La Epístola

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Edición 006, Febrero 1995

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El hermano Noé Castillo, evangelista en Celaya, ahora tiene una cuenta de ahorros en Banca Promex de León, Gto. Su número de cuenta es #0003389339, de la sucursal #081, de León, Gto. La cuenta de Flavio Santoyo es en Celaya, Gto, y es el #0003293655. Se puede también ofrendar a estos hermanos enviando un giro postal a su nombre, al Apartado Postal 833, Celaya, Gto. C.P 38000.

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Los hermanos en León encargados del servicio de libros para nuestras iglesias han decidido hacer himnarios por copiadoras, en vez de pagar a una imprenta por una cantidad mayor. Para sacar un buén precio se necesita imprimir por lo menos 1000 copias, y nos cobraban mas de N$ 3,200.00, saliendo cada himnario terminado alrededor de N$ 3.50. Pero calculamos que podemos sacar copias de cantidades de 50 o mas en menos de N$ 3.00. (Todos estos precios son de hace unos meses, entonces puede que se suban). Así que optaron por hacer una cantidad menor, aunque su calidad también será menor.

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Estos hermanos diáconos en León son responsables proveer Biblias al costo para las iglesias. También se van a encargar de imprimir los temarios (libros de los estudios). Así que, los que necesitan Biblias o temarios pueden pedírselos. Dirige cualquier correspondencia a Sergio Valencia, Calle Mora #204, Colonia Coecillo, León, Gto. C.P. 37260, Teléfono (47) 14 97 65

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Invitamos a todos los predicadores convivir con nosotros en la próxima reunión de los predicadores, que será el tercer domingo de febrero (feb. 19) en la casa de Juan Córdoba, en León, a las 4:00 p.m. Se puede comunicar con Juan en el teléfono # (47) 78-15-64. Oramos juntos para que Dios bendice los ministerios de cada uno. Esta vez, estamos invitando algunos hermanos llegar a las 3:00 de la tarde, para ayudar en cortar, juntar, doblar y grapar los nuevos himnarios y temarios. Si puedes llegar temprano te pondremos a trabajar, y así los hermanos que necesitan himnarios pueden llevarlos de una vez. Bienvenidos.

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La iglesia en León ya empezó su construcción. Apenas están preparando los cimientos. Están trabajando los varones los martes y los jueves en la mañana, y los domingos en la tarde.

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La Elección

Hombres Incrédulos

Albert Einstein era un ateo, negaba la existencia de Dios, y entre 1917 y 1929 intentaba encontrar una teoría científica para demostrar que el universo era infinito, siempre renovándose, sin principio, sin fin, y sin límite. Un astrónomo, Edwin Hubble, demostró con muchos experimentos que todas las estrellas están retrocediéndose de un punto central del universo. Como un buen científico Einstein se oponía a tal evidencia porque demostraba que el universo tuvo un principio. En 1929, Einstein visitó a Hubble, y después de estudiar por si mismo las evidencias, concluyó que en efecto el universo sí tuvo un principio, y de consiguiente, tuvo un creador.1 Siendo Einstein un Judío, se supone que ese científico tan célebre se declare a favor del Dios de la Biblia. Pero a pesar de su conversión a "deismo" (creencia que existe un dios), Einstein seguía negando la existencia de un Dios personal. Aunque un Dios inteligente y creativo tenía que ser también una persona, Einstein no pudo aceptar eso porque veía tanta maldad en la creación, y un Dios personal sería responsable por toda esa maldad. ¡Qué listos son los científicos incrédulos, que desdeñan una cosa por ilógica, y abrazan otra cosa igualmente ilógica!

Si este ser es omnipotente, entonces toda ocurrencia, incluyendo cada acción humana, cada pensamiento humano, y cada sentimiento y ambición humana es también Su obra; ¿cómo es posible pensar en imputar la responsabilidad a los hombres por sus hechos y pensamientos, delante de un ser así todopoderoso? En repartir castigo y galardón El estaría en algún grado juzgándose a Si Mismo. ¿Cómo puede esto reconciliarse con la bondad y justicia atribuído a El?

Albert Einstein2

La Responsabilidad de los Hombres

En efecto, Einstein negaba el verdadero Dios revelado en la Biblia y en la naturaleza porque no podía comprender el misterio de la responsabilidad de los hombres. Este misterio ha confundido a los más inteligentes filósofos desde la creación. Si Dios es todopoderoso, y a la vez es perfectamente bueno, ¿cómo entró el pecado? Si Dios no quiso el pecado, ¿porqué lo permitió? O en las palabras de la Biblia:

Me dirás pues: ¿Por qué, pues, se enoja? porque ¿quién resistirá á su voluntad? (Romanos 9:19)

Pablo no se contestó, sino demandaba la humildad y sumisión del lector:

Mas antes, oh hombre, ¿quién eres tú, para que alterques con Dios? Dirá el vaso de barro al que le labró: ¿Por qué me has hecho tal? (Romanos 9:20)

Quedamos pues, con ese gran misterio. Por una parte tenemos que aceptar que Dios es todopoderoso:

¿Hay para Dios alguna cosa difícil? (Génesis 18:14)

Pero que también El es todo bueno:

Dios es luz, y en él no hay ningunas tinieblas. (1 Juan 1:5)

Y que el pecado que existe en la creación no vino por su voluntad de el:

Dios hizo al hombre recto, mas ellos buscaron muchas cuentas. (Eccl. 7.29)

¿Cómo puede esto ser? Nadie lo sabe. Lo aceptamos por la fe, (y porque no hay alternativa). Si Dios fuera malo, tampoco podríamos comprender la creación, porque sí existe la justicia. Y si Dios no fuera una persona, tampoco eso explica nada, porque personas sí existen. Sin duda, con existir la maldad, existe también la responsabilidad. Protesta si quieres, pero el hecho permanece, Dios es una persona, todopoderoso, y todo bueno, y a la vez, los hombres somos totalmente responsables por nuestras decisiones malas.

Curiosamente este misterio también molesta a los cristianos. Aunque somos creyentes decididos, y sometidos a la Biblia, naturalmente los cristianos tendemos a ver las cosas desde nuestro punto de vista mortal también, y es difícil no juzgar a Dios conforme a nuestros criterios. Y Satanás se aprovecha. Vamos a considerar el misterio del punto de vista cristiano para poder distinguir entre el engaño y la verdad.

La Condenación

Dios sí imputa pecados, sí culpa a los hombres, y es mas, Dios les condenará por sus pecados.

Por cuanto ha establecido un día, en el cual ha de juzgar al mundo con justicia, por aquel varón al cual determinó; (Hechos 17:31)

Mas el que hace injuria, recibirá la injuria que hiciere; que no hay acepción de personas. (Col. 3:25)

A incrédulos como Albert Einstein aún esto parece injusto. Pero espérame, hay mas. La condenación de los humanos pecadores se ha revelado en la Biblia como un castigo severo en extremo, un tormento consciente y eterno.

E irán éstos al tormento eterno, y los justos á la vida eterna. (Mateo 25:46)

El razonamiento humano abomina esa doctrina. Una solución a esta parte del misterio es negar la condenación. Esto ha sido la preferencia de casi todas las sectas. Los Testigos de Jehová niegan el infierno de fuego, optando mas bien por una aniquilación final, o sencillamente, una falta de resurrección. Pero la Biblia no concurre.

Mas los que hicieron mal, á resurrección de condenación. (Juan 5:29)

Católicos menguan el problema, (no lo resuelven), por la doctrina novicia del purgatorio, donde la condenación no será eterna. Se supone que el infierno será reservado solamente para los muy malos. Pero los creyentes de la Biblia no tenemos esas opciones. Nos resignamos de que la condenación es severa y eterna. Pero, para el colmo, el misterio se complica aún mas.

El Inexplicable Amor de Dios

La Biblia nos ha revelado que ese mismo Dios todopoderoso ama a todos los hombres, aun siendo pecadores, y que los quiere salvar.

Bueno es Jehová para con todos; Y sus misericordias sobre todas sus obras. (Salmos 145:9)

Porque de tal manera amó Dios al mundo, que ha dado á su Hijo unigénito, para que todo aquel que en él cree, no se pierda, mas tenga vida eterna. (Juan 3:16)

¿Qué pasó con Dios? Si Dios es todo bueno, ¿Cómo puede él amar los que no lo son? Si Dios es todopoderoso, ¿cómo puede él perder lo que no quiso perder? Si Dios es todosabio, ¿cómo no pudo él prevenir lo que no quiso que sucediera? Si Dios es todopresente ¿cómo puede él soportar la condenación eterna de seres amados? Este sí es el colmo del gran misterio.

Dos Certezas Irreconciliables

El misterio se reduce a nuestro entendimiento de la voluntad de Dios. Las decisiones de Dios son el punto en cuestión. Verás que hay textos en la Biblia que nos proponen dos certezas irreconciliables. Primero, la certeza que Dios no quiere condenar a nadie:

Así, no es la voluntad de vuestro Padre que está en los cielos, que se pierda uno de estos pequeños. (Mateo 18:14)

El Señor no tarda su promesa, como algunos la tienen por tardanza; sino que es paciente para con nosotros, no queriendo que ninguno perezca, sino que todos procedan al arrepentimiento. (2 Pedro 3:9)

Y Segundo, la certeza que Dios hasta se deleita en el cumplimiento de justicia que condenará al que lo merece.

Y será que como Jehová se gozó sobre vosotros para haceros bien, y para multiplicaros, así se gozará Jehová sobre vosotros para arruinaros, y para destruiros; (Deuteronomio 28:63)

El que mora en los cielos se reirá; El Señor se burlará de ellos. (Salmos 2:4)

Sean raídos del libro de los vivientes, Y no sean escritos con los justos. (Salmos 69:28)

También yo me reiré en vuestra calamidad, Y me burlaré cuando os viniere lo que teméis; (Proverbios 1:26)

No hay ninguna interpretación bíblica que elimina el misterio. Tarde o temprano todos los cristianos tienen que creer lo que no podrán explicar. O tendrán que corregir la Biblia. Aún así, hay actualmente dos tendencias opuestas entre cristianos calculadas para evadir este misterio.

El Esfuerzo Heroico de Dios

Primero, hay cristianos que efectivamente niegan el poder, o las decisiones de Dios. Si Dios ama a todos los hombres, y si la mayoría de los que él ama se perderán, tiene que ser porque él no pudo salvarles aunque hiciera el esfuerzo. No pudo ser la decisión de Dios que finalmente les perdió. Dios, en esa teoría, ha intentado salvar al mundo, pero al fin, el mundo no será salvo, sino destruido, por rechazar a su salvador. Un pequeño porcentaje sí seremos salvos, pero se terminará la historia del mundo con un trágico juicio en el cual Jesucristo angustiado sentenciará millones de sus seres amados al infierno. Se ha supuesto que Jesús será inconsolable por la eternidad, habiendo perdido a tantos amados, como cuando David lamentaba la muerte de Absalom mas que gozaba con sus siervos leales (2 Samuel 19.1-7). Sin embargo esto no es ni lo dicho por la Biblia, ni su sentido.

HE aquí que no se ha acortado la mano de Jehová para salvar, ni hase agravado su oído para oir: (Isaías 59:1)

El "no poder" de Dios nunca es el pretexto bíblico por no salvar. Nada es difícil para Dios. Además, la cruz de Cristo fue un estupendo éxito, no un triste fracaso para un inconsolable Cristo. "Es cierto," dirán, "pero aún queriendo salvarles, Dios violaría sus propios principios si los salvara en contra de su voluntad de ellos." Ah, qué pobre Dios imaginan, disfrazado con potencia. ¿No saben que Dios no solamente puede salvar, él puede también persuadir?

Luego dice á Tomás: Mete tu dedo aquí, y ve mis manos: y alarga acá tu mano, y métela en mi costado: y no seas incrédulo, sino fiel. (Juan 20:27)

Dios no necesita pretextos para sus decisiones. Dios supo el futuro, bién pudo haber evitado cualquier resultado desagradable. Los hombres no tenemos el derecho de interrogar a Dios por sus decisiones. El misterio permanece a pesar de estos razonamientos. Dios quiso salvar, Dios pudo persuadir, pero al cabo, fue la decisión de Dios permitir a los hombres perderse.

El Amor Propio de Dios

Al otro lado hay cristianos que efectivamente niegan el amor de Dios para los que finalmente se condenarán. En su teoría, Dios salvará a todos los que amó, pero los demás hombres sencillamente nunca fueron amados por Dios. Citan unos cuantos pasajes para la prueba de esta doctrina.

Yo ruego por ellos: no ruego por el mundo, sino por los que me diste; porque tuyos son: (Juan 17:9)

Como está escrito: A Jacob amé, mas á Esaú aborrecí. (Romanos 9:13)

Bueno, si no los amara, entonces no habría misterio. Y si Dios creó la humanidad "como bestias brutas, que naturalmente son hechas para presa y destrucción" (2 Pedro 2:12), no podemos altercar con él. Pero la Biblia nos presenta este gran misterio que Dios en verdad amó a los hombres. Que Dios estaba buscando el bién de nosotros, no solamente un provecho egoista. Y que Dios amó y quiso salvar a todos.

Porque esperamos en el Dios viviente, el cual es Salvador de todos los hombres, mayormente de los que creen. (1 Timoteo 4:10)

El cual quiere que todos los hombres sean salvos, y que vengan al conocimiento de la verdad. (1 Tim. 2:4)

La Biblia repite muchas veces que Dios amó a todos, y nunca lo contradice. ¿Dónde dice la Biblia que Dios nunca amaba a Esaú? ¿Dónde dice que él ama solamente a los elegidos? Negar el amor de Dios para los que se perderán no es una opción bíblica.

El Principio de Elección

El misterio no solamente permanece, pero la Biblia lo trata en profundidad bajo el tema de la "elección".

Según nos escogió en él antes de la fundación del mundo, para que fuésemos santos y sin mancha delante de él en amor; (Efesios 1:4)

 ...que Dios os haya escogido desde el principio para salud, por la santificación del Espíritu y fe de la verdad: (2 Tesalonicenses 2:13)

Tanto se rebela nuestra naturaleza en contra de tal doctrina que muchos cristianos la repudian sin considerarla. Parece decir que Dios escogió condenar a millones de desafortunados. Pero no es así. Dios culpa a los hombres por sus decisiones, lo cual es un verdadero misterio. Pero la elección en la Biblia es que Dios escogió persuadir a hombres que sin remordimiento habíamos escogido nuestra propia condenación, e íbamos hacía nuestro fin merecido con ímpetu, como caballo a la batalla. No es que multitudes de hombres buscan salvarse, pero que Dios los rechaza por no ser ellos entre sus favoritos. Es que ningún hombre busca a Dios, todos son rebeldes e incrédulos, y Dios decidió quebrantar la voluntad de algunos, a pesar de su propia tontería.

Pero por no entenderlo así, cristianos suelen inventar explicaciones a estos versículos. Dirán que Dios no escogió a unos, sino a todos los hombres, y que ahora la decisión final depende de la elección de cada humano por si mismo. O sea, Dios escogió escoger lo que nosotros escogimos solitos. No puedo imaginar porqué lo diría así, pero aún tomándolo en cuenta, Jesús dice otra cosa:

No me elegisteis vosotros á mí, mas yo os elegí á vosotros; (Juan 15:16)

Si fuerais del mundo, el mundo amaría lo suyo; mas porque no sois del mundo, antes yo os elegí del mundo, por eso os aborrece el mundo. (Juan 15:19)

Vemos que la Biblia dice que Dios amó a todos, pero no dice que Dios escogió a todos. Entonces dirán que Dios no eligió a personas, sino a características previstas en ellos, y citarán:

Antes lo necio del mundo escogió Dios, para avergonzar á los sabios; y lo flaco del mundo escogió Dios, para avergonzar lo fuerte; (1 Corintios 1:27)

Elegidos según la presciencia de Dios Padre en santificación del Espíritu, para obedecer y ser rociados con la sangre de Jesucristo: (1 Pedro 1:2)

El idea de esto es que Dios miró al futuro, vió cuales íbamos a creer en el sin su interferencia, y nos escogió según nuestra fe. Aunque esto nunca está explicado así en la Biblia, al cristiano intentando evitar la doctrina de elección, parece muy razonable. Así pueden seguir imaginando a Dios muy chido. Según eso, Dios no escogió a ninguno en particular, sino escogió a cualquiera que tuviera fe, sin fijarse en quién iba a ser. Esto no evita el misterio mayor, (que Dios todopoderoso falló salvar algunos de sus amados), pero sí efectivamente anula los pasajes bíblicos acerca de la elección de Dios antes de nuestros hechos. Pero espérame, hay unos pequeños detalles.

La Casualidad, La Suerte, e Ideas Afines

Primero, según la Biblia no hay diferencia fundamental entre los humanos.

Porque ¿quién te distingue? ¿ó qué tienes que no hayas recibido? Y si lo recibiste, ¿de qué te glorías como si no hubieras recibido? (1 Corintios 4:7)

Si no hubo ninguna diferencia básica entre nosotros, nuestra elección viene siendo la casualidad de haber oído el evangelio estando en buen humor. Sería una elección por suerte. Pero un Dios todosabio nulifica la suerte.

La suerte se echa en el seno: Mas de Jehová es el juicio de ella. (Proverbios 16:33)

Y la Biblia habla de elección por propósito de Dios.

(Porque no siendo aún nacidos, ni habiendo hecho aún ni bien ni mal, para que el propósito de Dios conforme á la elección, no por las obras sino por el que llama, permaneciese;) (Romanos 9:11)

En él digo, en quien asimismo tuvimos suerte (herencia), habiendo sido predestinados conforme al propósito del que hace todas las cosas según el consejo de su voluntad, (Efesios 1:11)

El Don de Dios

Otro detalle que pasan por alto es que la Biblia dice que los hombres tampoco creíamos naturalmente.

Y lo que vió y oyó, esto testifica: y nadie recibe su testimonio. (Juan 3:32)

Porque Dios encerró á todos en incredulidad, para tener misericordia de todos. (Romanos 11:32)

Vemos que Dios no previó fe en ninguno, sino previó incredulidad, y que la fe que algunos ahora tenemos, fue causado por Dios con una persuasión efectiva.

Vosotros sois mis testigos, dice Jehová, y mi siervo que yo escogí; para que me conozcáis y creáis, y entendáis que yo mismo soy; (Isaías 43:10)

Porque á vosotros es concedido por Cristo, no sólo que creáis en él, sino también que padezcáis por él, (Filip. 1:29)

Porque por gracia sois salvos por la fe; y esto no de vosotros, pues es don de Dios: (Efesios 2.8)

En otras palabras, todos los hombres éramos incrédulos. Al oir el evangelio ninguno lo hubiera aceptado naturalmente. Pero por propósitos de Dios, según el puro afecto de su voluntad, él decidió persuadir algunos a pesar de su incredulidad natural. Así que, los que se condenan tienen toda la culpa de su propia condenación, porque sí son incrédulos. Dios no los rechazó, sino ellos mismos rechazaron a Dios. Pero los que nos salvamos no podemos jactarnos de nuestra fe, porque tampoco habíamos creído naturalmente. Y no hubiéramos creído aparte de la persuasión efectiva de Dios. El único recurso que tienen los que no aceptan la elección es negar el derecho de Dios escoger entre incrédulos. He aquí el misterio, que nadie es condenado por la elección de Dios. Todos son condenados por su propio pecado e incredulidad. Pero nadie de nosotros creyentes somos salvos sin la positiva elección de Dios.

Los Criterios de la Elección

Cristianos que niegan la elección a menudo la repudian por no entender los criterios de Dios. Rara vez admiten que el criterio de su propia elección en su teoría es la suerte. Por otra parte los que creen en un amor exclusivo de Dios tampoco entienden los criterios de la elección. ¿Somos elegidos porque Dios nos amó? O ¿somos amados porque Dios nos eligió? Cualquier de los dos nos deja ignorantes de sus criterios. Bién, si Dios no nos escogió por lo que veía en nosotros, ¿porqué nos escogió? Si no veía ninguna diferencia entre humanos, ¿cuál fue su pauta entonces? Quizá algunos de los propósitos fundamentales de Dios son aún escondidos, pero por lo menos entendemos el principio del derecho de Jesucristo. Cristo merece tener adoradores, y por esto Dios aseguró los resultados que hay.

Por mí, por amor de mí lo haré, para que no sea amancillado mi nombre, y mi honra no la daré á otro. (Isaías 48:11)

No obstante lo sobresaliente de ese motivo en su elección, quisiéramos descubrir alguna norma mas precisa, o mas relevante a nosotros. Hay también varios criterios secundarios que son revelados. El más importante en mi opinión es el criterio de intercesión. Dios sí escoge a unos por amor de otros.

Así que, cuanto al evangelio, son enemigos por causa de vosotros: mas cuanto á la elección, son muy amados por causa de los padres. (Romanos 11:28)

Dios escogió a Abraham sin duda por amor de su propio nombre. El merecía ser creído. Pero Dios escogió a Israel por amor de Abraham. Con alguna imaginación podemos ver que nadie fue escogido al azar, sino que la elección de Dios tuvo criterios buenos, sabios y profundos. Posiblemente te escogió a tí por amor de alguien a tu alrededor. También puede ser que tú eres elegido por el principio del obrero. En ese sentido la elección de otros es la cosecha, o la corona, del obrero.

Porque ¿cuál es nuestra esperanza, ó gozo, ó corona de que me gloríe? ¿No sois vosotros, delante de nuestro Señor Jesucristo en su venida? Que vosotros sois nuestra gloria y gozo. (1 Tesalonicenses 2.19,20)

Los que sembraron con lágrimas, con regocijo segarán. Irá andando y llorando el que lleva la preciosa simiente; Mas volverá á venir con regocijo, trayendo sus gavillas. (Salmos 126.5,6)

Dios recompensa sus obreros con almas. Si el derecho de Cristo es la causa principal de nuestra elección, la cosecha del que labra es una causa secundaria. Nunca debemos menospreciar la influencia de nuestro anhelo espiritual, nuestro trabajo en el evangelio, y nuestra intercesión a Dios por amor de nuestros conocidos.

Los Peligros

Es importante que reconozcas que eres elegido por propósito de Dios, y que no fuiste distinguido por tu fe natural. Pero hay peligros en considerar la elección. Por un lado, cristianos que reconocen la verdad de elección a veces llegan al extremo de menospreciar el papel del evangelismo. Si Dios ha elegido a ciertos desde antes de la fundación del mundo, se puede suponer que nuestra obra ahora es solamente llenar un espacio en la historia. Pero no es así. Lo que Dios hizo antes del mundo lo hizo conociéndonos antes, y nuestra parte en la elección de otros es verdadero, y actual. Dios está en estos momentos eligiendo todavía.

Por el otro lado, cristianos que niegan la elección también menosprecian nuestro papel. Algunos piensan que si algún ignorante en algún lugar remoto tuviera suficiente fe, Dios mirará esa fe con tal agrado que le asegurará una "oportunidad" justa. Lo que olvidan es que todos ya tienen su oportunidad justa. Dios demanda que los hombres le busquen. Los que no le buscan son condenados no mas por eso. Y no hay quien le busca. La conclusión popular de esta idea es que los que finalmente perecen hubieran rechazado el evangelio si lo hubieran oido. Pereza se justifica en esta teoría, pensando que Dios no dejaría a ningún hombre dispuesto y sincero perderse. Lo cual sería cierto, si hubiera algún sincero en el mundo. Pero mas al caso es que Dios salvaría aún a un insincero, e indispuesto, si hubiera algún cristiano con suficiente amor para buscarle o suplicar por el.

El Evangelio Aguado

Otro peligro es que los predicadores que niegan la elección tienden a abaratar el evangelio. El idea es que no importa los medios de persuasión, solo importa el resultado (mas reclutas). Algunos de esos resultados son genuinos convertidos al evangelio, y con eso justifican sus métodos. Pero son métodos incrédulos. Se justifican también pretendiendo ser motivados por amor a los perdidos. Pero, ningún hombre tiene motivos puros, y un motivo mas probable es éxito visible en su ministerio. Dios persuadió a Saulo de Tarso sin regalos, sin música, sin celebridades, y sin títeres. Y un Saulo convertido por Dios vale miles de nuevos adeptos convertidos por nuestros métodos superficiales y semi-efectivos.

Doctrina de Esperanza Para los Perdidos

El misterio de la elección no se va a resolver en esta vida. Tenemos la tendencia natural censurar a Dios por sus decisiones. Arrepentidos de eso, tendemos a justificarle con razonamientos. Como el niño defiende a su padre insultado de que ¡no es bueno para nada!, y responde "¡No es cierto, Sí lo es!" Dios no requiere justificación. El tiene razón. La sabiduría cristiana es someternos a sus decisiones. Al hacerlo, encontramos que lo que nos parecía doctrina repugnante viene siendo bendición que sobrepuja entendimiento. Elección es doctrina de esperanza, que no hay nadie tan lejos, nadie tan duro, nadie tan incrédulo, que Dios no puede alcanzarle. Predícales el evangelio derecho, y verás en vivo la elección del persuasivo Dios.

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1 Hugh Ross, The Creator and the Cosmos, Navpress Publishing, 1993, p. 46

2 Albert Einstein, Out of My Later Years, New York: Philosophical Library, 1950, p. 27. Citado en The Creator and the Cosmos.