La Epístola

Apartado 1054

Irapuato, Gto. 36500

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Edición 003, Noviembre 1994

 

 

 

 

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Noticias

La conferencia de evangelismo mundial en Aguascalientes será del día 4 al 11 de Diciembre, y todos son invitados. Si se anticipa estar por favor comuníquese con Hno. Chuy Colmenero al tel. (91-49) 12-14-10. Pero si llega de sorpresa también será bienvenido. El horario provisional es lo siguiente:

10 A.M. 7 P.M.

Dom. 4 G. Kincaid, J. West M. Jackson, J. Castillo

Lun. 5 Reunion Libre R. Espada, N. Castillo

Mar. 6 Reunion Libre A. Silva, M. Jackson Jr.

Mie. 7 Reunion Libre R. Espada, F. Santoyo

Jue. 8 Reunion Libre J. West, A. Silva, N. Castillo

Vie. 9 Reunion Libre J. Castillo, M. Riggs

Sab. 10 Reunion Libre M. Jackson Jr., G. Kincaid, M. Jackson

Dom. 11 F. Santoyo, M. Riggs

La dirección es Mitla #117, Fracc. Pirámides, AGS, y es a dos cuadras del INEGI, por la calle Monte Albán, antes de llegar a las vías. Bienvenidos.

La iglesia en San Antonio juntó ofrendas totalizando $48,512.50 (U.S.) para la publicación del folleto "Cuatro Cosas que Dios Quiere que Ud. Sepa" en periódicos y revistas del Europa Oriental. El hermano Milton Martin hizo la obra de viajar a Europa a sus propias expensas, y ahorró de sus gastos calculados suficiente para poder agregar $5020.00 al total para publicación, dejando disponible un total de $53,532.50. Los resultados preliminares:

Nación Publicación Ejemplares Precio (U.S.)

Romania 3 Periódicos 1,000,000 $2,500

Hungría 2 Periódicos 1,400,000 $5,447

Czech Rep. 2 Per., 1 Rev. 430,000 $5,500

Albania 10 Periódicos 150,000 $3,047

Rusia 1 Per., 1 Rev. 2,578,000 $10,520

Polonia incompleto incompleto $7,200

Slovakia, Ucrania etc. Teleguía incompleto  $4,000

Total hasta la fecha 5,558,000 $38,214

Todo lo demás será también invertido en lo mismo para Europa Oriental, pero todavía no tenemos los detalles. En Romania ya se había recibido mas de 1,000 respuestas dos semanas después de publicación. ¡Gloria a Dios!

Los hermanos Flavio Y Noé están predicando los sábados en Celaya, Gto. en la zona peatonal a las 2 P.M., y luego reuniéndose en el parque Morelos a las 5 P.M., hasta que se mudan en enero.

Las reuniones de oración de los predicadores ya no se harán todos los meses, sino el tercer domingo de todos los meses pares. La próxima reunión será diciembre 18, en casa de Juan Córdoba, León, GTO, a las 4 P.M.

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El Nombre del Señor Jesucristo

Porque donde están dos ó tres congregados en mi nombre, allí estoy en medio de ellos. (Mateo 18:20)

Parece que todos los hermanos se han dado cuenta que la iglesia verdadera de Jesucristo (todos los verdaderos creyentes en él) está dividida entre muchas denominaciones. En todas las denominaciones que enseñan la salvación por gracia hay hermanos sinceros. Y todos tienen fuertes argumentos para defender su propia denominación. Pero es innegable que esta situación no es lo que deseaba Cristo (Juan 17.21,22). Es por esto que no nos hemos nombrado con ninguna denominación.

Ahora si te fijas bien verás que nuestras iglesias sí tienen nombres. Son la "iglesia de Dios en Irapuato", o "la iglesia de Jesucristo en León", o "la iglesia de Selene" o "la iglesia en Salamanca" o "la iglesia en Aguascalientes". Pero estos nombres no son denominaciones. Son descripciones. La Biblia nombra a las iglesias en tres maneras: 1) Por el nombre de Dios, 2) Por nombre de localidad, y 3) Por nombre de la gente que son miembros de la iglesia. Es "La iglesia de Dios" o "La iglesia de Cristo" porque pertenece a el. Es "la iglesia de Irapuato" o "la iglesia de León" para que tú sepas a cual iglesia se refiere. Es "la iglesia de los Mexicanos" o "la iglesia de los Freseros" para que sepas a cual gente se habla.

Hay por lo menos dos principios bíblicos por cuales no aceptamos ninguna denominación. Primero, es por amor del nombre de Jesucristo. Segundo, es por amor a los creyentes en Jesucristo.

El Señor una vez nos dijo que es posible para una iglesia negar su nombre.

Yo conozco tus obras: he aquí, he dado una puerta abierta delante de ti, la cual ninguno puede cerrar; porque tienes un poco de potencia, y has guardado mi palabra, y no has negado mi nombre. (Apocalipsis 3:8)

Jesús nos amonesta ser celosos de su nombre, no solamente como individuos pero como iglesia también. Muchos hermanos por su lealtad a una denominación menosprecian el nombre de Jesucristo por esa misma lealtad, y tenemos la certeza que Dios lo está mirando.

Si sufrimos, también reinaremos con él: si negáremos, él también nos negará: Si fuéremos infieles, él permanece fiel: no se puede negar á sí mismo. (2 Timoteo 2.12-13)

Por negar a Cristo Dios promete negarnos también, aunque solamente en esta vida. Por amor de ese mismo nombre, él sí nos será fiel en el día de juicio, porque no puede negarse a si mismo. Pero me pregunto, ¿cuántas bendiciones nos serán negadas en esta vida por negar su nombre?

La iglesia es el cuerpo de Jesucristo. Siendo su cuerpo debemos ser nombrados por su nombre. Cuando un hombre se casa su mujer toma su nombre. ¿Por qué? Porque ella pertenece a el y no a otro. Sería aquel un poquito (¡si no mucho!) molestado si su esposa dice que le gusta el nombre de "Salinas" mejor, y piensa cambiárselo. No le importaría si fuera el nombre de un presidente, o un nombre honrable, o si fuera el nombre de un mártir. El esposo quiere que su mujer lleve su nombre porque ¡ella es suya y el es de ella! Es lo mismo con el Señor y su iglesia. Todos los cristianos deben llevar solamente el nombre de su Señor. Y sus reuniones deben ser únicamente en el mismo nombre.

Y él es la cabeza del cuerpo que es la iglesia; él que es el principio, el primogénito de los muertos, para que en todo tenga el primado. (Col. 1:18)

¿Tiene nuestro Señor el primado en nuestras iglesias? Desde los días de los apóstoles los hermanos "han expuesto sus vidas por el nombre de nuestro Señor Jesucristo." (Hechos 15:26). ¿Cuál hermano hay que no quisiera seguir ese ejemplo, aunque no más sea de humillarse un poco, y rehusar toda denominación menos la de "cristianos"? (Hechos 11.26, 1 Pe. 4.16).

Ahora, aparte del respeto que merece el nombre de Jesucristo, existe otro precepto muy importante por el cual debemos reunirnos solamente en su nombre. Es por aquellos a quienes Cristo ama. La biblia reprende duramente a los que se separan de los demás hermanos.

Empero viniendo Pedro á Antioquía, le resistí en la cara, porque era de condenar. Porque antes que viniesen unos de parte de Jacobo, comía con los Gentiles; mas después que vinieron, se retraía y apartaba, teniendo miedo de los que eran de la circuncisión. Y á su disimulación consentían también los otros Judíos; de tal manera que aun Bernabé fué también llevado de ellos en su simulación. (Gálatas 2.11)

Pablo habló también in 1 Corintios 1 y 3 de la tendencia cristiana de apellidarse y francamente lo prohibió. Insistió que Cristo no está dividido. Debe quedar claro que es un pecado separarse de verdaderos hermanos en Cristo por adoptar una denominación que no todos podemos reconocer.

Sin embargo en nuestros días las iglesias suelen tener nombres que sí son divisivos, y los que aceptan esas denominaciones se están dividiendo de sus hermanos en Cristo no mas por ese hecho. Por ejemplo, cuando dicen que son "Luteranos," "Bautistas," o "Metodistas," quieren decir que no son de la misma iglesia. Por cuestiones de probables errores o tradiciones están distinguiéndose de los demás creyentes. Es necesario ser celosos de buena doctrina y no culpamos a las denominaciones por eso. Nosotros, sin embargo, no queremos dividirnos por cuestiones de costumbres, doctrinas secundarias, o nombres. Por eso nos llamamos "hermanos," "creyentes," "discípulos," "santos," o "cristianos." Ninguno de estos nombres excluye a los demás hermanos. Nos reunimos en el nombre de Jesús para que todos los de Cristo sean bienvenidos.

Pero sirve mencionar, hermanos, que hay quienes obedecen a este precepto de los dientes para afuera, pero que en lo práctico no hay diferencia entre ellos y las denominaciones. Se nombran de Jesucristo en su misma organización, pero se dividen de las demás iglesias por su rígida fidelidad a lo mismo. Se puede ver que denominarse "Iglesia de Jesucristo" o algo al estilo no significa ni que sean cristianos, pues la denominación de los Mormones es "Iglesia de Jesucristo de los Santos de los Últimos Días." Pero creemos también ser "santos de los últimos días." Y la organización llamada "Iglesia de Cristo" enseña que la salvación depende del bautismo de agua. Obviamente tienen el sepulcro bien blanqueado, pero los huesos adentro son por cierto secos en gran manera. Ahora si los incrédulos pueden apodarse "cristianos," no es gran logro que cristianos también lo hacemos. Y si a la vez nos apartamos en espíritu de nuestros verdaderos hermanos en Cristo, aunque nuestra denominación sea muy bíblica, llegamos a "ser como metal que resuena, ó címbalo que retiñe." (1 Corintios 13:1)

Para evitar este error es necesario primero distinguir nuestros verdaderos hermanos de todos aquellos que no conocen a nuestro Señor Jesús. Aunque algunos sabedillos nos dicen que no hay que juzgar a nadie, la Biblia sí nos manda juzgar, y nos da varios criterios con que juzgar. El primer criterio tiene que ser su profesión. Si la iglesia o las personas de quien se trata ni confiesan ser salvos todavía, entonces no son nuestros hermanos.

Porque la palabra de la cruz es locura á los que se pierden; mas á los que se salvan, es á saber, á nosotros, es potencia de Dios. (1 Cor. 1.18)

Porque el mismo Espíritu da testimonio á nuestro espíritu que somos hijos de Dios. (Romanos 8.16)

Sabemos que somos de Dios, y todo el mundo está puesto en maldad. (1 Juan 5:19)

Un segundo criterio con que juzgar es por sus frutos. ¿Es tal iglesia llena de sangre y homicidios, como la Romana? O ¿fueron sus profetas adúlteros, como la Mormona?

Por sus frutos los conoceréis. ¿Cógense uvas de los espinos, ó higos de los abrojos? Así, todo buen árbol lleva buenos frutos; mas el árbol maleado lleva malos frutos. (Mateo 7:16,17)

También dice la Biblia que por su doctrina somos alertados. Y luego nos profetiza a cuáles doctrinas vigilar:

Que con hipocresía hablarán mentira, teniendo cauterizada la conciencia. Que prohibirán casarse, y mandarán abstenerse de las viandas...(1 Tim. 4.2-3)

Y todo espíritu que no confiesa que Jesucristo es venido en carne, no es de Dios: y éste es el espíritu del anticristo, del cual vosotros habéis oído que ha de venir, y que ahora ya está en el mundo. (1 Juan 4.3)

Porque preciso es que haya entre vosotros aun herejías, para que los que son probados se manifiesten entre vosotros. (1 Cor. 11.19)

Ahora, es posible que asistan algunos verdaderos hermanos con iglesias herejes, pero serán muy pocos, y al oír el regaño de la verdad la escucharán. Si no nos oyeren, es porque no son de Dios.

Nosotros somos de Dios: el que conoce á Dios, nos oye: el que no es de Dios, no nos oye. Por esto conocemos el espíritu de verdad y el espíritu de error. (1 Juan 4:6)

El que quisiere hacer su voluntad, conocerá de la doctrina si viene de Dios, ó si yo hablo de mí mismo. (Juan 7:17)

Salieron de nosotros, mas no eran de nosotros; porque si fueran de nosotros, hubieran cierto permanecido con nosotros; pero salieron para que se manifestase que todos no son de nosotros. (1 Juan 2:19)

Después de haber distinguido los que somos de Cristo de entre los que no le conocen, encontramos muchas diferencias entre verdaderos hermanos. Y algunas de estas diferencias son motivos bíblicos para separación.

Y os ruego hermanos, que miréis los que causan disensiones y escándalos contra la doctrina que vosotros habéis aprendido; y apartaos de ellos. (Romanos 16:17)

Mas ahora os he escrito, que no os envolváis, es á saber, que si alguno llamándose hermano fuere fornicario, ó avaro, ó idólatra, ó maldiciente, ó borracho, ó ladrón, con el tal ni aun comáis. (1 Corintios 5:11)

Empero os denunciamos, hermanos, en el nombre de nuestro Señor Jesucristo, que os apartéis de todo hermano que anduviere fuera de orden, y no conforme á la doctrina que recibieron de nosotros: (2 Tes. 3:6)

Si alguno enseña otra cosa, y no asiente á sanas palabras de nuestro Señor Jesucristo, y á la doctrina que es conforme á la piedad; Es hinchado, nada sabe, y enloquece acerca de cuestiones y contiendas de palabras, de las cuales nacen envidias, pleitos, maledicencias, malas sospechas, Porfías de hombres corruptos de entendimiento y privados de la verdad, que tienen la piedad por granjería: apártate de los tales. (1 Timoteo 6.3-5)

Es imposible conocer el corazón de otro, aún en casos de pecado severo. Cristianos verdaderos pueden caer y han caído en pecados notorios. Es necesario reprender su pecado y apartarnos de ellos. Solamente el que se arrepiente es recibido de nuevo sin amargura ni menosprecio.

Hermanos, si alguno fuere tomado en alguna falta, vosotros que sois espirituales, restaurad al tal con el espíritu de mansedumbre; considerándote á ti mismo, porque tú no seas también tentado. (Gálatas 6:1)

Pero, también entre verdaderos hermanos hay diferencias que provienen de debilidad en la fe, inmadurez, error de juicio, o sencillamente por tradiciones. En estos casos, aunque no podemos sacrificar la luz o la buena herencia que Dios nos ha dado, no debemos separarnos de aquellos hermanos, ni por denominaciones, ni por menosprecio.

Recibid al flaco en la fe, pero no para contiendas de disputas. Porque uno cree que se ha de comer de todas cosas: otro que es débil, come legumbres. El que come, no menosprecie al que no come: y el que no come, no juzgue al que come; porque Dios le ha levantado. ¿Tú quién eres que juzgas al siervo ajeno? para su señor está en pie, ó cae: mas se afirmará; que poderoso es el Señor para afirmarle. (Romanos 14.2-4)

Por ejemplo, hay hermanos en Cristo que aparentan hablar en "lenguas angélicas," y confunden emociones con el Espíritu Santo. Por lo mismo llegan a fingir sanidades y testifican de milagros imaginativos. Por estos errores se dañan a si mismos, y a su propia iglesia. Y no podemos pasar por alto la hipocresía callándonos. Pero es probable que todos los cristianos se han extraviado por ese camino de emociones mas que una vez en su senda cristiana. No debemos menospreciarles, ni pelear con ellos. No debemos pescar sus adeptos, ni negar nuestra hermandad. Si hay oportunidad de enseñarles algún bien, lo hacemos. Pero no debemos hincharnos con el deseo de corregir a todos los hermanos. Es Dios que da los dones. Y cada hermano tiene su propio don de Dios. El menosprecio de los dones (aun pequeños) de otros hermanos es fuente de rencor y pleitos. Cuida tu corazón hermano, no sea que te hinchas, y encuentras que eres tu el inmaduro.

Lo mismo podemos decir de cristianos que celebran la Navidad, que utilizan biblias modernas, que se reúnen bajo una sombra denominacional, y un sinnúmero de otros tecnicismos. Dios nunca olvidará nuestra diligencia cuando seguimos su palabra, y promete bendecirnos ricamente por ella. Pero no olvidemos como Dios ha soportado mil veces nuestras simplezas, por no decir imbecilidades. Y si Dios nos ha soportado, a quienes nos suponemos haber recibido mas luz, ¡cuánto mas soportará a los demás hermanos mientras ejercen sus propios dones de Dios! ¡Ojalá que Dios los bendiga para que también nos bendiga en nuestra insensatez!

Hay una sola iglesia aunque hay muchas "iglesias." Somos miembros de la misma iglesia reuniéndonos en localidades distintas. Esto es la única división que debe haber en la iglesia. Las divisiones que carecen fundamento bíblico vienen de soberbia, envidias, desprecios, amarguras, y muchos pecados semejantes. No seamos nosotros culpables de estos errores. Seamos celosos del nombre de Jesucristo y de la unidad del Espíritu.