Apartado 1054

Irapuato, Gto. 36500

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Edición 005, Enero 1995

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Impreso en México

Los Hermanos Flavio y Noé se cambiaron a Celaya en los principios del año. Dios prosperó sus planes y proveyó unas casas de renta en la misma colonia. Seguiremos orando para los demás hermanos que piensan alcanzarles después. Sus direcciones actuales:

Flavio Santoyo Torres (y Pati)

Calle Rubén M. Campos #109

Colonia Los Girasoles

Celaya, Gto. C.P. 38020

Teléfono (461) 4_49_18

Noé Castillo (y María Elena)

Calle José López Lira #113

Colonia Los Girasoles

Celaya, Gto. C.P. 38020

Se puede comunicar con cualquier de los dos en el Apartado Postal 833, Celaya, Gto. C.P. 38000. No olviden comunicar con ellos de sus bienes (quiero decir, ofrendas, dinero) para prosperar el evangelio en Celaya. Ofrendas a Noé Castillo deben ser enviados como giro postal al apartado postal. Ofrendas a Flavio Santoyo pueden ser enviados igual, o pueden depositar directamente en su cuenta personal de Banca Promex. En cualquier sucursal del país el número de su cuenta (ahorros) es #3293655. Si quiere ofrendar a los dos en la cuenta de Flavio, solamente piden que avise a Flavio antes. Recuerden, hermanos, que los que predican el evangelio son dignos de vivir del evangelio. Cualquier hermano que no está ofrendando a un predicador del evangelio está desobedeciendo a Cristo. El obrero es digno de su jornal.

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Los hermanos responsables para responder a las publicaciones en Europa Oriental nos han avisado que ya han recibido 4,153 cartas hasta la fecha. 2,465 de estas cartas son de Rusia. Oren por el Hermano Don Duberow y su esposa rusa Natasha mientras responden a tan gran número de interesados.

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No habrá reunión de oración de los predicadores en enero. La próxima reunión de los predicadores ser el tercer domingo de Febrero (Feb. 19) en la casa de Juan Córdoba, en León, a las 4:00 p.m.

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32 De la higuera aprended la parábola: Cuando ya su rama se enternece, y las hojas brotan, sabéis que el verano está cerca.

33 Así también vosotros, cuando viereis todas estas cosas, sabed que está cercano, á las puertas.

34 De cierto os digo, que no pasará esta generación, que todas estas cosas no acontezcan. (Mateo 24)

En nuestros días la esperanza que Cristo viene pronto ha llegado a ser universal entre "evangélicos." Mientras los "expertos" de las denominaciones insisten que es solamente un fenómeno social entre extremistas,¹ los cristianos que creemos la Biblia tenemos la "palabra profética mas permanente". Aunque Cristo nos dijo que nadie sabe la fecha de su venida, tampoco nos dejó en tinieblas. Nos profetizó muchas señales que nos preparan para el fin, entre ellas, guerras, hambres, terremotos, alborotos, pestilencias, y apostasía. Sabemos que se han cumplido estas cosas en este siglo mas que en ninguno anterior. Pero estas señales no son muy específicos, para dejarnos sin duda. Quiero decir que en algún grado las mismas cosas han sucedido en todos los siglos. Pero en la parábola de la higuera nos ha dejado una señal específica, que no se había cumplido en ningún grado desde los días de Cristo, y que ha despertado a los "fundamentalistas" desde 1917.¹ Vamos a ver porqué esta parábola ha despertado la esperanza de los cristianos en este siglo.

En la misma parábola de Lucas 21.29 Cristo menciona "la higuera y todos los árboles." La higuera es el árbol clave mientras todos los árboles nos ayudarán en la interpretación. Veremos que la higuera o higos tienen tres significados en las profecías. Es semejado a las fortalezas de Nínive en Nahum 3.12. Pero la semejanza es de una higuera sacudida. También es semejado a las estrellas en Isaías 34.4, que profetiza que las estrellas caerán como "la de la higuera," y se cumple en Apoc. 6.13 "como la higuera echa sus higos." Ninguno de estos dos nos ayuda en interpretar la parábola de la higuera con su rama enterneciéndose. La tercera semejanza es a la tierra de Israel. 6 Porque gente subió á mi tierra, fuerte y sin número; sus dientes, dientes de león, y sus muelas, de león.

7 Asoló mi vid, y descortezó mi higuera: del todo la desnudó y derribó: sus ramas quedaron blancas. (Joel 1.6)

Aquí sí tenemos una interpretación legítima, siendo que habla también de "sus ramas." Obviamente la higuera tiene que ver con la tierra de Israel.

Hay otras profecías que demuestran lo mismo. 10 Como uvas en el desierto hallé á Israel: como la fruta temprana de la higuera en su principio vi a vuestros padres. (Oseas 9:10)

5 Así ha dicho Jehová Dios de Israel: Como á estos buenos higos, así conoceré la trasportación de Judá al cual eché de este lugar á tierra de Caldeos, para bien.

6 Porque pondré mis ojos sobre ellos para bien, y volverélos á esta tierra; y los edificaré, y no los destruiré: plantarélos, y no los arrancaré. (Jeremías 24)

Proféticamente la higuera habla de la tierra de Israel, y los higos representan al pueblo de Israel. Ahora la parábola de Cristo menciona las ramas y dice que van a enternecerse. Para enternecerse tienen primero que secarse. También hay muchas referencias proféticas a esto. Al leer estas profecías fíjate en las palabras que utilizan, no solamente para asegurar que la interpretación es legítima, pero también porque en ellas hay pistas que resuelven otros detalles.

10 Porque la ciudad fortalecida será asolada, la morada será desamparada y dejada como un desierto: allí se apacentará el becerro, allí tendrá su majada, y acabará sus ramas.

11 Cuando sus ramas se secaren, serán quebradas; mujeres vendrán á encenderlas: porque aquél no es pueblo de entendimiento; (Isaías 27)

8 En un buen campo, junto á muchas aguas fué plantada, para que hiciese ramos y llevase fruto, y para que fuese vid robusta.

9 Di: Así ha dicho el Señor Jehová: ¿Será prosperada? ¿No arrancará sus raíces, y destruirá su fruto, y secaráse? Todas las hojas de su lozanía secará, y no con gran brazo, ni con mucha gente, arrancándola de sus raíces.

10 Y he aquí que plantada está ella, ¿será prosperada? ¿No se secará del todo cuando el viento solano la tocare? En los surcos de su verdor se secará.

11 Y fué á mí palabra de Jehová, diciendo:

12 Di ahora á la casa rebelde: ¿No habéis entendido qué significan estas cosas? Diles: He aquí que el rey de Babilonia vino á Jerusalem, y tomó tu rey y sus príncipes, y llevólos consigo á Babilonia. (Ezequiel 17)

Fijándonos en las palabras de estas profecías vemos que el secamiento de la higuera en tiempos de los profetas tuvo que ver con la destrucción de Jerusalem (Isa. 27.10, Eze.17.12,23). Sabiendo que la higuera significa la tierra de Israel, y el secamiento significaba su destrucción y el cautiverio de su pueblo, podemos ver que Cristo también profetizó otro secamiento de la higuera en su tiempo. 19 Y viendo una higuera cerca del camino, vino á ella, y no halló nada en ella, sino hojas solamente, y le dijo: Nunca más para siempre nazca de ti fruto. Y luego se secó la higuera.

20 Y viendo esto los discípulos, maravillados decían: ¿Cómo se secó luego la higuera? (Mateo 21)

31 Porque si en el árbol verde hacen estas cosas, ¿en el seco, qué se hará? (Lucas 23:31)

6 Y dijo esta parábola: Tenía uno una higuera plantada en su viña, y vino á buscar fruto en ella, y no lo halló.

7 Y dijo al viñero: He aquí tres años ha que vengo á buscar fruto en esta higuera, y no lo hallo; córtala, ¿por qué ocupará aún la tierra?

8 El entonces respondiendo, le dijo: Señor, déjala aún este año, hasta que la excave, y estercole.

9 Y si hiciere fruto, bien; y si no, la cortarás después. (Lucas 13)

Si Cristo profetizó otro secamiento, también profetizo su restauración, el enternecimiento de las ramas de la higuera. En el secamiento anterior, el reverdecimiento restauraba lo perdido en la secada, punto por punto.

11 Cuando sus ramas se secaren, serán quebradas; mujeres vendrán á encenderlas: porque aquél no es pueblo de entendimiento; por tanto su Hacedor no tendrá de él misericordia, ni se compadecerá de él el que lo formó.

12 Y acontecerá en aquel día, que herirá Jehová desde el álveo del río hasta el torrente de Egipto, y vosotros, hijos de Israel, seréis reunidos uno á uno.

13 Acontecerá también en aquel día, que se tañerá con gran trompeta, y vendrán los que habían sido esparcidos en la tierra de Asiria, y los que habían sido echados en tierra de Egipto, y adorarán á Jehová en el monte santo, en Jerusalem. (Isa.27)

21 Tierra, no temas; alégrate y gózate: porque Jehová ha de hacer grandes cosas.

22 Animales del campo, no temáis; porque los pastos del desierto reverdecerán, porque los árboles llevarán su fruto, la higuera y la vid darán sus frutos.

23 Vosotros también, hijos de Sión, alegraos y gozaos en Jehová vuestro Dios; porque os ha dado la primera lluvia arregladamente, y hará descender sobre vosotros lluvia temprana y tardía como al principio. (Joel 2) (Véase también Cant. 2.8-13)

23 En el monte alto de Israel lo plantaré, y alzará ramos, y llevará fruto, y haráse magnífico cedro; y habitarán debajo de él todas las aves, toda cosa que vuela habitará á la sombra de sus ramos.

24 Y sabrán todos los árboles del campo que yo Jehová abatí el árbol sublime, levanté el árbol bajo, hice secar el árbol verde, é hice reverdecer el árbol seco. (Ezequiel 17) (Véase también Ezequiel 19.12)

Ahora, entonces, para interpretar la parábola de la higuera tenemos que comparar su secamiento con su reverdecimiento, esperando reconocer el momento clave. Por su importancia en las profecías, prestamos atención a la tierra de Israel (Palestina), a Jerusalem, y al Templo (el monte santo).

Cinco acontecimientos son dignos de mencionar cuando repasamos la historia de Jerusalem desde la semana final de Jesucristo.

1. Cristo fue crucificado en abril del año 30. El primer evento importante es que el momento de su muerte la Biblia dice que "el velo del templo se rompió en dos, de alto á bajo: y la tierra tembló, y las piedras se hendieron" (Mateo 27:51).

2. En abril del año 70, Tito inició el sitio contra Jerusalem, y lo concluyó en seis meses, para que al final de septiembre del año 70, Jerusalem perteneció a los Romanos.

3. El templo en Jerusalem fue ocupado en los últimos días de agosto del año 70, y fue quemado por los Romanos al ocuparlo, dejándolo destruido completamente menos una sola pared, que permanece hasta el día de hoy. Este último detalle es muy importante siendo que Cristo profetizó en mas que un lugar "que no será dejada aquí piedra sobre piedra, que no sea destruida." (Mateo24.2, Marcos 13.2, Lucas 19.44) O sea, la destrucción de Jerusalem profetizado por Cristo todavía no se ha cumplido. (Será la tercera destrucción. Lo que sí se cumplió fue el secamiento de la higuera.)

4. En Palestina permanecieron otros fuertes Judíos hasta que fueron dominados por los Romanos con el sitio de Masada en abril del año 73.¹

5. Y por último, en el año 135 Roma prohibió la habitación en Palestina de toda persona Judía, después de otra rebelión en el año 132.

Seguramente con ese último edicto, la tierra de Israel quedó seco, pero no por eso sabemos cual de esos acontecimientos es el secamiento para poder reconocer el punto clave de enternecimiento indicado por la parábola, "que no pasará esta generación, que todas estas cosas no acontezcan" (Mateo 24.34).

1. Agosto 29, 1897, se inició el primer Congreso Mundial Sionista, con el propósito de establecer para los Judíos una patria propia.

2. Noviembre 2, 1917, se publicó la Declaración Balfour, en la cual se declaraba que Gran Britania oficialmente "miraba con favor el establecimiento en Palestina de una patria nacional para el pueblo Judío."

3. Julio 1922, la Liga de Naciones aprobó la declaración Balfour.

4. Mayo 14, 1948, David Ben Gurion declara la existencia del estado de Israel.

5. Mayo 11, 1949, Las Naciones Unidas aceptaron a Israel como miembro.

6. Junio 7, 1967, Fuerzas Israelíes ocupan la antigua ciudad de Jerusalem.

Ahora parece obvio que una generación profética es un período de 40 años: 13 Y el furor de Jehová se encendió en Israel, é hízolos andar errantes cuarenta años por el desierto, hasta que fué acabada toda aquella generación, que había hecho mal delante de Jehová. (Números 32:13)

9 Donde me tentaron vuestros padres; me probaron, Y vieron mis obras cuarenta años.

10 A causa de lo cual me enemisté con esta generación, Y dije: Siempre divagan ellos de corazón, Y no han conocido mis caminos. (Hebreos 3)

Si proponemos que la generación del secamiento son los cuarenta años entre la crucifixión de Cristo y la destrucción de Jerusalem, no requiere mucha imaginación suponer que la generación que no pasará hasta que todo acontezca será los cuarenta años después de la guerra de los seis días en la cual Israel ocupó de nuevo a la antigua ciudad de Jerusalem. (Junio 5, 1967 el ejército de Jordania atacó a fuerzas Israelíes. Israel contra-atacó a las 2:30 a.m. de junio 6, y ocupó la ciudad entera, incluyendo el monte del Templo, antes de mediodía de junio 7, 1967).² Si tuviéramos la prueba de que la nueva ocupación de Jerusalem significa el enternecimiento, podríamos asegurar que la historia del mundo presente debe acabarse antes de junio del año 2007. Es cierto que el sitio contra Jerusalem en el año 70 se inició exactamente cuarenta años después de la crucifixión. (Y parece ser un detalle importante en Ezequiel 17.12 que el secamiento de Israel se comparaba a que vino contra Jerusalem el rey de Babilonia). Pero no olvidas que tomaron seis meses para destruir a Jerusalem y su templo, y que ese templo no es reconstruido todavía. El templo, siendo el monte santo es también clave en las profecías (Isa. 27.13, Eze. 17.23). Si el templo es el punto clave los cuarenta años todavía ni inician.

Seguramente hay claves en la parábola que todavía desconocemos. Aun así, esa parábola es la base de la confianza universal entre creyentes que la venida de Jesucristo es "a las puertas." Cuando sucede, no será sorpresa al que ha prestado atención a los avisos de Cristo mismo.

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2 New Testament History, F. F. Bruce, Doubleday & Company, New York, 1980, p. 382

4 New Testament History, p. 389

5 A History of the Contemporary Jews, Solomon Grayzel, Jewish Publication Society of America, 1960 p. 21

6 A History of the Contemporary Jews, p. 80

7 A History of the Contemporary Jews, p. 81

8 A History of the Contemporary Jews, p. 130

9 A History of the Contemporary Jews, p. 133

10 Moshe Dayan, Story of My Life, Moshe Dayan, William Morrow and Company, New York, 1976, p. 368