente durante la fiesta de las Cabañas.
16 Y todos los que quedaren de las gentes que vinieron contra Jerusalem subirán de año en año á adorar al Rey, Jehová de los ejércitos, y á celebrar la fiesta de las Cabañas.
Zacarías 14
Aunque la profecía de Zacarías es de "año en año" lo cual se cumplirá en la segunda venida, vemos que el nacimiento de Cristo en Bethlehem cumple la profecía de Isaías al pie de la letra, e incluye un cumplimiento parcial de la de Zacarías.
Los Magos del Oriente
1 Y COMO fué nacido Jesús en Bethlehem de Judea en días del rey Herodes, he aquí unos magos vinieron del oriente á Jerusalem,
2 Diciendo: ¿Dónde está el Rey de los Judíos, que ha nacido? porque su estrella hemos visto en el oriente, y venimos á adorarle.
Mateo 2
La profecía de Zacarías indica que estos "magos" Gentiles vendrían de Asiria, Babilonia y Persia, siendo "de las gentes que vinieron contra Jerusalem." Mateo solo dice que vinieron del "oriente," lo cual corresponde perfectamente. Aunque las tradiciones navideñas "católicas" cuentan que habían solamente tres "reyes" (dato que probablemente resuelven por los tres "dones"), es muy probable que eran muchos mas, una multitud estorbante. Dice el texto que estos "magos" turbaron a Herodes (Mat. 2.3), y escasamente podemos imaginar al rey Herodes dando cuenta de tres solitarios peregrinos entrando en Jerusalem, ciudad de cientos de miles de habitantes, y hasta millones de peregrinos cada año. No solamente turbaron a Herodes, sino también turbaron a toda Jerusalem con él. Seguramente estos "magos" eran gran compañía de Caldeos, Persas y Asirios que habían sido avisados por la aparición de una estrella especial, que les significaba el nacimiento del Rey de los Judíos. Lógicamente los Judíos de la transmigración Babilónica habían enseñado sus esperanzas nacionales a estos Gentiles dispersos, y algunos de ellos creyeron, y vinieron a adorar a su rey, cumpliendo en parte la profecía de Zacarías. Lo notable es que la profecía especifica que iban a adorarle de año en año en la fiesta de Cabañas, el séptimo mes.
Las tradiciones romanas navideñas señalan diciembre 25 como Navidad, y enero 6 como el día de los reyes. Ambas fechas eran fechas importantes a los Romanos antes de Cristo. Diciembre 25 era el día mas grande de la fiesta romana "Sol", en veneración del sol que "renace" cada año después del solsticio invernal (dic. 22). Enero 6 posiblemente es corrupción del festival de Janus (Janeiro, Enero), dios romano que antiguamente celebraban en enero 9. Sin embargo, calculando que la fiesta antigua de Cabañas tenía cumplimiento preciso en la primera venida de Cristo, la evidencia figurativa propone el nacimiento de Cristo el 15 del séptimo mes, con su circuncisión el 22. (Recuerda que los meses hebreos alternaban de 29 a 30 días, dándonos el cálculo de 177 días entre los Ázimos y las Cabañas. Pero hay 183 días en esos mismos meses en nuestro calendario. Así que, la fecha de las Cabañas probablemente corresponde a nuestro octubre 9 contando el primero del año como abril 1.)
Los "magos" del oriente vieron su estrella en el día de su nacimiento porque era señal que "había nacido" (Mat. 2.2). Pero no por eso tenemos que suponer que vinieron inmediatamente para adorarle. Tardarían mucho mas de las tradicionales 12 días solamente para viajar desde Babilonia a Jerusalem, y por ser tan grande multitud sería una caravana organizada, requeriendo meses para organizar y cumplir. Además dice Mateo que Herodes "entendió de ellos diligentemente el tiempo del aparecimiento de la estrella" (Mat. 2.7), y cuando fue burlado de ellos, dice que envió y mató a todos los niños en Bethlehem de edad de dos años abajo (Mat. 2.16).
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Por estadísticas de población en aquel tiempo, Herodes seguramente mató a menos de 100 niños, y posiblemente menos que 20, lejos de los 20,000 de tradición romana. La tradición de 20,000 infantes probablemente fue derivada de la inscripción "XX M. INOCENTES" en el antiguo monumento de Inocentes en el templo de la Natividad, en Belen. Tan exagerada es la tradición de 20 mil que ni los edificadores del monumento en la antigüedad facilmente hubieran creido eso. Quizá la "M." de la inscripción en el monumento significa "mártires", no "millares". Philip Schaff, History of the Christian Church, 1890, Eerdmans Pub. Comp., Grand Rapids, MI, Vol. 1, p. 113.}No era recién nacido Jesucristo cuando vinieron los magos, porque los magos llegaron a la "casa" y vieron al "niño" (Mat. 2.11). Vemos que no era bebé, y no estaban en la cabaña todavía. Además, encontrar un recién nacido sería fácil, por testimonio de parteras, que no pueden haber mas que dos o tres en una aldea como Bethlehem. Herodes seguramente no mataría decenas de niños de dos años abajo, si pudiera no más matar a 2 o 3 infantes de dos meses abajo. Otra cosa que podemos saber de esta evidencia es que Cristo todavía no cumplía los 2 años de edad. Obviamente Herodes estaba asegurándose y sabía que tenía menos de dos años. Suponiendo que Cristo había nacido en la fiesta de Cabañas por las figuras cumplidas, y que los magos tenían que adorarle en la misma fiesta de Cabañas por la profecía de Zacarías, lo mas probable es que llegaron en su primer cumpleaños. Sabemos que la estrella que había aparecido el año pasado el día de su nacimiento, les apareció de nuevo, y por eso suponemos que era el mismo día del año (Mat. 2.9), cumpliendo figurativamente la profecía de "año en año". No tenemos evidencia del motivo porque José quedaría en Bethlehem por un año, solo sabemos que era su tierra, pero figurativamente sería el año de jubileo, y José estaba vuelto a su posesión. De todos modos, después de su tiempo en Egipto, por temor de Arquelao fue otra vez a Nazaret (Mat. 2.23, Luc. 2.39).
Evidencia Circunstancial
Ahora, toda esta evidencia figurativa y profética que coloca el nacimiento de Cristo durante la fiesta de las Cabañas, es válido solamente si no contradice ningunos otros datos bíblicos. La tradición romana que coloca su nacimiento en el día del nacimiento del sol es patentemente falsa. Cristo no nació en invierno, pues pastores apacentaban sus ganados de noche (Luc. 2.8). Además, las fiestas paganas no pueden tener ningún cumplimiento ni relación con el nacimiento de Cristo. Sin embargo, hay otra evidencia bíblica, una circunstancia complicada por supuesto, pero que puede negar o apoyar la evidencia figurativa. Se trata del nacimiento de Juan Bautista.
Nacimiento de Juan Bautista
Juan Bautista era hijo de un sacerdote. Los sacerdotes, hijos de Aarón, se consagraron a ministrar en el tabernáculo, y siglos después en el templo, por turnos de una semana (Exo. 29.30, Lev. 8.33-35). En tiempos de David dividieron este ministerio entre 24 compañías, órdenes, o repartimientos, según la casa de su padre (1 Cro. 24.1-19).
5 Repartiéronlos pues por suerte los unos con los otros: porque de los hijos de Eleazar y de los hijos de Ithamar hubo príncipes del santuario, y príncipes de la casa de Dios.
...
19 Estos fueron contados en su ministerio, para que entrasen en la casa de Jehová, conforme á su ordenanza, bajo el mando de Aarón su padre, de la manera que le había mandado Jehová el Dios de Israel.
1 Cron. 24
Estas suertes entraron un sábado y salieron el siguiente sábado (1 Cro. 9.25), y esto seguía así aún hasta los días postreros del reino de Judá (2 Cro. 23.8), y aún después (Esdras 6.18).
25 Y sus hermanos que estaban en sus aldeas, venían cada siete días por sus tiempos con ellos.
1 Cron. 9
Siendo que había solamente 24 órdenes uno debe suponer que regresaron dos veces al año, pero la Biblia nunca aclara esto. Calculando que contaron las suertes desde el principio del año, y que se repitieron dos veces, podemos asignar dos posibles fechas aproximadas al nacimiento de Juan Bautista, quien sabemos nació alrededor de 6 meses antes de Cristo (Luc. 1.36).
Zacarías era sacerdote de la suerte de Abías (Luc. 1.5). Abías era del octavo repartimiento (1 Cron. 24.10). Así que Zacarías estaba ministrando en el templo (Luc. 1.8) la octava semana, o sea, del día 50 hasta 57 después del primer sábado del año, que viene siendo alrededor de nuestro junio 1. Un ángel le aparece y le dice que su esposa va a tener un hijo, que le parece increíble siendo ella siempre estéril y ahora vieja. Sin embargo, cuando terminaron los días de su oficio (Luc. 1.23) fue a casa y "después de aquellos días" Elizabet concibió. Concluyendo por ser milagro que Elizabet concibió luego, Juan Bautista lógicamente fue concebido en junio o a principios de Julio. Preñez humana dura normalmente 40 semanas, o 280 días. Contando desde su concepción llegamos al nacimiento de Juan Bautista alrededor del principio del año, en el primer mes (abril). Añadiendo los seis meses para que nazca Jesucristo, conforme a la información de Lucas (Luc. 1.26) y también Gabriel (Luc. 1.36), concluimos que esta evidencia propone un nacimiento de Jesucristo en el séptimo mes hebreo, probablemente en la primera mitad de nuestro octubre.
La única otra probabilidad según esta información es que Zacarías estaba en una segunda ministración en el templo, lo cual lógicamente retrasa ambos nacimientos 24 semanas, proponiendo un nacimiento de Cristo alrededor del principio del año (abril). Sin embargo, no tenemos ninguna evidencia de segundas ministraciones, y aunque es lógico, nunca es mencionado.
Esta evidencia circunstancial no es positiva y no podemos asegurar positivamente la conclusión por ella sola. Pero el hecho que la evidencia circunstancial acuerda perfectamente con la evidencia figurativa y profética es un triple testimonio que Jesucristo, haciéndose "natural" de Israel, nació como cumplimiento de la fiesta de Cabañas en el séptimo mes. Y si algún día Cristo nos asegura este hecho, nos hace perfectamente razonable que en el futuro los Gentiles vendrán de año en año para adorar al rey durante la fiesta de las Cabañas, como profetizó Zacarías (14.16).
Las tres fiestas hebreas tuvieron cumplimiento en Cristo, en su primera venida. Su perfecta precisión no solamente comprueba el Antiguo Testamento, sino también aclara las historias del Nuevo, y ambos testamentos juntos son poderoso testimonio del evangelio. No tenemos que guardar ni observar estas fiestas siendo ya cumplidas, pero no hay ninguna razón ser ignorantes de ellas, ni hay mal en recordarlas y regocijar en ellas. Y especialmente considerando la ignorancia de las observancias tradicionales, hay porque tener las evidencias a la mano.